Perú

Keiko Fujimori, la heredera marcada por el pasado

Por Patricia Vélez
Agencia Reuters, 11/04/11

Lima.– Llega al ballottage con un legado que despierta tanto amor como odio en Perú. Sin embargo, Keiko Fujimori confía en que se sentará en el sillón presidencial ocupado hace una década por su padre.

Además, busca convertirse en la primera mujer que dirija las riendas de Perú y, tras el triunfo de Dilma Rousseff en Brasil, es la segunda mujer en tener la oportunidad de gobernar un país latinoamericano en menos de seis meses.

Si gana en la segunda vuelta electoral, la legisladora, de 35 años, tendrá que liderar uno de los países que más crecen en el mundo. Buscará repetir los aciertos y a la vez evitar los errores de su padre, Alberto Fujimori, actualmente preso por delitos de lesa humanidad. Aunque es de actuar y hablar pausado, desde joven debió defender con uñas y dientes esa herencia política.

Muchos agradecen a Alberto Fujimori haber combatido a las guerrillas izquierdistas que asolaron Perú en las décadas de 1980 y 1990, al igual que una profunda crisis económica. Al mismo tiempo, otros no perdonan los abusos a los derechos humanos cometidos durante su gobierno ni su renuncia vía fax desde Japón cuando se vio acorralado por el peor escándalo de corrupción en la historia peruana.

Pese a los pasivos dejados por el gobierno de su padre, la legisladora suele evocar en los mítines su sangre "fujimorista", en muchas ocasiones animada por los eufóricos gritos "Chino, Chino" de sus simpatizantes, el célebre apodo con el que se conoce a Alberto Fujimori en Perú.

Metódica al igual que su padre, no se despega de un pequeño cuaderno en el que hace anotaciones antes de hablar. Y a los dardos de sus contendientes responde siempre con estoicismo: "Soy Keiko Fujimori, hija de Alberto Fujimori y Susana Higuchi, a mucha honra".

Algunos dicen que Alberto Fujimori será quien gobierne en las sombras si su hija gana la presidencia. Otros le critican a Keiko su juventud –sería la presidenta más joven que haya tenido el país– y recuerdan que el actual mandatario, Alan García, tuvo a los 35 años un gobierno nefasto que fue sucedido precisamente por el de Fujimori.

Pero la candidata por el partido Fuerza 2011 buscó con aplomo aplacar esos temores. "Si soy elegida presidenta de Perú, las decisiones las voy a tomar yo", dijo recientemente. "Discrepé con él a los 24 años, cuando estuve en contra de la tercera reelección y firmé el referéndum. Yo solicité a mi padre que no renunciara en Japón y me quedé en Perú", afirmó.

La congresista, madre de dos chicas pequeñas y casada con el consultor económico peruano–norteamericano Mark Vitto, también ha descartado indultar a su padre, pese a que cuando fue condenado en 2009 dijo que podría hacerlo.

Keiko, que centró su plan de gobierno en mantener el crecimiento económico de los últimos años y en buscar una mayor distribución de la riqueza, se involucró desde joven en la política. Primero acompañó a su padre en sus giras cuando éste era un desconocido que se enfrentaba al escritor Mario Vargas Llosa en las elecciones de 1990. Después, ejerció como primera dama cuando se separaron sus padres. Asumió la presidencia de la Fundación por los Niños del Perú y de la Fundación Peruana Cardioinfantil, y participó en diversas cumbres internacionales. La legisladora se aferra a ese pasado para afirmar que tiene "experiencia" porque, asegura, desde entonces pudo conocer las necesidades de miles de peruanos.

"Recuerdo haber ayudado a mi padre a recolectar firmas para formar el partido Cambio 90. Lo acompañé en sus dos últimos actos de cierre, así que participé activamente a pesar de que tenía sólo 14 años", señaló. Con estudios en la Universidad Estatal de Nueva York y un título en Administración de Empresas en la Universidad de Columbia, Keiko fue procesada por denuncias sobre un supuesto origen ilegal de los fondos con que financió sus estudios en el extranjero. En 2005, tras la detención de Alberto Fujimori, Keiko decidió hacerse cargo del partido de su padre, Fuerza para el Futuro, y se lanzó como candidata al Congreso en los comicios de 2006. Obtuvo la votación más alta de un parlamentario en la historia de Perú.