Bolivia

Luto y bronca por la matanza de campesinos

Por Sebastián Ochoa
Corresponsal en Bolivia
Página 12, 13/09/08

Philip Goldberg, experto en cortocircuitos

El hombre de la foto con un “para”

La expulsión del embajador Philip Goldberg marca el punto de máxima tensión de una etapa en la que la desconfianza y las acusaciones de conspiración por parte de La Paz fueron moneda corriente. “Espero que Goldberg no vuelva para unificar a la oposición, de cara al revocatorio, y ser articulador político de una oposición que no sabe qué hacer”, había dicho el ministro de Gobierno, Alfredo Rada, tan sólo un mes atrás.

Formado en la carrera del Servicio Exterior estadounidense, Philip Goldberg presentó sus credenciales al presidente boliviano el 13 de octubre de 2006. Hasta entonces se había desempeñado como jefe de misión estadounidense en Pristina, Kosovo, cargo que llevó adelante desde 2004. Pero su llegada a La Paz no era su primera experiencia sudamericana. Entre 2001 y 2004 había sido consejero de la Embajada de EE.UU. en Chile.

El primer cortocircuito entre el diplomático y el gobierno del presidente Evo Morales llegó en noviembre de 2007. El ministro de Gobierno, Alfredo Rada, brindó una conferencia de prensa para divulgar una fotografía en la que Goldberg posaba junto a un delincuente colombiano. El diplomático se excusó asegurando que se trató de una foto casual, durante un evento social en Santa Cruz de la Sierra. Morales insistió con que el hombre de la foto era un paramilitar, pero el hecho no pasó a mayores.

Tres meses después Rada citó a Goldberg a su despacho, esta vez para pedirle explicaciones sobre un caso de espionaje. Durante más de tres horas el diplomático aclaró las de revelaciones de un becario estadounidense que había denunciado que Vincent Cooper, un empleado de la embajada, le había exigido que recopilara información sobre las actividades de los cubanos y venezolanos que trabajaban en el país andino en tareas de asistencia médica y campañas educativas. “El gobierno boliviano acepta las disculpas del embajador”, dijo entonces el canciller David Choquehuanca, aunque las sospechas de conspiración se mantuvieron presentes.

El 9 de junio, tras la revelación del ex presidente Sánchez de Lozada –acusado de genocidio– de que el gobierno estadounidense le había otorgado asilo, miles de vecinos de la ciudad de El Alto se manifestaron con piedras, palos y petardos ante la Embajada de EE.UU. en La Paz. Tras los hechos de violencia, desde Washington llamaron a su embajador a consultas, a modo de queja del apoyo de Morales a la protesta. Goldberg regresó dos semanas después. Rada manifestó su inquietud por el hecho de que, ante su vuelta, los opositores se reunieran con funcionarios de la embajada. (Sebastián Ochoa)

Ayer aparecieron seis cadáveres flotando en un río de la prefectura de Pando, que se suman a los nueve campesinos masacrados por fuerzas parapoliciales que responden a los movimientos autonómicos.

Santa Cruz.– El presidente Evo Morales y el prefecto de Tarija, como representante de los departamentos de la Media Luna, se reunieron ayer en La Paz para tratar de calmar la violencia generalizada en el oriente boliviano. Cuando el prefecto Mario Cossío aceptó volar a la cita con Morales, el gobierno le adelantó en una carta que el diálogo sería amargo: “Lamentamos que para este cambio de actitud haya tenido que suceder tanta desgracia, daños irreparables y dolor”. Mientras empezaba la reunión, el gabinete de ministros firmó el Decreto Supremo Nº 29705, que dicta el estado de sitio en Pando. Se calcula que 15 personas, casi todos campesinos, fueron asesinadas hasta ahora por grupos paramilitares en este departamento de la Amazonia boliviana. Ayer, declarado día de luto nacional, Morales dijo en Cochabamba: “Tal vez el culpable sea yo al decirles a las Fuerzas Armadas y a la Policía Nacional que no usen armas contra el pueblo. Tal vez por eso algunos grupos se aprovechan de eso para ofender y humillar a las FF.AA. y a la Policía”.

Ayer a la madrugada, el presidente Morales ordenó al ejército salir a las rutas de sudeste y desbloquear todas las rutas que conectan a los campos petroleros, para evitar nuevas tomas. Los opositores protestaron, pero finalmente liberaron las rutas de forma pacífica. Hasta el cierre de esta edición, el gobierno nacional no había informado si habían logrado recuperar el control de las plantas de hidrocarburos de Tarija.

Entre las declaraciones de solidaridad de otros países hubo una que incomodaría a cualquier gobierno. El venezolano Hugo Chávez afirmó que intervendrá el ejército de su país si alguien se atreve a derrocar a Morales. El comandante en jefe de las FF.AA., Luis Trigo, le respondió con uniforme de combate: “Al señor presidente de Venezuela y a la comunidad internacional le decimos que las FF.AA. rechazan enfáticamente intromisiones externas de cualquier índole, vengan de donde vengan, y no permitirán que ningún militar o fuerza extranjera pise el territorio nacional”.

Y pasó a dirigirse a los grupos organizados por cívicos y prefecturas del oriente: “Advertimos que no vamos a tolerar más el accionar de grupos radicales violentos que sólo están buscando el enfrentamiento entre bolivianos, provocando dolor y luto”.

Finalmente, el jefe militar aseguró: “Al pueblo boliviano, de quien venimos y a quien nos debemos, le decimos que las acciones de las FF.AA. están enmarcadas en el artículo 208 de la Constitución y en cumplimiento a ello vamos a garantizar el patrimonio de la Nación, el funcionamiento del aparato estatal y de los servicios públicos, así como la conservación de los recursos estratégicos. La ciudadanía tiene que tener certeza de que todo el material y equipo no será utilizado en contra del pueblo. Cualquier tipo de movilización de tropa, material y equipos militares obedecerá estrictamente a la ejecución de operaciones militares que tienen el único propósito de garantizar el imperio de la Carta Magna y el orden interno. Sólo en caso extremo será empleada para garantizar el orden interno y responder con tesón y patriotismo a cualquier amenaza de esos grupos vandálicos y delincuentes que han venido a subvertir el orden interno.” A pocas horas de su discurso se dictó el estado de sitio.

La noche anterior, cuando anunció el día de luto nacional, el vicepresidente, Alvaro García Linera, había lanzado una dura advertencia. “Exigimos el repliegue inmediato de cada uno de los grupos de ladrones que ya están ocupando los campos gasíferos y las instituciones. Tienen que saber que tarde o temprano la fuerza de la Constitución va a imponerse sobre ellos. Han atentado contra la vida de bolivianos y tiene que haber responsabilidad penal”, señaló.

Anoche, mientras el ministro de Defensa declamaba el decreto, un avión militar aterrizó en Cobija, capital de Pando, y desalojó a los autonomistas que ocupaban el aeropuerto. Acto seguido, los 200 soldados salieron a patrullar la ciudad, a oscuras porque los cívicos cortaron el servicio eléctrico. Al parecer, el prefecto Leopoldo Fernández ya no estaba en la ciudad.

“Teníamos la esperanza de que hubiera un diálogo, pero el ejército se metió en Pando para meter bala. Si ésta es la idea de dialogar del presidente Morales, está muy equivocado”, dijo el presidente de Comité Pro Santa Cruz, el empresario agroindustrial y latifundista Branko Marinkovic. El prefecto, Rubén Costas, acusó al MAS por la “violencia asesina” reinante en su región. En los últimos días, fueron tomados 30 edificios públicos y 140 puestos de peaje en el oriente boliviano.

En la Media Luna prevalece la noción de que el presidente Morales es culpable de la violencia en el oriente. “Necesitamos que las partes pongan todo el empeño posible para que, como primer resultado, logremos la pacificación de Bolivia. Ocho muertos y muchos heridos en Pando, las tomas de Santa Cruz con acciones militares, los militares en Villamontes, acciones militares que han sido planificadas y felizmente no ejecutadas con una tensión profunda en Beni, Chuquisaca, son suficientes ya para que Bolivia recupere la cordura”, dijo Cossío antes de encontrarse con Morales.

El Consejo Nacional Democrático (Conalde), que agrupa a los dirigentes de la Media Luna (Beni, Pando, Santa Cruz, Tarija y Chuquisaca), lleva 20 días de protesta para que el gobierno nacional restituya a las prefecturas el 30 por ciento que les quitó de los recursos del impuesto a los hidrocarburos (IDH), para financiar un bono de 30 dólares destinado a mayores de 60 años. También se resisten a los intentos de Morales por someter a referéndum la nueva Constitución.


“Los acribillaron con ametralladoras”

Emboscada en Pando

Por Sebastián Ochoa
Corresponsal en Bolivia
Página 12, 13/09/08

“Estábamos desarmados, no como dicen ellos. Nos detuvieron a unos siete kilómetros antes de Porvenir y luego nos atacaron cuando avanzamos a la altura del puente. Nos emboscaron y comenzaron a disparar desde los árboles con ametralladoras automáticas”, relató a la Red Erbol el campesino, que perdió a más de diez compañeros en la llamada “Masacre del Porvenir”. El gobierno nacional denunció que el prefecto de Pando, Leopoldo Fernández, entrena a paramilitares desde hace dos años para acciones de este tipo. La representante presidencial pandina, Nancy Texeira, dijo que el prefecto también contrató a sicarios de Brasil y Perú, lindante con este departamento de 70 mil habitantes.

El diputado de Unidad Nacional (UN) Abraham Cuéllar, cuya casa en Cobija fue incendiada el año pasado por los cívicos, dijo que “hay más muertos en el monte, la selva y orillas de los ríos, porque los emboscadores ingresaron hasta las poblaciones para seguir persiguiendo a los campesinos. Aquí no tenemos ninguna garantía, a mí me amenazaron de muerte. Esta mañana se encontraron seis fallecidos más en un playón que está cerca de El Porvenir, pero esos cuerpos no pudieron ser trasladados a Cobija por falta de seguridad, no hay garantías para nadie, ni la Policía pudo pasar al sector”.

Un vecino de El Porvenir relató al diario El Deber cómo se asesinó a estas personas: “Les dispararon como cazando troperos. A esos cuerpos los llevó el río, están en el monte o en los arroyos. Esas cifras que sacan en la tele no son ciertas, por lo menos hay veinte muertos más. Es una pena lo que pasó, pero ellos (los campesinos) tampoco eran cristianos”.

Karina Escalante Guerra, profesora del municipio de Filadelfia, afirmó que “nuestros hermanos campesinos fueron acribillados con ametralladoras, revólveres y escopetas que usaron las personas pagadas por el prefecto de Pando, Leopoldo Fernández, quien incluso contrató a sicarios de Brasil. Porvenir está a dos horas a pie de aquí, Filadelfia. Los que escaparon llegaron por monte y por el agua desesperados. Pedimos al gobierno de una vez actúe, tenemos amenazas de que vienen a quemar la alcaldía, quieren al alcalde, yo no sé qué hace este gobierno, por qué no manda de una vez a las FF.AA.”.

El 1º de junio pasado, cuando Pando votó por su estatuto autonómico, los campesinos de Filadelfia habían quemado urnas, material electoral y enfrentado a los autonomistas. “Hemos sido los que más hemos apoyado a Evo en el Revocatorio, ahora que demuestre que está de nuestro favor. De lo contrario nos vamos a levantar contra el gobierno, porque hasta ahora hemos demostrado que estamos peleando a favor del proceso de cambio que impulsa el presidente, pero no estamos a favor del cambio para que haga matar a nuestra gente.”

En septiembre de 2006, la entonces ministra de Gobierno, Alicia Muñoz, había denunciado que Fernández entrenaba en Cobija al menos a un centenar de paramilitares que, supuestamente, brindarían “seguridad ciudadana”.

Según el decreto del estado de sitio, a los funcionarios pandinos que hayan intervenido en actos de violencia “se aplicará el Artículo 112 de la Constitución, que establece la detención o confinamiento”. Tal vez por eso ayer Fernández estaba difícil de ubicar.

El decreto establece que “las FF.AA., la Policía Nacional y todos los organismos de seguridad y de protección del Estado realicen trabajos de emergencia, de protección y de dotación de seguridad a la población del departamento de Pando”. Anoche los medios de comunicación mencionaban que había heridos y hasta un muerto en Cobija, pero el gobierno aún no lo confirmó.