Nicaragua

La transformación del Frente Sandinista

Por Sebastián Chavarría Domínguez
El Trabajador Centroamericano Nº 57, julio / agosto 2006

Este 19 de julio, el FSLN (Frente Sandinista de Liberación Nacional) volvió a llenar la plaza “La Fe” con 60,000 simpatizantes en una impresionante demostración de fuerza y arraigo popular. Lleva 27 años haciéndolo (1979-2006), pero en este año electoral ha hecho temblar a sus contendientes.

¿Que factores inciden en mantener ese caudal electoral?

Primera etapa: la guerrilla heroica

En la historia del sandinismo deben analizarse tres etapas. La primera, (1961-1979) la de su nacimiento como un acto de rebeldía de la clase media contra la dictadura s o m o c i s t a , especialmente de los sectores estudiantiles radicalizados.

Fue la etapa heroica, de la guerrilla valiente que se enfrentaba con pistolas a los rifles Garand de la Guardia Nacional, en la que forjó su mística y capacidad de sacrificio, que le permitió sentar una tradición revolucionaria. Este factor fue decisivo para que las masas vieran en el FSLN una organización de lucha inclaudicable contra la dictadura, que lo convirtió en el periodo 1978-1979 en una organización guerrillera con influencia de masas, que encabezo la insurrección popular hasta la toma del poder el 19 de julio de 1979.

Segunda etapa: el FSLN en el poder

La segunda etapa, es la del FSLN en el gobierno, que va de 1979 hasta 1990, cuando fue derrotado en las urnas por la Sra. Violeta Chamorro. Bajo el gobierno sandinista se produjeron tres tipos de gobierno.

El primer gobierno fue de Unidad Nacional (1979-1982) con la burguesía opositora (Violeta Chamorro y Alfonso Robelo), que fracasó estrepitosamente por el empuje de las masas. Este es el periodo en donde las masas lograron obtener importantes conquistas materiales: subsidios, comisariatos, etc. Estas conquistas comenzaron a disolverse en 1982 que marca el inicio de la “guerra secreta” contra Nicaragua que posteriormente se convertiría en una verdadera guerra civil.

El segundo g o b i e r n o s a n d i n i s t a (1982 a 1985) fue alianza del FSLN con la sombra de la burguesía, con la permanencia primero de Arturo Cruz y después con Rafael Córdoba Rivas dentro de la Junta de Gobierno. El FSLN inauguro un régimen bonapartista sui generis, al apoyarse en las masas para resistir la agresión imperialista, al mismo tiempo que hacia esfuerzos denodados por mantener funcionando la economía capitalista. Guerra, sacrificios y austeridad capitalista minaban por dentro la revolución El tercer gobierno se inauguró cuando el FSLN gano las elecciones de 1984. Daniel Ortega dejo de ser el coordinador de una Junta de Gobierno, y paso a ser el presidente de la República. Fue un gobierno netamente del FSLN con alianzas con sectores de la burguesía agroexportadora.

Entre 1984-1987 se sintieron los efectos de la guerra civil: decenas de miles de jóvenes fueron reclutados y muchos miles murieron en combate.

La contra llego a convertirse en un ejército semi-regular, no solo por el apoyo incondicional del imperialismo norteamericano, sino, fundamentalmente por las erróneas políticas del FSLN con los miskitos y con el campesinado.

Para 1987 el país ya estaba exhausto: una hiperinflación del 32.000% anual, la más alta del mundo, que consumía el salario de hambre de los trabajadores. Los intentos de huelgas y protestas populares fueron reprimidos brutalmente por el FSLN, sea con sus fuerzas de choque (las “turbas”) o con los órganos de seguridad. El endurecimiento a nivel interno podía terminar en una sangrienta dictadura.

Del régimen bonapartista sui generis habíamos pasado un descarnado régimen bonapartista, que perdía aceleradamente su apoyo de masa y se tornada cada vez mas represivo.

Pero 1987 marco la definición del FSLN: ante la gravedad de la crisis se negó a expropiar a la burguesía y los comandantes prefirieron negociar con el imperialismo norteamericano y sus agentes centroamericanos, convergiéndose en el corto plazo en un partido burgués. Fue un periodo en que se produjo el salto de calidad de un partido nacionalista pequeño burgués a un partido nacionalista burgués. El salto de calidad fue la piñata de 1990, cuando el FSLN perdió las elecciones y entregó como propiedad privada a sus principales dirigentes aquellos bienes que habían sido confiscados al somocismo. Dejo el gobierno para iniciar una nueva fase de colaboración “desde abajo”. Este fue el bautizo de la burguesía sandinista.

Tercera etapa: 15 años de statu quo

No hay duda que los comandantes del FSLN han desarrollado una tremenda habilidad política para convertir las derrotas electorales en cuotas de poder. En 1990-1992 impulsaron luchas sociales para terminarlas negociando con Antonio Lacayo, el poderoso yerno de la Sra.

Violeta Chamorro. Todas esas luchas salvajes terminaron en la mesa de negociaciones de la “concertación económica y social”, que termino en una segunda piñata a favor de los dirigentes sindicales.

La privatización de muchos bienes a “favor de los trabajadores” fue el tiro de gracia para muchos sindicatos, por que dejaron de convertirse en organismos de lucha para administrar empresas contra sus propias bases obreras, en un mercado capitalista.

La piñata costo 800 millones de dólares en indemnizaciones a los antiguos propietarios, que todavía forman parte de la deuda interna de Nicaragua. Doña Violeta dijo que esta era “el precio de comprar la paz social”.

Y es que “desde abajo”, de cara a las masas pobres, el FSLN ha desarrollado la habilidad de mantener un discurso opositor, contra el imperialismo y el “neoliberalismo”, un discurso populista de izquierda que le produce alguno réditos políticos.

Pero, en realidad, la clave del por que el FSLN conserva su votación reside en que decenas de miles de personas fueron beneficiadas con las migajas de la piñata.

Mientras la burguesía sandinista se quedo con la mayor parte de las empresas y fabricas, miles de personas agarraron un terrenito, recibieron un camión, una mantenedora, tierras para cultivas, una indemnización, algo que les permitió iniciar la dura lucha por la sobrevivencia económica.

El FSLN termino cogobernando con Doña Violeta, transformando en el principal pilar del estado burgués en Nicaragua. El FSLN estaba presente en todas las instituciones del estado (Policía, Ejército, burocracia estatal) sin tener ministros. Pero el cogobierno, aunque redituó importantes cuota de poder al FSLN, tuvo un efecto político negativo para el sandinismo.

Arnoldo Alemán ascendió a la presidencia enarbolando la bandera del antisandinismo, pero una vez que estaba en el poder se vio forzado a negociar con ellos. El discurso populista de izquierda para las masas, pero la dirigencia sandinista no tuvo el menor rubor de pactar con Alemán las reformas a la Constitución en el año 2000, y repartirse las instituciones del Estado, en lo que se ha denominado “el pacto”.

Los Estados Unidos nunca estuvieron preocupados por la corrupción de Alemán, sino por que le dio aire al FSLN en los momentos en que estaba más débil. Hoy el FSLN, nuevamente se nos presenta como un alternativa de poder, con la diferencia que su discurso es cada vez más conciliador.

En estos 15 años, y mas concretamente bajo la administración Bolaños, el FSLN desarrollo abiertas tendencias conciliadoras. Nunca ha renunciado a iniciar movilizaciones callejeras de protesta en los diferentes sectores sociales, pero su objetivo estratégico ha sido el de consolidarse económicamente como una nueva burguesía, peleando espacios de poder y mercados.

El discurso del 19 de Julio

Algunos filósofos han dicho que la forma esta relacionada con el contenido.

La transformación abiertamente burguesa de la dirigencia sandinista se manifiesta en sencillo hecho que Daniel Ortega, el sempiterno dirigente del FSLN, entro a la plaza montado en un caballo blanco de pura raza, de la misma forma que el general Anastasio Somoza García entraba a sus mítines políticos.

A lo anterior habría que agregar que uso la bandera de Nicaragua como capa, simulando a los gamonales de la época colonial. Otros montados llevaban la bandera de los Estados Unidos.

En su discurso, Daniel Ortega, llamó a todos los nicaragüenses a acabar con el “capitalismo salvaje (...) Si gobernamos en tiempos duros, ahora sin bloqueo, sin guerra, nos va a ser mucho más fácil hacer progresar a Nicaragua (...) No veo más que dos caminos: el camino del capitalismo salvaje, que está lleno de precipicios, y el de un mercado justo, de una economía social, solidaria”.

Ortega, por primera vez no atacó duramente la política norteamericana.

Su discurso enfatizó la necesidad de la unidad y la reconciliación. Nuevamente pidió perdón por los errores cometidos durante la década de los años 80. “Es difícil pedir perdón, pero a veces es más difícil perdonar, porque hay tanto odio y tanto rencor en los corazones de las personas”.

Por la víspera se casa el día.


Fallece Herty Lewites

¿Sentencia de muerte del Movimiento Renovador Sandinista?

Por Alex Burguess
El Trabajador Centroamericano Nº 57, julio / agosto 2006

A principios de julio, el deceso de Herty Lewites del Movimiento Renovador Sandinista (MRS) convulsionó el panorama político del país. Su repentina muerte ha significado un golpe duro, casi letal para dicho movimiento; pues Herty constituía la persona entorno a la cual concientemente se articuló toda lo política y campaña del MRS. El MRS se compone de figuras como Mónica Baltodano, Henry Ruiz, Luis Carrión, Dora Maria Téllez, quienes fueron importantes dirigentes del Gobierno Revolucionario de los años 80.

¿Por qué el divorcio?

Luego de la derrota de 1990, el FSLN inicia su proceso de transformación en un partido burgués, formando una burguesía amamantada de la “piñata” de los bienes estatales, su dirección central (Daniel Ortega, Coronel Kautz, Bayardo Arce, etc.) se convierte en la “facción política” de una casta de empresarios enriquecidos desde el poder. Con el ascenso de Alemán, el FSLN inicia los llamados “pactos”, que superficialmente se manifiestan en el reparto de cuotas en los Poderes del Estado, pero en el fondo es un acuerdo entre dos burguesías criollas nutridas del saqueo estatal, de realizar negocios y hacer fortuna en complicidad, caso elemental son los CENIS, mediante el cual ambas facciones del pacto se robaron mas de 500 millones de dólares.

Este modus operando gangsteril, es que provocó que la oligarquía y la pequeña burguesía emergente vieran en el “pacto” una competencia desleal para sus negocios; surgiendo así alas reformistas en ambos partidos, Montealegre (oligarquía) desde el PLC y el propio Lewites (pequeña burguesía) en el FSLN.

Fuera Herty: ¿quién se beneficia?

Lewites, no tenía opciones reales de poder, pero jugaba un papel desequilibrante en el panorama electoral; ahora se especula acerca de quién es el mas beneficiado y quién el perjudicado con su muerte.

Pareciese ser que el ALN de Montealegre es quién recibiría los réditos electorales, pues compartía con éste muy buena parte del discurso “anti-pacto”; así como la fama de luchar en sus partidos contra el dominio “caudillesco” de Ortega y Alemán.

El FSLN por su parte pareciese tener algún beneficio, ante el temor –nunca confirmado e s t a d í s t i c a m e n t e - que Lewites pudiese arrancarle votos; pero por otro lado ante el debilitamiento del MRS, el FSLN pierde la posibilidad de tener aliados “estratégicos” en la próxima Asamblea Nacional; ya que es mas fácil acercarse al MRS que al ALN.

MRS: embalsamando sueños

Ante el golpe, el MRS ha tenido la política de “llevar a cabo el sueño de Lewites”. La candidatura presidencial fue asumida por Edmundo Jarquín (ex funcionario del Banco Mundial y el BID; y yerno de Violeta Barrios de Ch.) sumando como candidato vicepresidencial a Carlos Mejía Godoy (Reconocido cantautor nicaragüense, también disidente sandinista). Ante la ausencia de Lewites, se ha sentido el cambio en la expresión del discurso, pues Jarquín siendo un tecnócrata habla como tal, dejando en el olvido el carácter chabacano del extinto líder; esto hace que el discurso y política neoliberal antes ocultado por el hablar cómico y pueblerino de Herty, hoy queden al descubierto.

Las posibilidades de triunfo del MRS son hoy mas remotas que nunca, y sin duda tiende a la baja con el paso del tiempo. Aún con vida Lewites la última encuesta señalaba un derrumbe de 4 puntos en las preferencias alcanzando un 19%; hoy solo llegan a un 15%. Incluso con el gran esfuerzo de la burguesía y sus medios de levantarles el perfil para golpear “por el flanco” al FSLN.

Lewites: nunca clasista, siempre burgués

Aunque no podemos alegrarnos por la muerte de Lewites, tampoco entristecernos; en los años 80 fue importante miembro del gobierno sandinista, gobierno que al final llevó a la derrota de la revolución por los acuerdos de Esquipulas.

Actualmente no representaba los intereses de los trabajadores, campesinos y sectores populares; más bien de un sector de la pequeña burguesía, que busca garantizar sus intereses económicos que son amenazados por el pacto. Lewites nunca prometió una reforma agraria, ni el aumento general de salarios, mucho menos la nacionalización de las empresas privatizadas, jamás.

Sin estas líneas básicas, su programa se perfilaba como una centro izquierda moderada, al estilo Lula o Kirchner, que no han hecho mas que golpear al pueblo trabajador arrancando cada día mayores conquistas.