México

Caos en el Congreso, movilizaciones y fuerte presencia militar

México quedó al borde de la anarquía

Por Gerardo Albarrán de Alba
Corresponsal en México, D. F.
Página 12, 02/09/06

En una jornada de altísima tensión, Fox intentó dar un mensaje en la Legislatura pero no lo dejaron; López Obrador evitó una marcha por miedo a una represión masiva y el ejército cercó amenazante a decenas de miles de manifestantes del PRD en el Zócalo.

Lo que amenazaba con una jornada de choques, terminó en una tensa comedia política que dejó a la figura presidencial en el lugar que se labró a sí misma durante los últimos seis años en México: el ridículo. Vicente Fox no pudo leer el mensaje que cada año, desde hace décadas, los presidentes mexicanos han leído en el inicio de trabajos legislativos. Diputados y senadores del Partido de la Revolución Democrática tomaron la tribuna legislativa minutos antes de la llegada del presidente, quien se quedó en la puerta, como esperando a ver si lo dejaban pasar.

Seis legisladores de diferentes partidos, incluido el otrora hegemónico PRI, habían fijado ya su postura en el recinto, y habían coincidido en condenar el exceso de fuerza empleado por el gobierno de Fox para resguardar la legislatura, dejando una amplia zona en virtual estado de sitio.

Eso mismo destacó el senador Carlos Navarrete, cuando tocó al PRD su turno de hablar. Pero no hubo discurso, sino arenga. "Como no existen condiciones para fijar nuestra postura, aquí nos quedamos y no nos retiraremos hasta que se reintegren las garantías individuales de la población", bramó. A esta señal, los diputados y senadores del PRD saltaron de sus curules y se abalanzaron sobre la tribuna.

El presidente Fox se encontraba a unas calles de distancia del Congreso de la Unión, pero el convoy presidencial siguió su marcha y llegó hasta el recinto legislativo. Logró llegar hasta el vestíbulo y no avanzó más. Alguien le alcanzó un micrófono, y dijo: "Ante la actitud de un grupo de legisladores que hace imposible la lectura del mensaje, me retiro de este recinto". Apenas estuvo ahí siete minutos.

En el país que alguna vez fue gobernado desde la "Presidencia Imperial", Fox optó por difundir su mensaje dos horas después por radio y televisión, en cadena nacional. De haber podido tomar la palabra en la Cámara de Diputados, Fox iba a hablar de división de poderes, de pesos y contrapesos. Ayer se los aplicaron.

En el Zócalo, donde una hora antes Andrés Manuel López Obrador había anunciado que se expondrían a la represión gubernamental, el júbilo estalló cuando las pantallas gigantes de televisión mostraron al presidente abandonando la Cámara de Diputados. Cantos y consignas celebraron que por primera vez en la historia moderna de México, un presidente de la República fuera sometido, en forma pacífica, por un puñado de legisladores.

Por la tarde, López Obrador había convocado a sus seguidores para decidir las acciones a seguir. El despliegue militar y policíaco en la Ciudad de México recomendaba mesura. "Que levanten la mano los que quieran ir a San Lázaro", pidió López Obrador ante decenas de miles de personas que escuchaban su discurso en el Zócalo, mientras el Ejército los rodeaba e instalaba retenes apenas a cinco calles del mitin. Sólo unos cuantos cientos de puños se irguieron, reclamando marchar hacia donde el presidente Vicente Fox tendría que presentarse dos horas después a rendir su último informe de gobierno.

"Ahora que las levanten los que se quieran quedar aquí." Por miles, los brazos arriba le daban la razón a su líder, que acababa de decirles que no valía la pena caer en una trampa que les habían tendido desde el gobierno para justificar la represión. "Esa es la decisión correcta", celebró López Obrador.

Cada vez más cerca de autoproclamarse "presidente legítimo" mediante aclamación popular, López Obrador desmovilizó por hoy a sus seguidores, pero no sin antes hablar de revolución.

"¡Que se vayan al diablo con sus instituciones!", clamó López Obrador. "Ha empezado una revolución, la revolución de la conciencia, para que el pueblo se dé la forma de gobierno que necesita, que el pueblo sea el que gobierne y podamos crear las instituciones que el pueblo decida."

Luego de 34 días de resistencia pacífica durante la cual todos los días ha descalificado a las instituciones de la República, López Obrador hizo hoy una excepción: el Ejército. "A cinco calles del retén militar, les digo: No vamos a ir. Aquí nos vamos a quedar. No tiene ningún sentido. Que se queden con sus tanquetas, sus soldados. Hago un llamado muy respetuoso al Ejército mexicano, porque es una institución que merece respeto: el Ejército no debe ser utilizado para justificar un fraude electoral, ni mucho menos para reprimir a un pueblo que lucha por la libertad, la justicia y la democracia."

Ante aplausos de la gente, y el evidente alivio de muchos dirigentes, Obrador advirtió: "Dejo como garantía que vamos a respetar la institución militar, pero exigimos respeto a la integridad de la ciudadanía."


El Presidente ordenó sitiar San Lázaro sin aprobación del Legislativo,
acusa el perredista

La toma de la tribuna impide a Fox leer mensaje
al Congreso

Por Enrique Méndez, Roberto Garduño Y Ciro Pérez Silva
La Jornada, México, 02/09/03

Los grupos parlamentarios de los partidos de la Revolución Democrática (PRD) y del Trabajo (PT) en las cámaras de Diputados y Senadores evitaron ayer que el presidente Vicente Fox Quesada leyera su último Informe de gobierno, al tomar la tribuna del Congreso de la Unión con el propósito de exigir el retiro de los elementos del Ejército y la Policía Federal Preventiva (PFP) del recinto parlamentario y de las calles aledañas al Palacio Legislativo de San Lázaro.

Los legisladores bajaron de la tribuna hasta que la Secretaría de Gobernación les informó, por conducto del coordinador de los diputados perredistas, Javier González Garza, que las fuerzas militares y policiacas ya habían levantado el cerco al Congreso. Esto ocurrió más de dos horas y media después de la toma, es decir, a las 21:38 horas.

Ante la ocupación de la tribuna camaral, el presidente de la mesa directiva, el diputado panista Jorge Zermeño, pidió a la secretaría general recibir el Informe escrito del presidente Fox, quien esperó un minuto en el lobby del recinto.

Me retiro de este recinto: Fox

El Presidente, rodeado por centenas de militares del Estado Mayor Presidencial (EMP), entregó el paquete y dijo que acudía a la sesión de apertura de sesiones del Congreso como establece el artículo 69 constitucional. "Ante la actitud de un grupo de legisladores que hace imposible la lectura del mensaje que he preparado para esta ocasión, me retiro de este recinto", dijo.

Sus palabras fueron transmitidas al salón de plenos, pero las bancadas perredistas pitaron los 128 silbatos de árbitro, modelo Fox 40 classic, que compraron en una tienda de deportes, y el ruido fue tal que la voz del mandatario se diluyó.

A las 18:50 horas de ayer, mientras el coordinador de los senadores del PRD, Carlos Navarrete Ruiz, expresaba su rechazo a la ocupación policiaca y militar de la Cámara, que incluyó la presencia de francotiradores en las azoteas de edificios aledaños, los legisladores perredistas y petistas se levantaron de sus curules y caminaron hacia la mesa directiva.

Esta acción de los legisladores –que no contó con el respaldo de la bancada de Convergencia, pues sus integrantes sólo se mantuvieron de pie en sus curules– se llevó a cabo durante la lectura de posiciones de los partidos políticos y cuando recibieron una llamada telefónica que confirmaba que el presidente Fox salía de Los Pinos hacia el Congreso, en un momento de descuido de las filas panistas, que esperaban la toma de la tribuna durante el receso para esperar la entrada del Presidente al recinto.

El Ejecutivo violó la Constitución

En la tribuna, Carlos Navarrete reprochó que, en violación al artículo 29 constitucional, el jefe del Ejecutivo federal ordenó el sitio a la Cámara sin la aprobación del Congreso, como lo estipula dicho precepto: en "casos de invasión, perturbación grave de la paz pública o de cualquier otro que ponga a la sociedad en grave peligro o conflicto" se podrá "suspender en todo el país o en lugar determinado las garantías que fuesen obstáculo para hacer frente rápida y fácilmente a la situación".

Mientras los panistas permanecían sentados, Navarrete preguntó: "¿en qué momento, ciudadanos legisladores y legisladoras, cuándo este Congreso aprobó la suspensión de garantías contemplada en el artículo 29 constitucional? ¿Por qué a las afueras de este Palacio Legislativo y a varios kilómetros a la redonda se han suspendido de facto las garantías que establece nuestra Constitución?"

Un impresionante e indignante operativo de las fuerzas de seguridad, dijo, tiene cercada la casa del Congreso por tierra y aire, con lo que se agrede a los representantes de la nación y se impide el ejercicio de las libertades.

"Esta violación está a la vista del país", afirmó, y en ese momento un grupo de 12 diputados y senadores, que tenían la encomienda de dirigir cada uno a 10 más, se levantaron de sus curules y comenzaron a avanzar hacia la tribuna.

Zermeño lo interrumpió: "Permítame...", intervino, pero el perredista no se detuvo. "Está a la vista y está implementado por el Estado mexicano y ordenado por el Presidente de la República, que está obligado a guardar y hacer guardar la Constitución de todos los mexicanos. Esta violación a la Constitución no puede ser aceptada por este Congreso de ninguna manera".

Zermeño, atrás de quien ya se habían ubicado los senadores Graco Ramírez, Arturo Núñez y José Guadarrama, y el diputado González Garza, llamó a las bancadas perredista y petista a regresar "a sus asientos".

"Pido que me permita continuar mi discurso, ciudadano presidente", insistió el senador Navarrete. Situado a la izquierda del panista, el presidente de la Cámara de Senadores, Manlio Fabio Beltrones, se levantó de su curul y salió del salón.

"Solicito... señores legisladores, les pido que vuelvan a sus curules para que podamos continuar esta sesión en orden", insistió Zermeño. Pero el coordinador del PRD en el Senado se mantuvo firme: "Por ello, ciudadanos legisladores, no pronunciaré el discurso que expresa la opinión del Partido de la Revolución Democrática, pues no existen las condiciones para que el Congreso sesione y no abandonaré, ni mis compañeros lo harán, esta tribuna, hasta que se reanude la vigencia de las garantías constitucionales que han sido suspendidas de facto en una parte de la ciudad de México, ordenada por el presidente Vicente Fox Quesada".

Detrás de él, el diputado Emilio Ulloa Pérez sostenía un ejemplar de la Constitución, como hizo el resto de sus compañeros, así como banderas de México y cartulinas donde se insistía en que Fox es un traidor a la democracia. "¡Fuera, fuera, fuera...!", gritaron en reclamo a la salida de policías y militares, así como "¡Sufragio efectivo, no imposición!"

Zermeño pasó de la solicitud para que los legisladores permitieran continuar la sesión y "respeten el recinto y la asamblea" a exigir a perredistas y petistas, después de declarar un receso a las siete de la noche, "que pasen a sus asientos".

Mientras, la Presidencia de la República utilizó como señuelos dos helicópteros Super Puma para distraer la atención y hacer creer que el mandatario llegaría por aire. Sin embargo, Vicente Fox arribó en la camioneta presidencial e ingresó a la Cámara por la entrada principal.

En ese instante, Zermeño declaró reanudada la sesión. "Y en virtud de que no existen condiciones –dijo– para el uso de la tribuna, solicito a la secretaría reciba en el recinto de este Palacio Legislativo el Informe por escrito que presenta el presidente de la República, Vicente Fox".

Una vez que éste entregó el documento, el panista declaró que el Ejecutivo federal cumplió con lo establecido en el artículo 69 constitucional, al estar presente en la apertura de sesiones y entregar por escrito su Informe.

Después declaró cerrada la sesión y citó para la ordinaria del martes 5 de septiembre, donde el prianato y sus apéndices de los partidos Verde Ecologista y Nueva Alianza modificarán la Ley Orgánica del Congreso para beneficiar al PRI que, como tercera fuerza, ocupará la Junta de Coordinación Política.

En el salón sólo se mantuvieron los legisladores de PRD, PT y Convergencia, que seguían al margen. Arriba, en el segundo piso de las galerías, los servicios médicos de la Cámara atendían a Víctor Manuel Vázquez Fernández, presidente del Tribunal Superior de Justicia de Baja California, quien sufrió un infarto.

De salida, el titular de la Secretaría de Gobernación, Carlos Abascal Carranza, se enfrentó verbalmente con el diputado oaxaqueño de Convergencia, Alberto Esteva, quien le había entregado un ejemplar del diario Noticias para que se enterara, le dijo, de lo que ocurre en Oaxaca. "¿Y así va a ser usted representante popular?", le soltó Abascal mientras arrojaba el periódico a los pies del diputado. "¡Qué vergüenza y qué cobarde es usted!", replicó Esteva.

El senador Gonzalo Yáñez calificó la acción de rechazo a la ocupación militar como un éxito, sobre todo porque permitió, a su vez, que se terminara finalmente con la ceremonia no republicana de que el Ejecutivo hablara ante el Poder Legislativo sin la mínima oportunidad de intercambiar ideas y posiciones.

Después de las nueve de la noche, González Garza reunió a los legisladores, al pie de la presidencia de la mesa directiva, para informarles que Abascal le llamó para asegurarle que, a su vez, Zermeño le había pedido retirar a la fuerza pública.

"Los felicito –les dijo–, porque no se rompió una planta. Acabo de dar una conferencia de prensa donde dije que no podíamos quedarnos sentaditos, sin que nos escuchara, porque él es el ilegal, porque tiene años de confabularse. Y esta acción fue una decisión preventiva porque no pasó nada aquí ni afuera".

Ante la prensa, dijo que "ningún Congreso, en un país democrático, puede laborar sobre la base de la ocupación militar. Nos parece irresponsable". González Garza insistió en que tomar la tribuna fue "un acto preventivo", y que lo que hicieron fue "para que no sucediera nada. Teníamos temor fundado de provocaciones por parte del gobierno federal. Nosotros pedimos a los compañeros del Zócalo que no se acercaran a este Palacio Legislativo con el propósito de no enfrentar una provocación. Nos dimos a la tarea de resolver este asunto sin que hubiese un solo herido... no se rompió una planta". Insistió en que a su partido le correspondía presidir la mesa directiva y así poder escuchar y contestar el Informe, pero hubo una decisión: Héctor Larios, que dijo a la prensa: "yo tenía un mandato para que ustedes no contestaran".

"Y nos quitaron la palabra en el parlamento. Y querían que nos quedásemos callados cuando Fox tiene años en una actitud ilegal tratando de expulsar de las filas contrarias a sus contrincantes; tiene años de confabulación en contra de un candidato presidencial".

Después de las 10 de la noche, los legisladores se retiraron. En el Zócalo los esperaban –por invitación de Andrés Manuel López Obrador– los simpatizantes perredistas.


Miles de simpatizantes de López Obrador intentan boicotear la despedida de Fox en el Congreso

Agencia EFE, 01/09/06

México.– Miles de izquierdistas y otros activistas, que denuncian un fraude electoral y critican al Gobierno, marchan hoy en la Ciudad de México horas antes de que el presidente Vicente Fox presente su último Informe de Gobierno ante el Congreso.

Los manifestantes, convocados por el ex candidato presidencial izquierdista Andrés Manuel López Obrador, salieron desde diversos puntos hacia el centro de la ciudad, donde queda la sede de la Cámara de Diputados, cuyos alrededores se encuentran fuertemente vigilados por militares y policías.

Fox, de 64 años y quien deberá entregar el poder el próximo 1 de diciembre, prevé pronunciar su discurso a las 00.00 GMT, pero López Obrador, los legisladores que le apoyan y otros militantes de izquierda han anunciado "protestas sin precedentes" dentro y fuera del recinto Legislativo para tratar de impedirlo.

López Obrador, quien impugnó ante la Justicia los resultados de los comicios del pasado 2 de julio que dieron el triunfo al conservador oficialista Felipe Calderón, acusa a Fox de haber preparado un fraude electoral y "traicionado a la democracia", lo que el Gobierno niega.

El líder de izquierda dijo el jueves por la noche en la plaza capitalina del Zócalo, próxima a la Cámara de Diputados y ocupada desde hace más de un mes por cientos de sus seguidores en una "resistencia civil pacífica" contra el supuesto fraude, que hoy mismo decidirá las acciones concretas para sabotear el informe.

El alcalde de Ciudad de México, Alejandro Encinas, quien como López Obrador pertenece al Partido de la Revolución Democrática (PRD, izquierda), dijo hoy a la prensa que se cerraron varias estaciones del metro.

Agregó que más de cinco marchas de protesta salieron hacia el centro de la capital, lo que congestionó aún más el tráfico de vehículos.

Según los organizadores, en las manifestaciones participan miles de militantes del PRD y otras fuerzas de izquierda, maestros, trabajadores, activistas sociales, estudiantes y campesinos.

Encinas dijo que en los alrededores de la Cámara de Diputados se vive un "virtual estado de sitio" debido a que la Policía Federal Preventiva (PFP) y el Estado Mayor Presidencial, un cuerpo de elite del Ejército encargado de proteger al mandatario, cerraron calles y "restringieron la movilización" de los habitantes del sector.

Asimismo, agregó que la policía capitalina ayuda en la vigilancia en los alrededores del edificio de San Lázaro, sede de la Cámara de Diputados, y en la ruta que debería seguir el autobús de Fox para llegar hasta el Legislativo.

Fuentes oficiales aseguraron hoy que Fox mantiene su decisión de trasladarse en autobús a San Lázaro, asistir a la instalación del período ordinario de sesiones del Parlamento, presentar su informe escrito sobre el estado de la Administración Pública y pronunciar un discurso desde la tribuna del Congreso.

No obstante, los medios de comunicación indican que el Estado Mayor Presidencial habría recomendado a Fox no asistir a la tribuna de los Diputados debido a las manifestaciones callejeras y las amenazas de los legisladores del PRD, la segunda fuerza en la Cámara Baja, de sabotear a toda costa el discurso del mandatario.

El alcalde Encinas, que no asistirá a la presentación del sexto y último informe del conservador Fox, señaló hoy a la prensa que México vive actualmente un "clima tenso" debido a la controversia postelectoral, la creciente violencia de los narcotraficantes y las protestas de maestros y activistas del estado sureño de Oaxaca.

Asimismo, Encinas señaló que el ambiente de "crispación política" se ha agravado con las amenazas del grupo rebelde Ejército Popular Revolucionario (EPR) de intensificar su lucha armada en Oaxaca y el vecino estado de Guerrero, si el Gobierno de Fox reprime a la izquierda mexicana.


López Obrador pide calma y evitar la confrontación ante el informe de Fox

Agencia EFE, 01/09/06

México.– El líder de la izquierda mexicana, Andrés Manuel López Obrador, pidió hoy a sus simpatizantes "no caer en la trampa" y evitar la confrontación con las fuerzas policiales, dos horas antes del informe presidencial en la sede del Congreso.

"Tenemos que cuidar ese movimiento y aún estando a cinco calles nos vamos a quedar aquí. Que se queden con sus soldados, no caeremos en provocaciones", afirmó López Obrador ante miles de seguidores concentrados en el Zócalo de la capital mexicana.

El dirigente de izquierda, que cree hubo un fraude en su contra en las elecciones presidenciales del 2 de julio, pidió a sus seguidores que no tomen las calles aledañas al Congreso, donde el presidente Vicente Fox tiene previsto dar su informe anual esta noche.

El líder de la coalición de izquierdas, "Por el bien de todos", afirmó que respetan al Ejército mexicano, que se ha desplegado junto a las fuerzas policiales en un estricto cerco para resguardar el Palacio Legislativo de San Lázaro.

Obrador planteó a los miles de simpatizantes una elección a mano alzada para decidir si marcharían hacia el Legislativo o permanecerían en el Zócalo capitalino, sede de las protestas comenzadas hace casi dos meses contra el presunto fraude electoral.

La mayoría de los asistentes siguieron los consejos de su líder y optaron por quedarse en el plaza capitalina, donde la concentración se convirtió en un encuentro festivo, amenizado con música. Tras asegurar que evitará cualquier confrontación, López Obrador señaló que las fuerzas armadas no deben ser usadas para reprimir al pueblo ni para justificar un fraude electoral. "Garantizamos que siempre vamos a actuar de manera pacífica, siempre vamos a respetar la institución militar, pero exigimos el respeto a los derechos", insistió López Obrador, y advirtió al Gobierno de que no utilice a la Policía Federal Preventiva (PFP) para reprimir a los ciudadanos. "Quieren que caigamos en la trampa para justificar la represión y no que lleguemos a la Convención Nacional Democrática (CND) que es lo que les preocupa", señaló, en referencia al acto convocado por la izquierda para el próximo 16 de septiembre.

Ante un Zócalo repleto, el dirigente pidió a su simpatizantes concentrarse en lo más importante para este movimiento que es avanzar en la construcción de esa Convención que pretende impulsar el establecimiento de un nuevo "Gobierno del pueblo".

Según Obrador, dirigente del Partido de la Revolución Democrática (PRD), la Convención impulsará una revolución de las conciencias y cambiará las instituciones "caducas" para que sea el pueblo el que gobierne. Añadió que la Convención tiene un programa que se sintetiza en la defensa de los pobres, el combate a la desigualdad, la defensa del patrimonio de la nación, incluida la industria petrolera y eléctrica, y la lucha por la educación pública, la seguridad social y los recursos naturales.

Asimismo, señaló que se debe rescatar el derecho a la información, que ha sufrido un fuerte retroceso, y abogó por combatir los privilegios y la corrupción. Señaló que el Gobierno que surja del movimiento ciudadano y popular tendrá toda la autoridad moral y política para empezar las transformaciones necesarias.


La estrategia de AMLO se trastoca en algarabía en el Zócalo

López Obrador pidió a sus seguidores no marchar hacia San Lázaro

Por Gloria Leticia Díaz
Revista Proceso, México, 02/09/2006

México, D.F. 1 de septiembre (apro).– Andrés Manuel López Obrador decidió –junto con miles de seguidores reunidos en el Zócalo– no caer en provocaciones y desistirse de asistir en marcha a las inmediaciones de la Cámara de Diputados, y protestar por el informe presidencial de Vicente Fox.

Después de que Marcelo Ebrard Casaubón, jefe de gobierno electo, rindiera un informe sobre "la ocupación militar y policiaca", López Obrador sometió a votación directa de sus simpatizantes la decisión de asistir a San Lázaro.

Antes razonó: "No vamos a entrar a ese juego, tenemos que cuidar nuestro movimiento. Por eso les digo a ustedes, que aun estando a cinco calles del Congreso, no vamos a ir, aquí nos vamos a quedar el día de hoy. ¿O creen ustedes que hay que ir allá a hacerles el juego?

"No tiene ningún sentido, que se queden con sus tanquetas, que se queden con sus soldados", apaciguó López Obrador.

Sin embargo, ya en la noche, la estrategia del tabasqueño se trastocaba en gran algarabía entre sus simpatizantes reunidos en el Zócalo capitalino, que celebraban el anuncio de que Fox no había podido leer ningún mensaje en el Congreso y se limitó a entregarlo por escrito.

Pese a que las pantallas en las que se transmitiría la sesión del Congreso nunca funcionaron, los perredistas siguieron los hechos por radio.

La verbena arrancó justo cuando se enteraron que los legisladores de la coalición habían tomado la tribuna del salón de plenos, e incluso corearon los gritos de "¡voto por voto! ¡casilla por casilla!" que entonaban los diputados y senadores en San Lázaro.

Pero estallaron en júbilo cuando se informó que Fox sólo entregaría su informe por escrito y sin dar ningún mensaje ante los integrantes de la LX Legislatura.

Previamente, en el mitin de la tarde, López Obrador responsabilizó a Fox del amago de represión: "Se equivoca, nosotros no tenemos nada que atender, no tenemos nada que ver, no tenemos nada que dirimir con la policía y con el Ejército, este es un asunto político, no policiaco ni militar".

El candidato presidencial aprovechó el momento para hacer un reconocimiento al Ejército Mexicano, al que hizo el llamado de no aceptar ser utilizados para reprimir.

"El Ejército no debe ser usado para justificar acciones de fraude electoral, el Ejército no puede ser utilizado para justificar la incapacidad de los gobiernos civiles, muchos menos el Ejército debe ser usado para reprimir al pueblo que lucha por la justicia, por la libertad y por la democracia", recomendó.

Insistió en que los militares no deben caer "en la tentación de la represión, que no acepten órdenes para reprimir al pueblo. Nosotros, por nuestra parte, garantizamos que siempre vamos a actuar de manera pacífica, que el Ejército no vuelva a ser utilizado como en el 68 y como en otros tristes acontecimientos para reprimir al pueblo".

López Obrador utilizó buen tiempo de su discurso para dirigirse a los mandos castrenses: "Hago un llamado a los militares para que actúen con rectitud y respeten los derechos del pueblo y que no se vaya a utilizar al Ejército, disfrazado de Policía Federal Preventiva. Si actúa la Policía Federal Preventiva reprimiendo a la gente, la culpa va a ser directamente del Ejército, no van a poder encubrir un operativo de represión con el uniforme de la Policía Federal Preventiva ni utilizando a las guardias presidenciales, al Estado Mayor Presidencial. Estoy hablando con mucha claridad para que se entienda".

Al garantizar que su movimiento se mantendrá dentro de los cauces pacíficos, López Obrador insistió en llamar a que se respeten los derechos y libertades de los ciudadanos.

Temor a convencionistas

Para López Obrador el temor del gobierno federal y de los panistas, evidenciado por el despliegue militar y policíaco, no estribaba en la amenaza de que simpatizantes de la coalición Por el Bien de Todos protestaran en las calles aledañas al Congreso de la Unión, sino por el resultado de la Convención Nacional Democrática (CND), cuyo objetivo es "organizar el gobierno del pueblo y para el pueblo".

Por eso apuntó era necesario "cuidar el movimiento", y no caer en provocaciones, ya que el gobierno federal pretendía que cayeran en "la trampa para justificar la represión y que no lleguemos a lo que verdaderamente les preocupa. ¿Qué es lo que le preocupa? La Convención Nacional Democrática. ¿Por qué les preocupa la Convención Nacional Democrática? Porque ya hemos decidido hacer a un lado a todas esas instituciones caducas, corruptas, que no sirven para nada y que no representan el interés general. ¡Que se vayan al diablo con sus instituciones!".

López Obrador señaló que para el régimen resulta preocupante que seguidores de la coalición, y buena parte de la población, "ya no estemos dispuestos a aceptar las reglas del juego de siempre, lo que más les preocupa es que ya no les vamos a rendir pleitesía, lo que más les preocupa es que vamos a tener nuestro propio gobierno, de conformidad con el artículo 39 de la Constitución".

Puntualizó que una vez que lo decida la CND, habrá "dos gobiernos: el gobierno del hampa de la política, de los delincuentes de cuello blanco, y el gobierno surgido de este movimiento popular y ciudadano. Vamos a crear nuestro gobierno, ya no aceptamos la República simulada, vamos a establecer una República representativa y verdaderamente popular".

Después de su discurso, López Obrador se dirigió al campamento, en que permaneció con sus hijos y cercanos colaboradores, mientras afuera, sus seguidores arrancaban la verbena en pleno Zócalo, deleitándose con el singular canto de la oaxaqueña Lila Downs.