Argentina

El nuevo mas ante el debate político nacional

La Carpa Roja en el Congreso

Socialismo o Barbarie, periódico, 03/07/08

Después de llamados infructuosos para que sea una iniciativa común al resto de las organizaciones de izquierda que levantan –aun con inconsecuencias una postura independiente en el conflicto entre el gobierno y las entidades ruralistas, el nuevo mas decidió hacerse presente en la Plaza de los Dos Congresos para hacer oír una voz distinta. Una voz que denuncie tanto a la pérfida patronal oligarca disfrazada de “humildes productores” como a un gobierno que no para de mentir sobre la “redistribución de la riqueza”, ocultando que las principales beneficiarios de las retenciones a los ricos del campo son… otros ricos. Una voz que defienda los intereses de la mayoría absoluta de la población: los trabajadores de la ciudad y del campo, los asalariados, los desocupados, los sectores pobres urbanos, los jubilados… Porque son ellos los que en definitiva van a pagar la factura del conflicto, a menos que empiecen a intervenir con sus propias luchas y reclamos.

El objetivo de la Carpa Roja es muy sencillo: mostrar que es posible y necesaria la aparición en el escenario de la crisis de un “tercer actor”, el movimiento obrero, aunque hoy esté contenido por las burocracias de la CGT y la CTA. En tanto, es un deber impostergable de toda la izquierda revolucionaria agotar los esfuerzos e instancias para llegar a la población con un punto de vista independiente de los dos bandos capitalistas, en defensa de los verdaderos intereses de la clase trabajadora y los sectores populares.

No bien Kristina anunció el envío del proyecto de ley sobre las retenciones al Congreso, las entidades patronales ruralistas (¡basta de hablar del “campo”!) se dispusieron a armar el lobby correspondiente. Esto incluía tanto “aprietes” a legisladores de las provincias como montar una carpa oligarca (perdón, de los pobrecitos productores con las manos sucias de tierra) frente al Congreso.

Ni con el Gobierno ni con el “Campo”. Con los trabajadores del campo y la ciudad

¡Vení a la Carpa Roja!

Desde el Movimiento Independiente La Cigarra sostenemos que es necesario que los trabajadores, junto a los distintos sectores populares, nos pronunciemos independientemente de los dos sectores marcadamente patronales que se están peleando por la renta. Ya sea que gane el gobierno o el “campo”, las consecuencias de esta disputa de intereses capitalistas y de la crisis actual la terminaremos pagando los trabajadores. Por esto llamamos a todas las organizaciones políticas, sindicales, estudiantiles, culturales y barriales a llevar al epicentro político más importante del momento, el Congreso, una tercera alternativa, obrera, de clase y socialista, para instalar en la escena política una tercera posición: ¡La de los trabajadores!

La Cigarra, Movimiento Independiente
www.la-cigarra.blogspot.com

Inmediatamente, los alcahuetes K, en primer lugar los ex piqueteros -hoy fuerza de choque “social” del gobierno-, quisieron arruinar la maniobra instalando no una, sino seis carpas oficialistas. Los ruralistas, de todos modos, armaron su “carpa verde” con el apoyo de los maoístas del PCR, la inefable Vilma Ripoll y cuanto reaccionario derechista pulula por ahí, con actividades tan interesantes como misas, shows folclóricos y ramplonas demostraciones de nacionalismo berreta (faltaba Rimoldi Fraga cantando “¡Argentino hasta la muerte!”).

Hasta ahí, la insoportable cantinela de estos meses: los “luchadores”-funcionarios disfrazados de representantes de los pobres versus los dueños de la tierra disfrazados de esencia de la argentinidad. La cosa tiene también un costado de circo mediático, con pingüinos y toritos inflables…

Pero allí apareció una nota nueva, no escuchada hasta ahora, que busca expresar a un amplio sector que no se siente representado por ninguno de los dos bandos que ellos y los medios buscan instalar como los únicos con los que es posible alinearse. Es la que intentamos difundir desde la “Carpa Roja” que organizó el nuevo mas.

La idea inicial no fue sólo nuestra. Tampoco quisimos simplemente apropiárnosla; por el contrario, invitamos inmediatamente al PO y al PTS a montar la carpa en común, ya que era mucho mejor que apareciera el conjunto de la izquierda “roja” en defensa de una postura clasista. Pero no hubo respuesta, lamentablemente (ver aparte). Y no había todo el tiempo del mundo: la decisión urgía. Por eso, con la firmeza que nos da haber mantenido desde el primer momento una postura de independencia de clase frente a los dos bandos capitalistas, resolvimos dar esa pelea política en el ámbito donde hoy está planteada.

El lugar del Congreso en la crisis

Porque, efectivamente, la crisis política –aún no cerrada– se ha mudado de las rutas al Congreso, por voluntad de ambos “campos” burgueses que veían que la dinámica de cambiar “golpe por golpe”, como en el boxeo, encerraba demasiados riesgos (ver SoB 129).

Por otra parte, el hecho de darle intervención al Parlamento es también resultado de la necesidad de oxigenar otras instituciones del régimen ante el peligroso deterioro de la institución más importante, la presidencial. Se da así una especie de “relevo” del ámbito de tratamiento de la crisis, que permite a los actores burgueses evitar que se salga de los carriles manejables. Si no podía haber solución desde los cortes de ruta ni desde la Casa Rosada, es en interés del conjunto de la clase capitalista que el Congreso sea la mediación “legal” y controlada que provea un marco aceptable para ambos sectores en pugna. Si puede cumplir hoy ese rol de relativo “arbitraje” es precisamente por la no irrupción de acciones independientes del movimiento obrero.

Sin embargo, como señalamos aparte en esta edición, el traslado parlamentario agrega un elemento contradictorio en su objetivo de actuar como instancia de mediación. Supone la apertura de un debate nacional más de conjunto acerca de qué hacer no sólo con el campo sino con el trabajo nacional y el propio proyecto de país. Esta realidad es la que se expresa en la actividad desde la Carpa Roja, donde se detecta un intenso clima de debate político. Así, la crisis también ha generado una cierta politización general que no estaba en los cálculos.

Por otra parte, nada bueno para los trabajadores puede salir de esa cueva de bandidos. Pero, lamentablemente, el escenario político está ocupado de manera casi excluyente por gobierno y ruralistas. De modo que no son sólo ellos, sino la amplia mayoría de la población –al menos, de la que no ha caído en la apatía y el escepticismo– la que aguarda expectante el resultado de las “negociaciones” en el Congreso.

Las famosas carpas –más allá de su costado mediático– son expresión justamente de esa nueva realidad: la disputa política y económica real entre las dos fracciones burguesas tiene ahora como escenario el Parlamento. Ése es el contenido simbólico de las carpas: manifiestan una toma de posición sobre el conflicto frente al conjunto de la sociedad allí donde hoy se dirime.

Es sabido que no hay diputados “rojos” que puedan aprovechar el Congreso como caja de resonancia de una denuncia tajante de los K y de los oligarcas. En consecuencia, resultaba y resulta una necesidad política de primer orden aprovechar la audiencia política del fenómeno de las carpas para intentar instalar a un nivel superior al de la vanguardia el punto de vista que viene faltando desde el comienzo de la crisis: el de los trabajadores. Al servicio de esta tarea del momento podía y debía estar la izquierda que no ha capitulado ni al gobierno ni a los ruralistas. Ante las oscilaciones y cavilaciones del resto de los sectores independientes, el nuevo mas, evitando autoproclamaciones pero también la miopía política, asumió su responsabilidad.

Opinan sobre la Carpa

Germán de Disprofarma

Gane quien gane los perjudicados seguimos siendo nosotros

SoB: Desde el Nuevo mas hemos tenido la iniciativa de montar una Carpa Roja en el Congreso, con una posición independiente y de clase. Queríamos preguntarte como ves esa iniciativa.

G: Hay tironeo entre el gobierno y el campo, más allá de esa pelea, cuando nosotros vamos a un hospital, en el hospital siguen faltando los insumos, los hijos de los compañeros van a la escuela, y los docentes están  en  huelga porque no se les paga lo que les corresponde, gane quien gane en esa lucha los perjudicados seguimos siendo nosotros.

El gobierno se jacta de tener superávit fiscal hace tiempo largo, pero nosotros seguimos igual, no nos vemos beneficiados ni por el hecho de que gane la Sociedad Rural ni que gane el gobierno. Cualquier forma de pelea, de dar la discusión, de plantar una posición independiente de los trabajadores, lo cierto es que es necesario dar un primer paso para que se empiece a construir una posición desde el pueblo, de los laburantes, qué es lo que les pasa a los laburantes. Cualquier iniciativa que vaya en ese sentido me parece positiva, espero que avance.

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Un estudiante de Historia

Me parece bárbaro, me parece bárbara la posición que leí en el folleto. La posición independiente que es algo que muchos estaban esperando o algo que se hacía necesario, quizás yo tuve alguna disidencia en la cuestión de la propaganda, que haya tanto mas por todas partes, es una cuestión partidaria, pero en esencia me parece muy bien la instalación de la carpa. Me alegró bastante cuando me enteré.

Los versos de los ruralistas y de los K

Desde estas páginas hemos planteado infinidad de argumentos, datos y polémicas respecto del carácter de los bandos en pugna, de modo que sólo queremos desmontar algunas de sus mentiras más flagrantes. De hecho, sólo dicen parte de la verdad cuando critican al otro…

Verso oligarca 1: “Somos la Patria del interior”.

Por desgracia, mareados por el derroche de banderas argentinas, las vestimentas de gaucho y las tonadas regionales, muchos se han creído esta verdadera zoncera. De más está decir que los peces gordos del campo, los que manejan cientos de miles de hectáreas y cientos de millones de dólares de exportaciones, ni asoman la nariz por los piquetes… pero son los verdaderos grandes beneficiados de la “rebelión agraria”. Y muchos de ellos no pertenecen a la “patria” argentina ni a ninguna otra: son fondos de inversión internacionales.

En realidad, “patria” es un concepto tan gaseoso que no significa nada concreto, y que ha sido utilizado toda la vida por oligarcas, golpistas y conservadores en general para adueñárselo contra cualquiera que amenace sus intereses. En particular, la idea de que la “esencia” de la patria radica en el interior rural, contra los aires “extranjerizantes” de las grandes urbes, como Buenos Aires, ha sido un tópico de todos los reaccionarios desde la Revolución Francesa.

Perón y los gorilas que tumbaron a Perón, los Montoneros y Videla, piqueteros kirchneristas y piqueteros ruralistas… todos hablan en nombre de la patria. Regla de oro: cuanto más etéreo es el concepto que se dice defender, más tangible y material es el interés que se busca proteger. Como decía una vieja canción de Sui Generis: “Si ellos son la patria, yo soy extranjero”…

Verso K 1: “Las retenciones son para mejorar la distribución del ingreso”.

Sí, claro: entre los ricos. Porque es cierto que los ruralistas “la quieren toda para ellos”, como dicen los K. Lo que no dicen es que el gobierno quiere una porción de la renta extraordinaria del agro para favorecer a los capitalistas amigos, no a trabajadores, pobres y jubilados. No hay más que mirar el Presupuesto. Entre los gastos del Estado, los que más aumentan, por lejos, son tres: el pago de intereses de la deuda (¡hasta acá llegó el cacareo contra el FMI!), los subsidios (para las empresas de servicios y aliados varios) y la obra pública usada como prenda de negociación con intendentes y gobernadores a cambio de apoyo político y electoral.

El caso de los subsidios es particularmente escandaloso: Javier González Fraga estimó que el millón de familias más ricas recibe en subsidios el equivalente a 5 planes sociales de los que cobra el millón de familias más pobres. ¡Vaya “redistribución”! Para no hablar del resto. ¿Salarios? Anclados. ¿Jubilaciones? Sólo un 15% para todo el año. ¿Pobreza e indigencia? En franco aumento por la disparada de la inflación...

Verso oligarca 2: “Los pequeños productores estamos a punto de fundirnos por culpa de las retenciones”.

¡Y uno que se cansaba de leer notas periodísticas que hablaban del boom económico del interior, de las exposiciones agrícolas exitosas, del despegue de ciudades como Río Cuarto, Rafaela, Pergamino y muchas más de la zona núcleo, con ostentación de camionetas 4 x 4, autos importados y otros signos de prosperidad! ¡Y todo esto con retenciones que fueron del 27 al 35% en los últimos seis años! ¡Mirá vos, resulta que apenas ganaban para vivir, y ahora, con las retenciones móviles, ni siquiera eso!

Muchos de estos “productores al borde de la bancarrota” tienen ingresos por cientos de miles de dólares y patrimonios millonarios en dólares (una hectárea en la zona núcleo vale entre 8.000 y 15.000 dólares; sólo 100 hectáreas ya superan el millón de dólares). No son “humildes labriegos” que emplean su trabajo y el de su familia: son pequeños empresarios capitalistas.

Cuando a un trabajador “le va mal”, es porque se queda sin trabajo o su sueldo no le alcanza para vivir, con lo que él y toda su familia se ven amenazados por el hambre inminente, la falta de vivienda, de cobertura médica, etc.

La misma situación de zozobra viven los verdaderos trabajadores del campo, los que ponen los brazos y manejan las máquinas. En verdad, su situación es más vulnerable aún, porque ellos son la rama productiva peor paga del país y con mayor porcentaje de trabajo en negro. Para los pocos productores pequeños en reales problemas, hay muchos instrumentos de ayuda (que, por otra parte, los asalariados no tienen). Que todos los demás nos vengan a correr con el peligro de extinción de la raza agraria por las retenciones… ¡a otro perro con ese hueso!

Verso K 2: “La institucionalidad se defiende con más institucionalidad”.

Esta famosa frase de Kristina sirvió para anunciar el envío de las retenciones al Congreso. Naturalmente, los K recurrieron al Parlamento porque no les quedaba más remedio, después de licuar buena parte de su capital político en apenas seis meses, debilitar la figura presidencial y comprometer de manera casi irreversible las elecciones parlamentarias de 2009. Pero les daba una ventaja: sacaba el conflicto de las rutas, algo que el conjunto de la clase capitalista estaba reclamando.

Es sabido que la única institución que les importa a los K es la presidencial. El problema es que esta apelación a la “legalidad” –muy visible en el discurso de Kristina el 17 de junio, y también en los recientes de Néstor Kirchner– se dirige hoy contra los piquetes de los ruralistas, pero será instrumento mañana contra el verdadero enemigo estratégico del kirchnerismo y todos los capitalistas: los trabajadores y las luchas populares.

“Carrera demente”

Los de afuera (no son de palo)

Otra vez, como siempre quedamos en el medio de intereses políticos-económicos planteados por los sectores que manejan el poder.

Antes de tomar una postura, ya sea a favor o en contra de uno u otro, deberíamos darnos cuenta que en este conflicto gane quien gane, siempre somos los perjudicados.

Fijémonos la reacción tanto del gobierno como la nuestra respecto a cortes, paros y manifestaciones dependiendo del origen de las mismas.

Pensemos ¿cobran lo mismo los peones de campo que los grandes productores del sector agropecuario?, ¿cobra lo mismo un docente del Chaco que un diputado nacional?

Pensemos reflexionemos, y no tomemos partido apresuradamente. No nos pongamos la camiseta de uno ni de otro, porque ninguno de los dos está pensando en nosotros... ni el campo, ni el gobierno.

carrera_demente@yahoo.com

Los que dicen que hay que alinearse con los K porque “los del campo son más reaccionarios aún” –cosa que es verdad– pierden de vista este elemental criterio de clase. Porque un fortalecimiento del gobierno no le servirá sólo para derrotar a los oligarcas. También le permitiría enfrentar en mejores condiciones la muy probable reacción de los trabajadores ante el creciente deterioro del salario y las condiciones de vida de la Argentina de Kristina, que ya no es la de Néstor. Esa perspectiva es la que deberán afrontar los trabajadores, los luchadores y la izquierda en un futuro bien próximo.

Hay muchos más versos, de ambos lados, pero alcanza por ahora con estos botones de muestra.

Carpa Roja del lado de los trabajadores

No hay una sola voz dentro del Congreso que vaya a defender los intereses de los trabajadores. No importa si pesará más la conveniencia electoral o la seducción de la caja oficial: diputados y senadores sólo van a decidir qué sectores patronales, y en qué proporción, se van a quedar con la riqueza generada por los trabajadores de la ciudad y del campo, así como la renta extraordinaria.

Con retenciones móviles o inmóviles, con compensaciones para productores de hasta 500 hectáreas o de hasta 1.000, con votación “a libro cerrado” o con “consenso”, los grandes perdedores van a ser los trabajadores, los asalariados y la población en general. Porque la única “redistribución” será entre capitalistas a expensas del salario obrero, de los estatales, de los jubilados y de los que necesitan un aumento del gasto público para atender las necesidades reales. En cambio, aumentarán los subsidios para ricos y para “pequeños productores” millonarios.

Los intereses de los trabajadores no tienen nada que ver con los del kirchnerismo ni los de los productores agrarios. Su principal preocupación es la inflación, que justamente con este conflicto pegó un salto en los alimentos y se come el ingreso obrero. ¡De eso no hablan ni los ruralistas ni el gobierno! Y es lógico, porque uno y otro bando viven a espaldas de las necesidades de las verdaderas mayorías.

Es esta realidad la que el nuevo mas quiere difundir desde la Carpa Roja. No se trata de elucubraciones retorcidas, sino de verdades de a puño, y así lo reconocen infinidad de compañeros y simples transeúntes que pasan por la carpa y saludan la iniciativa. “Ya era hora de que alguien dijera que los dos son una porquería” es el comentario de muchos.

Por supuesto, los medios masivos, especialistas en hacer cualquier cosa con la información, como no pueden ignorar la Carpa Roja, la presentan de las maneras más insólitas. Como no está “ni con el gobierno ni con el campo”, con ignorancia o mala intención (o ambas cosas), le adjudican una posición “neutral” o hasta “de centro”. ¡Estar en contra de dos puntos de vista no es ser “neutral” ni mucho menos equidistante!

Pero la mentira no puede sostenerse mucho tiempo. El nuevo mas ha tenido desde el inicio del conflicto una clara posición contraria a la postura reaccionaria de los ruralistas y también del gobierno, porque se ubica en la trinchera de la clase trabajadora, urbana y rural. Por eso, pese a ser sin duda una fuerza minoritaria, tiene autoridad política para levantar una voz independiente, socialista y clasista.

Esperamos que en el desarrollo del debate nacional sobre este conflicto seamos muchos más los que nos plantemos frente a la falsa opción “gobierno o campo” desde el lugar que le corresponde a toda corriente o compañero auténticamente de izquierda: no con los K, no con los oligarcas de cualquier tamaño, sino con los obreros y los sectores populares. Al servicio de esta tarea ponemos la Carpa Roja.