Argentina

Bandidos Rurales

Por Marcelo Buitrago (*)
Ponencia presentada a la IIª Jornada de Economía Crítica
(15-17 de octubre, Bahía Blanca, Argentina) Septiembre 2009

Cuando León Gieco hizo su disco dedicado a personajes como Bairoleto y Mate Cocido, prófugos de la justicia que asaltaban a empresas como La Forestal y Bünge & Born o secuestraban estancieros, despertando la simpatía popular en el interior del país, probablemente recogía las tradiciones orales de su niñez en el corazón de la pampa gringa santafesina, donde el chacarero que arrendaba su campo, vivía en él junto a su familia, siendo ésta su principal fuerza de trabajo, y era parte importante, como actor económico, de la producción agropecuaria pampeana.

Sin embargo, en el largo período desde fines de los 30 a fines de los 80, muy bien descriptos por Javier Balsa en El desvanecimiento del mundo chacarero, profundas transformaciones se dieron en la región pampeana. Del predominio de los arrendatarios familiares, se pasó primero al de los propietarios familiares. Los agricultores hicieron ganadería, los criaderos e invernadores diversificaron sus actividades y se produce la concentración de la agricultura avanzando las explotaciones medianas sobre las más pequeñas, acompañado por una creciente disminución de explotaciones, el aumento de su superficie y en las inversiones de capital, basadas en la fuerza de trabajo asalariada, reducida, pero ya sin ser explotaciones familiares.

El período 1930-60 se caracteriza por el estancamiento de la producción y de las exportaciones agropecuarias, que originaron, en su momento, una polémica sobre sus causas. Eduardo Sartelli las resume en: a) un sistema incapaz de crecer en profundidad y que se limita a reproducirse en forma simple (Pucciarelli) b) el dominio de los terratenientes y su monopolio de las tierras de las que se limitan a extraer renta (Flichman) c) una oposición frontal de los terratenientes a la agricultura expresada en un comportamiento no capitalista o no plenamente (Giberti-Ferrer) d) la política agraria peronista y su sesgo antiagrario, trasladando renta al ámbito urbano (Díaz Alejandro). El propio Sartelli se inclina, a medias, por las condiciones del mercado mundial.

Durante tres décadas a partir de 1930 las exportaciones fluctuaron alrededor de los 1.000 millones de dólares, medidas en volúmen solo superaron los de 1929 recién en 1966, y el volúmen de exportaciones per cápita supero el valor de 1929 en 1994. En ese período el trigo, maíz, lino, lana y carnes explicaban los 2/3 de las exportaciones argentinas, productos cuya participación en el mercado mundial disminuyeron, explicado ello por una utilización declinante del maíz, lana y lino y por un creciente autoabastecimiento en el caso del trigo, pero además la cuota de mercado argentino descendió notablemente. Si bien entre 1960 y 1976 el comercio de estos productos en el mercado mundial se mantuvo estable, las cuotas de mercado de Argentina siguieron descendiendo.

Argentina y el mercado mundial de sus productos. Lucas LLach

Cuotas del mercado mundial

1930

1960

1976

2000

Maíz

57 %

21%

6%

12%

Trigo

20%

9%

5%

8%

Lino

73%

40%

25%

--

Carne vacuna

40%

24%

5%

4%

Lana

6%

6%

1%

1%

Girasol

--

--

9%

25%

Soja

--

--

1%

20%

Entre mediados de los 70 y fin de siglo el mercado de estos productos sigue perdiendo peso en el comercio mundial, pasando el maíz, trigo, carne y lana mas girasol y la soja del 4,48% al 1,44% del comercio mundial, pero la argentina incrementa ahora su cuota de mercado.

Lucas LLach atribuye esta recuperación a “la apertura económica de 1976” marcando ese año como el punto de inflexión. Seria entonces un cambio de política económica (la de la dictadura) la que permitió a Argentina “volver al mundo”.

Sin duda a partir de los 70 se producen cambios en la producción agropecuaria argentina que por su magnitud y características pueden ser considerados estructurales.

Sin embargo no queda claro que 1976 sea el año bisagra. La línea ascendente de producción, exportaciones y rendimientos de granos es de toda la década, no registrándose un salto a partir de ese año. Por el contrario, el stock vacuno registrar un importante crecimiento entre 1971-77, año en que se inicia una fuerte disminución hasta 1982. Lo que explota a partir de 1976 es el volumen vacuno exportado, producido por la abrupta caída de los salarios reales, lo que explica que los trienios 76-78, 77-79 y 78-80 se acerquen a los niveles del período 70-72, donde regía la veda para favorecer la exportación. Otra cambio notable ha sido la espectacular liquidación ganadera de 1977-82 de alrededor de 5.000.000 de cabezas, sin un aumento de importancia proporcional en el área cultivada. E. Basualdo y M. Khavisse advierten sobre la coincidencia de esta liquidación con la Reforma Financiera de 1977, que se tradujo en la creciente tasa de interés de activos financieros. “ante una prolongada liquidación ganadera sin expansión de la superficie cultivada, por un deterioro de la inversión y un incremento del endeudamiento bancario, cabe preguntarse hacia donde se dirigió el excedente sectorial. El contexto global, indica que el mismo se dirigió hacia la valorización financiera”. En el mismo sentido Sábato sostiene que la participación de los grandes propietarios rurales en la actividad financiera es uno de los rasgos centrales de su comportamiento histórico, que privilegia la diversificación de riesgos y la maximización de rentabilidad en el corto plazo.

Dejemos a Lucas LLach y su entusiasmo por la vuelta al mundo, caída de salarios reales y Plata Dulce mediante y analicemos la evolución de la producción granaria hasta la irrupción de la soja transgenica.

Producción granaría total. Promedios Trienales móviles

 

Superficie
sembrada

Rendimientos

Producción
mill. TN

Exportaciones
mill. TN

70-72

19,95

1.516

20.973

8.274

71-73

19,85

1.583

22.006

8.271

72-74

19,64

1.683

23.336

8.691

73-75

19,59

1.808

25.073

9.346

74-76

19,18

1.778

23.960

9.453

75-77

19,97

1.806

25.581

11.422

76-78

20,33

1.886

27.940

13.847

77-79

20,54

1.985

30.424

16.341

78-80

20,06

1.885

28.227

15.070

79-81

20,33

1.978

30.309

16.812

80-82

20, 70

1.964

31.216

16.534

81-83

21,73

2.093

36.240

20.233

82-84

22,33

2.059

38.067

20.280

83-85

22,41

2.196

41.369

22.667

84-86

21,91

2.194

40.559

20.312

85-87

20,65

2.172

37.680

17.032

86-88

19,82

2.128

35.222

13.166

87-89

18,85

2.009

31.003

10.126

88-90

19,24

1.995

31.702

11.152

89-91

19,58

2.018

32.687

12.087

90-92

19,94

2.224

37.309

15.073

91-93

19,51

2.386

39.073

15.108

92-94

19,34

2.432

39.570

14.369

93-95

19,74

2.432

40.693

14.346

Carne vacuna. Promedios trienales móviles

 

Stock Cabezas

Faena TN

Exportación TN

70-72

50.068.000

2.272.002

622.667

73-75

55.916.000

2.250.054

369.333

76-78

58.626.000

2.957.093

617.000

77-79

58.189.000

3.026.699

671.667

81-83

53.558.000

2.648.340

482.667

85-87

53.533.000

2.815.203

267.667

89-91

53.200.000

2.587.018

383.226

91-93

53.400.000

2.535.254

329.384

93-95

52.833.000

2.480.983

391.074

Fuente Alejandro Barros y Benjamín Hopenhayn. DT CENES 10

¿Oro verde o yuyo? Desde los 70 hasta los transgénicos

Los apologistas de la patria sojera presentan a la variante soja transgenica-glifosato, introducida en 1996 como “el cambio” que revolucionó el campo, la producción, las exportaciones, los rendimientos y que cualquier intento de reglamentar siquiera el uso de glifosato paralizaría la producción. La lógica subyacente es: digan lo que quieran, esto no tiene vuelta atrás.

La realidad es que los cambios estructurales que comenzaron en la década del 70 se reflejan en un avance sostenido de la agricultura con una clara declinación de la ganadería. Otro cambio es el aumento de productividad de la agricultura del orden del 73% para los cereales y el 152% para las oleaginosas, indicando los avances en mecanización, innovaciones genéticas en semillas, la aplicación de agroquímicos y la expansión de los contratistas. Esta evolución tiene su origen durante la década del 70 en el cambio tecnológico, mientras que en la década del 80 el aumento de la superficie agrícola es el eje principal.

Estos cambios ubicaron a la soja, mucho antes de la “ingeniería genética”, como el principal cultivo del país, provocando la caída de otros cultivos forrajeros (sorgo, centeno, cebada forrajera), compitiendo directamente con el maíz, y reduciendo la superficie destinada a la ganadería. De una producción de 500.000 TN para la campaña 1974/75 pasa a 9.900.000 TN en el 87/88 para ocupar el primer lugar, que cede solo en la campaña siguiente y en las de 96/97 y 97/98.

Cereales

Superficie
sembrada Has.

Rendimiento
kg/Ha.

Producción
miles TN

70-72

17.259.000

1.666

19.149

83-85

16.488.000

2.464

32.027

93-95

11.302.000

2.886

24.437

 

Oleaginosas

Superficie
sembrada Has.

Rendimiento
kg/Ha

Producción
miles TN

Destino Industrial
miles TN

70-72

2.693.000

781

1.824

1.821

83-85

5.926.000

1.600

9.342

6.116

93-95

8.439.000

1.967

16.256

12.461

Soja 93-95

5.709.000

2.079

11.618

8.816

 

La duplicación del volumen físico desde el 70 hasta mediados de los 90 de 20 a 40 millones de TN se explica entonces por el crecimiento explosivo de las oleaginosas. Este volumen ya se había alcanzado en el trienio 83-85, cuando se invierte la tendencia por la fuerte caída de la producción cerealera.

La sustitución de cereales por oleaginosas y su consolidación ya a mediados de los 90 son los que generan entonces los cambios en el volumen y la composición de la producción granaria. Esta explosión de las oleaginosas, especialmente la soja, explican el crecimiento también explosivo del complejo agroindustrial aceitero, colocando por ese entonces a la Argentina ya como uno de los principales exportadores en el ámbito mundial.

En cuanto a las exportaciones de granos aumentan un 140% hasta llegar a los 22 millones de TN en 1983-85, en que caen hasta los 90 con una recuperación posterior, pero sin alcanzar los valores máximos del periodo. Sin embargo, hay que diferenciar cereales de oleaginosas. Estas últimas se industrializan en un 90% en el caso del girasol y un 78% la soja en 93-95, por lo que los aumentos de producción no se reflejan en las exportaciones granarias. En cuanto a los cereales, las variaciones de las exportaciones reflejan las variaciones de la producción, por la baja elasticidad de la demanda interna, por lo que la ciada de la producción genera casi automáticamente una disminución de los saldos exportables

El boom sojero. El salto de cantidad a calidad

Luego de Estados Unidos, Argentina se convirtió hacia finales de los 90 en el segundo país en el mundo donde la soja transgénica se cultiva a gran escala. La adopción del paquete tecnológico siembra directa-soja transgénica-glifosato marcó sin duda un record por la brevedad del plazo que se impuso entre los productores. En apenas 6 años supero el 90% de la superficie sembrada, mientras que otras innovaciones como el trigo germen mejicano tardaron 16 años en llegar a esos niveles y el maíz híbrido 27. Dos factores explican este fenómeno: la reducción de tareas y el consiguiente ahorro de tiempo necesario y de contratación de mano de obra, que a su vez empalmó y coronó un proceso ya iniciado de abandono de las explotaciones como lugar de residencia. El otro factor decisivo fue la impresionante reducción de costos, fundamentalmente en el laboreo, (de US$ 68 por ha. en 97/98 a US$ 14 por ha en 2003/4) pero también en agroquímicos y en semillas.

Aquí sin dudas jugo la estrategia de Monsanto de no cobrar regalías ni encarecer la semilla ni el glifosato, por lo que “el costo de las semillas es significativamente mas bajo en Argentina que en USA” según la USDA

De esta manera estableció una “cabecera de playa” hacia el otro gran productor mundial de soja, Brasil. La rápida aprobación de los transgénicos por el gobierno menemista contrasto con los casi 10 años de demora en obtener la aprobación por la CTN.Bio brasilera, pero el contrabando de semilla desde Argentina hacia el sur brasilero en escala industrial sólo se puede explicar como una política empresaria, con la obvia complacencia de los sucesivos gobiernos brasileros. La misma USDA estimaba una implantación de entre un 20 y un 40% de soja transgénica en forma “ilegal” en esa región.

Así, a partir de la cosecha 98/99 la primacía de la soja se convierte en reinado absoluto. En apenas 7 años duplica su producción, mientras todos los demás cultivos se estancan o retroceden. Nunca en la historia un solo cultivo alcanzó tal grado de desarrollo en relación a los demás productos agropecuarios, y Argentina no se ha convertido en un país de monocultivo, solo por la impresionante posibilidad de la pampa húmeda de pasar de un cultivo a otro.

Producción granaria. Promedios Trienales móviles miles de TN. SAGPyA

Años

Maíz

Trigo

Soja

96-98

16.132

14.438

16.577

97-99

16.547

14.233

19.644

98-00

15.215

14.553

22.355

99-01

15.619

15.520

25.688

00-02

15.025

14.520

30.621

01-03

14.902

14.052

32.132

02-04

16.825

14.274

34.895

03-05

16.626

14.372

36.801

04-06

18.894

14.367

42.103

05-07

19.405

14.496

44.752

Campañas 07-08

22.016

16.348

46.238

Entre 1993 y 1999 el PBI agropecuario se incremento a valores corrientes un 1% a pesar del aumento del volumen de producción, debido a que los precios implícitos del sector cayeron el 19%

Esto permite avanzar en la comprensión de la paradoja de un sector que casi duplico la cosecha y exportación de granos, incorporando inversiones y tecnología y al mismo tiempo empobreciendo y excluyendo a pequeños y medianos productores, con la lógica consecuencia del aumento de la concentración.

El abandono de las explotaciones como lugar de residencia y los cambios en los modos de vida, ya había producido el despoblamiento del campo. Todo este proceso se potenció con el nuevo marco de apertura y desregulación de los 90. Los que sobrevivieron en la región pampeana, o son rentistas, o tienen un capital y un nivel de ingresos que los califican muy lejos de la tradicional “pequeña burguesía” que explota su propia fuerza de trabajo.

La alternativa ha sido convertirse en compradores de servicios: el 65% de los "productores" contrata la cosecha, y otro tanto la siembra y fumigación. Cuando el "pequeño productor" dice: “estoy cosechando”, en realidad expresa que está controlando al contratista para que éste realice correctamente su tarea (y de paso no se lleve algún camión con grano).

Por otro lado, el desarrollo de la escala productiva no le deja demasiadas alternativas: el precio promedio de una cosechadora en 2007 fue de $ 512.000 y el de un tractor $ 140.000, con lo que además se sobre capitaliza, ya que excede ampliamente sus necesidades.

Si a pesar de la reactivación del mercado de maquinaria agrícola a partir de 2002 (622 cosechadores vendidas ese año contra 2.415 promedio en 2003/2007) con incorporación de tecnología de punta como monitores de rendimiento con GPS, monitores de proteína, tolvas autodescargables, nuevos cabezales, etc., se calculan en U$S 465 millones (según INTA Manfredi) las pérdidas por ineficiencia en la cosecha de soja y maíz, salta a la vista la imposibilididad de continuar operando con los viejos equipos si algún nostálgico se resistiera al nuevo modelo. Siembra directa, fertilizantes, soja transgénica-glifosato, cosecha altamente profesionalizada, donde lo usual es que en los grandes establecimientos de más de 5.000 has. quien supervisa directamente el manejo de la cosechadora sea... un ingeniero agrónomo.

El Censo Agropecuario 2002 es inapelable. Entre el 88-2002 desaparecieron 100.000 explotaciones agropecuarias en el país, y la región pampeana explica el 66% de este total. Aquí además la escala promedio se incrementó en un 35%, pasando de 400 a 533 hectáreas, siendo las explotaciones de hasta 500 has. las más afectadas por la desaparición de establecimientos. En este rango hubo una caída de un 34% de cantidad de establecimientos y de un 26% de superficie, y como contrapartida aumentaron en cantidad y superficie los establecimientos más grandes

 

Hasta 500 has.

500 / 2.500 has.

2.500 / 10.000 has.

Mas de 10.000 has

 

1988

2002

1988

2002

1988

2002

1988

2002

EAPs

158.584

104.176

25.279

25.272

3.981

4.262

346

402

Superficie

Miles Has.

20.888

15.385

25.877

26.545

17.785

19.059

6.108

7.380

Región Pampeana. Censo Nacional Agropecuario 2002

Por otro lado este fenómeno es parte de un proceso de más largo alcance, que se ve reflejado además en la alta urbanización del país, que supera el 90%

Total país

1969

1988

2002

Cantidad
explotaciones

581.000

421.000

317.000

Hoy, la producción agrícola ganadera pampeana está concentrada en menos manos que nunca, y el rol que Argentina tiene en el mercado mundial es el de exportador de aceite y harina de soja, más que de grano, rol reservado a Brasil. A tal efecto se han instalado a la vera del Paraná en el Up River cercano a Rosario las más modernas plantas procesadoras del mundo, con una capacidad de molienda superior aún a las plantas estadounidenses, principal productor mundial de soja

Plantas procesadoras. Fuente Fundación Producir Conservando

 

N. Plantas

Capacidad Total
TN/día

Capacidad
Media TN/día

Planta más
grande TN/día

Argentina

47

154.175

3.280

18.000

Brasil

116

143.205

1.235

6.500

USA

70

159.000

2.271

6.804

Total

223

456.380

1.959

 

Como la soja es un cultivo altamente industrializable, el complejo aceitero paso de tener una capacidad instalada de 15 millones de TN a principios de los 90 a 30 millones a fines de los 90 y 50 millones de TN para 2005. Un dato interesante es el orígen y la evolución del capital de esa capacidad instalada. A inicios de los 90 correspondía mas del 85% a capitales nacionales mientras que para 2005/6 muestra un 50% para los nacionales y otro tanto para los extranjeros, donde las 6 principales empresas dominan alrededor del 90% de la molienda total: 3 extranjeros (Bunge, Cargill y Dreyfus) y 3 nacionales (Molinos, A. General Deheza y Vicentin)

No conforme con los actuales niveles de producción, este actor económico se venía planteando pasar de una media de 70 millones de toneladas de producción de granos en 2001-2/2003-4 a un escenario para 2015 de 115 millones de toneladas de producción.

Pero para poder procesar ese volumen es necesario invertir en infraestructura: rutas, red ferroviaria e hidrovía, puertos, almacenamiento y ampliación del parque de camiones, lo que la misma Fundación Producir Conservando estima entre US$ 4.500/8.000 millones

 

Hipótesis Mínima

Hipótesis Adecuada

Almacenaje

1.900

3.900

Procesamiento

250

250

Transporte y red vial

1.780

3.350

Puertos y logística

500

500

Total

4.430

8.000

Proyección Complejo Soja - Departamento Agricultura EEUU - USDA

2005/06

USA

Brasil

Argentina

Producción Millones TN

92

60

41

Molienda Millones TN

47

33

31

Ex. Granos Millones TN

30

23

7

2014/15

USA

Brasil

Argentina

Producción Millones TN

90,6

97,5

48,6

Molienda Millones TN

52,5

43,6

39,5

Ex. Granos Millones TN

28

49,4

6,7

Fuente: Fundación Producir Conservando

Además el nuevo paquete tecnológico implica un uso industrial de fertilizantes, que se encuentra en déficit aun a los actuales niveles, los que serían necesario mas que duplicar para evitar que los rindes se desplomen, pasando de un uso en 2003 de 2.3 millones TN a 5.1 millones TN para un escenario de 100 millones TN de producción en 2011. Para 2007 el uso se ubicaba en 3.5 millones TN según la Dirección de Agricultura, con un balance negativo de nutrientes, reponiéndose via fertilización solo un 31% de Nitrógeno y un 53% de Fósforo (extraídos mayormente por la soja) y un 1% de Potasio y un 27% de Azufre.

Al reclamo de estas inversiones, que el gobierno parecía no atender, se sumó la convicción que estaban contribuyendo en exceso de sus pares a la “recuperación económica” y que ya era momento que la renta extraordinaria volviera en su totalidad a sus dueños “naturales”.

Pero, ¿cómo lograrlo en el marco de una Argentina que viene del ciclo de rebeliones populares? ¿Cómo reclamar por sus ganancias y sus rentas cuando uno de los pilares del milagro K ha sido la postergación salarial y la continuidad del trabajo en negro?

Cuando Miguens clamaba por un “plan agrícola ganadero” no se refería sólo a la baja de las retenciones, sino también a todas las inversiones que estos liberales le exigen al Estado, para ampliar sus ganancias.

Uno de sus pilares clásicos, los medios de comunicación y los intelectuales y economistas a sueldo, siempre estuvieron a su disposición. Un ejemplo de ello es el trabajo de Llach, Harriague y O’Connor, “La generación de empleo en las Cadenas Agroindustriales”, donde afirman sin ponerse colorados que en 2003 este sector genera 5.500.000 puestos de trabajo, un 35,6% del total de ocupados en el país. Con una metodología más cercana al rigor mortis que al rigor científico, no dudan en meter por la ventana todo trabajador que pase cerca para obtener el resultado adecuado, que confiesan sin remordimientos: “se espera que este trabajo contribuya a otorgarle a este sector (el agroindustrial) la importancia crucial que tiene”. Una respuesta contundente ya fue realizada por Javier Rodríguez en Los Complejos Agroalimentarios y el Empleo: Una controversia teórica y empírica. Documento de Trabajo 03 CENDA

Lo que resultó inesperado aun para los propios dirigentes de las entidades que llevaron adelante la protesta en 2008, fue la reacción de todos los “pequeños productores”, rentistas algunos, compradores de servicios otros, pero todos muy lejos de ser considerados productores en el sentido económico del término.

Cuando los dirigentes pensaban volver a las rutas después de Semana Santa, se encontraron con miles de ¿chacareros? que se pusieron a cortar rutas sin ningún fervor católico, pero sí fanatizados por la vigencia de los mercados internacionales, o sea, que me paguen más alquiler, y que los impuestos los paguen otros, brindando una impensada y maravillosa “cobertura popular”.

Como factor adicional, lograron además capitalizar la bronca en todo el interior pampeano contra los K, polarizando duramente contra el gobierno. Así, lo que comenzó como una protesta sectorial, se transformó en una conmoción social. También desnudo los límites del progresismo K. Lo que se presentó como una fórmula irrenunciable de distribución de riquezas (las retenciones) ocultaba que éstas habían sido usadas por gobiernos tan progresistas como el de la Libertadora (retenciones de hasta el 25%), el de Onganía (retenciones del 20-25% a los productos agropecuarios), Levingston-Lanusse o la ultima dictadura siendo Alemann Ministro.

Asimismo, nacionalización del comercio exterior de granos y carnes, expropiaciones aunque a escala minúscula, planes de colonización, el Estatuto del Peón Rural, medidas del primer peronismo dentro del campo del nacionalismo burgués, quedaron a años luz siquiera de ser analizadas.

Por otro lado, el ignorar como posible punto de apoyo a los obreros rurales, el sector peor pago de los trabajadores argentinos, donde se registra el mayor índice de trabajo en negro y que son sometidos junto a sus familias a un asesinato lento y silencioso con las fumigaciones a mansalva que requiere el modelo soja transgénica-glifosato, demuestra el rol que el proyecto K le asigna a la clase trabajadora: meros espectadores de cómo su sacrificio permite la recuperación empresaria, a los que hay por las dudas tener bajo control, de ahí su preferencia por la CGT, que cumple la función con mucha más eficacia que sus hermanos menores de la CTA.

La alianza Federación Agraria, Sociedad Rural, CRA, Coninagro vino a certificar la total identificación de la amplísima mayoría de los productores pampeanos con la cúpula más concentrada de la producción.

La Sociedad Rural y su hermana CRA, expresaron tradicionalmente a los grandes propietarios ganaderos. Pero más de un incauto o malintencionado expuso como bandera a la FAA y Coninagro como expresión de los pequeños productores a los que había que dar respuesta para no dejarlos “en manos de la oligarquía”.

A partir de su creación en 1912, la FAA fue la expresión de los pequeños y medianos productores familiares, los chacareros, que arrendaban la tierra a los grandes propietarios, dedicándose a la agricultura. Precisamente su origen (el Grito de Alcorta) fue la protesta por la continua elevación de los arrendamientos, en abierta confrontación con los terratenientes agrupados en la Sociedad Rural. La Federación Agraria impulso un poderoso movimiento cooperativo para mejorar las condiciones de compra de insumos, venta de cereales y asegurar las cosechas.

La importancia de este movimiento, mas el desarrollo durante el gobierno peronista (se paso de 350 a 1.500 cooperativas agropecuarias) llevaron a fundar en 1958 a CONINAGRO como organización de cúpula. El número de integrantes de esta confederación creció hasta los 90 cuando representaba a 1.300 cooperativas y a partir de allí caen en picada, producto de la quiebra generalizada de cooperativas llegando a 500 en 1995, retrayéndose su participación en el negocio agropecuario.

Las federaciones más importantes que históricamente la integraron fueron ACA, uno de los cinco grandes agro-exportadores, que agrupa a 180 cooperativas y SanCor que agrupa unas 100

Mario Lattuada describe el proceso que debieron enfrentar las cooperativas en el menemismo y como conciliar sus principios doctrinarios con la apertura económica y la desregulación, en competencia en los mercados globalizados. Da como ejemplo el caso de SanCor, que en los 90 se consolido como la principal empresa Láctea del país, con participación en empresas de insumos, seguros, previsión, publicidad requiriendo este poderío una fuerte coordinación empresarial, expresado en las fusiones de cooperativas que la integran y que SanCor impulso pasando de 353 asociadas a 100. En este proceso no todas las cooperativas pudieron incorporarse. Lattuada las define como organizaciones donde priman los intereses de la institución, controladas por un cuerpo de directores y funcionarios, subordinando las cooperativas de primer grado al “interés empresario”

Hoy CONINAGRO esta dirigida por un pulpo (ACA) ya que el otro pulpo, (SanCor) producto del “paro del campo” se ha retirado de la misma, probablemente como efecto colateral del auxilio financiero conseguido por el gobierno K con anterioridad al mismo. Estos pulpos en función de estrategias empresariales han sobrevivido en el mar de tiburones capitalistas. Del beneficio al asociado y la solidaridad y el bien común no queda ni el recuerdo. Por otro lado suscriben entusiastas a la fábula del ocultamiento de las relaciones sociales de producción. No son originales pero sí consecuentes. Todo capitalista que se precie presenta al Capital como un objeto, del que se desprende la facultad de “producir”, “generar riqueza y empleo”, “desarrollar el país” o en este caso “poner de pie al interior” como si la tierra, cosechadoras y tractores tuvieran vida propia y los sujetos que las utilizan, los que dirigen su utilización y los que reciben la parte del león estuvieran dirigidos y obligados a actuar según lo ordena el objeto.

La Federación Agraria expreso este proceso con su propia reconversión en los 90 producto de su crisis económica por la reducción en un 50% de los aportes de sus asociados, y de un 70% de sus afilados directos. El otro rubro ha correspondido a los aportes del Complejo Federado, empresas fundadas por la Federación pero sin vinculación jurídica. Estas contribuciones cayeron en un 90% en 10 años según el citado Lattuada,

Son parte de este complejo la cooperativa Agricultores Federados Argentinos, que llego a facturar 500 millones de dólares en plena convertibilidad, controlada por la agrupación opositora Chacareros Federados

Las diversas empresas de Seguros, Créditos, de producción agrícola que durante muchos años sostuvieron a la Federación Agraria debieron ser liquidadas originando despidos masivos, y un gran endeudamiento bancario, lo que sumado a la quiebra de FACA en 2000, Federación de cooperativas que llego a ser la primera exportadora nacional de granos, hizo temblar el complejo

La salida se oriento al ofrecimiento de servicios técnicos, informativos y especialmente empresariales a los productores emergentes, destacándose el convenio con el Banco Interamericano de Desarrollo BID, capacitando unos 20.000 productores.

Lattuada destaca finalmente una tendencia hacia la búsqueda de coincidencias y acciones sectoriales comunes de las cuatro entidades, desde los 90 como también la búsqueda de mecanismos comunes de financiamiento de sus actividades, reconociendo todas, la necesidad de mayor capacidad técnica para ofrecer servicios empresariales a sus asociados.

Como se ve, la unidad de acción es mas profunda y permanente y los intereses si bien contradictorios están cada vez mas lejos de ser opuestos, tal como sueñan los que deliran con “campesinos” en la pampa húmeda.

Los grandes capitalistas agropecuarios son los nuevos bandidos rurales, pero que viven en Puerto Madero, contando eso sí con una comparsa a la que le hicieron creer que los precios internacionales de la soja eran para siempre, los que sueñan con un país en el que sobran millones de personas.

Así como el destino de toda burbuja es estallar, el nunca visto ascenso de los precios de los comodities dio pie a distintas elucubraciones sobre “un mundo que requiere mas alimentos” al cual Argentina se debía orientar apostando todo, incluso produciendo etanol y biodiesel. La tendencia secular al deterioro de los términos de intercambio enunciada por Prebisch era cosa del pasado, los precios en el peor de los casos se mantendrían en esos niveles y “el campo”, nuevamente un objeto, era la fuente de riqueza del nuevo siglo.

Si bien los precios de la soja se habían mantenido relativamente mas estables que los de los otros granos en las décadas pasadas, alcanzando su máximo en 1997 en US$ 300, iniciando con posterioridad un continuo descenso, debían haber otros factores que el crecimiento del consumo en China, o “nuevos mundos” para explicar la espectacular mas que duplicación del precio desde junio de 2007 a julio del 2008 hasta los casi US$ 600.

Y el factor era el fabuloso vuelco de las finanzas hacia la inversión en comodities escapando del tembladeral financiero provocado por la crisis de las “subprime” en Estados Unidos. Pero esta crisis no era una más, y no alcanzó con la sobrevida de saltar de un fuego a otro. Desde julio del 2008, en 3 meses el precio se derrumbó de US$ 588 a US$ 365, dejando atónito al “campo” que no entendía como el triunfo político del voto “no positivo” se escurría en forma de dólares que ya no estaban, y “nuevos mundos” que se evaporaban... como pompas de jabón. Si bien con posterioridad los precios se recuperaron alcanzando alcanzando los US$ 470 esto no puede definirse como una nueva estabilización, y necesariamente debemos considerar si no esta asociada a la recuperación bursátil yanqui iniciada en marzo de 2009 que ha permitido a diversos apologistas del Capital vender la idea que la crisis mundial comenzó a ser superada.

El mercado mundial es el escenario de esta obra. Obra en que viejos actores han salió de escena, actores de reparto ahora son protagonistas, y actores centrales han cambiado su vestuario y discurso, pero el tema sigue siendo la apropiación y disputa de la renta agraria extraordinaria. Con todas las consecuencias políticas que se desprenden de ello. Para pararles la mano el gobierno K debería avanzar más allá del cobro de impuestos, sobre la sagrada propiedad privada, rompiendo los límites que tiene como representante general de la patronal.

En momentos que la crisis internacional ha mostrado más claramente que el patriotismo campestre es en realidad la defensa de su interés sectorial patronal, ahora en el plano abiertamente político, es necesario para los trabajadores adoptar una posición de independencia de clase. No es de la mano de ningún sector patronal, ni tampoco de un gobierno cuyo objetivo central ha sido recuperar la institucionalidad perdida en 2001, la manera de que las riquezas generadas en el país beneficien a la inmensa mayoría de quienes realmente las producen. Porque en última instancia, estamos hablando del trabajo no pagado que una clase le extrae a otra.

(*) He dejado expresamente fuera de consideración a la producción agropecuaria extra-pampeana, con otra realidad, estructura social y económica a la de la región pampeana, tomando como ejemplo Santiago del Estero, donde de 21.000 explotaciones la mitad no tiene límites definidos, y de las que lo tienen, el 36% tienen menos de 25 hectáreas. No por casualidad allí se dan organizaciones campesinas como el MOCASE, prácticamente inexistentes en región pampeana, que concentra el 89% de la superficie implantada de cereales y oleaginosas del país, y la totalidad del complejo agroexportador.

Bibliografía:

Fertilizantes para una Argentina de 100 millones de toneladas.
Gustavo Oliverio – Fernando Segovia-Gustavo López. Fundación Producir Conservando

Fundación Producir Conservando. Cambios estructurales en el sector granario. Gustavo López

Fundación Producir Conservando. Podremos manejar una cosecha de 100 millones? Gustavo López

Producción de granos y consumo de fertilizantes. Mirta García Dirección de Agricultura SAGPYA
http://www.sagpya.mecon.gov.ar/SAGPyA/agricultura/agua_y_suelos/05-fertilizantes/panorama.pdf

La renta de las tierras pampeanas. Jorge Ingaramo. Bolsa de Cereales de Rosario

Pueblos fumigados. Informe sobre La problemática Del uso de plaguicidas en las principales
provincias sojeras. Grupo de Reflexión Rural

Un pasado de retenciones. Mario Rapoport. La Opinión de Rafaela 12/04/2009

El estancamiento de la agricultura pampeana y el mercado mundial. Eduardo Sartelli

Argentina y el mercado mundial de sus productos, 1920-1976 Lucas Llach. Oficina CEPAL en Buenos Aires

Cambios estructurales en la producción agropecuaria argentina: 1970-1995. Facultad Ciencias económicas (UBA) Instituto de Investigaciones Económicas. Centro de Estudios de la Estructura Económica.
Documento de Trabajo N 10. Alejandro Barros y Benjamín Hopenhayn

Departamento de Agricultura de Estados Unidos. USDA. Agricultura en Brasil y Argentina WRS-01-3

El desvanecimiento del mundo chacarero. Javier Balsa

Acción colectiva y corporaciones agrarias en la Argentina. Mario Lattuada