Bolivia

Evo trabaja un difícil pacto con la oligarquía

Redacción de Econoticiasbolivia, 13/08/08

Todos listos para iniciar el “diálogo de sordos”. El Gobierno de Morales anuncia su disposición a ceder sobre la nueva Constitución y las autonomías, pero los prefectos de la derecha se mantienen irreductibles. Comienza otro show.

La Paz.– El Gobierno del presidente Evo Morales comenzó a usar el notable apoyo electoral que obtuvo en las urnas, y que alcanza al 66 por ciento, para gestionar un difícil como complicado pacto con sus principales opositores, los prefectos (gobernadores) de la oligarquía que fueron ratificados con un apoyo similar y que han forjado gobiernos regionales en virtual rebeldía y desacato.

Al anochecer de este martes, Morales invitó, a través de una carta, a “las autoridades ratificadas a un diálogo nacional que permita abordar todos aquellos temas dirigidos a lograr un gran acuerdo nacional que el pueblo boliviano aguarda de sus autoridades electas y ratificadas democráticamente”.

La cita estaba prevista para este miércoles a las 10 de la mañana en La Paz, pero los prefectos derechistas de Santa Cruz, Beni, Pando, Tarija y Chuquisaca, declinaron inicialmente la invitación y optaron por reunirse junto a los movimientos cívicos y empresariales para definir una estrategia conjunta para enfrentar a Morales. Horas después, al mediodía, los prefectos, reunidos en Santa Cruz, anunciaron su disposición al diálogo con agenda abierta y sin condicionamientos.

"Le comunicamos (al presidente Morales) que estamos dispuestos a trasladarnos a Palacio de Gobierno de la ciudad de La Paz el día de hoy en horas de la tarde", señala un comunicado leído por el prefecto de Pando, Leopoldo Fernández.

En Palacio de Gobierno, en La Paz, eran intensos los preparativos para instalar la primera reunión entre Morales y los prefectos al cerrar la tarde.

Votos para el pacto

El ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, dijo que el apoyo electoral obliga, tanto al Gobierno como a los opositores, a dialogar. “El apoyo que han recibido los prefectos traduce un mensaje: que los prefectos con su proyecto autonómico y el Gobierno con la nueva Constitución Política del Estado, tenemos que construir ese pacto de unidad nacional”.

Horas antes el presidente Morales había señalado que el resultado de la consulta revocatoria del domingo se constituye en una conminatoria para que los actores políticos se sienten a dialogar, por lo que demandó a los prefectos que "entiendan el pedido del pueblo boliviano" y asistan a su invitación.

“Tenemos que buscar soluciones en el diálogo (...) Queremos constitucionalizar las autonomías”, dijo Morales en horas de la mañana.

Resultados oficiales

En las primeras horas de este miércoles, el conteo oficial de votos, que alcanzaba ya al 88 por ciento, daba cuenta que Morales y su vicepresidente, Alvaro García Linera, obtenían el 66 por ciento de apoyo en todo el país. Los resultados de la Corte Nacional Electoral también mostraban que Morales y García Linera recibían apoyo mayoritario en La Paz, Oruro, Potosí, Cochabamba, Chuquisaca y Pando, mientras que el rechazo hacia ellos era mayor en Santa Cruz, Beni y Tarija.

Las cifras oficiales también confirmaban el masivo apoyo a los prefectos derechistas como Rubén Costa de Santa Cruz (68%), Ernesto Suárez de Beni (65%), Mario Cossío de Tarija (58%) y Leopoldo Fernández de Pando (55%). Ellos, junto a la prefecta de Chuquisaca, Savina Cuéllar, que recientemente ganó las elecciones, son los principales opositores a Morales.

Asimismo se confirmaba que fue ratificado el prefecto Mario Virreira de Potosí (76%), que es leal a Morales, y que fueron revocados en sus mandatos los prefectos derechistas José Luis Paredes de La Paz y Manfred Reyes Villa de Cochabamba.

En el caso de Oruro, Los resultados oficiales entregados por la Corte Departamental señalan que el prefecto oficialista Alberto Luis Aguilar tiene una votación del Sí que alcanza al 50,74 por ciento, mientras que el No alcanza a 49,26 por ciento, sobre el 99,16 por ciento de las mesas computadas.

Estos resultados crearon el primer conflicto en la lectura de resultados, pues, según la resolución de las cortes departamentales del 31 de julio, Aguilar ha sido ratificado, pero según la Ley 3850 la autoridad departamental necesita 59 por ciento para quedarse.

Un pacto complicado

Con estos resultados, tanto Morales como los prefectos derechistas tienen motivos para cantar victoria, aunque en rigor ninguno de ellos ha logrado debilitar seriamente a su rival. Morales no pudo derribar a ninguno de los prefectos que han forjado gobiernos “autónomos” y en rebeldía en los departamentos de Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija, regiones en las que virtualmente ya no puede entrar el Presidente. Del mismo modo, la oligarquía no pudo mermar el apoyo electoral hacia Morales, especialmente en el altiplano y los valles.

Por ello, unos como otros apuntan a iniciar negociaciones. Por ahora, todos quieren mostrar que están dispuestos al diálogo, aunque son los prefectos opositores los menos interesados en lograr un acuerdo, ya que han logrado grandes réditos políticos impulsando la confrontación contra el Gobierno de Morales.

Aprovechando la política conciliadora de Morales, la oligarquía tomó el control de cinco de los nueve departamentos de Bolivia levantando la bandera de la autonomía regional, mediante la cual están preservando sus millonarias ganancias que obtienen al explotar los recursos naturales, adueñarse de las tierras más fértiles y lucrar con los grandes negocios de la agroexportación, la industria, el transporte, el comercio y la banca.

Todos ellos están bloqueando la nueva Constitución Política del Estado promovida por Evo para garantizar, por lo menos en el papel, los derechos de los pueblos indígenas y campesinos y para viabilizar la reelección de Morales por los dos siguientes periodos hasta el 2020.

En los hechos, la oligarquía no quiere llegar a un acuerdo con Morales y por ello exige un pliego de demandas que sólo podría cumplirse si Evo se rinde totalmente. Así demandan que el Gobierno les devuelva los recursos de los impuestos a los hidrocarburos (cerca de 200 millones de dólares al año), anule los avances de la nueva Constitución y reconozca sus estatutos autonómicos (que les permite tener su propio Parlamento, dictar leyes por encima de las nacionales, cobrar impuestos y crear su propia Policía).

Presión por el diálogo

Con el avance del conteo oficial de votos, crecían también las demandas para que el Gobierno de Morales y los prefectos armen un gran pacto nacional y armonicen las reivindicaciones populares con las de la oligarquía. A este pedido se sumaron la Iglesia católica, los organismos internacionales, los grandes medios de comunicación y las organizaciones empresariales, cívicas, profesionales y populares.

El Gobierno de Estados Unidos también hizo suyo este llamado e instó al Gobierno boliviano y a la oposición a que aprovechen la oportunidad que se les ha abierto después del referéndum revocatorio para "comenzar un diálogo franco" y resolver sus diferencias.

"Urgimos a todas las partes a que aprovechen esta oportunidad para comenzar un diálogo franco para resolver temas pendientes y definir un camino hacia adelante que una a todos los bolivianos", dijo el portavoz adjunto interino del Departamento de Estado, Robert Wood.

Todas estos sectores quieren que el presidente Morales frene sus reformas y mantenga en pie el neoliberalismo y los millonarios intereses de la oligarquía, precisamente todo lo contrario de lo que quiere la masiva votación emitida este domingo a favor de Morales para que profundice los cambios en la perspectiva de la agenda de octubre (nacionalización real del gas, petróleo y minas, expropiación de latifundios y entrega de tierras a los campesinos, y mejor salario, más empleo y digna jubilación para los trabajadores).


La oligarquía rechaza la propuesta del presidente Morales y amenaza con radicalizar sus protestas y la autonomía separatista

Los fascistas no quieren pactar con Evo, pero él insiste

Econoticiasbolivia, 14/08/08

La Paz.– Los prefectos (gobernadores) de la oligarquía cerraron en la madrugada de este jueves con un portazo las negociaciones que por horas abrió el presidente indígena de Bolivia, Evo Morales, en su complicado intento de forjar un gran pacto nacional que una las demandas de los más pobres y de los más ricos.

El diálogo, instalado en La Paz en horas de la noche de este miércoles, quedó suspendido, sin fecha ni agenda, en las primeras horas de hoy por los prefectos opositores, que acusaron al Gobierno de Morales de no querer atender sus principales demandas (devolución de recursos del impuesto a los hidrocarburos y reconocimiento de sus autonomías).

“No hay acuerdos en los temas, pero estamos siempre dispuestos al diálogo. El documento que nos propone el Gobierno es exactamente el que nos propusieron en enero. Queríamos un poco más de generosidad. El tema del IDH pudo resolverse pero no se lo ha hecho”, dijo el prefecto de Tarija, Mario Cossío.

“Estamos igual que en enero (…) No hay acuerdo”, dijo Cossío, que ofició de portavoz de los prefectos de Santa Cruz, Beni, Pando, Tarija y Chuquisaca, que han levantado en sus regiones, con apoyo de organizaciones empresariales y fascistas,  cinco gobiernos paralelos y en rebeldía al de Morales.

Tras abandonar la reunión, celebrada en el Palacio de Gobierno en La Paz, todos estos prefectos, ratificados el domingo en las urnas con amplio margen, rechazaron la triple propuesta de Morales de incluir las autonomías en la nueva Constitución Política del Estado, hacer un pacto fiscal para definir el destino de los recursos de los impuestos petroleras y hacer un pacto constitucional para elegir autoridades en el Poder Judicial y Electoral.

Evo se lamenta

“Lamento mucho que los prefectos tengan poca voluntad de diálogo (…) Queremos hacer gestión conjunta entre el Presidente y los prefectos en bien del país, pero siento que ellos (los prefectos) sólo quieren la plata (del IDH)”, dijo Morales, que se mostró fortalecido tras obtener en las urnas el 68 por ciento de apoyo electoral en todo el país.

“La obligación del Presidente y los prefectos es juntar la nueva Constitución y las autonomías, en el marco de la legalidad y la constitucionalidad”, dijo al cuestionar la actitud de los prefectos que “no quieren un nuevo pacto fiscal, no quieren la participación de los alcaldes”.

Pese al desplante, Morales aseguró que continuará con sus esfuerzos para lograr un pacto de unidad con los prefectos. “Un Gobierno que tiene un 68 por ciento de apoyo puede imponer las cosas, pero preferimos pactar”, agregó el ministro de Gobierno, Alfredo Rada.

Amenazas

Menos conciliador, el viceministro de Descentralización, Fabián Yaksic, advirtió a los prefectos opositores con la convocatoria a un nuevo referéndum para que el pueblo decida si va o no la nueva Constitución aprobada con muchos tropiezos por el oficialismo en la Asamblea Constituyente.

“Hay que darle viabilidad a la nueva Constitución mediante un referéndum, que el pueblo defina con su voto”, dijo como respuesta a las declaraciones de los prefectos que rechazaron las propuestas de Morales.

Yaksic también denunció la actitud del prefecto de Santa Cruz, Rubén Costas, que lidera una huelga de hambre para lograr la devolución del impuesto a los hidrocarburos y que intenta avanzar, de facto, con su autonomía separatista.

“Anoche se puso en riesgo este escenario de diálogo, porque el prefecto de Santa Cruz promulgó una ilegal y arbitraria convocatoria a elecciones para asambleístas departamentales, subgobernadores y corregidores”, agregó.

Autonomía de facto

La convocatoria del derechista Costas vulnera abiertamente la actual Constitución Política del Estado, que establece que el único poder encargado de hacer leyes en el país es el Legislativo y que ninguna otra entidad puede atribuirse ese derecho, menos una prefectura que depende del Presidente de la República, a través del Ministro de la Presidencia.

Pero ello le tiene sin cuidado a la oligarquía cruceña y la derecha fascista, que tras lograr la aprobación en urnas de su Estatuto autonómico, intenta crear su propio Parlamento, su propia Policía y mantener el total control sobre las tierras, impuestos y recursos naturales.

Según Vladimir Peña, Secretario de Justicia de la Prefectura cruceña, son 120 autoridades que se elegirán el 25 de enero de 2009 y su mandato se prolongaría por cinco años.

Todos los prefectos opositores amenazaron con avanzar de facto con la puesta en marcha de sus Estatutos Autonómicos separatistas, si el Gobierno de Morales no atendía sus demandas.

Un pacto complicado

“La reunión (con Evo) quedó en nada. No se avanzó nada”, dijo el prefecto de Pando, Leopoldo Fernández, que acusó al Gobierno de chantajearlos.

“Usan el IDH (Impuesto Directo sobre los Hidrocarburos) como un chantaje. Si aceptamos lo que ellos quieren para aprobar su Constitución, nos devuelven el IDH; pero si no la aceptamos, no nos devuelven los recursos”, dijo al sostener que Morales los había engañado con su convocatoria a la reunión en La Paz.

En los hechos, la oligarquía no quiere llegar a un acuerdo con Morales y por ello exige un pliego de demandas que sólo podría cumplirse si Evo se rinde totalmente.

Así demandan que el Gobierno les devuelva los recursos de los impuestos a los hidrocarburos (cerca de 200 millones de dólares al año), anule los avances de la nueva Constitución y reconozca sus estatutos autonómicos (que les permite tener su propio Parlamento, dictar leyes por encima de las nacionales, cobrar impuestos y crear su propia Policía).

Por ahora, sin embargo, estos prefectos quieren mostrar a la población que sí tienen intenciones de dialogar y llegar a un acuerdo, poniéndose a tono con los resultados del referéndum del domingo.

Estos resultados permiten que tanto Morales como los prefectos derechistas tengan motivos para cantar victoria, aunque en rigor ninguno de ellos ha logrado debilitar seriamente a su rival. Morales no pudo derribar a ninguno de los prefectos que han forjado gobiernos “autónomos” y en rebeldía en los departamentos de Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija, regiones en las que virtualmente ya no puede entrar el Presidente. Del mismo modo, la oligarquía no pudo mermar el apoyo electoral hacia Morales, especialmente en el altiplano y los valles.

Presión sobre Morales

Por ello, todos quieren mostrar que están dispuestos al diálogo, aunque son los prefectos opositores los menos interesados en lograr un acuerdo, ya que han logrado grandes réditos políticos impulsando la confrontación contra el Gobierno de Morales.

Luego de conocerse el virtual fracaso del diálogo inicial, los sectores más conservadores de la sociedad como la Iglesia Católica, los gremios empresariales, las organizaciones cívicas y grandes medios de comunicación acentuaron su campaña para que el Gobierno de Morales deje su “radicalismo” y ofrezca un “diálogo sincero” a los prefectos.

"Urgimos a todas las partes a que aprovechen esta oportunidad para comenzar un diálogo franco para resolver temas pendientes y definir un camino hacia adelante que una a todos los bolivianos", había dicho días atrás el portavoz adjunto interino del Departamento de Estado, Robert Wood, que pugna, como los otros, para que Morales abandone en la mesa de negociones el mandato que el pueblo le entregó en las urnas para que profundice los cambios en la perspectiva de la agenda de octubre (nacionalización real del gas, petróleo y minas, expropiación de latifundios y entrega de tierras a los campesinos, y mejor salario, más empleo y digna jubilación para los trabajadores).