Jul - 13 - 2015

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Finalmente, luego de meses de infructuosas negociaciones, el gobierno griego ha capitulado en toda la línea frente a la Troika (Unión Europea + FMI + Banco Central Europeo). Desconociendo la voluntad popular expresada el 5 de julio con el masivo voto al NO frente a la propuesta de la Troika, un voto abrumadoramente masivo entre la clase trabajadora y la juventud, el gobierno de Tsipras ha aceptado un acuerdo incluso mucho peor que el que había sido rechazado en el referéndum.

El acuerdo consagra todas las capitulaciones que Tsipras había ya acordado, como el aumento del IVA, la “reforma” del sistema de retiro (para que casi nadie se jubile), la “reforma del mercado laboral” (liquidación de los contratos colectivos de trabajo), etc.

Si eso ya era una traición al mandato popular, a Syriza y su propio programa, el reciente acuerdo va aun más lejos. Se agrega la creación de un “fondo” al que Grecia debería transferir activos estatales por un monto de 50.000 millones de euros, con el objetivo de que sean privatizados para pagar deuda.

Aunque formalmente este fondo será radicado en Grecia, estará bajo tutela estricta de la Troika, que se encargara de que el desmantelamiento del Estado (al que el nuevo memorándum agrega la privatización de la empresa estatal de electricidad) vaya directamente a los bolsillos de los usureros privados y del FMI.

Si desde el punto de vista económico el acuerdo es totalmente neoliberal-salvaje (déficit cero en las pensiones, flexibilización laboral, destrucción de los restos del Estado de bienestar), desde el punto de vista político consagra prácticamente el carácter “semicolonial” de Grecia en relación a los imperialismos europeos; en primer lugar, el imperialismo alemán que hoy manda en la Unión Europea.

El gobierno de Tsipras aprobará algunos puntos esenciales del acuerdo antes del miércoles, para darle “confianza” a la Troika, que recién entonces comenzará a negociar verdaderamente el programa. ¡O sea que, finalmente, todo puede ser mucho peor!

El acuerdo firmado reafirma que Grecia volverá bajo la tutela del FMI, y que la Troika volverá a “trabajar en el terreno” en Grecia, es decir a controlar diariamente al gobierno griego, que será de hecho un gobierno títere. Toda la legislación ya aprobada por Syriza que iría en contra del acuerdo deberá ser derogada; toda legislación futura deberá ser aprobada por la Troika incluso antes de ser presentada al parlamento.

En cuanto a la reestructuración de la deuda, el documento explicita que la insostenibilidad de la misma es responsabilidad de las políticas de los últimos meses –¡como si Grecia no hubiera llegado a la bancarrota con los anteriores gobiernos!– que Europa ya ha hecho mucho por aliviarla, y que el Eurogrupo está “listo para considerar, si es necesario, posibles medidas adicionales”, que consistirían en un alargamiento de los plazos.

Toda reducción o quita nominal de la deuda queda absolutamente descartada, y el gobierno griego se compromete a “honrar sus obligaciones financieras plenamente, en tiempo y forma”. ¡El imperialismo alemán, que después de desatar la Segunda Guerra Mundial y ahogar en sangre a Europa, se benefició de un 50% de descuento de su deuda pública, hoy no tolera perdonar ni un euro a Grecia!

Bancarrota del reformismo

Se trata de la prueba irrefutable de la bancarrota del reformismo, del callejón sin salida al que la política de la dirección de Syriza, puramente parlamentaria, dentro de los límites del sistema capitalista y específicamente de la Unión Europea y del euro, ha llevado al pueblo griego. Amén de la lisa y llana traición a la voluntad popular expresada en el NO del 5 de julio, el acuerdo ha demostrado los límites insalvables del reformismo y lo ilusorio de su voluntad de “salir de la austeridad sin salir del euro”.

Dos conclusiones se imponen en este momento: La primera es que una política puramente institucional, que reniegue atacar las bases fundamentales de la dominación capitalista, no tiene ningún margen de maniobra en la situación económico política actual. La segunda, es que el euro ha confirmado una vez más su carácter reaccionario. Esto es así no sólo en la medida en que funciona como correa de transmisión de los intereses de los principales imperialismos europeos, encabezados por el de Alemania. Lo es también porque constituye un obstáculo en la conciencia popular a la hora de ir a un enfrentamiento más de fondo y una ruptura con el sistema. Sirve, además, de justificación a Tsipras, que sostiene que “los griegos no han votado salir del euro”.

Contra las grandes potencias de la Unión Europea, contra Tsipras que pretende hacer pasar el acuerdo con el argumento de que “la perspectiva del Grexit se ha dejado atrás”, se impone más que nunca la necesidad de levantar claramente la alternativa de una ruptura anticapitalista con el euro, a través de la nacionalización de la banca, el comercio exterior y los sectores claves de la economía, para relanzar el país al servicio de los trabajadores y el pueblo.

El hashtag #ThisIsACoup (“Esto es un golpe [de Estado]”) ha inundado las redes reflejando el rechazo al chantaje de la Troika. Efectivamente, es un golpe de Estado, y además una humillación del imperialismo sobre Grecia. Pretenden “castigarla” a través del memorándum actual por haber osado contestar la política de austeridad. Y se trata de castigar no al gobierno reformista de Tsipras que ha jurado lealtad a la UE desde el principio, sino a los trabajadores griegos y sus luchas. Con eso quiere atemorizar a los trabajadores y los pueblos de la Unión Europea que se atrevan a desafiar el actual curso de liquidación de las conquistas sociales del “Estado de bienestar”.

Pero esto es también es un golpe de Estado de Tsipras. Desconoce la voluntad popular expresada en el NO del 5 de julio, para llevar adelante la política de la Troika, para seguir hundiendo al pueblo griego en la miseria social durante los años que resten de su gobierno. Hay que decirlo claramente: el gobierno de Tsipras se ha convertido sin ninguna duda en el nuevo gobierno de los memorándums y la austeridad. Hay que combatirlo inmediatamente, y aquellos que vienen depositando su confianza en él, incluso entre sectores de las izquierdas revolucionarias, deben sacar las conclusiones políticas honestas del proceso griego.

De lo que se trata ahora es de luchar contra la aprobación de este nuevo memorándum, de enfrentarse de manera frontal al gobierno y a sus nuevos socios, los neo-liberales de To Potami, el PASOK y Nueva Democracia.

La pelea en torno al referéndum dio lugar a una polarización social creciente y a la movilización de amplios sectores de la clase trabajadora y de la izquierda. La gran tarea de hoy es la de transformar la capitulación de Tsipras en combustible para la contestación y no para la desmoralización. En los últimos días, diferentes elementos han demostrado que el giro del gobierno parece dar lugar a la contestación y a la radicalización: la movilización de 15.000 personas contra el acuerdo el pasado viernes. El llamado de la Confederacion Sindical de trabajadores del estado, ADEDY, a una huelga general el miércoles, es también un enorme punto de apoyo en este sentido.

Hay que poner en pie un frente único para la acción, que unifique a todos los que se oponen al nuevo acuerdo, que defienden la salida del euro, la nacionalización de la banca y una serie de medidas claves para evitar la catástrofe económica que una salida “burguesa” del euro implicaría.

La primera tarea es poner en pie la lucha contra el nuevo memorándum, mediante una amplia unidad de acción que vaya desde la Plataforma de Izquierda de Syriza hasta la coalición anticapitalista Antarsya, pasando incluso por el KKE, que a pesar de su política sectaria de “abstención” de cara al referéndum posee todavía una influencia obrera no menor.

Para eso es imprescindible también que la Plataforma de Izquierda de Syriza rompa de inmediato con el gobierno y llame a la movilización, abandonando su política parlamentaria centrista y su “apoyo crítico” al gobierno de Tsipras.

En resumen: Los trabajadores y el pueblo griego, sus organizaciones sindicales, estudiantiles y barriales, los millones que han tomado las calles en los últimos años contra la austeridad, así como las organizaciones políticas que estén dispuestas a enfrentarse de manera intransigente al gobierno y proponer un plan alternativo, deben ponerse en pie de guerra para acabar con el nuevo memorándum y su gobierno, y abrir el camino para una salida a la crisis al servicio de los trabajadores griegos. Una salida que se inicie con la ruptura anticapitalista con el euro y el poder de los trabajadores en la perspectiva de  la revolución socialista.

Impulsar movilizaciones de solidaridad, en primer lugar en toda Europa

La imposición a Grecia de medidas tan brutales no sólo tiene motivos económicos sino también políticos. Buscan no sólo cobrarse “deudas” de las que los trabajadores y el pueblo griego nunca vieron un centavo. También tratan de sembrar el terror en toda la Unión Europea, profundizando el genocidio social del que es víctima Grecia. “¡Si no obedecen y aceptan una ‘austeridad’ cada vez mayor, los vamos a tratar como a Grecia!” ¡Ese es el mensaje de la Troika para todos los pueblos de Europa!

Además, ésa es hoy es una necesidad política de primer orden para la coalición de capitales imperialistas que se conoce con el nombre de “Unión Europea”. Es que en muchos países de Europa van creciendo el descontento e incluso las protestas contra la interminable “austeridad”, que está llevando paso a paso a una regresión social sin precedentes. Esto se expresa en nuevos fenómenos políticos, parecidos a los de Syriza, como es el caso de Podemos, en el Estado español.

Esta situación exige la movilización más amplia y unitaria, en toda Europa, de los trabajadores, la juventud y los sectores populares, en apoyo a Grecia y en repudio a los genocidas de Bruselas y Berlín. ¡Defendiendo al pueblo griego, nos defendemos a nosotros mismos! ¡La austeridad genocida que les aplican, es una muestra de lo que nos espera si no los derrotamos!

¡No debemos quedarnos en “declaraciones”! Hay que demostrar en las calles de todos los países de la UE que estamos con los trabajadores y el pueblo de Grecia contra los genocidas de la Troika. ¡Unidad de acción y movilización por Grecia en toda Europa!

Declaración de la Corriente internacional Socialismo o Barbarie, 13/07/2015

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