Abr - 17 - 2015

.

“«Nuestra política hacia Cuba, en vez de aislar a Cuba, aisló a Estados Unidos en su propio patio trasero», declaró Benjamin J. Rhodes, asesor de Obama en seguridad nacional.” (“Obama Meets Raúl Castro, Making History”, New York Times, April 12, 2015)

“Realmente pido disculpas al Presidente Obama y a otros presentes por expresarme así… [Se refiere a la historia de agresiones de EEUU contra Cuba y otros (Nota de SoB)]… Le pido disculpas porque el presidente Obama no tiene ninguna responsabilidad con nada de esto. ¿Cuántos presidentes [de EEUU] hemos tenido? Diez antes que él, todos tienen deuda con nosotros, menos el Presidente Obama. Después de decir tantas cosas duras de un sistema, es justo que le pida disculpas, porque yo soy de los que pienso… que, según mi opinión, el Presidente Obama es un hombre honesto. Me he leído algo de su biografía en los dos libros que han aparecido… Admiro su origen humilde, y pienso que su forma de ser obedece a ese origen humilde.” (Aplausos prolongados). (Discurso de Raúl Castro en la VII Cumbre de las Américas, 11/04/2015)

En la edición anterior (SoB, Nº 326 – 09/04/2015: http://www.socialismo-o-barbarie.org/?p=4605 ), señalamos los signos de interrogación que flotaban antes de la VII Cumbre de las Américas, que ese fin de semana se reuniría en Panamá. Dos temas en especial podían ser motivo de cortocircuitos: Venezuela, por las criticadas sanciones dictadas por Washington recientemente, y Cuba, por el lentísimo avance en las negociaciones con EEUU sobre el levantamiento del bloqueo y otros puntos.

Pero no hubo mayores problemas en Panamá. En verdad, fue para Washington la mejor reunión desde la desdichada IV Cumbre de las Américas, que sesionó en noviembre de 2005 en Mar del Plata, Argentina. Allí George W. Bush –presidente yanqui de esos tiempos– hizo el inolvidable papelón de forzar una votación para imponer el ALCA (Área de Libre Comercio de las Américas) y sufrir una derrota humillante. Eso marcó, en las alturas, una señal de los cambios iniciados en América Latina, bajo la presión desigual de estallidos sociales, protestas y clima de bronca, que apuntaban contra el neoliberalismo salvaje y el sometimiento absoluto auspiciado desde Washington.

Sin volver a la situación de absoluto acatamiento a Washington, esta Cumbre de Panamá no fue un mal negocio para Obama. La agencia yanqui Associated Press (AP), lo festeja con títulos que son una definición: “En Panamá, una anestesia para el antinorteamericanismo – El clima cordial de la reunión entre Obama y Castro disipó la polarización que hubo en otros encuentros entre EEUU y la región.” Y agrega:

“Antes de la Cumbre, existía preocupación de que las recientes sanciones de EEUU contra funcionarios venezolanos hicieran marchitar el clima de buena voluntad que generó la decisión de Obama de restablecer relaciones diplomáticas con Cuba, pero esos temores resultaron ser infundados.

“Quien marcó el tono conciliador fue Raúl Castro, que bromeó diciendo que como Cuba había sido excluida de las anteriores cumbres, tenía derecho a excederse largamente de los ocho minutos asignados a cada uno de los jefes de Estado.

“Si bien parte del discurso de Castro consistió en condenas a pasadas agresiones norteamericanas, el punto culminante llegó cuando el líder cubano, en un abrupto giro de 180º, profesó su admiración por Obama diciendo que había leído sus dos libros de memorias y que estaba convencido de que era «un hombre honesto» que no había olvidado sus raíces humildes.

“Hasta Maduro se aplacó y renunció a su amenaza de entregar una petición firmada por 10 millones de venezolanos para que Obama diera marcha atrás con las sanciones. En cambio, hacia el cierre de la «Cumbre de la Verdad», mantuvo un intercambio privado con Obama, que según Maduro podría abrir la puerta a un diálogo fructífero.”[1]

El “honesto” genocida y la recuperación del “patio trasero”

La satisfacción de Associated Press por el discurso de Castro es comprensible. En efecto, el latinoamericano desinformado que se guíe por ese discurso para ubicarse frente al “honesto” presidente del imperialismo yanqui, corre el peligro de quedar “anestesiado”. Con eso, la burocracia del Partido Comunista de Cuba, cumple con una norma histórica invariable de esas burocracias: cuando negocian un acuerdo con algún enemigo mortal de los trabajadores, presentan a ese enemigo como un “buen chico”, como “progresista”… u “honesto”, como en el caso de Obama.

Por supuesto, es ridículo rechazar “por principio” cualquier negociación, ya sea con la patronal de una empresa, con un gobierno… o con el imperialismo yanqui, a nivel del sistema de estados… Esto puede incluir  también concesiones obligadas por las relaciones de fuerza. ¡Cuba tiene derecho a negociar!

Sin embargo, en esas circunstancias, la norma de los socialistas revolucionarios ha sido siempre la de no engañar a los trabajadores y al pueblo sobre sus enemigos, por más coincidencias circunstanciales que existan en negociaciones y pactos. Cuando la Unión Soviética, en 1922, firmó con Alemania un tratado (el de Rapallo) que hasta era parcialmente una alianza militar, Lenin y Trostky no alabaron la “honestidad” (ni ninguna otra belleza) de los dirigentes del imperialismo alemán. Por el contrario, alentaron más que nunca las luchas de los trabajadores alemanes y europeos.

Pero años después, en la Segunda Guerra Mundial (1939-45), cuando la burocracia ya reinaba con Stalin en la Unión Soviética, su alianza militar con EEUU y Gran Bretaña hizo que Moscú ordenara a todos los partidos comunistas poner en los altares a sus gobernantes, Roosevelt y Churchill… Así, por ejemplo, los actos de los PCs solían estar presididos por los retratos de los jefes del imperialismo yanqui y británico… junto al del carnicero Stalin, ¡Pero todo tiene consecuencias políticas! En Argentina, esas genialidades ayudaron en buena medida al nacimiento del peronismo, al hacer que la clase trabajadora se distanciase de la izquierda, que en esos momentos estaba hegemonizada por el PC y el PS socialdemócrata. Perón ganó a los trabajadores bajo una consigna que fue histórica: “¡Braden o Perón!”… Braden era el embajador de EEUU en Buenos Aires, que intervenía con prepotencia en la política argentina… con grandes aplausos del PC que lo sostenía en su lucha por la «democracia» contra el «fascista» Perón.

La “honestidad” de Obama –y que “no tiene ninguna responsabilidad” en las atrocidades del imperialismo antes de su presidencia–, fue el centro del discurso de Raúl Castro en Panamá. Así repite esa tradicional política fraudulenta de las burocracias, que ha tenido en la historia consecuencias políticas nefastas porque confunde y desarma a las masas trabajadoras y populares.

¿Dónde está la “honestidad” del actual jefe del imperialismo? ¿En haber burlado las promesas electorales con que embaucó a los trabajadores de EEUU? ¿En el sostén al golpe de estado en Honduras? ¿En los bombardeos de drones –cuya lista aprueba personalmente Obama– con incontables víctimas civiles? ¿En el apoyo incondicional a las masacres del Estado genocida de Israel? ¿En apañar a gobiernos y regímenes de barbarie, como Arabia Saudita y otros de Medio Oriente? Y así podría seguir una larga lista de preguntas.

Con respecto a las honestas intenciones de Washington hacia América Latina, el “lapsus” de su asesor –que registra el New York Times y citamos al inicio– vale por mil discursos. Nos dice que EEUU se aisló “en su propio patio trasero”. Así continúa considerando el imperialismo yanqui (incluyendo su honesto presidente) a América Latina: somos el patio trasero de los propietarios del continente… los Estados Unidos.

► VER NOTA que acompaña este artículo: “El ‘clima de buena voluntad’ en la VII Cumbre y algunos de sus motivos”:  http://www.socialismo-o-barbarie.org/?p=4654

…………………………………………..

[1].- Joshua Goodman y Peter Orsio, “En Panamá, una anestesia para el antinorteamericanismo”, Associated Press (AP), 13/04/2015, es-us.noticias.yahoo .

Por Rafael Salinas, Socialismo o Barbarie, 16/04/2015

Categoría: América Latina Etiquetas: