Bolivia

Morales expulsa al embajador de EEUU

Por Franz Chávez
Inter Press Service (IPS), 10/09/08

La Paz.– El presidente de Bolivia, Evo Morales, declaró persona no grata al embajador de Estados Unidos en el país, Philip Goldberg, tras acusarlo de respaldar a los grupos opositores autonomistas que bloquean carreteras, ocupan entidades gubernamentales y afectaron el suministro de gas natural a Brasil.

"No tengo miedo a nadie, ni al imperio", dijo Morales en el Palacio de Gobierno esta tarde, cuando instruyó a su canciller David Choquehuanca para que enviara la nota correspondiente al diplomático estadounidense para que abandone la sede de sus funciones.

"Es insólito que un jefe de Estado haga conocer una decisión de declaración de persona no deseable, aunque hay que ver esta decisión en el contexto de unas relaciones diplomáticas deterioradas", explicó a IPS el ex canciller Armando Loaiza.

En el último año, el gobierno izquierdista de Morales acusó en varias oportunidades a la Embajada de Estados Unidos en Bolivia de ofrecer su apoyo a los gobiernos departamentales de Santa Cruz, Beni, Pando, Tarija y Chuquisaca en su movilización en busca de una autonomía radical.

Loaiza precisó que, en respuesta, el gobierno estadounidense podría adoptar una medida similar con el embajador boliviano en ese país, Gustavo Guzmán, profundizando la crisis en las ya difíciles relaciones bilaterales.

Washington ha mostrado molestias por la alineación de la política exterior boliviana a los gobiernos de Cuba y de Venezuela, así como su reciente aproximación a Irán, además del largo cuestionamiento sobre la persistencia de los ancestrales cultivos de coca.

Esta decisión de declarar persona no grata a Goldberg fue precedida de fuerte choques, como la denuncia de la cancillería de que este diplomático había celebrado una reunión reservada el 2t5 de agosto con el prefecto (gobernador) de Santa Cruz, Rubén Costas, el principal opositor al presidente Morales.

Un día después, Goldberg fue llamado a la cancillería para informar sobre las razones de este encuentro y Choquehuanca le pidió que tuviera "cuidado" en su relación con los prefectos de oposición.

Luego, Goldberg realizó el 4 de este mes una visita de cortesía a la prefecta de Chuquisaca, Savina Cuellar, también de oposición, generando la molestia del gobierno.

"No queremos gente separatista ni divisionista, ni que conspire contra la unidad. No queremos personas que atenten contra la democracia", expresó Morales, mientras en los departamentos de Santa Cruz (este) y Tarija (sur), continuaban los hechos de violencia alentados por las organizaciones cívicas y prefectos.

El senador Félix Rojas, del gobernante Movimiento al Socialismo (MAS), afirmó que la decisión del presidente Morales responde al artículo 4 de la Constitución nacional, que proclama la autodeterminación de Bolivia.

Goldberg presentó sus cartas credenciales el 13 de octubre de 2006 en La Paz, a donde llegó rodeado de un llamativo historial en su labor diplomática. Fue jefe de misión de 2004 a 2006 en Kosovo, formalmente provincia de Serbia hasta que un gobierno local apoyado por la mayoría albanesa del territorio declaró la independencia el 17 de febrero.

Ese antecedente del diplomático fue empleado por el gobierno boliviano como argumento para relacionarlo con movimientos secesionistas de la llamada media luna oriental alentados por grupos conservadores.

Desde la oposición, el diputado Fernando Messmer, de la organización ciudadana derechista Poder Democrático y Social (Podemos), señaló que la actitud del gobierno es radical y no mide las consecuencias.

Como efecto inmediato en las relaciones comerciales con Estados Unidos, el legislador Michiaki Nagatani, del también derechista Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR), advirtió que será difícil negociar una nueva ampliación de un acuerdo comercial con Estados Unidos que permita la exportación de manufacturas por unos 250 millones de dólares anuales.

"El gobierno debe pensar dos veces" antes de tomar este tipo de medidas, argumentó.

El anuncio de Morales llega un día después del desborde social impulsado por organizaciones cívicas en la oriental ciudad de Santa Cruz de la Sierra, con el saldo de varias oficinas públicas ocupadas y saqueadas, mientras los ejecutivos de la estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) confirmaron una explosión en el gasoducto de exportación de gas a Brasil.

A las cinco de la madrugada de este miércoles, el ducto fue saboteado en el kilómetro 51, entre los campos San Alberto y San Antonio, en el sureño departamento de Tarija, una zona que guarda dos terceras partes de la riqueza hidrocarburífera de Bolivia.

El presidente de YPFB, Santos Ramírez, anunció que esta acción provoca pérdidas por 100 millones de dólares, la reducción de tres millones de los 26 millones de metros cúbicos por día que se exportan a Brasil, el principal mercado para el carburante de este país.

Ramírez prevé que las obras de extinción de incendio en el gasoducto y su reparación demandarán unos 20 días.

En la ciudad de Tarija, capital del departamento de igual nombre, sectores autonomistas intentaron la ocupación de un mercado de abastecimiento de productos agrícolas y de propiedad de campesinos de la región que proveen alimentos a esta ciudad de unos 180.000 habitantes.

El presidente de la Asociación de Juntas Vecinales de la Provincia Cercado (ciudad de Tarija), Inocencio Almanza, informó a IPS que grupos de universitarios, jóvenes apoyados por el prefecto departamental, Mario Cossío, atacaron las instalaciones del centro de abasto de alimentos donde trabajan unos 5.000 agricultores.

Durante la jornada, los campesinos afines al gobierno resistieron la embestida de los grupos violentos y la policía sólo atinó a dispersar a los dos sectores con gases lacrimógenos.

En la población de Villamontes, en Tarija, grupos de civiles atacaron a soldados del ejército, los golpearon y desarmaron para tomar el campo petrolero de Vuelta Grande y la planta de refinación de petróleo.

El ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, ratificó su denuncia de que está en marcha un golpe de estado cívico prefectural (por los gobiernos locales).

Acusó a los llamados comités cívicos y a los cinco prefectos de oposición de bloquear carreteras y ordenar la toma de los campos petroleros. La autoridad instruyó el refuerzo de la custodia militar para cuidar las instalaciones de YPFB y de empresas privadas encargadas de la explotación y comercialización de carburantes.

Por segundo día, en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra los miembros de la Unión Juvenil Cruceñista (UJC) mantuvieron ocupadas las oficinas públicas, y al anochecer tomaron el control de la terminal terrestre y ferrocarrilera, desalojando a las fuerzas policiales de custodia que huyeron del lugar ante el avance violento de los manifestantes.

Los grupos violentos asaltaron en varias oportunidades este miércoles un centro comercial popular llamado Barrio Lindo, donde se instalan inmigrantes de zonas occidentales bolivianas como La Paz, Oruro y Potosí para vender alimentos y ropa.


Violencia desborda en Santa Cruz

Interrumpen el flujo de gas a Brasil

Por Franz Chávez
Inter Press Service (IPS), 09/09/08

La Paz.– El flujo de gas natural a Brasil fue interrumpido en Bolivia por acción de opositores al gobierno izquierdista, mientras en la central ciudad de Santa Cruz de la Sierra el ejército optó por retirarse de los edificios estatales que custodiaba ante el ataque de jóvenes conservadores.

El ministro de Hidrocarburos, Saúl Ávalos, quien asumió el cargo la anoche del lunes, informó que un equipo técnico evalúa el cierre de las válvulas de la planta despachadora de gas natural, localizada en la población de Villamontes, en el departamento de Tarija, a 1.215 kilómetros al sur de la ciudad de La Paz.

Bolivia exporta 26 millones de metros cúbicos de gas natural por día a Brasil, su principal mercado para este combustible, que sumado al que exporta a Argentina generan ingresos por unos 2.000 mil millones de dólares al año, la mayor fuente de ingresos del Estado.

El ministro Ávalos no adelantó las medidas que adoptará el gobierno para reanudar las operaciones de exportación y sólo se limitó en afirmar que los ministerio de Defensa y de Gobierno (interior), encargado del orden público, usarán los medios a su alcance y autorizados por la Constitución boliviana.

Desde el mediodía de este martes, la derechista Unión Juvenil Cruceñista (UJC), brazo violento del Comité Cívico Pro Santa Cruz, atacó a soldados del ejército encargados de la custodia de las oficinas de impuestos y del Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA), que respondieron con gases lacrimógenos antes de retirarse.

Al finalizar esta tarde, una turba irrumpió también en el edificio principal de la Empresa Nacional de Telecomunicaciones (Entel) y procedió a saquearla sin que se registrada resistencia alguna de parte de las fuerzas de seguridad presentes, que optaron por replegarse ante un inevitable enfrentamiento.

Las imágenes difundidas por las cadenas de televisión desde el lugar mostraron una multitud enardecida que respondió al llamado de sus dirigentes cívicos, quienes consiguieron movilizar a una parte de la población de Santa Cruz de la Sierra, de 1,2 millones de habitantes, a través del tañido de las campanas de la catedral católica.

Los soldados doblegados por decenas de manifestantes huyeron, perdiendo sus armas y equipos antimotines como cascos y escudos.

Estas imágenes pintan la situación de un Estado nacional que parecer haber perdido el control de la segunda ciudad en importancia de Bolivia, que concentra al poder económico y de hacendados que impulsan la autonomía departamental frente al programa de corte socialista del presidente Evo Morales.

Al anochecer, los manifestantes apuntaban como objetivos las oficinas de la empresa estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) y otras reparticiones públicas que pretenden controlar para poner en práctica la autonomía respaldada por estatutos autonómicos, aprobados mediante referendo local el 4 de mayo.

El gobierno de Morales desconoce estos estatutos, porque su redacción y aprobación no se enmarcan en la legislación vigente, e insiste en su programa de refundación de Bolivia mediante la aprobación de una nueva constitución que incluye autonomías más ampliada de los nueve departamentos en que se divide el país, de las regiones, indígenas y municipales.

Desde hace 15 días, los prefectos (gobernadores) de los departamentos de Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija, en la llamada media luna oriental y agrupados en el Consejo Nacional Democrático (Conalde), organizan una resistencia contra el gobierno nacional izquierdista.

Demandan, entre otras cosas, la reposición de una parte del Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH) que alcanza a unos 49 millones de dólares.

Por el contrario, el presidente Morales desea consolidar su revolución democrática y cultural mediante la nueva ley fundamental cuyo texto aprobado en la Asamblea Constituyente desea aprobar el 25 de enero en referendo nacional, previa convocatoria que debe redactar el Congreso legislativo. Pero los hechos de violencia se extendieron este martes a otras ciudades. En Trinidad, la capital del norteño departamento de Beni, un grupo de dirigentes cívicos ocupó las instalaciones del aeropuerto Jorge Heinrich y obligó a las empresas de transporte de pasajeros a suspender operaciones.

Esta es una de las terminales con mediano tráfico aeronáutico y muy importante para la región amazónica, donde este tipo de transporte es mayor a los medios terrestres.

Al sur de La Paz, en la capital del departamento de Tarija, del mismo nombre, también grupos civiles con el respaldo del prefecto Mario Cossío, ocuparon las instalaciones de la Administradora Boliviana de Caminos (ABC) y las oficinas del INRA, una repartición sensible para el proceso de recuperación de tierras en manos de latifundistas, proyectada por el gobierno.

La estatal ABC ha reportado el bloqueo de 21 puntos viales en distintas partes del país que impiden el transporte de alimentos, amenaza con el corte de suministro de carburantes e impide el tránsito de personas, generando incertidumbre social.

El ministro de la Presidencia y estrecho colaborador del presidente, Juan Ramón Quintana, afirmó que el gobierno no desea caer en la estrategia de provocación que busca saldos trágicos para debilitar la imagen política del Poder Ejecutivo.


La muerte asoma por la Amazonia

Por Franz Chávez
Inter Press Service (IPS), 11/09/08

La Paz.– Las protestas de sectores conservadores y empresariales de la llamada media luna oriental de Bolivia cobraron las primeras ocho muertes este jueves. Fue en una emboscada a campesinos afines al gobierno de Evo Morales en la población de Porvenir, en el departamento de Pando.

Un grupo de funcionarios de la prefectura (gobernación) de Pando interceptó el avance de los campesinos que acudían a una asamblea desde diferentes regiones de la amazonía boliviana con el propósito de organizar la resistencia contra grupos del movimiento civil pro–autonomista regional que ocupan edificios de entidades del Estado boliviano.

La radio católica Fides confirmó que murieron ocho personas y otras 34 resultaron heridas, de ambos bandos, en los enfrentamientos registrados 30 kilómetros al sur de Cobija, la capital del departamento de Pando ubicada a unos 1.200 kilómetros al norte de La Paz.

El saldo trágico se da en el marco de las movilizaciones iniciadas el martes con la acción de miembros de la derechista Unión Juvenil Cruceñista (UJC), que atacó y tomó el control de las oficinas públicas de la central ciudad de Santa Cruz de la Sierra, tras doblegar la custodia de militares y policías.

El movimiento cívico y autonomista, dirigido por el prefecto del departamento de Santa Cruz, Rubén Costas, y apoyado por los gobiernos de Beni, Pando, Tarija y Chuquisaca, que conforman la media luna oriental de Bolivia, ha puesto en práctica una estrategia de asfixia económica con el bloqueo de las principales rutas y el corte parcial del suministro de gas a Brasil y Argentina.

Este jueves, el presidente izquierdista Morales, el primero de origen indígena en la historia de Bolivia, responsabilizó a los grupos de terratenientes de las llanuras orientales de Bolivia, de "financiar actitudes delincuenciales" y advirtió que la "paciencia tiene límites".

Otro de los líderes de la oposición, el empresario y terrateniente Branko Marinkovic, que preside al Comité Cívico Pro Santa Cruz, acusó a su vez al gobierno nacional de promover la violencia y los saqueos a comercios populares de propiedad de migrantes aymaras procedentes del occidente boliviano.

El hospital Roberto Galindo, de Cobija, fue el escenario dramático donde el personal de emergencia atendió a los heridos del enfrentamiento, que presentaban cortes profundos por el uso de machetes, hachas de leñador, escopetas, fusiles, según los reportes de radio.

Algunos de los fallecidos exhibían heridas de las armas de fuego empleadas en la emboscada, que comenzó en horas de la madrugada para impedir la realización de una asamblea en la localidad de Filadelfia, una población menor ubicada a unos 50 kilómetros al sur de Cobija, según el relato de la representante del Comité de Vigilancia, Leyla Tudela.

El ex alcalde de Cobija y líder del Movimiento Amazónico de Renovación Democrática (MAR), Miguel Becerra, declaró a una cadena radial que se trató "de una masacre y humillación a los campesinos, algunos de los cuales fueron atropellados por un camión de la prefectura".

Por su parte, los seguidores del prefecto de Pando, Leopoldo Fernández, acusaron a Becerrra de promover los hechos de violencia.

El viceministro de Coordinación con los Movimientos Sociales, Sacha Llorenty, estrecho colaborador de Morales, declaró que la muerte de las ocho personas es resultado de una "balacera (tiroteo) de sicarios que protagonizaron la masacre de Cobija".

Llorenty responsabilizó de los hechos al prefecto Fernández, un terrateniente y dirigente de derecha de larga tradición en la política boliviana, quien declaró al anochecer del jueves que actuará en el "marco que las circunstancias exijan".

Fernández pidió una pausa en el conflicto para pacificar a la región. Pero expresó, en respuesta a las declaraciones del gobierno nacional que "el último en retirarse de la pelea" será él. "No me retiraré de la lucha y que no vuelvan a intentar abusarnos", advirtió.

Con una imploración al gobierno de Morales, el jefe de la derechista agrupación Poder Democrático y Social (Podemos), el ex presidente Jorge Quiroga (2002–2002), reclamó a los bandos en pugna el retiro de sus grupos organizados.

"Es una súplica, por experiencia como ex presidente, advierto que se puede desbordar y descontrolar el conflicto que puede dejar muchos muertos", alertó.

La violencia continuaba este jueves en el barrio popular Plan Tres Mil, una zona alejada del centro de Santa Cruz de la Sierra y convertida en enclave de inmigrantes indígenas aymaras y quechuas.

Los grupos de la UJC realizaron acciones para destruir un comercio popular localizado en la zona, pero los habitantes del lugar consiguieron repelerlos en peleas campales que comenzaron la noche del miércoles y continuaron esta madrugada.

Los inmigrantes asentados en la zona, procedentes de los empobrecidos departamentos occidentales de La Paz, Oruro y Potosí, temen ser atacados porque comulgan con el presidente Morales, de la etnia aymara, y representan el grupo humano de resistencia al movimiento autonomista.

Mientras, en la población de Yacuiba, en la frontera con Argentina, un grupo de manifestantes consiguió ingresar en la planta de bombeo de gas natural que alimenta a las industrias de Buenos Aires, y consiguieron cerrar las válvulas y cortar el fluido.

La acción consumada ante la mirada pasiva de los militares y con el conocimiento del gobierno nacional, interrumpe el envío de seis millones de metros cúbicos diarios de gas natural a Argentina, el segundo mercado más importante para las exportaciones bolivianas de hidrocarburos después de Brasil.

El miércoles, un atentado contra el gasoducto a Brasil, disminuyó el volumen de envío en tres millones de metros cúbicos de los 26 millones de metros cúbicos por día, generando inquietud entre la representación diplomática en La Paz del vecino país.


América del Sur

Gobiernos respaldan a Morales

Por Daniela Estrada
Inter Press Service (IPS), 12/09/08

Santiago.– Los gobiernos de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) tienen la "total disposición" de "colaborar" en la identificación e implementación de vías de entendimiento en Bolivia, señaló este viernes Alejandro Foxley, canciller de Chile, país que preside este bloque.

Foxley fue el encargado de dar a conocer en Santiago la declaración en apoyo a La Paz preparada por los cancilleres de Unasur, conformada por Argentina, Brasil, Colombia, Guyana, Paraguay, Uruguay, Bolivia, Chile, Ecuador, Perú, Suriname y Venezuela, todos los países de la región.

"Las naciones sudamericanas anhelan fervientemente que a la brevedad posible se reestablezca el orden, la convivencia ciudadana pacífica y el diálogo orientado a normalizar el funcionamiento de la vida democrática" en Bolivia, señaló el canciller chileno, quien aclaró que la última palabra en la solución de la crisis la tiene el propio pueblo del país vecino.

Hasta ahora han muerto al menos ocho personas y una treintena resultaron heridas en las violentas protestas iniciadas el martes contra el gobierno izquierdista boliviano de Evo Morales, protagonizadas por sectores conservadores y empresariales de la llamada media luna oriental de ese país, que conforman Santa Cruz, Beni, Pando, Tarija y Chuquisaca.

En estos departamentos con gobiernos pro–autonomistas se han registrado bloqueos de rutas, tomas de edificios públicos y cortes parciales del suministro de gas a Brasil y Argentina, que se reestablecieron este viernes.

"Es el deber de esta presidencia pro–témpore señalar la total disposición de Unasur de colaborar con el gobierno de Bolivia en el esfuerzo por identificar e implementar vías de diálogo y entendimiento, que bajo la conducción de las legítimas autoridades de la nación boliviana permitan a las fuerzas políticas y sociales retomar la senda pacífica, institucional y democrática de solución de problemas e impulso al desarrollo", añadió Foxley.

"Finalmente, y este es el mensaje más importante, es al pueblo boliviano a quien corresponderá, como en toda democracia, identificar las vías de solución a las dificultades por las que hoy día atraviesa", remarcó.

"La presidenta Bachelet ya planteó la conveniencia de instalar una mesa de diálogo. Si Unasur puede contribuir a que esta iniciativa se haga posible, estamos absolutamente disponibles", indicó.

Foxley declinó referirse al pronunciamiento sobre el conflicto del mandatario de Venezuela, Hugo Chávez, quien se solidarizó con Bolivia expulsando al embajador estadounidense en ese país, Patrick Duddy, en respuesta a la presunta intervención de Washington en los procesos políticos internos en ambos países.

"Lo que demuestra la actual crisis es que el referendo revocatorio realizado en Bolivia, más allá de respaldo que obtuvo Morales, no fue suficiente para solucionar los problemas internos del país. Esto es un primer signo de alerta", dijo a IPS el analista chileno Guillermo Holzman.

El hecho de que Morales haya expulsado al embajador de Estados Unidos en el país, acción replicada por Washington, y que haya permitido el corte de suministro de gas a Argentina y Brasil, en vez de garantizarlo apoyándose en las Fuerzas Armadas, indica que su estrategia es "regionalizar" el conflicto interno, sostuvo este académico de la Universidad de Chile.

También "Venezuela entró concientemente a la crisis cooperando a su regionalización y exportación", añadió.

Chávez inclusive dijo estar dispuesto a apoyar movimientos armados en Bolivia si Morales fuese derrocado o asesinado.

A juicio de Holzman, la Unasur y la Comunidad Andina de Naciones (CAN) deberían jugar un rol importante en este conflicto, no tanto así la Organización de Estados Americanos (OEA), encabezada por el chileno José Miguel Insulza, puesto que Estados Unidos integra dicha institución.

Este viernes, el mandatario de Ecuador, Rafael Correa, entregó su respaldo a Evo Morales y, en su calidad de presidente temporario de la CAN, convocó para octubre una cumbre de ese bloque, conformado por su país, Colombia, Perú y la propia Bolivia.

"Realmente estamos muy preocupados por la situación que se vive en la hermana República de Bolivia, yo quisiera ratificar a nombre de Ecuador, como presidente pro–tempore de la Comunidad Andina, todo el respaldo a la democracia de Bolivia, representada sin lugar a dudas por el presidente Evo Morales", dijo Correa.

También se solidarizaron con el gobierno de Morales otros presidentes de la región, el peruano Alan García, el derechista colombiano Álvaro Uribe, la centroizquierdista argentina Cristina Fernández y los izquierdistas Luiz Inácio Lula da Silva, de Brasil, y Tabaré Vázquez, de Uruguay.

"Frente a la coyuntura que se ha presentado en la hermana República de Bolivia, el gobierno de Colombia desea expresar al gobierno y a la nación boliviana su apoyo al presidente Evo Morales, a las instituciones democráticas y al estado de derecho", indicó un comunicado divulgado este viernes por Bogotá.

"Colombia en su calidad de país amigo de Bolivia, junto con Brasil y Argentina, confirma su disposición, tan pronto el gobierno de Morales lo considere pertinente, de contribuir en la recuperación de la normalidad", añade.

Por su parte, el presidente uruguayo Vázquez expresó en un comunicado su "total respaldo y solidaridad" a su homólogo Morales, "elegidos libre y democráticamente por el pueblo", e hizo un llamado a la "solución pacífica de las controversias".

El analista Holzman, empero, indicó que la declaración de Unasur de este viernes es la respuesta tradicional de los países ante un conflicto, pero, por lo visto, Morales pretende un compromiso mayor de la región, indicó.

Para Holzman, esta no es la mejor estrategia que pudo seguir el gobierno boliviano, puesto que no asegura que el conflicto interno se solucione. Además, implica un gran costo para los países de la región, principalmente por sus relaciones bilaterales con Estados Unidos.

"El escenario más pesimista es que se produzca un quiebre profundo en la región", advirtió.

Si Morales explicita a sus pares latinoamericanos cuál es la estrategia que pretende seguir para acabar con la crisis, éstos podrán tomar una postura más clara y se podría avanzar en un mecanismo de diálogo y negociación regional, planteó.

Pero si el mandatario boliviano sólo quiere que sus pares avalen su forma de gobierno y cuestionen todos los actos de la oposición en su país, será más difícil conseguir apoyo, añadió.

Holzman cree que Estados Unidos va a mantener un papel más bien de observador, aunque seguramente la crisis boliviana y los problemas con Venezuela serán parte de la campaña presidencial de ese país.

La incógnita es cuál va a ser la reacción de Washington si Chávez decide no seguir exportando petróleo a ese país.