Mar - 19 - 2015

Estas palabras de Tsipras, después de firmar los acuerdos de Bruselas que hoy tambalean, es en cierto modo la clave de su política y la de la mayoría de la dirección de Syriza.

Europa (léase la Unión Europea y la Eurozona) sería un lugar donde podemos negociar y hacer acuerdos “beneficiosos para las partes”. Gracias a que estamos en la Unión Europea, banqueros-vampiros y sus implacables gerentes políticos –como Merkel– pueden sentarse con los representantes de sus víctimas y llegar a transacciones en que todos salgan beneficiados.

Costas Lapavitsas, economista y diputado (disidente) de Syriza, analiza extensamente estas ilusiones, en el artículo que antes citamos, “La deuxième phase et les défis de la sortie de l’euro”:

“Syriza entra en negociaciones con un enfoque que es esencial en su composición… de reivindicar cambios significativos –incluidos el fin de la austeridad y la supresión de lo esencial de la deuda- manteniéndose firmemente en el cuadro del euro. Es lo que yo llamo la concepción del «buen euro». La idea es que ganando elecciones, se modificaría el equilibrio de fuerzas políticas en Grecia y Europa, y así se podría negociar para transformar la eurozona y más en general la Unión Europea; todo gracias a esa cartas políticas que se echarían sobre la mesa. Su estrategia de negociación está determinada por esa concepción. [Ahora, Syriza] ha descubierto la realidad… esa estrategia ha llegado a su fin. Ella no ha funcionado.”

Efectivamente, para modificar las relaciones de fuerzas políticas en Grecia y Europa no basta con ganar elecciones. Para que eso sirva de algo, es decisivo que de votar se pase a luchar. Y ese camino, hacerlo disipando las ilusiones en el “buen euro” y la maravillosa Unión Europea.

Por Claudio Testa, Socialismo o Barbarie, 19/03/2015

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