Bolivia

El gobierno erosiona la huelga de la COB

Econoticiasbolivia, 12/06/08

La Paz.– El gobierno indígena–campesino de Bolivia comenzó a erosionar la movilización y huelga que la Central Obrera (COB) quiere desatar en todo el país desde el lunes 16 para obligar al presidente Evo Morales a destruir el poder económico de la oligarquía y otorgar mejores condiciones de vida a los trabajadores y población empobrecida.

La acción gubernamental contra la movilización popular se dio, hasta ahora, en tres áreas para frenar la lucha de los sectores laborales más combativos como son los maestros y los mineros.

Así, en las últimas horas de este jueves, el gobierno decretó el adelanto de las vacaciones escolares para este lunes, anulando, en los hechos, la huelga y movilización de los maestros urbanos y rurales, uno de los puntales de la lucha de la COB en las ciudades y que libran en solitario una lucha por lograr mejores salarios.

Esta mañana, en La Paz, miles de maestros cumplían el segundo día de huelga y marchaban por las calles protestando contra la política de Evo y las acciones sediciosas y separatistas de la oligarquía. En el resto del país, otros miles de maestros cumplían la huelga y ejecutaban similares acciones callejeras.

“El Gobierno está pretendiendo burlar las demandas del Magisterio y de todos los trabajadores. No quiere aumentar salarios, no quiere expropiar las empresas transnacionales que explotan nuestros recursos naturales y no quiere nacionalizar las empresas que están en manos de los agroindustriales y oligarcas que lucran con el hambre del pueblo”, dijo el dirigente de los maestros paceños, José Luis Álvarez, tras condenar el adelantamiento de las vacaciones.

Adán Quintana, de la Confederación nacional de Maestros, dijo que el adelanto de las vacaciones no resolvía el problema de los trabajadores y que éstos volverían a la lucha más temprano que tarde.

Otras acciones

La segunda acción en contra de la huelga y movilización de la COB estaba dirigida por una misión gubernamental, a cargo de los ministros de Trabajo y de Minería, que avanzaban en negociaciones y acuerdos con la dirigencia de la mina de Huanuni para evitar la participación de cerca de 5 mil mineros en la huelga.

Estas dos acciones se complementaban con otra tercera, desarrollada por los dirigentes oficialistas de la propia COB, que boicoteaban desde adentro la realización de la huelga y la movilización, definida en un ampliado nacional de dirigentes para frenar la rebelión de la oligarquía y obligar al presidente Evo Morales a cumplir con sus promesas de acabar con el neoliberalismo, profundizar las reformas y mejorar la calidad de vida de la población.

La movilización va

Pese a estos tropiezos, el dirigente de la Central Obrera de Oruro, Jaime Solares, aseguró que la movilización popular no se detendrá en esa región. “La COD de Oruro irá a la huelga general indefinida con el bloqueo de caminos, a partir del próximo lunes 16 de junio, haya o no la reunión nacional de dirigentes que debe convocar la COB para organizar y consolidar la movilización”, dijo.

Solares dijo que Oruro debe ser el puntal de las movilizaciones, para que el Gobierno responda al pliego de los trabajadores, como es el cumplimiento de la Agenda de Octubre de 2003, que consiste en la recuperación de las empresas capitalizadas y de los recursos naturales para los bolivianos; además de la aprobación de la nueva Ley de Pensiones y un salario más digno para todos los trabajadores.

El dirigente minero informó que el principal ejecutivo de la COB, Pedro Montes, se había comprometido en el ampliado a convocar a una reunión nacional de dirigentes que debía realizarse en Oruro para respaldar y consolidar la movilización del 16 de junio, pero que hasta ahora no había tal convocatoria.

Charlas y dilaciones

El secretario general de la COD de Oruro, Mario López, advirtió, además, que el Gobierno trataba de frenar la huelga general indefinida y el bloqueo de caminos, con la promesa de responder las demandas laborales hasta el fin de semana y reveló que para ello el Poder Ejecutivo les envió una carta, donde se asegura que la misión le fue encomendada al Ministro de Hacienda, Luis Arce  y al Viceministro de Pensiones, José Luis Pérez.

Para este viernes está prevista una reunión entre la dirigencia de la COB y el Gobierno de Morales para analizar el pliego petitorio de los trabajadores.

El ampliado de la COB, celebrado a principios de mes en La Paz con la participación de los principales sindicatos y organizaciones populares urbanas y rurales del país, convocó a la huelga y al bloqueo de caminos para presionar a Evo para que cumpla con la denominada “agenda de octubre”, que postula la expropiación a dominio estatal de las empresas transnacionales del gas, petróleo y minerales, la expropiación de los latifundios y la entrega de tierras para los campesinos, el aumento general de sueldos y salarios, el control de precios de los alimentos y la aprobación de una nueva ley de pensiones.

Todas estas demandas han sido relegadas por el Gobierno, que se ha empeñado hasta ahora en intentar lograr un gran pacto nacional con la oligarquía, los partidos de derecha y los prefectos (gobernadores) de los valles y el oriente, que no dejan de avanzar en su proyecto de escindir en dos a Bolivia, dejando el altiplano en manos del presidente Morales y reteniendo ellos el poder y control del resto del país.

Previsiones

Todo indica hasta ahora que con el nuevo referéndum revocatorio del 10 de agosto, fecha en la que es casi seguro que Evo y los principales prefectos derechistas serán ratificados en sus cargos,  se consolidará esta situación de doble poder, con dos Gobiernos paralelos (con Evo en La Paz, Oruro y Potosí, y los prefectos opositores derechistas y los 100 clanes que son dueños de la tierra y los negocios en Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija).

La apuesta de la COB y de los sindicatos más radicalizados es poner contra la pared a Evo Morales para obligarlo a destruir el poder económico de la oligarquía y mejorar la calidad de vida de los más pobres. Lejos de ello, el Presidente indígena insiste en el diálogo y la concertación con la burguesía agrofinanciera, con la que quiere compartir el poder y hacerla su socia. La oligarquía, los 100 clanes y el imperialismo, por el contrario, no quieren perder sus privilegios y avanzan hacia la destrucción del gobierno del “indio presidente”, de la COB y de los sindicatos rojos.