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Abr - 24 - 2014

En la preparación de la movilización se desarrolló una discusión en torno al carácter de la misma: ¿debería centrarse en la denuncia de la política del gobierno o contra la “austeridad” en general?

Aunque el NPA (o al menos su ala izquierda) defendió una delimitación clara del gobierno, terminó imponiéndose, por la presión del PCF y del Front de Gauche realizar un llamado a movilizarse contra la austeridad.

Aunque a primera vista parezca tratarse de un mero problema de “lenguaje”, lo que hay detrás es una divisoria de aguas decisiva en la situación actual. Porque la línea del PCF desde que asumió el gobierno de Hollande es de pedirle que “vuelva a la izquierda”, de tratar de construir una alternativa “anti-austeridad”… pero a partir del PS y del gobierno. Por eso, llevaron a la movilización miles de pancartas donde se leía “Cuando uno es de izquierda, apoya a los trabajadores”, “Cuando uno es de izquierda, le pone impuestos a la finanza”, y frases similares: una especie de apelación “moral” al PS, otro desconsolado llamado a que “vuelva a la izquierda”.

De parte del Parti de Gauche de Mélenchon, la situación no es muy diferente. Luego de haber sostenido que el gobierno debía “cambiar de rumbo” y de proponer al propio Mélenchon como primer ministro, el PG busca ahora en los ecologistas el aliado que permitiría lograr ese objetivo. En ese sentido, sobre la base de los buenos resultados obtenidos con algunas alianzas en las municipales, el PG se maravilla frente a la posibilidad de construir una “nueva mayoría” con los ecologistas.

Los “verdes” han sido por su parte muy claros: la “mayoría” a la que pertenecen, es la mayoría gubernamental que sostiene los planes de austeridad del PS y votó el nombramiento de Valls  como primer ministro. Esto no solamente refleja las dificultades del PG para atraer a un sector más o menos significativo del gobierno, sino que es la prueba mas clara del carácter estéril de su política: buscar aliados en la mayoría gubernamental, convencerlos de que “vuelvan a la izquierda”, reducir todo al juego electoral y parlamentario, en vez de oponerse de manera clara y frontal al gobierno de Hollande y a su política anti-obrera.

Es por esto que el llamado final de la movilización apuntaba únicamente a la “austeridad”, como si se tratara de una fuerza sobrenatural que se abate sobre los franceses, y no de la decisión de políticos de carne y hueso, con nombre y apellido: Hollande, Valls, y todo el gobierno del PS, más allá de sus matices internos.

El PCF y el PG, al negarse a combatir de manera frontal y clara a este gobierno, sólo contribuyen a sembrar la confusión, y a reforzar la presión del gobierno sobre los sindicatos (ligados mayoritariamente al PC y en menor medida al PG), que han elegido entonces la “cautela”, por no decir la lisa y llana aceptación de las políticas social-liberales del PS.

De lo que se trata, al contrario, es de preparar una lucha abierta y clara contra la política anti-obrera y anti-popular del gobierno de Hollande.

Ese fue el sentido de la columna de los sectores en lucha, que no se hacen ninguna ilusión en un “giro a la izquierda” del gobierno, sino que organizan desde abajo la respuesta a los ataques del gobierno y de la patronal. También fue el espíritu de la columna del NPA, donde los cánticos estaban dirigidos contra el gobierno y su política.

La manifestación del 12 de abril ha sido una demostración importante de la respuesta por izquierda de las organizaciones políticas y sindicales frente a los planes de ajuste del gobierno. Puede ser el comienzo de una verdadera contestación social, a condición de que estos debates se procesen de manera abierta, de que se avance hacia una delimitación más clara frente al gobierno, y de que la organización de las luchas aparezca nítidamente como la verdadera alternativa, en oposición a toda ilusión electoralista o por arriba.

Por Ale Vinet, para Socialismo o Barbarie, 20/04/2014

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