Mar - 1 - 2018

Macri frente al 8 M

José Luis Rojo

“Más clubes se fueron sumando a la ola para corear el estribillo difamador en medio de sus partidos: Chacarita, Gimnasia, All Boys, Rosario Central. Y de allí partió también hacia lugares ajenos al deporte, como los recitales de los Guasones y Dancing Mood, y hasta resonó en la línea D del subte. Convertido en un muy viralizado hashtag (#MMLPQTP), ¿podríamos estar hablando ya de una eventual epidemia? ¿Cabe darle una verdadera significación política? (La Nación, 28/02/18).

La movilización del miércoles 21 terminó sin pena ni gloria. Una multitud se juntó para rechazar el ajuste del gobierno, pero a falta de elementos de desborde, y ante el anodino discurso de Moyano, sus consecuencias políticas tendieron a cero.

Simultáneamente, el gobierno anunció que dejaría correr el debate parlamentario por el derecho al aborto, un intento de recuperar la iniciativa política: mostrarse menos hostil frente a amplios sectores, amén de intentar que la inmensa jornada de paro y movilización que se espera para el 8 de marzo, no lo impacte directamente.

Pero estos factores mediadores de su crisis larvada podrían tener corto vuelo. La economía no anda bien. Los precios aumentan sin parar. Las ventas caen. La producción no se recupera. El dólar vuela y el endeudamiento parece multiplicarse geométricamente.

La mala situación económica ha hundido las expectativas: sólo un 28% cree que mañana las cosas estarán mejor que hoy… Mientras tanto, la bronca se multiplica contra Macri en las canchas, en los recitales, en las líneas del subterráneo, en todas partes.

El inicio del año plantea dos tendencias contrapuestas. Moyano, el resto de la CGT, el PJ y los K podrán tener muchas contradicciones entre ellos, pero parece claro que su apuesta es canalizar el creciente descontento hacia el 2019. La otra tendencia es la que marcaron las jornadas de diciembre: la tendencia al desborde por abajo.

En medio de estas tendencias el gobierno maniobra: redobla un ajuste económico cada vez más profundo, al tiempo que enmascara su curso reaccionario en iniciativas como el debate por la despenalización del aborto.

El 2018 recién está comenzando; de cual sea la resultante de estas tendencias contrapuestas y del papel de los factores mediadores, dependerá la consolidación o la salida anticipada de Macri.

Un impase de corto vuelo

Moyano dio el 21/02 uno de los discursos más reducidos y anodinos de su trayectoria. Toda su vida ha sido un burócrata sindical jugado al control férreo de las bases y la gobernabilidad burguesa. Sin embargo, lo que escenificó el miércoles anterior pareció ser una de las profesiones de fe de más corto vuelo que se le conozcan.

Es muy factible que tuviera plena conciencia que la situación del gobierno se está deteriorando demasiado (aunque esto quizás no se termine de ver siempre del todo), que pretendiera alimentar la idea de que la historia se hace “por arriba”: que la política se reduce a un juego de dirigentes, eventos en los cuales las masas populares no tienen arte ni parte.

Que el discurso fue muy malo lo reconocen aliados del moyanismo como Grabois de la CTEP (y la Iglesia), entre otros. Pero es obvio que dada la experiencia de Hugo Moyano, esto fue adrede. Juntó a una multitud pero pretendió escenificar lo opuesto a las jornadas de diciembre: algo absolutamente controlado y sin potencialidad disruptiva alguna.

Un poco lo de Moyano marca un comportamiento más general de toda la CGT y la oposición patronal. Es claro que la mayoría de la CGT no movilizó, se pronunció abiertamente contra el acto moyanista.

Pero finalmente fue todo una cuestión de oportunidad. Porque tanto ellos como Moyano (padre e hijos) no parecen haber tomado la decisión de pasar a la oposición; el acto no expresó viraje alguna respecto del comportamiento no del todo opositor (aunque tampoco sea abiertamente oficialista) que domina las líneas cegetistas y que Moyano no hizo más que escenificar el miércoles 21 (inmediatamente terminado el acto ya había afirmado estar dispuesto a reunirse con Macri).

Por otra parte, está también el silencio que mayormente mantiene Cristina y la escenificación de la “unidad peronista”. La reunión que juntó a connotados referentes del peronismo, el kirchnerismo y el Frente Renovador (Solá, el presidente del PJ bonaerense Menéndez , Rossi, etcétera), sumado a la consigna “hay 2019”, indican como desde ahora mismo, un largo año y medio antes de las PASO presidenciales, el peronismo en general ya ha puesto en funcionamiento los motores electorales (similar es el caso de Cambiemos, donde está comenzando el debate por las cuotas entre radicales y el PRO de los candidatos para las elecciones).

La cuestión es funcional a la idea de que “hay que cuidar la gobernabilidad”, de que el gobierno tiene que “completar su mandato”, que la salida es por las urnas (como manifestó en el acto el propio Moyano).

La anticipación eventual de las cuestiones electorales tendría que ver, en este caso, no tanto con lo “bien” que le va al gobierno, sino con una suerte de “amortiguación” y / o canalización de las cosas en el caso que Macri vaya a una gran crisis, o para evitar un desencadenamiento de ese tipo.

De ahí que, de alguna manera, lo que se inicia en marzo de este año no sea la apertura de un año cualquiera, sino de un proceso o “ciclo de dos años” donde se va a jugar la continuidad del macrismo en el gobierno, sea por la vía electoral o por una donde la acción desde abajo de amplios sectores marque la dinámica de las cosas.

Una conquista del movimiento de mujeres

Es en este contexto que el gobierno sacó, inteligentemente, de abajo de la galera el debate sobre el aborto. En realidad, lo que hizo fue anunciar que posibilitará su debate parlamentario, aunque la primera medida que tomó fue negociar para que no haya discusión sobre el tema el 8 de marzo…

En cualquier caso, que la cosa tome estado parlamentario, es una evidente conquista del movimiento de mujeres de nuestro país. El objetivo inmediato del gobierno parece claro: tomar la iniciativa para evitar que el paro internacional y nacional de mujeres del 8/03 y la marcha que se espera multitudinaria, no lo impacte directamente.

A partir de ahí se colocan una serie de problemas frente a los cuales hay que evitar marearse. Por un lado, el kirchnerismo está denunciando que se trata de una “cortina de humo” y cosas así… Pero esto no es más que una posición vergonzosa que viene de una fuerza burguesa que en 12 años de gobierno de una presidente mujer, se negó rotundamente a habilitar el tratamiento de este derecho elemental de las mujeres.

Porque más allá del intento del gobierno de recuperar iniciativa con esto (teniendo presente, además, que mañana jueves 1/03 se abren las sesiones ordinarias del Congreso), la apertura del debate es una inmensa conquista del movimiento de mujeres irreductible a cualquier otra consideración.

El gobierno obtiene, quizás, un beneficio táctico. Pero lo hace a costa de abrir una caja de Pandora estratégica: una vez abierto el debate, no va a ser tan fácil volver a cerrarlo (aunque hay que tener presente las mil y una maniobras y chicanas parlamentarias que van a intentar para evitar que este derecho se transforme en ley). Sin ir más lejos, veamos ahora el intento de que no se trate el tema este 8 de marzo y los planteos que empiezan a conocerse del estilo de un “referéndum no vinculante” para el tema…

Lo concreto es que el debate se abrió y eso es una conquista. Y la otra cuestión concreta es que la clave para imponer este derecho no es recorrer los pasillos parlamentarios, sino multiplicar lo que realmente trajo hasta acá al movimiento de mujeres: que se ha transformado en un movimiento de masas en las calles. Y en las calles debe seguir si quiere conquistar este derecho, haciendo de la próxima jornada del 8 una jornada histórica por el derecho al aborto y contra la violencia hacia las mujeres.

Para el análisis, en todo caso, puede dejarse el interrogante de cómo es que un gobierno tan reaccionario como Macri deja correr algo así (más allá de las convicciones del propio Macri, Peña, Michetti, Vidal y las principales espadas del PRO, en contra del derecho al aborto).

Una de las claves está en la evidente pésima relación con el Papa Francisco, amén de que, eventualmente, el debate por el derecho al aborto se sabe que no tiene a la burguesía unificada; hay sectores liberales del propio Cambiemos que lo pueden admitir.

En cualquier caso, parte fundamental de la política de la izquierda revolucionaria ha sido siempre aprovechar las brechas entre los de arriba para impulsar causas populares, sin confiar ni un milímetro en Cambiemos ni perder de vista que si es por el parlamento, por su sola acción, el derecho al aborto no se conquistará: ¡solamente podrá obtenerse por la presión multitudinaria de la calle!

La bronca popular se desborda

Que el “respiro” logrado por el gobierno tiene patas cortas puede verse en la bronca tremenda que crece por abajo. Es verdad que muchas veces esto no encuentra cauce por culpa de las direcciones burocráticas; también que por esta razón, por ejemplo, viene todavía fría la recepción en muchos docentes bonaerenses de la provocadora propuesta de aumento del 15% en tres cuotas y sin clausula gatillo de los salarios para este año (será importante medir si la CTERA convoca a marcha el lunes 5/03, cómo sale la misma).

Pero como hemos planteado más arriba, lo que decide las cosas no son solamente las direcciones burocráticas sino el proceso por abajo.

Decimos esto porque tomó estado público la preocupación en el gobierno por los cantos contra Macri que crecen en los estadios. Y que no se diga que es algo solamente “futbolístico”: también crece el rechazo a Macri en los recitales, en las líneas del subterráneo, en las conversaciones en puerta de fábrica, etcétera.

La base de este creciente repudio (odio incluso) al gobierno, es clara. Primero: que a todo el mundo ya le re-contra cayó la ficha que Macri gobierna para los ricos. Segundo: que por lo demás, la economía va de mal en peor: escalada de los precios, caída del consumo, devaluación permanente, fuga de divisas, endeudamiento sin fin; déficit turístico, automotriz, energético, aumento de los despidos, ritmos de trabajo infernales.

De ahí que no sea casual como ha caído la popularidad del gobierno, sino más sintomático aun el derrumbe de las expectativas: “En el caso del sondeo realizado por Synopsis, la caída de expectativas a futuro muestran un descenso del 43.2% registrado en noviembre del 2017 al 29.7% en febrero de este año. Su director, Lucas Romero, adjudica la merma a que ‘la gente ve que lo que hace el gobierno en materia económica aún está carente de resultados, especialmente por la persistencia de la inflación” (La Nación, 25/02/17).

Es que como ya hemos escrito, durante dos años una mayoría respondía que “no le iba bien”, pero que tenía esperanzas de que, “en el futuro le iría mejor”… Ahora una mayoría afirma que no está bien y que espera un futuro aun peor, lo que es un dato adverso para el gobierno.

Nada de esto significa que las cosas sean fáciles. Mientras por arriba Moyano y los k juegan de “opositores” (al tiempo que calman las aguas), por abajo los conflictos están aislados, son durísimos, y el gobierno no da ningún paso atrás: el hospital Posadas, el INTI, Rio Turbio, etcétera, configuran duros conflictos en curso para los cuales no ha habido respuesta alguna.

Esto quiere decir que a pesar de las dificultades, de la crisis larvada que expresa, el gobierno no frena su ofensiva. Y no la frena, entre otras cosas, por el rol de las direcciones traidoras sindicales y políticas.

Y no solo no frena, sino que tiene una orientación provocadora como hacer propuestas de aumento salarial abiertamente por detrás de la inflación esperada, o en el terreno democrático haber cerrado literalmente la Plaza de Mayo, confiscando un derecho democrático histórico de las masas en la Argentina, que es movilizarse a la plaza para protestar ni más ni menos que en oportunidad del 24 de marzo que se viene.

¡Vamos por un 8 de marzo histórico! ¡Vamos con Las Rojas!

En todo caso la tarea inmediata es llevar adelante un parazo de mujeres el 8 de marzo. La CGT y Moyano no quieren convocar a un paro general. Pues bien: vamos con el paro internacional y nacional de mujeres; vamos con una acción independiente de las mujeres que enlazado con el resto de los trabajadores, paralice la mayor cantidad de lugares de trabajo posible; vamos con una movilización de masas el jueves 8 por el derecho al aborto encabezada por las mujeres en lucha del Posadas, el Inti, etcétera tal como se votó en el Encuentro del Posadas el pasado sábado 17 de febrero. Y vamos con Las Rojas, que es una de las agrupaciones del movimiento de mujeres más militantes y con mayor prestigio entre amplios sectores de la sociedad.

Hagamos asambleas de Las Rojas por todas partes, garanticemos el paro en los lugares de trabajo y pongamos en pie inmensas columnas en todo el país.

Por José Luis Rojo, Editorial SoB 458, 1/3/18

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