África

Entrevista con Ibrahim Hassan Addou, secretario de exteriores de la Unión
de Tribunales Islámicos de Somalia

"¿Con qué pruebas nos llaman terroristas?"

Por Josep Saurí
El Periódico, 22/04/07

Ibrahim Hassan Addou es decano y profesor de la Universidad al–Furqan de Mogadisco, capital de Somalia. Participó en las fallidas negociaciones de paz de Jartum (2006). Hijo de una familia nómada, desconoce cuándo y dónde nació. Formado en EEUU, volvió a Somalia en el 2001 porque "la gente sufría mucho". La semana pasada explicó en Barcelona que la gente sigue sufriendo.

–¿Qué pasa en Somalia?

–Un genocidio. El Ejército etíope ataca con morteros y bombardeos aéreos a los ciudadanos, que no están de acuerdo con su intervención ni apoyan al llamado Gobierno de transición. Cientos de miles de personas han huido de Mogadischo. Pedimos ayuda al mundo.

–¿Cuál es la salida?

–Etiopía debe retirarse, y necesitamos mecanismos de verificación internacionales, porque sino puede irse por la mañana y volver por la tarde. Hace falta un alto el fuego inmediato, y un proceso de reconciliación con la participación de todos.

–Cuando los tribunales islámicos controlaban el país, ¿por qué no fue posible la reconciliación?

–Nosotros estábamos preparados para la paz, pero el Gobierno de transición está teledirigido por Etiopía.

–¿Y qué quieren los etíopes?

–Buscan el caos en Somalia para aprovechar el vacío de poder y gobernarla a su antojo. Con la independencia de Eritrea se quedaron sin costa, y quieren usar la nuestra.

–¿Qué legitimidad tienen los tribunales islámicos para hablar en nombre del pueblo somalí?

–Antes de la invasión etíope, los tribunales islámicos trajeron durante seis meses la paz y la estabilidad a Somalia. Logramos el apoyo del 80% de la población y derrotamos a 11 poderosos señores de la guerra respaldados por EEUU. Durante los combates, la gente nos traía agua y comida. Reabrimos el aeropuerto, iniciamos el desarme de los civiles, reprimimos la piratería. Y todo sin un euro de ayuda externa. Evidentemente, todo eso no puede conseguirse sin el apoyo popular.

–Esa paz y esa estabilidad se basaban en una aplicación estricta de la sharia. ¿Es eso compatible con un proceso de reconciliación?

–¿Quién se queja de la sharia? ¿Los somalís? No lo creo. No entiendo por qué se cuestiona que la apliquemos. Somalia es un país musulmán, y el islam es nuestra identidad. Si hay un conflicto, acudimos al tribunal para que decida según nuestra ley. No hacemos nada ilegal ni injusto. No cogemos a la gente y la ejecutamos o le cortamos la mano sin más. Hay juicios limpios. Otros muchos países tienen la pena de muerte, como EEUU. Pedimos al mundo que intente conocer mejor y respetar nuestro sistema legal. Somos gente razonable que queremos vivir de acuerdo con nuestros valores y coexistir en paz con el resto del mundo. En el ámbito exterior nos ceñiremos a la legalidad internacional, pero en el local debe permitírsenos hacer las cosas a nuestra manera.

–Han sido acusados de tener vínculos con Al Qaeda.

–Se dicen muchas cosas, pero ¿con qué pruebas? ¿Dónde están? Nuestra trayectoria es muy clara. Como establece el islam, estamos por la paz, contra el terror y contra la muerte de inocentes. No somos terroristas, y no entendemos por qué se duda de nosotros.