América Latina

Otra agachada de Kirchner

¡No al envío de tropas argentinas a Haití!

Socialismo o Barbarie, periódico, 13/05/04

Como de costumbre, el cacareo de Kirchner contra EE.UU. termina, más pronto que tarde, en acceder a los reclamos yanquis. Es el caso de la decisión de enviar un contingente de unos 500 militares argentinos a Haití, para integrar una fuerza de “imposición de paz” (sic) en el castigado país caribeño. En esta decisión, hay que decirlo, no está solo: otros connotados presidentes “progresistas” latinoamericanos, en primer lugar Lula da Silva, de Brasil, se sumaron al pedido de Bush.

Es una clara definición política: así lo entienden incluso los más rancios gorilas proimperialistas, que describen la postura de Kirchner como un “gesto fundamental de acercamiento hacia el gobierno de George W. Bush” (La Nación, 9-5-04). El verso, esta vez, es que se cuenta con el “paraguas de la ONU”; así, el gobierno aduce que actúa no por cuenta y orden de los yanquis, sino como parte de la “comunidad internacional”.

Los roces entre EE.UU. y la ONU a propósito de la guerra en Iraq suelen hacer olvidar que en todo lo fundamental la ONU es un foro y una correa de transmisión de los intereses imperialistas en la región que sea. En este caso, como EE.UU. y Francia (las potencias que históricamente explotaron y saquearon a Haití) coinciden en seguir controlando y sojuzgando al pueblo haitiano, la ONU no demoró en ponerse el casco de intervención “humanitaria”, que en realidad tiene objetivos claramente políticos y militares. Inclusive, el nombre oficial del contigente es “Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití”. Por otra parte, el mandato de “imponer la paz” suena tan belicoso que hasta el más lavado de los progres lavados, Federico Storani (UCR), advirtió que esa “imposición” conducirá directamente al choque militar con los focos insurgentes haitianos (La Nación, 9-5-04).

Sin embargo, no hay que olvidar algo fundamental: por más cháchara “humanitaria” que se haga, uno de los objetivos centrales de la misión es, además, hacer un relevo de tropas que le permita a EE.UU. sacar sus marines de Haití. ¿Adónde van a ir? Seguramente que no a descansar a Fort Bragg. La ocupación yanqui en Iraq afronta serios problemas: desde la resistencia iraquí hasta la retirada de las tropas de los ex aliados, pasando por el escándalo de las torturas (ver nota aparte). Ante eso, Bush redobla la apuesta y afirma que crecerá el envío de tropas a Medio Oriente, por lo que necesita de todos los efectivos de que pueda disponer.

Por eso, es evidente que enviar tropas a Haití es ayudar a EE.UU. a desplazar más mensajeros de muerte a Iraq. Los yanquis necesitan que los releven cuanto antes: por eso reclaman que la fuerza de intervención “multinacional” esté lista para el 1º de junio (Clarín, 7-5-04). Y allá corren todos los gobiernos de “centroizquierda” latinoamericanos.

En eso, Kirchner es un típico representante del cinismo “progre”, que dice tomar distancia de lo que hace EE.UU. en Iraq, pero que con el pretexto de intervenir en una “crisis humanitaria” sirve a los intereses políticos y militares de los yanquis.

Por último, digamos que en el terreno de la política internacional Kirchner se acerca más a las famosas “relaciones carnales” de lo que quisiera admitir. De hecho, desde la segunda posguerra (1945) hasta la actualidad, casi todos los envíos de tropas al exterior con fines de intervención hechos por un gobierno argentino estuvieron a cargo de Carlos Menem. Kirchner no interrumpe esa práctica vergonzosa sino que la continúa.

¡Todos los que rechazan la intervención yanqui en Iraq deben denunciar esta entregada de Kirchner y otros gobiernos de la región! ¡Todas las fuerzas democráticas, antiimperialistas y de izquierda debemos ponernos de acuerdo para organizar una movilización que le pare la mano a los amigos vergonzantes de Bush!

¡Repudiemos los “gestos” de Kirchner hacia Bush!

¡Cada soldado argentino en Haití es un marine en Iraq!

¡Ni un hombre, ni un arma argentinos en Haití!