Oct - 25 - 2018

Violento discurso fascistoide de Bolsonaro en su cierre de campaña | “Esos marginales rojos serán proscritos de nuestra patria”

Las declaraciones de demagogo derechista fueron particularmente repugnantes: «Vamos a hacer una limpieza nunca antes vista en Brasil». «Esos marginales rojos serán proscritos de nuestra patria”. Su hijo, también diputado, incluso dijo: «Para disolver el Tribunal Federal, bastará con un soldado y un cabo».

Bolsonaro en el acto en que dijo «Vamos a fusilar a todos los petistas».

Por Federico Dertaube

La última semana de carrera electoral en Brasil fue abierta por graves declaraciones de extrema derecha de Bolsonaro y uno de sus hijos. La histeria neofascista no esconde sus intenciones y dice sin vergüenza alguna que pretende poner en cuestión las más elementales conquistas democráticas de las masas para imponer su política. Las amenazas y gesticulaciones de demagogo de Bolsonaro se dirigen explícitamente al PT y la “corrupción” pero también anuncian la represión despiadada de los que luchan.

Sus últimas declaraciones fueron hechas frente a una multitud en la Avenida Paulista pero sin apersonarse en el lugar, habló a través de una transmisión en vivo. El acto fue grande aunque claramente menos concurrido que las movilizaciones #elenao.

“Esta vez la limpieza será mucho más amplia” fue una de las primeras cosas que gritó a la multitud enardecida por los discursos de odio. Se trata de un mensaje descarado de represión a toda oposición política.

El mismo día se desataba el escándalo con las declaraciones de su hijo, hechas en julio pasado pero destapadas este domingo: “Si el STF [el Supremo Tribunal Federal] argumenta cualquier cosa… E impugna su candidatura [Por la de Bolsonaro]… No creo que sea improbable, pero ahí va a tener que pagar para ver. ¿Será que van a tener esa fuerza?… El personal se juega para cerrar el STF, no es necesario mandar ni un jeep, con un soldado y un cabo es suficiente. Si metemos preso a un miembro del STF ¿Ustedes creen que va a haber una manifestación popular?”.

Es curioso que haya dicho esto de la institución misma que metió preso a Lula y en definitiva logró impugnar su candidatura. Estas declaraciones, además de descaradamente golpistas, son una clara muestra de cómo es la situación en Brasil. El juego del Impeachment y la intervención del poder judicial sobre las elecciones, manipulándolas de tal forma que lograron torcer las cosas a la situación actual, puede terminar yendo contra ellos mismos. Lo mismo sucedió con los partidos clásicos del régimen brasilero como el PSDB y el PMDB, grandes impulsores de la avanzada institucional contra el gobierno del PT. Las viejas instituciones “republicanas” – jueces y partidos – se debilitaron a sí mismos con ese juego y abrieron paso a posibles nuevos puntos de apoyo de Bolsonaro: el Ejército, la Policía Militar, etc. De ahí los muy posibles rasgos bonapartistas de un gobierno del ultra derechista, que no se apoye tanto en las viejas instituciones de la democracia capitalista sino más bien de forma directa en sus fuerzas represivas y los atributos del Ejecutivo.

No obstante, la parcialidad de la mirada de la Justicia sobre la “corrupción” en Brasil sigue plenamente vigente. No sólo jamás tocaron al múltiples veces acusado de corrupción Temer, ahora han decidido no mover un solo dedo frente al escándalo de la campaña sucia en whatsapp financiada ilegalmente por 12 millones de reales para difamar y ayudar en la campaña de Bolsonaro.

Siguiendo con su discurso a distancia, dijo como dirigiéndose a Lula: “Aguarde, pronto tendrá a Haddad a su lado. Y no será para que lo visite, no. Será para pasar algunos años con usted a su lado.” Hacía tiempo que no se veía con semejante descaro en una campaña electoral que se diga que se perseguirá a la oposición política. Y no se trata sólo de una amenaza a algunos funcionarios acusados de corrupción (como, por otro lado, está acusado el propio derechista):

“Esta vez, si se quieren quedar aquí, van a tener que ponerse bajo nuestra ley. O se van para afuera, o se van a la cárcel… Será una limpieza nunca vista en la historia de Brasil (sic)… Ustedes, petralhada, verán una policía civil y militar con retaguardia jurídica para poner todo el peso de la ley sobre sus lomos”. “Petralhada” es una forma despectiva de hablar de los militantes del PT. Ya la había usado cuando dijo que: “Vamos a fusilar a toda la petralhada de aquí, de Acre”.

“Bandidos del MST, bandidos del MTST, sus acciones serán tipificadas como terrorismo”. Aquí se dirige más explícitamente contra los movimientos sociales de lucha que han sido emblema internacional de Brasil: los sin tierra (MST) y los sin techo (MTST) son amenazados de ilegalización y persecución despiadada. Ambos movimientos han sido ampliamente representativos de las luchas de los de abajo, el primero en el noreste de los trabajadores rurales que se defienden de las avanzadas latifundistas, el segundo de las capas empobrecidas de la población que luchan por tener una vivienda. Hablar de “terrorismo” es acercar un afilado colmillo represivo sobre los cuellos de todos aquellos que son víctimas del capitalismo brasilero.

“Sin mentiras, sin fake news, sin la Folha de S. Paulo. Nosotros queremos prensa libre, pero con responsabilidad… Prensa libre, felicitaciones. Prensa vendida, mi pésame”. Amenaza así incluso a un diario histórico de los capitalistas brasileros, el mismo que destapó el escándalo del fraude del financiamiento ilegal de fake news la semana pasada.

En suma: un combo demagógico de amenazas golpistas contra las propias instituciones del régimen que permitieron que él llegue al lugar que llegó, contra el PT, contra las conquistas democráticas de los trabajadores brasileros, contra los movimientos de lucha. Se trató de un discurso fascistoide que habla claramente de las características que puede tener un gobierno de Bolsonaro.

Por Federico Dertaube. IzquierdaWeb, 23/10/18.

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