México

Multitudinaria marcha aglutina el descontento contra la extinción de Luz y Fuerza del Centro

Existen condiciones para llegar a una huelga nacional,
dice el Sindicato Mexicano de Electricistas

Por Patricia Muñoz, Fabiola Martínez y Alma Muñoz
La Jornada, 12/11/09

El movimiento social que se ha levantado en contra del decreto de extinción de Luz y Fuerza del Centro (LFC) tiene las condiciones para llegar a la huelga nacional con el apoyo del pueblo, advirtió el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), durante una manifestación multitudinaria que aglutinó el descontento y la “ira” de organizaciones sindicales, sociales y campesinas contra el gobierno de Felipe Calderón y su secretario del Trabajo, Javier Lozano.

En una jornada de protestas que logró interrumpir actividades en dependencias públicas y privadas, como parte del primer paro cívico nacional convocado por el SME, decenas de miles concentrados en el Zócalo votaron a mano alzada por que Lozano sea quien “cobre su liquidación y se largue”. Antes, se le promovería juicio político. También exigieron que el director de la Comisión Federal de Electricidad, Alfredo Elías Ayub, también “se largue”.

Marcharon del Ángel de la Independencia al Zócalo, acompañados por numerosos contingentes sindicales, sociales y políticos procedentes de distintos puntos de la ciudad. Los más entusiastas y molestos contra la política gubernamental fueron los estudiantes de distintas universidades.

Martín Esparza, líder del SME, marcó la ruta de la siguiente fase de la resistencia pacífica: “El poder emana del pueblo y si ese poder está afectado, es momento de levantar este movimiento social pacífico”.

Hace un mes, dijo, fueron tomadas por asalto las instalaciones de LFC, “por la noche, como bandidos, como cobardes, y lanzan un decreto. Pensaban que nos iban a aniquilar, pero aquí está la conciencia de más de 100 años que tiene el movimiento del SME”, recordó.

La jornada de ayer se prolongó más de 12 horas, a partir de las 7 de la mañana. Comenzó con un mitin frente a las instalaciones de Luz y Fuerza; después, los sindicalistas protestaron en distintas dependencias y realizaron brigadeos, como preludio de la marcha central. Los trabajadores llegaron a las 14 horas a las inmediaciones del Ángel de la Independencia, donde paulatinamente se agregaban contingentes. Integrantes de los sindicatos de la UNAM, de telefonistas, del ISSSTE, de Tranviarios, el Sutin, así como colectivos de estudiantes de la máxima casa de estudios, de la UAM, del IPN, Chapingo y brigadas del movimiento nacional en defensa de la economía popular, como Flor y Canto. También de la Central Campesina Cardenista, la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas, UPREZ y otras más.

Acompañaron al SME militantes del PT y Convergencia, así como del PRD, especialmente del Distrito Federal. La vanguardia de la marcha llegó al Zócalo alrededor de las 17 horas, mientras la retaguardia avanzaba apenas por la glorieta de Colón. Los últimos contingentes entraron a esa plaza cerca de las 7 de la noche, cuando ya se entonaba el Himno Nacional. El Gobierno del Distrito Federal estimó que participaron 60 mil personas; el SME calculó más de 200 mil.

Los manifestantes avanzaron a paso rápido. En menos de una hora recorrieron el trayecto. A la cabeza de la columna iba Martín Esparza, flanqueado por diputados como Alejandro Encinas, Jaime Cárdenas y Gerardo Fernández Noroña; también Manuel Bartlett, Jesús Martín del Campo, Ricardo Ruiz y Bertha Luján, entre otros. Al paso de los contingentes se comentaba en tono festivo que la APPO logró “cerrar” todas las oficinas de la CFE en Oaxaca, pero también se mostraba preocupación por los cinco electricistas de Tlalnepantla detenidos en la carretera a Querétaro, a quienes, dijeron, “sacaremos con honores”.

La marcha se pintó de rojinegro y en mantas, pancartas y consignas se reflejó el coraje de los trabajadores por su despido. La constante fue un tono duro en contra de la figura presidencial, a quien ridiculizaron con botargas, máscaras y caricaturas. La “rabia”, como los mismos electricistas lo expresaron, fue también contra los secretarios de Gobernación, Fernando Gómez Mont; de Hacienda, Agustín Carstens; de Energía, Georgina Kessel, y especialmente el del Trabajo, Javier Lozano, para quien pidieron juicio político.

En el templete, frente a las oficinas del gobierno capitalino, destacaron dos mensajes de solidaridad: el de los obispos Samuel Ruiz (emérito) y Raúl Vera, quienes señalaron: “Una Iglesia que no está del lado del pueblo que sufre, no es una iglesia cristiana”, y el de los sindicalistas, que en voz de los dirigentes de la Unión Nacional de los Trabajadores advirtió la necesidad de utilizar las herramientas de lucha de los asalariados. La multitud coreó “¡huelga nacional!” También refrendaron su apoyo al SME intelectuales, campesinos y organizaciones estudiantiles.

Los trabajadores dejaron en claro aquí que las fallas en el suministro de energía eléctrica obedecen a la impericia de la CFE y de las empresas privadas que han sido contratadas y no al sabotaje. Aunque convocaron a los ciudadanos a bajar el switch de sus casas de 19:30 a 21:30 horas, el SME no reportó datos sobre este acto simbólico.

Alentaron a no aceptar “la zanahoria” de la liquidación, porque van por la recuperación de su empleo; aseguraron que quienes han recibido su indemnización es por las falsas promesas de esquiroles del SME. Por ello, advirtieron que no irán a un diálogo con el gobierno federal, porque la condición impuesta es “liquídense y luego vemos”.

Esparza destacó que es tiempo de impulsar este movimiento: “Estamos a punto del bicentenario de la Independencia y el centenario de la Revolución Mexicana, y habremos de derrotar, como antes, a las trasnacionales, a la dictadura, la tiranía y las violaciones a la Constitución. Es tiempo de que el pueblo se organice”.


Los electricistas, firmes en la defensa de su fuente de empleo

Estalla el coraje acumulado en 30 días
de resistencia civil

Por Rosa Elvira Vargas
La Jornada, 12/11/09

Muchas cosas caben en treinta días. En el caso de los integrantes del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) que mantienen la decisión de defender su fuente de empleo, ese tiempo les sirvió para acumular coraje y determinación, compromiso y rabia, mucha rabia. Y así salieron ayer a la calle.

Quienes los acompañan, lo mismo desde el anuncio de la desaparición de Luz y Fuerza del Centro (LFC) o los que se sumaron al paso de los días, también traían a flor de piel, de consigna, de cartel, de botarga y en los gritos, su indignación contra el gobierno federal: su titular y sus subordinados.

Hombres duros, curtidos, fuertes, y junto a ellos, con ellos, jóvenes de ropas y peinados de moda entre los alumnos de escuelas superiores, fueron los perfiles sobresalientes de quienes asistieron ayer a la Plaza de la Constitución.

Los primeros eran sobre todo electricistas y telefonistas. Su alianza en esta coyuntura destaca porque representa uno de los logros seguramente involuntarios de la decisión presidencial respecto de LFC.

En la década reciente, cada uno de los dos poderosos gremios –sus dirigentes, por supuesto– tomó un camino distinto para disentir del Congreso del Trabajo y prácticamente no se mezclaban. El SME, a finales de los años 90, conformó el Frente Sindical Mexicano y, al mismo tiempo, los telefonistas crearon con otras organizaciones la Unión Nacional de Trabajadores. Y así, separados, marchaban cada Primero de Mayo.

Pero ayer, además de representantes de numerosos sindicatos, escuelas y universidades y hasta de oficinas de gobierno, se sumaron muchos electricistas que ya han recogido su liquidación.

“Ni modo, tampoco la conciencia sindical desaparece de un día para otro ni por obra y gracia de dos cheques”, comentaban entre ellos, por lo bajo. Y mientras caminaban compartían informaciones sobre los pagos pendientes que a cuentagotas está saldando el Sistema de Administración y Enajenación de Bienes (SAE).

Sorpresivos, imprevisibles y sagaces, los organizadores del paro cívico nacional tuvieron a bien anunciar apenas ayer por la mañana que siempre no se acercarían a Los Pinos.

Desde temprano, cada contingente realizó su labor de brigadeo, cerco a oficinas, manifestación pública y demás, en los sitios previamente acordados; y con esa misma organización más tarde ocuparon su lugar en los puntos de la ciudad desde donde caminaron hacia la Plaza de la Constitución.

Entre quienes llegaron al Ángel de la Independencia, sobre todo los del SME y universitarios, se veían escenas singulares, como la de los meseros del Sanborns de ahí juntito, enviados por sus jefes a vender tortas y refrescos fríos a 10 pesos, que llevaban en un carro. A esa hora, en la esquina de Florencia y Reforma, de la batea de una camioneta varios hombres arrojaban para quien quisiera paquetes de revistas atrasadas, que no viejas.

A esa hora, dos de la tarde, Martín Esparza hizo una fugaz aparición ante los grupos congregados para informarles con un megáfono del éxito de la jornada.

Y cuando se pusieron en marcha, la depurada organización de los electricistas para salvaguardar la seguridad de dirigentes y políticos que iban en la descubierta funcionó una vez más y hasta sorteó momentos difíciles, como cuando Alejandro Encinas y otros personajes se incorporaron al contingente a la altura del cruce de Insurgentes y Reforma.

Desde el inicio resultó evidente que el presidente Felipe Calderón concentró en las largas horas de movilización de este miércoles, y sobre todo en la marcha, una reprobación absoluta. Y en segundo lugar, el secretario del Trabajo, Javier Lozano.

Tal vez era una de cal por las que van de arena. Cada expresión de repudio salía de la garganta o quedaba plasmada en papel con la misma enjundia con que, aseguraban unos electricistas del área de subestaciones en Lechería, ellos son víctimas cotidianas de un linchamiento mediático sin tregua.

Y fue tal, que aquellas consignas que se hicieron famosas durante las movilizaciones convocadas tras el proceso electoral de 2006 ayer quedaron rebasadas.

“Calderón, no te elegimos como presidente pero sí te podemos liquidar, y con bono ¡si te largas!”, era una de las suaves.

Una vez en la Plaza de la Constitución y con el mitin ya avanzado, el arribo de contingentes no cesaba.

Alcanzar esa meta hacía resurgir las consignas y sólo había de dos: contra los responsables de la decisión de extinguir LFC o de apoyo al SME:

“Disculpa las molestias pero ¿si perdieras tu empleo: qué harías?”, “Esta lucha va a llegar a la huelga nacional”, “Ni luz ni educación ni arte ni maíz ¡Se acaba mi país”, “Tengo nueve años, vengo a defender mi futuro”, “Todo México es territorio SME”, eran algunas de las frases que con coro o en cartulinas o sobre botargas creó el ingenio de quienes hace un mes –¿o décadas?– han acumulado rabia y coraje.

Y hubo una literalmente hurtada a la afición puma, la cual, como en la versión original, resume todo: “¡Cómo no te voy a querer, cómo no te voy a querer, si mi madre es Luz y Fuerza y mi padre es el SME!”


Se destaca la participación de telefonistas y maestros

Amplia respuesta en los estados

En Chiapas deploran además el alza de impuestos y
exigen la liberación de “presos políticos”

La Jornada, 12/11/09

Corresponsales.– El paro nacional para exigir al gobierno federal la derogación del decreto de extinción de Luz y Fuerza del Centro (LFC) y en solidaridad con el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) tuvo amplia respuesta no sólo en los estados de México, Morelos, Puebla e Hidalgo –donde la compañía brindaba servicio–, sino en al menos otras 22 entidades.

En las movilizaciones destacaron los contingentes del Sindicato de Telefonistas de la República Mexicana (STRM), de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) y de la Unión Nacional de Trabajadores (UNT), que además enarbolaron sus propias demandas.

Varias manifestaciones –especialmente las encabezadas por los telefonistas en Puebla, Campeche, Chiapas, Oaxaca, Sinaloa y Tamaulipas– se dirigieron a las oficinas de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), frente a las cuales exigieron participación en las concesiones de triple play (transmisión de imagen, voz y datos).

También realizaron mítines ante sedes de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), donde rechazaron la privatización del sector energético y el “esquirolaje” contra trabajadores del SME.

Puebla e Hidalgo

Unas 5 mil personas, entre integrantes de organizaciones sindicales, amas de casa, estudiantes y habitantes de comunidades aledañas a la subestación eléctrica de Huauchinango y de la junta auxiliar de Nuevo Necaxa, municipio de Juan Galindo, Puebla, asumieron el control de 11 accesos carreteros y bloquearon las casetas de cobro de la autopista México–Tuxpan, cerca de Texapa, y permitieron el acceso libre de los transportistas.

Por lo menos 12 escuelas públicas y privadas en ambas localidades dejaron sin clases a mil 200 alumnos.

Más de mil trabajadores de Teléfonos de México (Telmex) pararon labores desde las ocho de la mañana en la capital poblana. Luego marcharon a la SCT y la CFE, y después al centro de la ciudad. Unos 100 integrantes de organizaciones sociales tomaron simbólicamente las oficinas del Sistema de Administración Tributaria.

En Hidalgo, trabajadores de LFC bloquearon las carreteras federales México–Tuxpan, México–Pachuca, México–Laredo y la interestatal Actopan–Tula, como parte del paro cívivo. A las movilizaciones se sumaron trabajadores de Telmex.

Edomex y Morelos

En Zictepec, municipio de Tenango del Valle, estado de México, un grupo de electricistas bloqueó un par de horas la carretera Toluca–Tenancingo, a un lado de la subestación eléctrica ubicada en esa comunidad. Unos 200 telefonistas se manifestaron en la delegación de la SCT en Toluca y luego marcharon por la ciudad.

En Morelos, desde temprano comenzaron los mítines en las subestaciones de LFC, en oficinas de Telmex y de dependencias federales ubicadas en Cuernavaca, y a las cuatro de la tarde se inició una marcha de organizaciones solidarias en demanda de que el gobierno federal devuelva sus puestos a los electricistas.

Los afiliados al SME en los estados de México, Puebla, Hidalgo y Morelos enviaron caravanas a la manifestación efectuada en la ciudad de México.

Oaxaca y Chiapas

La Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca bloqueó los accesos a oficinas y subestaciones de la CFE en la capital del estado, así como en Huajuapan, Juchitán e Ixtepec, entre otros municipios. El STRM marchó en la capital de la entidad.

También en Oaxaca, en apoyo al paro, la sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) suspendió clases en más de 13 mil escuelas.

Asimismo, interrumpió labores el Sindicato de Trabajadores y Empleados de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca.

En Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, los manifestantes protestaron ante oficinas del gobierno federal y del Partido Acción Nacional.

Integrantes del Movimiento Campesino Regional Independiente, de la Organización Proletaria Emiliano Zapata, del STRM y de la sección 50 del sindicato de la Secretaría de Salud se movilizaron en diversos puntos del estado, entre ellos San Cristóbal de las Casas, donde unas 500 personas, estudiantes en su mayoría, clausuraron de modo simbólico las oficinas de la CFE y de la Secretaría de Hacienda en apoyo al SME y para protestar por el alza de impuestos, así como para exigir la liberación de los “presos políticos”.

Jalisco, Guerrero, Michoacán, Chihuahua y otras entidades

Unos 300 manifestantes se reunieron en el centro de Guadalajara, Jalisco. Destacó la presencia de al menos 100 trabajadores de Industrias Ocotlán, quienes están en huelga desde hace dos años ocho meses.

Jesús Torres Nuño, dirigente de Trabajadores Democráticos de Occidente –o sindicato de Euzkadi–, aseguró que el decreto para desaparecer LFC no tiene viabilidad jurídica ni económica y se puede derogar. También hubo una protesta en Puerto Vallarta.

Integrantes del STRM, de la UNT y del SNTE; estudiantes de la Universidad Autónoma de Guerrero y de la Normal Rural de Ayotzinapa, así como colonos y campesinos protestaron en Chilpancingo y Acapulco. En el puerto unos 500 marcharon por la carretera costera y concluyeron con un mitin.

Más de 5 mil integrantes de los dos sindicatos de la Universidad Michoacana, el de empleados y el de los profesores, además de normalistas, moradores de las casas de estudiantes e integrantes de la CNTE marcharon por Morelia para apoyar al SME y rechazar el recorte de presupuesto al sector educativo.

En Chihuahua, cientos de trabajadores de Telmex realizaron un paro y, junto con organizaciones sociales se manifestaron y efectuaron un mitin en la capital del estado y en Ciudad Juárez. Hubo manifestaciones en al menos otros ocho municipios del noroeste del estado.

En Aguascalientes, Baja California, Coahuila, Colima, Durango, Guanajuato, Nayarit, Nuevo León, Querétaro, Sinaloa, Sonora, Tamaulipas, Veracruz, Yucatán y Zacatecas también hubo manifestaciones de sindicalizados, trabajadores de universidades y de Telmex.

En Campeche, militantes de partidos y trabajadores advirtieron que si el gobierno no desiste de extinguir LFC derribarán el recién instalado monumento del desaparecido secretario de Gobernación Juan Camilo Mouriño Terrazo, a quien acusaron de ser uno de los iniciadores de la estrategia de privatización del sector eléctrico.