Argentina

La izquierda y el conflicto del neumático

Los consejos de los “sabihondos”

Por José Luis Rojo
Socialismo o Barbarie, periódico, 14/08/08

El conflicto en el Neumático ha desatado una polémica en las filas de la izquierda. Hay corrientes que ni siquiera han asomado sus narices por el mismo. ¿Cuáles? Adivinó: las de la izquierda campestre, tan prestas a ponerse a disposición de los piquetes y cacerolazos chetos durante el lock out de la patronal agraria.

Pero sí se ha desatado una discusión del PO y el PTS con nuestro partido (el cual, como es sabido, tiene importantes responsabilidades en esta histórica pelea). Como “sabihondos”, han salido apresuradamente a pontificar acerca de todo lo que supuestamente se habría hecho “mal”...

El PO (que no tiene prácticamente ningún peso en esta lucha) ha hecho eje en dos cuestiones: no se ha cansado, erróneamente, de sembrar desconfianza entre los activistas de Pirelli respecto de FATE y la Marrón. Al mismo tiempo, si inicialmente llegó a festejar públicamente en su prensa como un “triunfo” la conciliación... luego salió a decir que era un “error”.

En el caso del PTS, también ha criticado el pedido de la conciliación por parte de la seccional San Fernando, haciendo responsables (con dedo acusador) a compañeros dirigentes obreros del nuevo MAS de FATE. A esto le ha agregado una actitud de insólita y sistemática prédica antipartidos. El hecho es que nunca ha entendido realmente el proceso que está en curso en el Neumático.

Hay algo en común en el comportamiento de los compañeros del PO y el PTS: estos “consejeros” parecen tener una profunda amnesia a la hora de recordar que cargan con graves responsabilidades en las duras derrotas del Casino, Mafissa y otros lugares. De recordar esto, quizá serían más humildes...

¿Había que tener la misma política que las patronales y Wasiejko?

Su tema común es que “no se debería haber pedido la conciliación obligatoria”. Aquí hay varios problemas. En primer lugar, debería llamarlos a la reflexión el hecho de que “no pedir la conciliación” ¡era la política de las patronales y la dirección del SUTNA! ¿No les crea ninguna sospecha que ninguno de estos dos actores la quisiera en ese momento?

Para nosotros, está claro que las patronales preferían seguir provocando despidos en masa, y que Wasiejko, pintándose la cara de “luchador”, quería llevar al desgaste el paro, para que cuando estuviese desgastado pedir la conciliación y cambiar despidos por salario o ni siquiera eso (orientación que continua hasta hoy).

Lo que los compañeros “sabihondos” no toman en cuenta, era que las que sí querían -en ese momento- la conciliación eran las bases obreras, sobre todo la de FATE –a todas luces el punto de apoyo más decisivo en este conflicto–, que incluso el lunes 28 se votó en asamblea que en caso de declararse la conciliación debería ser con todos adentro, dando por sentado que era eso lo que iban a buscar en la marcha conjunta con Pirelli que se realizó luego de esa votación. Por si esto fuera poco, el mismo espíritu es el que había el miércoles 30 frente al Ministerio en Callao: arrancar la conciliación y forzar el ingreso de los compañeros a las plantas, cosa que se votó a mano alzada en dos oportunidades más allá de que la burocracia luego desconozca lo resuelto.

Desde el nuevo MAS opinamos entonces lo contrario que estos “sabihondos”: consideramos que la exigencia de la conciliación era un reclamo que venía desde las bases, y era correcta, porque dio la posibilidad de evitar –en lo inmediato– que se produjeran más despidos, dando la pelea por que los despedidos ingresaran a las plantas. Cosa que se concretó transitoriamente en FATE y no en las demás plantas (en Pirelli hubo una heroica pelea casi a lo largo de 8 horas, que fue acompañada más que nadie por nuestro partido) sencillamente porque es la Violeta y no la Marrón la que dirige el gremio!

Pero esto no nos hace perder de vista que en la lucha de clases no hay ninguna “panacea”. Es decir, ninguna “receta” o medida que por sí misma logre resultados enteramente satisfactorios; menos que menos la conciliación obligatoria, que es un arma de doble filo a la cual siempre es muy delicado apelar; más aun cuando siempre hay que hacerlo a sabiendas de que inevitablemente va a esconder trampas.

La realidad es que hasta el momento (más allá del verdadero error que fue no haber aprovechado para imponer la fecha de la Asamblea General en la concentración en Callao), la orientación general de la lucha comandada por los compañeros de la Marrón ha venido siendo esencialmente correcta, lo que no quiere decir que el triunfo pueda estar “garantizado”...

Eso es lo que explica lo que acaba de ocurrir al cierre de esta edición: se termina forzando a Pedro Wasiejko a retomar el paro –cosa que no quería hacer–, hecho un sandwich entre la presión de las bases y de FATE y la intransigencia patronal, que no atina a tirarle un “hueso”. Medida que ha tomado a la búsqueda de un mejor escenario para hacer pasar una nueva traición.