América Latina

Salvaje represión al pueblo de San Salvador Atenco

El pasado 3 de mayo, en el pueblo de San Salvador Atenco, se iniciaba una de las represiones más brutales de los último años en México, con muertos, centenares de heridos y presos, y decenas de mujeres violadas por la policía. Este municipio se hizo famoso años atrás por haber sido protagonista de una lucha triunfante contra la expropiación de sus tierras para construir un aeropuerto para la ciudad de México. Desde entonces, ha estado en la mira del gobierno y el estado mexicanos. (Nota de SoB)

Desalojo de ambulantes termina en combate campal

La Jornada, 04/05/06

7:00 horas. La policía municipal de Texcoco se enfrenta a comerciantes ambulantes integrantes del Frente de Pueblos Unidos en Defensa de la Tierra, a los que pretendía desalojar del mercado Belisario Domínguez. Como resultado de la gresca 12 agentes de Seguridad Pública resultan heridos, tres de ellos con arma blanca, y otro se encuentra grave por los golpes que recibió en la cabeza.

8:30. Decenas de personas, entre las que había mujeres y niños, se atrincheran en una casa de la calle Morelos, a media cuadra de donde ocurre el enfrentamiento, en el centro de Texcoco. Los inconformes aseguran que no se rendirán y defenderán sus derechos "hasta con la sangre". Unas tres centenas de policías municipales y estatales toman posiciones entre las calles Cristóbal Colón, Manuel González y Morelos.

11:20. Habitantes de San Salvador Atenco, estado de México, secuestran a dos agentes municipales de Ecatepec que transitaban por la carretera México-Texcoco. Este hecho ocurre en el tramo bloqueado por los atenquenses en demanda de la libertad de los comerciantes que estaban atrincherados en una casa de la calle Morelos, en Texcoco, y otras tres personas detenidas. Los policías Daniel Guzmán Sosa y Carlos Hernández Ortega viajaban en la patrulla 169 cuando fueron sorprendidos por los ejidatarios. La patrulla fue incendiada una hora después.

13:30. Agentes de las policías municipal, estatal y federal intentan sin éxito desalojar a los habitantes de San Salvador Atenco de la carretera federal México-Texcoco. Los uniformados son recibidos con una andanada de piedras, botellas y cohetones. En tanto, la policía municipal, Seguridad Pública del Estado y la Policía Federal Preventiva (PFP) contratacan con gases lacrimógenos. Ante su fracaso, los policías se retiran a 2 kilómetros del poblado, donde se reagrupan para intentar una nueva incursión.

13:45. Continúan enfrentamientos esporádicos entre pobladores y policías. Una pipa de la empresa Gas Bustamante es utilizada por los habitantes como escudo con el propósito de impedir que los policías lancen más gases lacrimógenos. Además amenazan con incendiarla.

14:00. Comerciantes de Texcoco, apoyados por un número creciente de habitantes de San Salvador Atenco, mantienen el bloqueo de la carretera federal Texcoco-Lechería, a la altura del kilómetro 26.

14:20. Los cuerpos policiacos municipal, estatal y federal emprenden un nuevo intento por desalojar a los ejidatarios que bloquean la carretera Texcoco-Lechería, al tiempo que pretenden ingresar a la cabecera municipal de San Salvador Atenco para liberar a los agentes Daniel Guzmán Sosa y Carlos Hernández Ortega. Se desata una batalla campal en la cual los contendientes utilizan bombas molotov, gases lacrimógenos, piedras, cohetones, botellas, machetes y palos. Después de un enfrentamiento de unos 20 minutos, el intento por desalojar el bloqueo fracasa y los uniformados, aproximadamente 400, retroceden. En el auditorio Emiliano Zapata de San Salvador Atenco permanecen retenidos cinco policías estatales, dos de la corporación municipal de Ecatepec -Carlos Hernández Ortega y Daniel Guzmán Sosa-, así como los agentes judiciales Alfredo Ballina Villa Fuente y José Campos Aguilar. Los pobladores de Atenco mantienen tres bloqueos sobre la carretera Texcoco-Lechería.

14:40. Unas 10 personas detienen a un policía federal que queda rezagado tras el enfrentamiento y le propinan tremenda golpiza. El agente queda inmóvil sobre el piso hasta que es rescatado por sus compañeros. Además, seis elementos de la Agencia Federal de Investigación (AFI) son retenidos por los lugareños y trasladados al auditorio Emiliano Zapata, donde ya estaban retenidos otros cinco policías. Por lo menos una docena de uniformados son trasladados a hospitales.

15:15. Suenan las campañas de las iglesias de San Salvador Atenco llamando a los lugareños a concentrarse en las entradas del poblado y en la carretera Texcoco-Lechería.

15:25. Las fuerzas oficiales hacen un tercer intento por penetrar a San Salvador Atenco. El operativo de las policías municipal, estatal y federal provoca otra batalla campal sobre la carretera. Una multitud repele la embestida de los uniformados lanzando petardos, bombas molotov y piedras. Se escuchan cinco detonaciones que cimbran la tierra y logran intimidar a los agentes. Los habitantes sitian la zona y logran que los cuerpos policiacos abandonen el lugar y salgan corriendo despavoridos hacia los camiones en que los transportan, estacionados a unos 3 kilómetros del lugar.

15:45. Por lo menos 15 policías resultan heridos. Cuatro de ellos presentan graves heridas y son trasladados por tierra y aire a hospitales de la Cruz Roja y del Ejército Mexicano. Una patrulla y dos carros particulares arden sobre la carretera. Los pobladores retoman el control del conflicto y logran que los elementos policíacos abandonen el lugar.

16:15. Fuentes de la policía del estado de México confirman el deceso de dos habitantes de San Salvador Atenco. Se trata de un menor de 10 años, quien fue herido por un petardo, y un adulto de aproximadamente 30 años, sin que se especifiquen las causas. Niegan que haya fallecido un elemento de la AFI.

17:15. Durante casi 10 minutos, unos 500 agentes antimotines del estado de México lanzan gases lacrimógenos contra la casa ubicada en la calle Morelos, en el centro de Texcoco, donde se habían atrincherado desde las 8:30 horas los floricultores. Es arrestado Ignacio del Valle, dirigente del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra. Habitantes de San Salvador Atenco reiteran su amenaza de hacer explotar dos carros tanque cargados con combustible sobre la carretera de Texcoco.

19:00. Unos 15 elementos de distintas corporaciones permanecen retenidos en el auditorio Emiliano Zapata de San Salvador Atenco: cuatro son de la Policía Federal Preventiva, dos del cuerpo de granaderos del estado de México, dos de la policía municipal de Ecatepec, dos agentes ministeriales y cinco policías estatales. El gobierno mexiquense confirma que los cuerpos policíacos han arrestado a 31 integrantes del Frente de Pueblos Unidos en Defensa de la Tierra, incluido su líder Ignacio del Valle.

Sitian 500 granaderos a atenquenses y floricultores

Texcoco, Mex., 3 de mayo. El dirigente del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT) de San Salvador Atenco, Ignacio del Valle Medina, junto con 40 de sus compañeros y floricultores de la zona de Texcoco, quienes permanecieron a lo largo de nueve horas atrincherados en una de las viviendas de la zona centro, fueron brutalmente golpeados y desalojados por unos 500 granaderos.

En el operativo, los efectivos antimotines prácticamente destrozaron la vivienda donde se mantenían apostados los atenquenses y floricultores; cuatro casas aledañas y nueve automóviles resultaron dañados. Además, los uniformados arremetieron contra reporteros y fotógrafos.

Todo se originó en los primeros minutos de este miércoles. En la zona centro de Texcoco, cerca del mercado municipal Belisario Domínguez, un grupo de 40 floricultores, apoyados por los atenquenses, se congregó en la vivienda marcada con el número 111 de la calle Manuel González, a una cuadra del mercado. La intención era esperar el amanecer, con el propósito de intentar instalarse frente al centro de abasto para la venta de sus productos.

Los floricultores, apoyados por los atenquenses, ya habían intentado en otras ocasiones colocarse en el sitio, pero la policía estatal y municipal se los había impedido con un operativo montado permanentemente desde hace 15 días. Esta ocasión, las cosas pasaron a mayores. Primero, un fuerte dispositivo policiaco había sido desplegado desde la noche anterior en los alrededores del mercado.

Eran las 7:25 de la mañana; al frente del contingente de productores de flor estaban Patricia Romero e Inés Rodolfo, dos de sus dirigentes, mientras que con los campesinos estaban Ignacio del Valle y Felipe Alvarez. Al intentar los floricultores colocarse en la banqueta del mercado se desató el enfrentamiento. La policía municipal arremetió contra los campesinos y éstos a su vez repelieron el ataque. La batalla, donde salieron a relucir cohetones, machetes, palos y piedras, por un bando, y gases lacrimógenos y toletes, por la policía, duró por lo menos 20 minutos.

Seis de los manifestantes resultaron con golpes contusos, mientras que nueve policías municipales y estatales salieron heridos. Ahí fueron detenidos la dirigente de los floricultores, Patricia Romero, además de su padre e hijo, Raúl Romero y Arturo Sánchez, respectivamente.

Las calles Fray Pedro de Gante y Manuel González se convirtieron en campo de batalla. Los atenquenses se replegaron a la vivienda de donde habían salido. La casa, propiedad de la dirigente, tiene dos plantas, donde desde lo alto se atrincheraron y repelieron el ataque de los efectivos policíacos.

Los uniformados rodearon por lo menos cinco calles. Desde las 8:30 de la mañana, Ignacio del Valle, junto con 40 de sus compañeros, permaneció atrincherado. Los seis heridos del bando de los manifestantes primero fueron atendidos en un cuarto de la casa, pero luego se permitió la entrada de paramédicos. Desde lo alto de la vivienda se blandían machetes. Ahí, Ignacio del Valle daba instrucciones vía telefónica para que en Atenco sus compañeros se congregaran y acudieran en su ayuda.

Inclusive, Del Valle Medina recibió varias llamadas de parte de funcionarios del gobierno estatal, a los que ratificó su disposición al diálogo si retiraban la fuerza pública. Manifestó que lo único que se pedía era que se permitiera a los floricultores instalarse y vender sus productos. ''No vamos a ceder, nos quedaremos aquí días, si es necesario'', dijo. Y pedía la intervención de personal de derechos humanos para cerciorarse que los tres detenidos no fueran torturados.

Fueron nueve horas de tensión. Desde las 8:30 hasta las 17:30. En ese lapso ninguna autoridad se acercó o intervino para dialogar con los atrincherados; el diálogo nunca se entabló. Pasadas las nueve horas, la policía determinó incursionar en la vivienda; no se sabe si hubo alguna orden de cateo.

Gases lacrimógenos fueron lanzados a las partes alta y baja de la vivienda donde estaban los inconformes, mientras que por las tres casas aledañas y un terreno posterior, los efectivos subieron a las azoteas para detener a los floricultores. En 10 minutos los granaderos pudieron romper parte del zaguán principal y acceder a la parte alta. Los efectivos arremetieron contra mujeres y hombres. Uno a uno fueron sacados del inmueble. La saña de los golpes, macanazos y patadas de los policías fue mayor cuando detectaban que se trataba de campesinos del FPDT.

Felipe Alvarez e Ignacio del Valle fueron sometidos por decenas de granaderos y golpeados hasta el cansancio. También lo hicieron con Rodolfo Cuéllar, quien fue el último en ser sacado e iba prácticamente inconsciente.

Una joven y una señora -que también eran pateadas- pedían a los granaderos que terminara la golpiza. Las súplicas fueron inútiles. Para entonces ya los granaderos sabían cómo sus compañeros en Atenco eran golpeados por los pobladores de ese lugar. ''Se las vamos a partir, nos vamos a vengar, no sean llorones'', advertían los efectivos policíacos. La refriega también alcanzó a varios reporteros, fotógrafos y camarógrafos que cubrían la información. Uno de los fotógrafos, Héctor Téllez, fue sometido por casi una veintena de policías y pateado al haber tomado la imagen de cómo golpeaban a los detenidos.

Los al menos 40 atenquenses y floricultores fueron llevados a un camión de granaderos, mientras que a Ignacio del Valle lo metieron a una patrulla. Fueron trasladados a la Subprocuraduría de Justicia de Texcoco y de ahí hacia Toluca.

En la zona, la casa quedó prácticamente destruida; sólo se veían restos de flores, vidrios, ropa y algunos documentos personales de los detenidos. Tres domicilios aledaños se vieron dañados, al igual que nueve vehículos particulares.

Tras el desalojo, la zona permaneció resguardada por la policía municipal.

Vecinos de San Salvador Atenco acudieron en apoyo de floricultores desalojados

San Salvador Atenco, Mex., 3 de mayo. La escasez de argumentos para resolver la reubicación de un grupo de floricultores temporaleros, y el uso de la fuerza pública contra ellos, desató la ira de campesinos y moradores del valle texcocano, que respondieron con machete en mano, piedras y bombas molotov a las incursiones punitivas de las policías federal y estatal, que intentaron reabrir la carretera Texcoco-Lechería con fusiles lanzagranadas con gas lacrimógeno.

La violencia institucional se topó con una barrera humana a la entrada de San Salvador Atenco, que en medio de una lluvia de piedras, toletes, bombas caseras, petardos e incluso disparos de arma de fuego, cobró una víctima, Javier Cortés Santiago, de 14 años de edad, a quien sus amigos conocían como El Pilo.

El enfrentamiento también arrojó del lado de las fuerzas policíacas un número indeterminado de heridos.

-¿Cuántos lesionados tienen, oficial? -se preguntó a un mando de la policía estatal.

-Uta, somos cientos, cientos, mira -y mostró el codo izquierdo sangrante.

Desde hace 16 años, en cada temporada de cosecha, los floricultores temporaleros de los pueblos del valle de Texcoco bajan a la cabecera municipal para instalarse en las aceras del centro histórico, y en especial a un costado del mercado Belisario Domínguez. Esa tradición terminó cuando un programa de reordenamiento urbano fue puesto en práctica por el entonces alcalde perredista, Higinio Martínez Miranda.

Hace un mes, el edil sustituto de Texcoco, Nazario Gutiérrez, decidió de un día para otro colocar en las aceras que ocupaban los floricultores un destacamento de la policía local. Ese hecho fue objetado por los campesinos y su líder, Rodolfo Cuéllar, quienes iniciaron una ronda de negociaciones para preservar la costumbre de colocarse en el mercado Belisario Domínguez. El acuerdo final fue que, a partir de ayer, los vendedores podrían continuar la vendimia sin ser molestados por la autoridad.

Cuéllar y los floricultores invitaron al Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT), liderado por Ignacio del Valle, para ser testigos de la instalación de sus puestos en el centro histórico, porque esa organización los apoyó desde el inicio de sus diferencias con las autoridades municipales. Al llegar al sitio se encontraron con los policías, que fueron apostados ahí desde la madrugada del miércoles.

Pasadas las 7 de la mañana se inició el enfrentamiento, con un saldo de 15 heridos. Los campesinos se atrincheraron en una casa aledaña al mercado, y la noticia se supo en San Salvador Atenco. Los atenquenses se organizaron y salieron a la carretera Texcoco-Lechería para bloquearla. Eran las 8:30 de la mañana, y a esa hora demandaron a Carlos Carmona, funcionario de la Secretaría de Gobierno del estado de México, que se rompiera el cerco policiaco impuesto alrededor de la casa donde se refugiaron Ignacio del Valle, Rodolfo Cuéllar y sus compañeros. La respuesta oficial fue: ''No tenemos injerencia, es un problema que atañe al ayuntamiento de Texcoco''.

El flujo vehicular de la carretera se colapsó en sus dos sentidos. Así transcurrieron casi seis horas de bloqueo, en las que los inconformes retuvieron a los policías municipales de Ecatepec Carlos Hernández y Daniel Guzmán, en la comunidad de Acuexcomac, y a los judiciales estatales José Campos y Alfredo Ballina, quienes -según David Pájaro, uno de los líderes del frente- eran acompañados por una mujer no identificada.

A las 14:15, las policías Federal Preventiva y estatal, que juntas agrupaban a 400 efectivos, arribaron hasta la zona de la protesta con intención de liberar la carretera. Avanzaban a paso rápido hasta que frente a ellos se ubicó una valla de campesinos y lugareños con machetes, piedras, bombas molotov y cohetones. Ambos bandos eran divididos por vallas de llantas de tráiler que ardían.

Los atenquenses eran contenidos con gritos de mujeres y hombres: ''¡Calma, compañeros!'', pero la amenaza de los efectivos, a 20 metros de distancia, no dio tregua alguna, y tanto uniformados como campesinos iniciaron una cruenta batalla que incluyó gases lacrimógenos.

En tres ocasiones, la policía intentó romper el cerco de lugareños, pero fueron replegados por jóvenes, adultos, ancianos, que con coraje indescriptible empujaron a las fuerzas policíacas hacia el sitio en que se habían apostado originalmente.

El repliegue se extendió más de dos kilómetros. A su paso los policías rompieron vidrios de las casas, pues lanzaban las mismas piedras que les arrojaban los campesinos. El asfalto se tiñó de sangre de ambos bandos en algunos tramos. El último intento de los policías, el cuarto, fue el más cruento. Las filas de las fuerzas del orden estaban disminuidas, los heridos de ese lado se multiplicaban y la fuerza de los pobladores se incrementó, una vez que una mayor cantidad de gente de San Salvador Atenco salió para apoyar a sus vecinos.

Del enfrentamiento hombre a hombre salieron perdiendo los policías estatales y federales. Ya se encontraban diezmados. En el combate con piedras y machetes, de un lado, y bombas lacrimógenas lanzadas desde el aire por helicópteros de la policía, seis agentes resultaron golpeados y se les trasladó al auditorio ejidal.

A las cuatro de la tarde había terminado el enfrentamiento, y también a esa hora se supo del saldo trágico: Javier Cortés Santiago, El Pilo, había muerto víctima de un impacto de bomba de gas lacrimógeno en el pecho, y quedó tendido en el kilómetro 26 y medio de la carretera. Además otro joven, de 16 años y aún no identificado, se encontraba grave por disparo de arma de fuego.

Ante la ineficaz operación de los policías, los mandos ordenaron el retiro de las fuerzas, que fueron concentradas a un costado del destacamento de la PFP en Tocuila. Eran las cuatro de la tarde y desde entonces también los atenquenses se reorganizaron. Elaboraron cajas y cajas de botellas explosivas, se exigieron no claudicar ante el probable embate de la fuerza policiaca. ''¡Queremos que se sientan dignos de defender a su pueblo!'', gritaba la señora Trini, esposa de Ignacio del Valle.

Al transcurrir la noche, y hasta el cierre de esta edición, se esperaba que las fuerzas policiacas ingresaran al pueblo para liberar a sus compañeros retenidos, abrir la carretera y detener a los líderes del Frente del Pueblo en Defensa de la Tierra. Mientras la zozobra imperaba en Atenco, en Texcoco el gobernador mexiquense, Enrique Peña Nieto; el secretario de Seguridad Pública federal, Eduardo Medina Mora, y el comisionado de la agencia de seguridad estatal, Wilfredo Robledo, resolvían qué salida dar al conflicto.


Violadas, 30 de 47 detenidas en Atenco

La Jornada, 14/05/06

La Procuraduría General de la República (PGR) interviene ya en el caso de las violaciones de que fueron objeto mujeres detenidas tras los hechos de San Salvador Atenco. Fuentes oficiales indicaron que se presentó una denuncia formal ante la dependencia que dirige Daniel Cabeza de Vaca Hernández, en la que imputan a agentes policíacos maltrato, vejaciones, violaciones y abusos contra siete de ellas.

Al respecto, el representante legal de las ofendidas, Juan de Dios Hernández Monge, confirmó que las violaciones y los abusos sexuales que sufrieron 30 de las 47 detenidas "se han denunciado ante un representante de la PGR y cuatro visitadores de la Comisión Nacional de Derechos Humanos".

Según el abogado, la denuncia se presentó el viernes por la noche, y fuentes de la PGR indicaron que el caso podría quedar en manos de la Subprocuraduría de Derechos Humanos de esa dependencia, aunque la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos contra las Mujeres está en espera de que el expediente le sea turnado.

Hernández Monge señaló que de las 47 detenidas durante el asalto policiaco en Atenco, "al menos 30 tienen el problema de haber sido violadas por penetración de pene, con los dedos u otros objetos", aunque también -indicó- un hombre fue violado con un tolete.

De acuerdo con los funcionarios de la PGR, fueron siete las mujeres que formalizaron la denuncia ante el Ministerio Público Federal. Informaron que esta denuncia pudo haber quedado en la oficialía de partes de la dependencia, y en las próximas horas se haría oficial su envío a la Subprocuraduría de Derechos Humanos o a la Fiscalía para Mujeres.

En tanto, en una carta abierta a la opinión pública, las 47 mujeres capturadas por policías federales y del estado de México acusaron que no sólo fueron "insultadas, humilladas, golpeadas, torturadas, abusadas sexualmente y violadas, sino que ahora somos también presas y delincuentes".

Desde su reclusión dan cuenta de los excesos que cometieron con ellas los uniformados que participaron en el operativo del 4 de mayo: "Fuimos tocadas, pellizcadas, pateadas, golpeadas con puños, toletes, macanas y escudos en senos, nalgas y genitales. Mientras seguían amenazándonos, fuimos mordidas en senos, pezones, orejas, labios y lengua. Penetradas con dedos y objetos, algunas obligadas a hacer sexo oral mientras se burlaban de nuestra condición de mujeres".

Este escrito representa la primera denuncia pública que se da a conocer respecto a los abusos a los que fueron sometidas. En la carta, aseguran que ahora son víctimas de negligencia médica, debido a que no han sido atendidas por las agresiones sufridas y ahora padecen infecciones vaginales o en las heridas.

Además, señalan que continuarán con su huelga de hambre hasta lograr que se haga justicia para todos los detenidos del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra.

Formal prisión a otros tres detenidos

El juez segundo penal de Toluca, con sede en la prisión estatal de Santiaguito, Jaime Maldonado Salazar, dictó ayer auto de formal prisión contra Inés Rodolfo Cuéllar Rivera, Anastasio Arias Peralta y Miguel Arias Peralta, por considerar que existen elementos suficientes para procesarlos por ataques a las vías de comunicación, derivado de los bloqueos que realizó la población de Atenco el pasado 3 de mayo en la carretera Lechería-Texcoco.

El juez los absolvió del cargo de delincuencia organizada que les imputó la procuraduría estatal, y a los hermanos Arias Peralta de secuestro equiparado, por lo que éstos podrán salir de la prisión estatal ubicada en este municipio, siempre que cubran la fianza de 14 mil 125 pesos que impuso Maldonado Salazar. En cambio, Cuéllar Rivera tendrá que permanecer en prisión, ya que se determinó que es presunto responsable de secuestro equiparado, por la retención de funcionarios estatales el 3 de mayo en Atenco, y al ser éste un delito grave, no alcanza el beneficio de la libertad bajo caución.

Con esta determinación suman 29 personas las que se quedarán encarceladas por estar acusadas de secuestro equiparado y 146 las que podrán enfrentar su proceso en libertad por ataques a las vías de comunicación. Hasta el momento, 80 de los 146 acusados de ese delito habían cubierto su fianza, y de éstos, 62 ya abandonaron el penal y el resto lo hará en las próximas horas.