EEUU - China

Otro gesto desafiante de Obama hacia China

Confirmó que se reunirá con el Dalai Lama, horas después de que
Pekín advirtiera que ese encuentro "socavaría" las relaciones

Agence France–Presse, 03/02/10

Nashua, New Hampshire, EEUU.– La escalada de tensión entre China y Estados Unidos se elevó aún más ayer luego de que el presidente norteamericano, Barack Obama, confirmó que planea reunirse con el exiliado líder espiritual del Tíbet, el Dalai Lama, pese a que apenas horas antes el gobierno de Pekín había advertido que esa reunión "socavaría gravemente" las relaciones entre ambos países.

La confirmación se conoció luego de que la venta de armas de Estados Unidos a Taiwan y los ciberataques a la versión china del buscador online norteamericano Google enturbiaran los vínculos entre ambas potencias, que atraviesan su peor momento desde el cambio de mando en la Casa Blanca.

"El presidente [Obama] dijo a los dirigentes chinos durante su último viaje [a Pekín] el año pasado que se reuniría con el Dalai Lama y eso es lo que piensa hacer", explicó el vocero Bill Burton a bordo del Air Force One, durante un viaje del mandatario a Nashua.

El líder tibetano tiene planeado iniciar el 16 del actual en Washington una visita de diez días a Estados Unidos.

"El Dalai Lama es una figura religiosa y cultural respetada en el mundo entero, y es como tal que el presidente se reunirá con él", precisó Burton. "Para ser claro: Estados Unidos considera que el Tíbet forma parte de China. Nos preocupa la violación de los derechos humanos, por la forma en que los tibetanos son tratados. Llamamos al gobierno chino a proteger las tradiciones culturales y religiosas únicas del Tíbet", agregó el vocero.

Apenas un par de horas antes, Zhu Weigun, responsable del Partido Comunista Chino para las etnias y los asuntos religiosos, había advertido que una reunión de Obama con el Dalai Lama "socavaría gravemente las relaciones" con la Casa Blanca. Pekín acusa al jefe religioso tibetano de separatismo:

"Nos oponemos a cualquier intento de una fuerza extranjera de interferir con las cuestiones internas chinas usando como pretexto" al Dalai Lama, añadió Zhu. Las relaciones entre el gobierno chino y el Dalai Lama "son una cuestión interna de China", insistió.

"Si el líder de Estados Unidos elige en esta oportunidad reunirse con el Dalai Lama, eso dañará la cooperación y la confianza entre nuestros dos países. ¿Cómo ayudará eso a Estados Unidos a superar la actual crisis económica?", amenazó.

En la última visita del Dalai Lama a Estados Unidos y en un gesto hacia China, Obama no se reunió con el Nobel de la Paz; fue el primer presidente estadounidense que no le concedió ese privilegio al líder tibetano. Sin embargo, luego el mandatario estadounidense envió una delegación gubernamental a Dharamsala, sede del gobierno tibetano en el exilio, y ahora prometió un encuentro.

Por otra parte, y en otra señal de tensión, el vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores chino, Ma Zhaoxu, ratificó ayer que Pekín avanzará con sanciones contra las empresas estadounidenses que vendan armas a Taiwan, algo que Washington definió anticipadamente como injustificado.

El viernes pasado, el Pentágono estableció un acuerdo de más de 6400 millones de dólares para la venta de armas a Taiwan, en especial misiles Patriot, y naves y helicópteros Black Hawk. La venta de armas se llevará a cabo si el Congreso norteamericano no expresa oposición en un plazo de 30 días.

China, que considera que Taiwan es parte de su territorio, suspendió de inmediato sus intercambios militares con Estados Unidos.

Daño profundo

Ma sostuvo ayer que la venta de armas a Taiwan produce un daño profundo a los intereses de China, por lo cual deberá imponer las "sanciones correspondientes".

"Las relaciones en lo que hace a las grandes cuestiones internacionales o regionales serán inevitablemente influenciadas y Estados Unidos es enteramente responsable", manifestó el vocero de la cancillería, en lo que pareció una alusión a las negociaciones nucleares con Irán o con Corea del Norte.

"Nosotros pedimos firmemente a las sociedades implicadas retirarse y no formar parte de la venta de armas a Taiwan", agregó.

Entre las empresas que pueden ser alcanzadas por las sanciones se encuentran Sikorsky Aircraft, Lockheed Martin, Raytheon y McDonnell Douglas, todas con negocios ligados fuertemente a las actividades militares estadounidenses en el mundo. El apoyo de Estados Unidos a la líder huigur Rebiya Kaader, el proteccionismo comercial, el cambio climático, los derechos humanos, la revaluación del yuan o el reciente conflicto entre Pekín y la compañía estadounidense Google son otros de los asuntos espinosos que han dificultado las relaciones bilaterales.

Pese a los roces recurrentes, anoche, vocero del Departamento de Estado, Philip Crowley, dijo que las diferencias podrían solucionarse "a través del diálogo continuo" que ha impulsado el gobierno de Obama.


Obama enoja otra vez a China,
esta vez por el Dalai Lama

Página 12, 03/12/10

“El fin de semana pasado la potencia occidental había despertado la ira del gigante asiático –y las sanciones contra Washington– al anunciar la venta de 4600 millones en armas a Taiwan, la isla que China aún reivindica como propia.”

Estados Unidos volvió a hacer enojar a China. A pesar de las advertencias y las presiones del régimen comunista, el presidente Barack Obama ratificó ayer su reunión con el Dalai Lama para la tercera semana de este mes. “El Dalai Lama es una figura religiosa y cultural respetada en el mundo entero, y es como tal que el presidente se reunirá con él”, explicó uno de los voceros de la Casa Blanca, Bill Burton. No es la primera vez que el líder tibetano visita a Washington y al presidente de ese país, pero la noticia esta vez llegó en un momento de especial rispidez entre los dos gobiernos.

El fin de semana pasado la potencia occidental había despertado la ira del gigante asiático al anunciar la venta de 4600 millones en armas a Taiwan, la isla que China aún reivindica como propia. La respuesta de Beijing en esa oportunidad fue inmediata, el presidente Hu Jintao ordenó suspender toda la cooperación militar bilateral con Washington e imponer sanciones a las empresas estadounidenses que participen de la venta de armas a la isla.

Ayer la acción de Estados Unidos produjo una reacción inmediata, pero a nivel de la retórica. “Si el dirigente estadounidense elige ese momento para recibir al Dalai Lama, ello amenazará con seguridad la confianza y cooperación entre China y Estados Unidos. ¿Qué tan útil sería eso para Estados Unidos para controlar la actual crisis financiera?”, amenazó el viceministro del Frente Unido en el Comité Central, Zhu Weiqun. La indirecta fue muy clara. Hace años que la China comunista es la principal tenedora de bonos del Tesoro norteamericano, en otras palabras, el principal acreedor del país más poderoso del mundo.

Beijing aún no puede disputar el poderío militar y político de Washington en la mayoría del globo, pero sí puede hacer peligrar su economía. El costo de un derrumbe financiero estadounidense sería muy caro para el régimen comunista, pero sí podría darle una reprimenda inundando el mercado internacional de bonos del Tesoro norteamericano, lo que bajaría de inmediato los precios y colocaría a la Casa Blanca entre su galopante déficit fiscal y la pared.

Es difícil pronosticar si China iría tan lejos como para inundar los mercados de todo el mundo con bonos o dólares –lo que crearía una inestabilidad global aún más grande–, pero por ahora el gobierno comunista no tiene reparos en utilizarlo públicamente como una amenaza, a dos semanas de la llegada del Dalai Lama a la capital norteamericana.

La Casa Blanca esquivó el tema y simplemente recordó que Obama ya le había avisado a su par chino, Hu Jintao, de la reunión con el líder tibetano durante su visita del año pasado en Beijing. El gobierno tibetano en el exilio, en cambio, salió a responderle de frente al bureau chino. “Estados Unidos apoya el punto de vista del Dalai Lama, que considera que la cuestión del Tíbet debe ser resuelta en el marco de la Constitución china. No hay, pues, razones que sostengan el argumento chino de que tal encuentro dañaría las relaciones entre China y Estados Unidos”, explicó el vocero Thubten Samphel.

Públicamente el Dalai Lama y su gobierno en el exilio, en India, no reclama la independencia, como sostiene Beijing, sino una amplia autonomía dentro del Estado chino. “El asunto fundamental que debe ser resuelto es la aplicación fiable de una autonomía genuina que permita al pueblo tibetano gobernarse de acuerdo con sus propias necesidades”, aseguró ayer el enviado especial del líder tibetano para las negociaciones con las autoridades chinas, Lodi Gyari.

El representante del líder espiritual había terminado recién una nueva ronda de diálogo con el bureau central comunista. En 2002 se crearon mesas de negociación entre el gobierno chino y las ex autoridades tibetanas, a partir de las presiones internacionales. Sin embargo, ocho años después aún no se registró ni un avance. Los tibetanos reclaman un autogobierno dentro del Estado chino y China los acusa de separatistas.

La situación tampoco ha variado entre el gigante asiático y Estados Unidos. Para el primero, el Dalai Lama es sólo una excusa para que Washington opine sobre política interna china. Para el segundo, el líder tibetano es un referente internacional de la lucha por la libertad religiosa.