Mar - 16 - 2017

“(…) la estrategia del gobierno parece consistir en resistir hasta desgastar a la dirigencia gremial (…) ¿Cómo imaginar una solución cuando la propuesta del gobierno es del 19% y la de los gremios es del 35?¿Cómo, si la docente es la primera paritaria del país y es la que deja una tendencia para el resto de las paritarias que se negociarán hasta junio?” (Joaquín Morales Solá, La Nación, 15/03/17).

La coyuntura se ha puesto cuesta arriba para el oficialismo. Al contar con el unánime apoyo de la patronal y una base de clase media reaccionaria que le es fiel (incluyendo aquí a los productores rurales), apuesta a mantenerse firme sin dar el brazo a torcer. De momento no se aprecian divisiones internas por esta orientación. Pero algunos analistas están comenzando a preocuparse por el “anticipado deterioro de un gobierno que cuenta con sólo un año de gestión”.

En todo caso, todavía es prematuro para saber hasta dónde llegarán los costos políticos que deberá pagar el gobierno; una confrontación que, de debilitarlo cualitativamente –¡pero atención que todavía están abiertas las cosas!- plantearía una nueva situación política cuyos contornos son todavía difíciles de anticipar.

Lo que sí está claro es que el abordaje oficialista del conflicto es una provocación. Sin embargo, de momento no han surtido efecto sus medidas para quebrar la huelga; por el contrario, han logrado polarizar las cosas y radicalizarla, que la base del gremio hierva de odio con el oficialismo, que muchísimos sectores comiencen a romper no sólo con Macri sino con Vidal (a la que sólo hasta ayer veían con tan buenos ojos). Y su propuesta del 18% en cuotas es tan escandalosa que no hay manera que los gremios la agarren (al menos no por ahora). Harían falta, quizás, otras relaciones de fuerzas para imponer un salario a la baja de la magnitud que pretende el gobierno.

Las tareas del momento son redoblar los esfuerzos por el triunfo de los docentes, preparar una jornada multitudinaria para el 24/3 y organizar un paro general activo para el 6 de abril.

Amplios sectores de masas se pasan a la oposición  

Las movilizaciones de las últimas semanas han abierto una nueva coyuntura política. Amplios sectores de los trabajadores, las mujeres y la juventud han hecho irrupción en las calles y esa será la tónica de aquí hasta el paro del 6 de abril (al menos), paro que dado el actual contexto tiene posibilidades de expresar características activas (esto más allá de la segura convocatoria de los dirigentes a una jornada “dominguera”, pasiva).

¿Qué es lo que está detrás de esta irrupción masiva? El hecho que amplios sectores de trabajadores que votaron por Macri se estén pasando a la oposición. Docentes, estatales, judiciales integrantes de gremios provinciales cuya base votó por Macri y Vidal, tienen ahora una bronca creciente contra el gobierno.

Un fenómeno similar ocurre en las fábricas: poco o nada queda de ese tipo de interpelación de la conciencia obrera desde la derecha que se observó en los lugares de trabajo luego de la segunda vuelta.

La base material de esta bronca creciente es la crisis económica

La economía no despega. En el sector automotriz la producción sigue un 25% abajo respecto al año anterior; sin embargo, las ventas han aumentado. ¿Cómo se explica esto? Sencillo: la mayor parte de las ventas han sido cubiertas con importaciones: “Algo similar ocurre con los autos: aumentan los patentamientos (+44% en el último bimestre), pero cae la producción (-29.7% anual en febrero). El cambio de composición del mercado [hacia consumo más suntuario] favoreció a los importadores brasileros, los vehículos más aceptados por los argentinos. En las fábricas todavía hay suspensiones (ver Volkswagen y General Motors). Pero las terminales viven en ambas fronteras” (Francisco Jueguen, La Nación, 15/03/17).

Por otra parte, varias encuestas que se ventilaron los últimos días revelan que son escasos los empresarios que están pensando en tomar personal; no se espera una recuperación sustancial de la economía; la inmensa mayoría de las “inversiones” extranjeras son colocaciones financieras. Cada vez más analistas están alertando que el ritmo del endeudamiento externo es insostenible, que a este paso se aproxima a mediano plazo una nueva crisis de la deuda (si no se logran aumentar los superávits comercial y de balanza de pagos); de ahí la lógica del ajuste oficialista. 

Dujovne puede afirmar que “la recesión quedó atrás”, que “ya comenzó el crecimiento”. Pero son todos cuentos de hadas. Eso no se ve en los lugares de trabajo (donde crecen las suspensiones y los despidos), ni en los supermercados (donde los precios aumentan sin parar).

Así las cosas, a porciones crecientes de los trabajadores les han caído “todas las fichas juntas”: el ajuste es brutal y las medidas tomadas por Macri son para los de arriba. Eso es lo que está en la base de las multitudinarias movilizaciones de las últimas jornadas.

Claro que el gobierno podría jugar a su favor la carta de unas organizaciones sindicales dirigidas por burócratas atornillados hace décadas. Ese es el mayor peligro que enfrentamos en la actual coyuntura: el problema de la falta de una dirección de alternativa de conjunto. Sin embargo, la orientación oficialista es tan provocadora que dificulta de momento los acuerdos con los caciques sindicales, sobre todo en el gremio docente.

Nos dedicaremos a eso más específicamente a continuación.

La pulseada con los docentes

Como venimos señalando, por ahora el gobierno no parece dispuesto a dar el brazo a torcer; no se observan elementos de crisis política: sectores que en su seno cuestionen esta orientación.

La estrategia para quebrar a los docentes se focaliza en Vidal, supuestamente la figura de mejor imagen del gobierno. Su retrato de una “Heidi” (una persona buena, inocente) se oscurece cuando se conoce que es una militante histórica del Opus Dei, una de las agrupaciones más reaccionarias de la Iglesia (una cara “buena” para un trabajo bien sucio).

Su comportamiento ante los docentes (lo mismo que la del gobierno en general) ha sido una provocación tras otra. Primero, el aumento miserable propuesto. Segundo, la pretensión de apelar a “voluntarios” rompehuelgas que den clases. Tercero, la amenaza de ilegalizar el paro. Cuarto, la propuesta ahora de adelantarles sumas fijas a los docentes que se pongan de espaldas al paro.

La orientación de Vidal se suma a la de Macri de desconocer la paritaria nacional. Este punto es clave explicarlo porque puede ser pasible de una maniobra de la burocracia.

La situación es la siguiente: la paritaria nacional docente es una formalidad. Desde la década del 90 (en la que la CTERA aceptó vaciar de responsabilidades a Nación sobre los colegios; admitió los planes de provincialización y municipalización de la educación), las negociaciones nacionales tienen todo los visos de una vacuidad. La burocracia docente prefirió vaciar la instancia nacional a verse sometida a una nueva lucha histórica como el Maestrazo de 1988, donde se vio varias veces desbordada.

De todas maneras, esa negociación nacional regularmente ocurre todos los años; y la CTERA la necesita (aunque sea más formal que otra cosa, repetimos), porque si no queda en el camino su razón de ser: para qué un sindicato nacional si las negociaciones siempre son por provincia.

Aprovechándose de esto Macri se lanzó a desconocer la paritaria nacional que formal y todo fijaba al menos un piso nacional.  El hecho que se haga una paritaria nacional de este tipo tiene, a pesar de todo, el carácter de una reivindicación elemental para que el gremio no sea desconocido (así sea un gremio en manos de la burocracia); un desconocimiento en el que, de momento, el gobierno tiene muchas dificultades para retroceder.

Pero uno de los peligro de la lucha docente es que si las cosas se desbordan y Macri concede finalmente algo, la concesión sea simplemente el reunir la paritaria nacional… para ratificar el mismo aumento miserable que viene proponiendo (o algo muy similar).

Por lo pronto la realidad es que la lucha docente viene creciendo en los principales distritos: en primer y fundamental lugar la provincia de Buenos Aires. Esta semana se están desarrollando dos días de paro provincial (lunes y martes) y hoy miércoles 15 y mañana jueves 16 ocurrirá un nuevo paro nacional docente convocado por CTERA. Simultáneamente, se suceden movilizaciones distritales cada vez más importantes y mañana se realizará una movilización a La Plata que promete ser enorme.  

Como si esto fuera poco, CTERA ya ha anunciado paro general con movilización para la semana que viene. Así las cosas, la dinámica del conflicto docente es que el mismo está creciendo. A los colegios primarios de la semana pasada se le ha sumado esta semana la docencia secundaria (las clases comenzaban formalmente este lunes 13) y siendo este gremio un gremio de masas, cada día que el conflicto prosigue atañe a capas más amplias de la base docente que ingresan en la pelea (ver por lo demás, cómo están creciendo las movilizaciones distritales).

Cuando una dinámica así se pone en movimiento es muy difícil pararla sin costos para algunos de los sectores: o para el gobierno porque se ve obligado a retroceder, o para la burocracia porque entrega la lucha por “chauchas y palitos” (¡no olvidarse que en dos meses hay elecciones sindicales en el estratégico gremio del SUTEBA, donde la izquierda, de la mano de la Lista Multicolor, tiene mucha fuerza!).

Al parecer el gobierno confía en que el tiempo le jugaría a su favor… Pero esto no está claro; sobre todo si recordamos que, de momento, el conflicto viene en un franco ascenso.

Una política revolucionaria  

Una parte importante del análisis tiene que ver con la política que debemos sostener desde la izquierda. La nueva coyuntura abierta podría transformarse en una nueva situación política de quedar el gobierno herido en la actual pulseada. Esto habrá que ir viéndolo sin perder de vista que la dirección burocrática que aparece al frente de las luchas es un obstáculo para imponerle un golpe en regla al gobierno.

Si el gobierno recibiera un golpe contundente volverían las imágenes del helicóptero que lo merodearon en sus primeros meses de gestión (sobre todo cuando la concentración multitudinaria de la CGT el 29/04/16). En todo caso, en la medida que este año hay elecciones, habría que ver cómo se encadena la dinámica de las luchas con las mismas. En todo caso, el gobierno podría sufrir una derrota electoral de proporciones.

Aquí ocurre un elemento conexo: la posibilidad de una vacancia política. Un sector importante se está alejando del gobierno; por su parte, Cristina Kirchner se mantiene con un piso alto y un techo bajo en el conurbano bonaerense. Es decir: acapara una intención de voto importante pero no logra superar cierto porcentaje.

¿Qué quiere decir esto? Que podría imponerse en los comicios (igual no nos interesa aquí aventurar resultados electorales sino dar cuenta de tendencias políticas), pero no llevarse todos los votos. Esto mismo le plantea a la izquierda un desafío; es que una parte del voto que se aleja de Macri quizás no quiera volver a Cristina ni irse para el lado del Frente Renovador.

Se trata de un problema político y no sólo electoral. Si la coyuntura sigue dinamizada, si el gobierno sale debilitado, esto podría favorecer las posibilidades de un giro a la izquierda electoral de un sector. La puesta en pie de la Izquierda al Frente por el Socialismo se lleva a cabo para disputar una parte de este fenómeno hacia la independencia de clase.

24/3: Marcha con la Izquierda al Frente por el Socialismo y el Nuevo MAS

En todo caso hay tres grandes tareas en este momento. Apoyar con todas nuestras fuerzas la lucha de los docentes, preparar una movilización multitudinaria el 24 e ir trabajando desde ahora por darle un carácter activo al paro general del 6 (tarea en la cual se involucrará toda la militancia de nuestro partido antes del 6 y durante la jornada misma del paro).

Tareas estas para las cuales desde el Nuevo MAS y la Izquierda al Frente por el Socialismo nos ponemos a disposición, entre otras cosas con el objetivo de poner en pie una gran comuna del frente el 24, iniciativa que será parte de nuestro lanzamiento oficial como frente este viernes 17 en la Conferencia de Prensa que realizaremos en el Hotel Castelar.

Editorial SoB 417 (Argentina), 16/3/17

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