Chile

Los trabajadores sin alternativa propia

Por Nicolás Mestre
Desde Santiago de Chile
para Socialismo o Barbarie, 12/12/09

"Hoy hemos sido testigos de la magia de la democracia, amigas y amigos. Hoy todos somos iguales. El voto del más humilde vale lo mismo que el voto del más poderoso. La democracia sirve para desentrañar los anhelos y esperanzas de la gente.” (Palabras de la presidenta electa Michelle Bachelet, Hotel Plaza San Francisco Kempinski, 15/01/06)

La magia de la democracia: el viejo truco del mismo mago

Ya conocemos el viejo cuento que nos han vendido los Concertacionistas: la democracia burguesa representa la igualdad de todos. “El voto del más humilde vale lo mismo que el voto del más poderoso”… pero sólo el voto, después de eso nada más nos hace iguales. Esa es la magia de la democracia de la Concertación de Bachelet, Lagos, Frei y Aylwin, ese es el viejo truco de las últimas dos décadas: la ilusión de que con la democracia burguesa, con el sufragio universal, todos seríamos iguales.

Hoy la magia ya no despierta el asombro y la pasión de los primeros años del cambio de régimen. Hoy no se vive en Chile un ambiente electoral, las encuestas han tomado su lugar, y curiosamente el resultado se conoce de antemano: Piñera, el candidato de la Coalición por el Cambio (representante de la facción más conservadora y reaccionaria de la burguesía chilena) y Frei el candidato de  la Concertación de Partidos por la Democracia (la facción democrática y liberal de la burguesía, aunque igual de reaccionaria cuando se trata de las demandas populares) pasarían a segunda vuelta, mientras MEO (Marco Enríquez–Ominami, conocido por ser el hijo del secretario general del Movimiento de Izquierda Revolucionaria, Miguel Enríquez, asesinado por la dictadura en 1974, que hoy representa a la burguesía progresista de la Nueva Mayoría)  y Arrate candidato del Frente Amplio–Juntos Podemos Más (la actualización de la estrategia estalinista de los Frente Populares) quedarían en un tercer y cuarto lugar.

La magia ya no tiene nada de magia. La tecnocracia tomó su lugar encargándose de demostrarnos sistemáticamente, en un verdadero bombardeo comunicacional, vía encuestas que entre Piñera y Frei se dirime la elección. Básicamente los medios masivos de (des)información relataron la siguiente historia: la Concertación durante estos veinte años de gobierno se ha desgastado por el paso del tiempo (como se desgasta un lápiz o una bicicleta) y la Coalición por el Cambio ha preparado un gran programa de gobierno que sacará a Chile de la pobreza, limpiará las calles de los delincuentes, y llevará a Chile al desarrollo… Mientras tanto Chile es el tercer país del mundo con mayor cantidad de la población en las cárceles. La observación de un amigo es particular: las cárceles venían debajo del brazo de la democracia burguesa.

Casi se me olvidaba, también nos han recalcado día a día que quien gana las elecciones en segunda vuelta es Piñera y que Chile ya salió de la crisis porque las cifras de desempleo son menos altas de lo que se esperaban, curiosa y retorcida interpretación del gobierno sobre la crisis.

Piñera y Frei: una alternativa sin alternativa

"Tal vez nunca en la historia tuvimos un grado tan alto de consensos sobre cuáles son las tareas que tenemos por delante, tal vez pocas veces en nuestra historia hemos tenido una percepción común de qué es lo que nos convoca como país" (Ex presidente Ricardo Lagos Escobar, en ocasión de la cena anual de la Sociedad de Fomento Fabril, 2005)

Pero para no caer en el juego mediático, ni tampoco tirar todo por la borda como hace un medio local que titula las elecciones como la farsa electoral, es preciso encontrar las razones del actual escenario político desde una perspectiva histórica.

En ese sentido las palabras del ex presidente Lagos dan cuenta del devenir de una coalición que se constituyó en oposición al régimen militar pero que como él mismo señala ha llegado a un grado tan alto de consenso como nunca antes en la historia de Chile.

Patricio Navia, un intelectual burgués pero con mucha claridad escribió en ocasión de la muerte del dictador "para bien o para mal, Pinochet es el padre del Chile actual" (La Tercera, 11 de Diciembre de 2006). Y la Concertación que se construyó ideológica y políticamente como oposición de la dictadura es un hijo (i)legítimo del mismo.

Para bien de la burguesía o para mal de los trabajadores los Concertacionistas aceptaron el juego democrático de la dictadura en el plebiscito de 1988, para bien de la burguesía o para mal de los trabajadores legitimaron la Constitución Política de la Dictadura de 1982, para bien de la burguesía o para mal de los trabajadores legitimaron las re–estructuraciones del capitalismo chileno que la Dictadura realizó desde 1974–5, para bien de la burguesía o para mal de los trabajadores han construido una hegemonía ideológica sobre la democracia burguesa que ha servido de chaleco de fuerza para neutralizar las luchas de la clase trabajadora y los sectores populares desde que llegaron al poder en 1989… ese ha sido el costo del alto grado de consensos que mencionaba el sr. Lagos.

Y es que es preciso entender el sentido que tuvo históricamente la “transición democrática” como proyecto político tejido por arriba para dar una salida a la crisis de legitimidad que tenía (desde, al menos, la crisis económica de 1982) el régimen militar, para comprender el rol que ha tenido la Concertación de Partidos por la Democracia desde su creación a fines de la década de los ochenta: la de contener las expectativas, controlar las luchas y desarticular las organizaciones de la clase obrera y demás sectores explotados y oprimidos contra el régimen de explotación capitalista neo–liberal, bajo el manto de la magia de la democracia burguesa.

El plebiscito de 1988 fue la salida que encontró el régimen militar para dar estabilidad al conjunto del capitalismo chileno ante la acumulación progresiva de fuerzas, organismos, partidos y conciencia de la clase obrera y el pueblo desde comienzos de la década del ochenta (los llamados “cacerolazos” ante la desocupación que alcanzaba el 30% de la población en 1982–3 fue el principio) y que llegó a cuestionar y erosionar las bases sociales de un régimen cada vez más des–legitimado.

Eliminado el disenso de la burguesía nativa sobre el tipo de régimen político vino el tan alto grado de consenso de la burguesía sobre las tareas internacionales, la firma de tratados internacionales (China, EE.UU, la UE, México, etc.), el libre cambio, la flexibilidad (precarización) laboral, la neutralización de las fuerzas sociales, el fin de la historia… la mundialización del capital y las tareas de la burguesía chilena.

La crisis de la Concertación

La realidad es contradictoria. De ahí que no sea sencillo explicar qué pasa en la política chilena. Por una parte, existe objetivamente una crisis de la Concertación que se ha expresado en una serie de rupturas hacia izquierda y derecha y que refleja también una serie de tendencias por abajo. Por otra parte, esto no se traduce en una des–legitimación del gobierno, ni de la democracia. Y finalmente, la salida que está teniendo la crisis de la Concertación es hacia Derecha.

Pero vayamos atando cabos. Efectivamente, ya desde el año pasado las elecciones municipales mostraron un cambio en la tendencia del electorado: la Derecha ganó las elecciones. Pero es una tendencia que se ha ido sosteniendo en el tiempo. La Derecha, facción conservadora y reaccionaria de la burguesía, ha obtenido la presidencia de la cámara de diputados y la presidencia de la cámara de senadores, ahora es posible que obtengan la presidencia de la República y con esto se endurecerán aún más las luchas sociales.

En ese sentido la Izquierda y en particular el Partido Comunista ha tenido un rol nefasto, llevando las luchas de los trabajadores hacia la derrota, haciendo que los trabajadores depositen expectativas en la Concertación, por ejemplo con el caso del ex Ministro del Trabajo Osvaldo Andrade, los comunistas decían “ese Ministro es de los nuestros”, y los dirigentes sindicales del PC lo invitaban a marchas y se sacaban fotos con él, mientras las luchas obreras iban perdiéndose, como el dramático caso de la huelga de sub–contratistas de Codelco en 2008.

La Derecha crece porque el PC con su vieja concepción estratégica estalinista del sector progresivo de la burguesía, sigue apostando a generar alianzas con el gobierno burgués responsable de la represión a la vanguardia obrera y estudiantil durante veinte años.

El Partido Comunista ha sido el mayor obstáculo que ha tenido el proceso de recomposición de la vanguardia obrera y estudiantil en Chile. Siendo ahora el responsable de que la clase trabajadora y los demás sectores explotados y oprimidos de esta sociedad no tengan ninguna alternativa en estas elecciones. Ellos, el PC, se ha convertido en la pata izquierda del régimen de explotación capitalista chileno. Yendo hacia estas elecciones junto a la coalición de gobierno en un “pacto instrumental” para obtener una silla en el parlamento. Entregaron la lucha por migajas.

Es por eso que en estas elecciones los trabajadores no tienen alternativa. Frei o Piñera continuarán con el legado de Pinochet, MEO o Arrate seguirán el camino redistributivo de un capitalismo con rostro humano que ha fracasado históricamente. Los trabajadores y trabajadoras de Chile tienen que construir su propia alternativa sin depositar ninguna expectativa en los partidos patronales, ni en las alianzas de clases, construyendo un partido independiente, clasista y revolucionario, que sea una herramienta para las luchas sociales y políticas por venir.