Cumbre de la Unasur
sobre las bases
yanquis en Colombia

Otra capitulación vergonzosa de todos los presidentes

Triunfo de Uribe y del imperialismo yanqui

Aceptan la instalación de las bases yanquis a cambio de un papelito
que dice que no van a ser usadas para operar sobre otros países

Por Roberto Ramírez
Socialismo o Barbarie, 30/08/09

No vamos aquí a entrar en detalles sobre la tragicómica “Cumbre de Bariloche”, que comenzó con los inflamados discursos y denuncias de Chávez, Correa y Evo... y terminó con todos los presidentes firmándole a Uribe (y Obama) el OK para las bases. Los artículos que acompañan esta edición de Socialismo o Barbarie relatan esto en detalle.

Simplemente, después de criticar la amenazadora instalación de siete bases yanquis (y algunos, como Chávez y Correa, de poner el grito en el cielo), todos terminaron retrocediendo, aceptándola a cambio de un papelito que dice que no van a ser usadas para operar sobre otros países.

O sea, admito que me pongan un pistola en la cabeza, a cambio de una “solemne promesa” de que no van a tirar del gatillo. Y eso, aunque el dedo sea de EEUU, el imperialismo más sanguinario de la historia y que considera a América Latina su patio trasero.

En este caso, los pretextos para firmar semejante acuerdo son aun más escandalosos. El justificativo es el de “evitar la ruptura de la Unasur”. ¿Pero que “unidad” puede haber con Uribe, agente directo de Washington, si no es sobre la base de ceder a las exigencias de Washington?

La vergüenza de Bariloche es paralelo a lo de Honduras: todos los presidentes se jugaron a la OEA, sus gestiones y negociaciones, con los resultados que están a la vista.

Lo sucedido ratifica las advertencias sobre la actual coyuntura latinoamericana que se hicieron hacemos pocas semanas en el artículo El futuro de Latinoamérica se está jugando en Honduras: “una nueva coyuntura de crisis, zarpazos reaccionarios, polarización y creciente resistencia popular... La introducción del factor militar en la vida política latinoamericana ha terminado decantando el inicio de una nueva coyuntura con elementos reaccionarios y polarización en la región...

Pero también los luchadores obreros, estudiantiles y populares de América Latina, debemos sacar conclusiones políticas más generales:

Aunque era difícil esperar otra cosa, la Cumbre de la Unasur pasará a la historia como otra prueba más de que el nacionalismo burgués de nuestros países –aunque lance rayos y centellas desde las tribunas y la TV, como hace Chávez–, termina indefectiblemente capitulando frente al imperialismo.

En el siglo XXI se está repitiendo así el curso de todos los nacionalismos tercermundistas del siglo XX, muchos de los cuales también, en su momento, se proclamaron “socialistas”, para mayor confusión de las masas trabajadoras y populares. Todos, sin excepción, hicieron lo mismo: Perón en Argentina, el nasserismo en Egipto, Goulart en Brasil, el PRM (luego PRI) en México, el aprismo en Perú, el Baath “socialista” en Siria e Iraq, Sukarno en Indonesia... ¡Una inacabable lista de diferentes países y “movimientos nacionales”, pero que terminaron igual!

Ahora, esta “segunda edición” en el siglo XXI del nacionalismo burgués está haciendo lo mismo. Esto obedece a profundos motivos de clase: no puede haber enfrentamiento consecuente al imperialismo sin una ruptura con el capitalismo. Ninguna de los nacionalismos burgueses, ni de antes ni de ahora, ha podido ni podrá ir más allá de ese límite.

Por eso, la independencia política respecto a todas las corrientes nacionalistas burguesas –Chávez en Venezuela, Zelaya en Honduras, Evo en Bolivia, Correa en Ecuador o los Kirchner en Argentina– es absolutamente indispensable.