América Latina

Un caso de mala memoria

Se olvidaron de la distribución del ingreso

La CEPAL es optimista respecto del crecimiento de América Latina y el Caribe. Estiman que aumentará la riqueza per cápita. Pero no se habla sobre cómo repartir la torta.

Por Pablo Ramos
APM (Agencia Periodística del Mercosur), 04/08/05

L a Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) presentó un informe sobre las estimaciones macroeconómicas para el área. Según el organismo con sede en Santiago de Chile, la región va a crecer un 4,3 por ciento este año, y se prevé que en 2006 también vuelva a expandirse a una tasa cercana al 4 por ciento. De resultar así, se completaría un ciclo de cuatro años consecutivos de crecimiento y lograría un aumento de la producción per cápita acumulado de alrededor del 10 por ciento entre 2003 y 2006. Sin embargo, nada se menciona de la mejora relativa de los sectores sociales involucrados.

"Hay lugar para cierto optimismo", señala la CEPAL, ya que la región "está mejor preparada que en el pasado para enfrentar los retos", al tiempo que advierte la necesidad de crecer a una tasa más alta para solucionar los graves problemas en los mercados de trabajo. Y este es, quizás, el momento donde más se acerca a la gravedad de los problemas que atraviesan millones de latinoamericanos.

El informe destaca que “en el 2005, América del Sur crecería un 4,7 por ciento, México y América Central un 3,6 por ciento, y el Caribe un 4 por ciento”, según las proyecciones entregadas en el Estudio Económico de América Latina y el Caribe, 2004–2005. La economía que más va a crecer es la Argentina, con un estimado en 7,3 por ciento, seguida de Venezuela (7 por ciento), Uruguay (6,2 por ciento), Chile (6 por ciento), Perú (5,5 por ciento) y Panamá (4,5 por ciento).

“Pese a la desaceleración esperada de la economía mundial –agrega el informe–, en 2005 la región se sigue beneficiando de un muy favorable escenario externo caracterizado por el crecimiento del PIB mundial y del comercio internacional, el alza de los precios de las materias primas y las bajas tasas de interés”.

Hay una conclusión que debemos destacar: “El repunte de la demanda interna se ve favorecido por las tasas de interés que aún se mantienen en niveles históricamente bajos y por las apreciaciones cambiarias en varios países en los primeros meses del 2005”. Es decir, aunque la CEPAL es optimista con respecto a un incremento de las exportaciones regionales en 2005, pone un mayor énfasis en la demanda interna como impulsora del crecimiento.

Aquí es bueno hacer una aclaración. La distribución justa de la riqueza no sólo es “políticamente correcta”, basada en criterios de igualdad y humanismo, sino también es “económicamente correcta”. En una sociedad donde un minúsculo sector se apropia de toda la renta, y la mayoría sólo subsiste, el crecimiento económico tiende inexorablemente a ser breve. El consumo de este sector alto se enfoca en bienes de tipo suntuario y generalmente de origen extranjero. Pueden comprar un auto de lujo hecho en Italia o Alemania, y comprar un cuadro de una cifra con cuatro ceros, pero el efecto dinamizador de este consumo es casi nulo.

En cambio, cuando la riqueza está distribuida en forma equilibrada, se van a vender más autos de menor valor –probablemente ensamblados en el país, con uso de materiales nacionales– con un evidente efecto multiplicador en la economía local, y quizás, más gente concurra a eventos culturales que genere que una parte de la población pueda vivir de esta “industria cultural”.

Es decir, que desde el punto de vista económico, también es beneficiosa la distribución equitativa de la riqueza generada por una economía.

El informe destaca que en la región surgen nuevas oportunidades de inversión gracias a este crecimiento, en un contexto, cierto es, favorable: elevada competitividad externa, superávit de cuenta corriente y equilibrio y/o superávit fiscal. A continuación, se destaca que “la lenta pero sostenida recuperación de la masa salarial –por el aumento de la ocupación como del salario– ha comenzado a impulsar el consumo privado”. Este, creemos, es el punto sobre el cual tenemos que centrarnos, ya que el crecimiento en el largo plazo debe contemplar una consolidación del poder de compra del salario, y no una suba pasajera del tipo que se diera en Argentina en los primeros ´90.

El endeudamiento externo ahora representa el 37,5 por ciento del PIB para los 19 países, lo que es una mejoría respecto al 43 por ciento en diciembre del año pasado. Es previsible que la región registre nuevamente un superávit en la cuenta corriente de la balanza de pagos de alrededor del 0,7 por ciento del PIB, según la tendencia de los primeros meses del 2005.

El año pasado bajó la tasa de desempleo regional del 10,7 por ciento al 10, con lo cual se vieron favorecidas 800.000 personas. En términos absolutos, la desocupación urbana se redujo de 19.400.000 personas a 18.600.000. La mayoría de los nuevos puestos de trabajo corresponden a empleo asalariado y en muchos países se expandió el empleo formal.

El secretario general de la CEPAL, el argentino José Luis Machinea, reafirmó la visión optimista que el informe refleja. “Hay síntomas alentadores, como el crecimiento de las exportaciones, que confirma una tendencia previa, tanto por volúmenes físicos como por precios. En la Argentina crecen las cantidades un 18 por ciento, pero caen los precios un 2 por ciento, lo que da un resultado del 16 por ciento. Esta es una buena oportunidad para agregar valor a las exportaciones, pero no para adelante, sino también hacia atrás, a través de investigación y desarrollo. Además, mejoraron los términos de intercambio.”

Si embargo, hace una advertencia:”La región mantiene una política fiscal muy prudente; en este sentido, la Argentina y Brasil son los ejemplos más evidentes aunque no los únicos. Y como consecuencia de este fenómeno cae la deuda. De todos modos, si bien crecer al 4 por ciento anual es muy bueno, para bajar el desempleo representa un nivel demasiado bajo y por lo tanto la tasa de desocupación hasta puede llegar a subir nuevamente.”

Según la CEPAL, “la actual fase de auge muestra algunas características que la diferencian de experiencias previas y que podrían influir en la evolución futura de las economías de América Latina y el Caribe. Entre las razones para cierto optimismo se encuentran las tendencias de largo plazo del comercio internacional, con un impacto favorable en los términos de intercambio, la acumulación de reservas internacionales, la mejora de los indicadores de endeudamiento externo, y el fortalecimiento de las cuentas fiscales”.

“Por otra parte, –continúa el informe– persisten riesgos como un posible ajuste traumático de algunos de los desequilibrios existentes en la economía internacional y el peligro de una reacción proteccionista, los costos del seguimiento simultáneo de metas cambiarias y monetarias, y la elevada elasticidad ingreso de las importaciones”.

“Por lo tanto y para poder mantener y aumentar las tasas de crecimiento, y así avanzar en las mejoras de los indicadores laborales y sociales, la región debe mejorar los señales para estimular el ahorro y las inversiones”, es la conclusión y la advertencia que el organismo realiza. Pero es nuestra obligación señalar que, otra vez, se olvidaron de hablar de la distribución del ingreso.