May - 13 - 2019

Este texto fue publicado originalmente el 12 de mayo de 2016 en ocasión de la declaratoria de Benemérita de la Patria.

Por Johan Madriz

Cuando yo me metí de lleno en el Comunismo,
no tenía, a pesar de mis años, una idea exacta del enemigo
que iba a combatir […]”

El pasado 26 de abril se aprobó en la Asamblea Legislativa el proyecto de ley 18.491: “Declaratoria como Benemérita de la Patria a María Isabel Carvajal Quesada, conocida como Carmen Lyra: educadora, escritora y política”.


Al leer los considerandos de la ley lo primero que salta a la vista es la sucesión de palabras que no son usuales en este tipo de texto: revolucionaria, anti imperialista, comunismo, lucha de clases, sabiduría obrera, marxismo-leninismo, clases sociales, conciencia de clase, entre otras.


Todos estos términos, efectivamente, son necesarios para describir el pensamiento y vida de Carmen Lyra. Lo extraño es que estén contenidas en un texto tramitado en el parlamento y presentado en el 2012 por el entonces diputado Claudio Monge del ahora gobernante Partido Acción Ciudadana (PAC). Como veremos más abajo, no se trata de que el PAC sea muy “progre” ni nada por el estilo. Son las pretensiones de la burguesía tica de pintar una sociedad sin conflictos, en paz, sin lucha de clases.


Del repudio al benemeritazgo


María Isabel Carvajal fue miembro activa del Partido Comunista (PCCR) siendo una de sus principales figuras, al punto de que fue objeto de varios “informes” de la Legación de Estados Unidos en el país. Ya sea con sus artículos en la prensa o en las escuelas nocturnas para obreros, fustigaba al gobierno y la forma de organización de la sociedad.


Tomó partido durante la Guerra Civil del 48, producto de lo cual, al concluir el conflicto, tuvo que huir al extranjero para evadir a la Junta Fundadora de la Segunda República presidida por José Figueres Ferrer. Dicha Junta ilegalizó al PCCR, desmanteló las organizaciones sindicales y procesó judicialmente a miles de dirigentes obreros e intelectuales. A pesar de las gestiones para regresar al país no lo logró y muere en el exilio en México en 1949.Esta declaratoria está precedida por el reconocimiento de Benemérita de la Cultura Nacional en 1976, la publicación de sus obras literarias por la estatal Editorial de Costa Rica y la inclusión de su efigie en el billete de 20 mil colones en 2010. 


Ella forma parte de una generación de escritores de izquierda que -junto a Carlos Luis Fallas, entre otros- han sido “aceptados” por el discurso oficial como escritores críticos que supieron reflejar las injusticias sociales de principios del siglo XX pero no como políticos que lucharon y murieron defendiendo las reivindicaciones obreras y populares. “Esto es resultado de un mecanismo social que aplica la sociedad costarricense para disfrazar la inconformidad y la crítica de intelectuales como ella, que consiste en convertirlos en educadores o en textos escolares  sin ideología y sin relación con la voz subversiva que encarnaron en vida […]” (Cortes, Carlos).


Lo que vemos en la actualidad es la apropiación de la imagen de Carmen Lyra, por parte de la burguesía, como un modelo a seguir en cuanto educadora y escritora, no como luchadora de izquierda. No es casual que en el título del proyecto el “política” este de último.


Este benemeritazgo, por tanto, es una burla a la figura y pensamiento de Carmen Lyra, ya que es una institución de la burguesía la que lo otorga. Es justamente esa clase social a la que esta figura consagró su vida en combatir. Pero más allá de eso resulta un insulto a la memoria histórica de la clase trabajadora de este país: pretendiendo enaltecer a luchadores sociales mientras al mismo tiempo se están llevando a cabo medidas que menoscaban y atacan frontalmente las conquistas logradas por los trabajadores con el paso de los años, con la lucha y la sangre derramada.


La figura que reivindicamos


Carmen Lyra fue, entre otras, una educadora que utilizó su tribuna para concientizar a las mujeres y los trabajadores en general sobre las causas que originan el sistema de explotación de los seres humanos.Si bien es cierto desde el trotskismo tenemos críticas sobre algunas posiciones seguidas por ella (como su posición inicial sobre el sufragio de las mujeres) y de que no compartimos la tradición política del viejo Partido Comunista (con su interpretación del “comunismo a la tica” y su táctica de conciliación de clases en el frente popular, producto de las orientaciones y distorsiones de la Comintern vía el Buró del Caribe) reivindicamos su figura como luchadora, feminista y educadora. 


Reivindicamos la figura de esa maestra que disfraza de muchacho protagonizó la quema del diario La Información, hecho que desencadenó el derrocamiento de la dictadura de los Tinoco. A esa oradora en la primera celebración del Día Internacional de la Clase Trabajadora que se celebró en el pais el 1 de mayo de 1913. A la feminista que luchó por un espacio de participación real de la mujer en la sociedad.


Más allá de la formalidad de este título, esta mujer tiene un espacio en la historia de la clase obrera costarricense, junto a muchos y muchas más que quedaron en el anonimato. A pesar de las diferencias que tengamos en su actuar, es momento de apropiarnos de su legado. Pero más allá de eso de luchar por alcanzar el socialismo.

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