México

El muro de McCain

Por Adán Salgado Andrade
Para Socialismo o Barbarie, 06/07/08

El 3 de julio pasado hizo una muy rápida visita a México el candidato presidencial republicano John McCain. Estuvo en el Distrito Federal, acompañado por todo un despliegue logístico de extrema seguridad que incluyó guardaespaldas estadounidenses armados, además de guardias privados nada menos que de la nefasta empresa  Blackwater, aquella de dudosa reputación, que opera a sus anchas en Irak, con lujo de prepotencia, asesinando ciudadanos inocentes bajo cualquier “sospecha de terrorismo” (es una de entre decenas de empresas de “seguridad” estadounidenses que operan en Irak, en el muy lucrativo negocio del “combate al terrorismo”. Ver mi artículo en Internet “La amenaza terrorista: el nuevo gran negocio para la industria del miedo”).

En dos ocasiones al menos, los guardias de esa infame “empresa de seguridad” estadounidense, han actuado violenta y homicidamente en ese invadido país. En febrero del 2006 uno de sus guardias mató a tres soldados iraquíes. Y en septiembre del 2007, 17 civiles iraquíes totalmente inocentes fueron asesinados también por guardias de Blackwater, los que gracias a su “inmunidad”, hasta ahora no han recibido cargo penal, ni responsabilidad alguna (Una visita a su sitio de información sobre su entrenamiento, www.bwtrainingcenter.com, señala que “¡O entrenas duro o no entrenas. Blackwater es famosa por nuestra habilidad para proporcionar durísimas, efectivas experiencias de entrenamiento para personal militar, de seguridad y policiaco!”, lo que da idea del carácter prepotente y violento que dicha empresa, que anda por todo el mundo, inculca en su personal. ¡Imaginemos qué pasaría en México si pusieran a esos pseudo guardias a vigilar, por ejemplo, la embajada estadounidense!).

Como dije antes, de estos “guardias” se sirvió McCain (con todo lo ilegal que implica el que personal armado extranjero, en franca violación a leyes constitucionales que prohíben eso, se introduzca en territorio mexicano), a quien se le dio trato como de presidente de EEUU en funciones, para ir, primero, a visitar el centro de mando de la policía federal en Ixtapalapa, en donde le explicaron en qué consistirán las medidas de “seguridad nacional” contra el narcotráfico y el “terrorismo” que se implementarán por el llamado “Plan Mérida” (que es un plan similar al llamado “Plan Colombia”, en donde la intromisión en asuntos internos mexicanos, tomando como justificación la “seguridad estadounidense”, es muestra de un abierto intervencionismo de EEUU, con la total y plena complacencia y sumisión de los mal administradores panistas). Y justamente una parte importante de la “seguridad nacional” estadounidense, es la construcción de un muro a todo lo largo de la frontera mexicana, medida que de muy buena gana apoya McCain, pretextando, pues, la “lucha contra el terrorismo”.

El muro en cuestión, parte del cual se ha ido construyendo ya (como el infame “muro de la tortilla”, construido a lo largo de la frontera entre Tijuana y San Diego, de casi 23 kilómetros, hecho con material de desecho de la guerra de Vietnam, que costó 126 millones de dólares, a pesar del cual, siguen entrando ilegales en EEUU), se pretende sea todo un despliegue logístico, en donde supuestas “tecnologías de punta” se apliquen para “contener efectivamente a los ilegales”, como enfatizó McCain, una de cuyas promesas presidenciales ha sido su determinación para “asegurar las fronteras”. Tanto Bush, como ahora el conservador candidato republicano (quien, a mi parecer, tiene muchas posibilidades reales de ganar, dada la derechización que EEUU ha tenido últimamente) han argüido que no basta sólo con barreras metálicas, sino que hace falta más “sofisticación”. De hecho, ya se están probando aviones robots, los famosos Predators, los cuales sobrevolarán la frontera en busca de “peligrosísimos ilegales”, pudiendo incluso atacarlos, pues están armados con lanzacohetes (ya actuaron muy “exitosamente” en Iraq). Agencias como DARPA (perteneciente al Pentágono, está encargada de “alentar” la invención bélica, no conforme con el hecho de que el 80% de los “adelantos científicos” tienen como primera aplicación a la industria militar, en un mundo en donde enfermedades milenarias como el cólera o la tifoidea no han sido erradicadas o en donde muere un infante por desnutrición o hambre ¡cada cinco segundos!), ya otorgó un premio de dos millones de dólares a un grupo de “científicos” que el año pasado desarrollaron un auto-robot (un VW Touarek), auto-dirigido, una de cuyas aplicaciones posibles sería también la vigilancia de la frontera, para lo cual estará equipado no sólo con cámaras o escáneres, sino también con ¡metralletas!.

Esa requerida, nueva “sofisticación tecnológica” para resguardar la frontera ya la está proporcionando nada menos que la empresa constructora de aviones Boeing (sí, también le entra al muy lucrativo negocio de la seguridad, más ahora que la construcción de costosos jets comerciales se ha detenido por la recesión estadounidense. Otra de sus divisiones fabrica equipo militar, lo que también le rinde buenas ganancias y también le ha permitido sortear la crisis). Dicha empresa había ya diseñado antes “tecnologías de punta” que, no podía ser otro, el Pentágono piensa aplicar en las “guerras del mañana” (¡vaya mundo que nos espera si se sigue teniendo como meta un futuro belicismo liderado por EEUU!). De acuerdo con dicho plan, se pretende implementar una red de radares, cámaras infrarrojas, sensores terrestres y aviones-robot a lo largo de toda la frontera para extender los “ojos y los oídos” de la Border Patrol (BP).

Este llamado “muro virtual” de momento se está implementando en una extensión de casi 45 kilómetros al sur de Tucson, Arizona, en donde nueve torres “futuristas” de casi 30 metros de altura, se levantan. Cada una está equipada con radares, cámaras y transmisores inalámbricos, los cuales envían imágenes e información a un centro de mando situado justo en Tucson, además de laptops instaladas, por lo pronto, en 50 patrullas de la BP. Este llamado “Proyecto 28” (bautizado así porque se está implementando a lo largo de 28 millas) tiene un costo inicial de 60 millones de dólares, aunque de momento, por fortuna, no está funcionando correctamente. Por ejemplo, los radares aún “confunden” arbustos con personas agachadas o con animales, el aire y la lluvia afectan el equipo, las laptops fallan por las sacudidas de las patrullas, además de que Boeing todavía no ha podido coordinar realmente toda la información recabada por tales cámaras, radares y sensores para que sea “interpretada” fácilmente por los policías fronterizos, con tal de que éstos hagan “muy eficientemente” su trabajo, o sea, que descubran a los “peligrosos ilegales”. Pero como en todo ello va el peso político tanto de Bush, como ahora de McCain, el Departamento de Seguridad Doméstica (Deparment of Homeland Security), está dispuesto a entrarle con otros 64 millones de dólares, con tal que Boeing “perfeccione” su “sofisticado” equipo de vigilancia fronteriza, lo cual será cuestión de algunos meses, según dice la empresa, para que esté operando “al cien por ciento”, como ha declarado enfática la señora Deborah D. Bosick, ejecutiva de Boeing, quien señala “sí, ha habido algunos tropezones, pero confiamos en sortearlos exitosamente”. Sí, para gracia de Boeing, para desgracia de los pobres indocumentados, agregaría yo.

Sin embargo aún cuando el “muro virtual” logre efectivamente arrancar, algunos especialistas opinan que se requerirán unos ¡100,000 policías fronterizos más! para que se puedan atender todas las “llamadas de alerta” que tanta sofisticación tecnológica emita (y si las fallas continúan y las computadoras confunden arbustos con gente, pues agreguemos las frecuentes falsas alarmas). O sea, más y más dinero dedicado a la vigilancia de la frontera, que más bien pudiera emplearse para aliviar la hambruna que ya se está sintiendo en todo el mundo o enfermedades curables (mientras solamente EEUU gasta $600,000 millones de dólares al año para sostener su maquinaria militar, el presupuesto de la ONU para el combate al hambre y enfermedades anual es de sólo 1000 millones de dólares, lo que nos da una desequilibrada razón de únicamente un dólar gastado en actividades benéficas, contra 600 gastados en armamento por el Pentágono. Si hacemos la comparación a nivel mundial, se gastan $1000,000 de millones de dólares al año – un billón de dólares –, es decir, $1000 dólares destinados a la industria de la muerte, contra 1 dólar empleado para salud y alimentación. Como puede verse, la “paz” no se contempla en el futuro de la humanidad).

Pero, a fin de cuentas, con todo y muros metálicos o virtuales, no se impedirá que miles de mexicanos cada año sigan aventurándose a cruzar la frontera ilegalmente hacia EEUU, debido principalmente a la desarticulación de las actividades industriales y agrarias como consecuencia del Tratado de Libre Comercio sostenido entre México y aquel país, tratado que, por cierto, defiende a capa y espada McCain, pues se ufana de que gracias a ese desigual convenio comercial, EEUU aumentó 25% sus exportaciones a México durante los últimos años (Ver mi artículo en Internet “Como animales rabiosos se trata a los ilegales capturados en EEUU”, en donde analizo cómo la afectación al campo por dicho tratado, ha dado como resultado la ociosidad de infinidad de tierras agrícolas, dejando sin trabajo a cientos de miles de campesinos, quienes no tienen otro remedio que emigrar a EEUU). Así pues, esas políticas neoliberales, o sea, el salvaje capitalismo aplicado en su máxima expresión, continúa desbaratando la economía mexicana, empeorando con ello las ya paupérrimas condiciones de vida de más del 60% de la población mexicana en pobreza extrema, y por ello ningún muro impedirá que sigan atravesando la frontera miles de ilegales año con año, como incluso han señalado autoridades e investigadores estadounidenses. La propia gobernadora de Arizona, Janet Napolitano (ella misma descendiente de inmigrantes) ha señalado: “Enséñenme un muro de 50 pies y yo les enseñaré una escalera de 51 pies”, en referencia a que los ilegales harán todo con tal de franquear cuanta barrera física o virtual se les ponga.

Pero eso no le importa a McCain, quien decidido está a cumplir su promesa de campaña si gana la presidencia de su país. “No, primero aseguraremos la frontera, y ya luego veremos lo de los inmigrantes”, declaró, prepotentemente enfático.

Quizá por eso, luego de su visita a las instalaciones de la Policía Federal, McCain fue a la Basílica de Guadalupe, seguramente a pedir que el “muro virtual”, que costará cientos de millones de dólares, pronto esté en funcionamiento, sin problemas, y logre contener el paso a su país de los miles de “peligrosísimos ilegales” que, a pesar de su “peligrosidad”, son tan vitales para la economía estadounidense.

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