Bolivia

Los limites de reformismo “masista”

Cuatro años de Evo Morales

Por Martín Camacho
Socialismo o Barbarie Bolivia Nº 12,
marzo - abril 2010

La Paz.– En enero pasado Morales y Linera asumieron por un segundo mandato. Luego de su primera asunción, se desarrollaron cuatro años marcados por conflictos, disputas internas y externas, en el cual el país tuvo desde coyunturas de estabilidad temporal, como la que estamos viviendo ahora, hasta el peligro de división del país (o cuasi guerra civil) en agosto–septiembre del 2008.

Estos hechos están en el marco de que el gobierno masista, por un camino o por el otro, estableció lo que tenia pactado de antemano. O sea, la “nacionalización” de los hidrocarburos (que ya han salido a decir que la tan proclamada “industrialización” no avanzado en lo más mínimo) y el otro punto importante fue la modificación de la Carta Magna (que con todos los acuerdos con la oligarquía quedó mucho más atenuada de lo que se había establecido desde un principio).

En apariencia entonces, la “agenda de Octubre” ha quedado “resuelta” por la vía de la reabsorción de las luchas… que es justamente el verdadero “mandato” que el MAS venía a cumplir. Pero cómo se dieron estos hechos y cuál es su verdadero carácter será la cuestión a ir develando a lo largo de estos artículos.

Un giro hacia la moderación

Por supuesto que hay algo distinto después de estos cuatro años de gobierno de frente popular (o mejor dicho de conciliación de clases). La cuestión es que las elecciones del pasado 6 de diciembre le dieron el apoyo, con el 63 %, principalmente de las clases medias que era su punto más débil. Las clases medias no le dieron el apoyo así por que si: el país empezó a tomar un rumbo más estable y en la visión de la “gente” se ve que el que no esta con el gobierno se queda afuera de todo.

En el contexto anterior, varios integrantes de los grupos radicales de derecha se pasaron a los filas del MAS. Esto evidencia que la derecha no tiene hoy día proyecto alguno, no convence a nadie. Se evidencia en las derrotas que tuvo en las reiteradas elecciones y en los hechos concretos de la lucha de clases (amen de los “referentes” que se han fugado del país porque los perseguía la justicia, como Manfred y “Pepelucho” Paredes). Esto deja al gobierno casi sin competidores que le hagan sombra.

El MAS se ha alzado con la mayoría en el Poder Legislativo. Esto es algo que siempre anheló el gobierno: tener el poder suficiente para cambiar las cosas sin quedar de rehén de la derecha. Antes no lo podía hacer. Y por eso utilizó a los movimientos sociales para presionar sobre el Congreso. Hoy la historia es otra. Teniendo la presidencia de ambas cámaras, las leyes saldrán sin más problemas. Uno de los representantes es Héctor Arce como presidencia de diputados y Ana Maria de Campero como presidencia del senado. Esto le da un carácter distinto al gobierno. Por esto están sonando los tambores diciendo que el gobierno tendrá un giro “populista”, aunque lo que se está viendo es más bien uno hacia el centro: una mayor moderación. Luego explicaremos esto.

Haciendo pie en las clases medias

Como venimos señalando, todo indica que el “proceso de cambio” ira teniendo ribetes más moderados. Se dejara de lado a los movimientos sociales para ir hacer asistencialismo a todos los ámbitos posibles. Esto lo evidencia que cuando los movimientos sociales eligieron qué candidatos podrían ir a las próximas elecciones departamentales o sugirieron qué ministros podrían representarlos en el gobierno… Evo Morales dijo que no: “antes se luchaba por la vida y por la patria, ahora siento que solo se lucha por la “pega”,[1] no estoy de acuerdo con este problema”.

El excluir a los movimientos sociales no es solamente un “antojo” del presidente. Refiere que las cosas han cambiado: pasaron muchos años de los días en que las rebeliones populares estaban en apogeo. Este gobierno vino como producto de aquellas jornadas abiertas en la guerra del agua de Cochabamba. Pero tenía la misión de hacer un trabajo de contención y de reabsorción de las luchas, cosa que –hasta el momento– ha logrado en gran medida.

El MAS va a las próximas elecciones departamentales a terminar de captar a la clase media que todavía no se incorporó al “proceso de cambio” y seguir ampliando su espectro de maniobra. La candidatura de personajes populares determina que el gobierno ira a unas elecciones con amplísima mayoría de la población. Los “invitados” que posicionó el MAS para ir a las gobernaciones de los departamentos mas reticentes lo demuestran: es el caso de la ex miss Bolivia Jessica Jordan candidata en el Beni o Jerjes Justiniano para Santa Cruz.

Esto demuestra que al gobierno le conviene alejarse un poco de lo originario por lo menos en estos departamentos. En estos las clases medias podrán dar un vuelco mayor a favor al gobierno y será en ellos donde se verán los rasgos más de engaño a la población. Seguirán hablando de “socialismo” pero el tan proclamado “reparto” de la riqueza concreta se seguirá escondiendo bajo la alfombra.

Por supuesto, los movimientos sociales seguirán haciéndose sentir, como se vio en algunos lugares por el disgusto al no haber elegidos sus representantes. Pero esto se choca con una figura muy fuerte que es el propio presidente, que como dice García Linera en una entrevista al “Le Monde Diplomatique” de Agosto pasado “hoy, la figura, el carisma y la adhesión que ha alcanzado el presidente Evo es de tal magnitud que limita objetivamente la existencia de otro liderazgo que pudiera disputar la base social del gobierno y de la sociedad”.

El desigual impacto de la crisis mundial

El proyecto para estos años es empezar a hacer “gestión” y seguir abarcando los lugares “que no se ganaron aun”. Todo esto con una situación económica que –hoy por hoy– es “favorable” para el país. La crisis económica no pegó en los países subdesarrollados por la propia dinámica de la crisis. Las materias primas que en octubre del 2008 habían tenido una baja en sus precios –que anunciaba conflictos en la rama de la minería– en el transcurso del 2009 volvieron a estabilizarse. Esto determinó que los rasgos más duros de la crisis se disiparon en el transcurso del año pasado.

Además, hasta ahora la crisis mundial ha pegado duro pero todavía no tanto como la Gran Depresión de los años 30. En resumen, esto pegó especialmente en el hemisferio norte y no especialmente en las materias primas más básicas que son las que se extraen en nuestro país. Y hay que reflejar que economías que como China son compradoras de nuestros minerales si han crecido ampliamente.

No obstante hay la realidad concreta de que los “mercados” de exportación se fueron cerrando. El año pasado, como lo anuncia el ministro de economía Luís Arce Catacora, las exportaciones tuvieron una caída de 1500 millones de dólares… No obstante, este afirma bastante eufóricamente: “hemos cerrado 2009 con 0.26% de inflación, superávit fiscal, elevadas reservas internacionales, depósitos y créditos altos” (Pulso nº 538).

Sin embargo, es también cierto que la situación política regional no se presenta como la más estable y, además, como la crisis económica internacional podría estar a las puertas de una nueva recaída, el gobierno del MAS cometería un grave error si cree que su futuro está “asegurado”.

La caída, en definitiva, de la economía mundial en una depresión, sumado a cambios significativos en la política de la región, podría dar a giros en las circunstancias reabriendo el proceso de rebelión y creando mejores condiciones para pelear por una salida independiente y revolucionaria que desborde el gobierno de frente popular por la izquierda.

La lucha por el reparto de las migajas

Seguramente hasta las próximas elecciones del 4 de Abril no veremos grandes transformaciones en el Estado, pero luego de las elecciones se pondrían en juego todas las leyes para regular la nueva constitución. Hacen falta unas 100 leyes para poner en pie lo que demanda la nueva constitución. ¿Y esto qué significa? Esto determina la transformación institucional del país o, mejor dicho, reinstitucionarlo… luego del desastre en que quedó el régimen político después de las jornadas de febrero y octubre del 2003.

Poner en marcha las autonomías en sus diferentes niveles que se han planteado: autonomía departamental, municipal, regional e indígena. Esto determinara todas estas “telarañas de autonomía” que significa el anunciado “Estado Plurinacional”. Esto en la función de repartir una porción de la torta –o sea, el IDH–: todos quieren un pedazo de esa torta.

Porque mientras que la industrialización no avance, los conflictos por las migas del reparto seguirán acrecentándose: peor aún, una crisis económica incrementada le dará un impulso a las diferencias.

Este Estado que entrará en cada rincón del país será fuente de disputas por los pocos recursos. Lo que se está planteando es que hay comunidades que no tienen recursos extras: si no hay ingresos de las regalías, no tienen sustento alternativo.

Hay también una serie de leyes que están relegadas: hidrocarburos, minería, la ley de pensiones como las más importantes. Esto, por su puesto, no va ir más allá de lo que siempre estuvo planteado: o sea no se irá ninguna trasnacional petrolera o minera solamente regularan las ganancias para ambos. Y en el ámbito de “industrializar” podrán hacer algún avance… pero será en el nivel más bajo de la producción.

No por nada los Ministros de Desarrollo Rural y Tierras, Hidrocarburos y Autonomías son del Oriente: ¡esto con el visto bueno de la cámara de empresarios del sector más reticente en estos cuatro años del gobierno!

Hoy día parece ser que las cosas han cambiado gracias al giro a la moderación del gobierno masista. No se trata, por supuesto, de ningún “socialismo comunitario” del que habla Evo: simplemente tener mayor presencia del Estado en la región que más produce para la exportación.

Con esto tenemos un panorama amplio de lo que va a venir en el próximo período: un Estado un poco más fuerte ayudado por una economía que al parecer podría ser favorable.

Pero atención: por que la región podría tener otro signo en pocos años y sumado a una nueva recaída de la crisis económica, podrían cambiar las fichas de lugar y abrir grietas en un Estado que habla de “socialismo” pero de reparto de la riqueza concreta –que no es más que reparto de la miseria– no da señales de cambios sustanciales.


Nota:

1.– Se llama así al enriquecimiento por intermedio del cargo.


Significado del estado plurinacional

¿Socialismo “comunitario” o capitalismo de estado?

Por Martín Camacho
Socialismo o Barbarie Bolivia Nº 12,
marzo - abril 2010

La Paz.– Desde hace un tiempo en Bolivia empezó a escucharse con más fuerza la palabra “socialismo”. En las tapas de los diarios esto viene apareciendo como “socialismo comunitario” o bajo el interrogante “¿socialismo en Bolivia?” ¿Cuál es el verdadero carácter y rumbo del afianzado gobierno masista? En lo que sigue intentaremos responder a este interrogante.

Este discurso, en apariencia más “radical”, podría dar la impresión de que, en su segundo mandato, el gobierno del MAS estuviera “girando a la izquierda”… En el fondo, es simplemente una forma de vender más ilusiones de que algo cambiara en el marco del raquítico capitalismo boliviano.

No se trata de ningún giro a la izquierda del gobierno. Aunque si expresa un afianzamiento en momentos que la derecha quedó muy desprestigiada desde el fallido levantamiento de agosto–septiembre del 2008.

Estas palabras se dicen, pero en materia de acciones concretas no se ve ninguna medida “socialista”. Sólo recordemos la aberración de que todavía esté vigente el tristemente célebre decreto neoliberal 21060. Se trata de la primera medida del tercer gobierno de Paz Estensoro (1985–1990) que privatizó la minería dejando en la calle la friolera de 50.000 obreros mineros, la flor y nata de la clase obrera boliviana. ¡Es una verdadera vergüenza nacional que esta ley siga vigente!

Este discurso tiene una explicación más concreta: formar una falsa conciencia en la gente –fomentada obviamente por el gobierno de Morales– acerca del verdadero carácter capitalista del gobierno. Esto junto con los simbolismos de que Bolivia se “descolonizaría” por ser ahora un “Estado plurinacional” y poner la Wipala como símbolo nacional…

Un mejor reparto de las regalías

Desde las rebeliones populares que surcaron varios países de la región como Argentina (2001), Ecuador (2000) y Bolivia (2003–2005) –en que se echaron presidentes con las movilizaciones populares– hoy la cosa es muy distinta. Los gobiernos que han surgido de esas jornadas de lucha fueron gobiernos que tenían la tarea de reencausar las luchas: o sea, sacar a la gente de las calles.

Es por eso que en nuestro país esta reabsorción se concretó cuando la “agenda de Octubre” fue –supuestamente– llevada a la “práctica”, por supuesto que no cabalmente como pretendían los explotados y oprimidos, pero muy hábilmente el gobierno logró esconder la realidad concreta de los hechos.

Los dos pilares fundamentales de la agenda de octubre eran la nacionalización de los hidrocarburos junto con la industrialización y una nueva constitución política del estado. En la primera, solo fueron una modificación de los contratos y, con ello, el Estado pudo tener mejores regalías y compró acciones de empresas como las distribuidoras. O sea, el reparto de la torta se hizo un poco más beneficioso para el Estado pero dejando a las empresas trasnacionales seguir sacando jugosas ganancias. No obstante  a eso se lo llamo “nacionalización”…

Entonces, la cosa es que el gobierno pudo disimular estas peticiones del pueblo en mediatizadas reformas. Junto con el reparto real de lo que entra por el IDH, realizar algunas obras de infraestructura y reparto por medio de bonos a la población mas pobre.

Aquí se empiezan haber los primeros rasgos de capitalismo de Estado pero sin llegar a esto realmente, porque no se trata de medidas de lisa y llana estatización.

Pero con la aprobación de la nueva constitución y la implementación de la misma en este año, se podría dar el pié a determinar otro paso ulterior en el “cierre” del proceso de rebelión popular. Que no fue derrotado por derrotas concretas –como ha pasado en otros países– sino que está siendo reabsorbido por la mediatización de las luchas sociales y la cooptación de todos –o casi todos– los organismos que estaban en pie con una posición independiente al gobierno y que hoy día están en las filas del MAS. Caso concreto como la COB o la Federación de Mineros.

Más allá de esto, no todo esta saldado. Es el caso que se vio hace unas semanas cuando el candidato para la gobernación de La Paz, Félix Patzi, se lo encontró en estado de ebriedad y el propio presidente le pidió la renuncia a la candidatura.

Pero la contradicción radica no en la figura de Patzi mismo (es un reformista más), sino en que la mayoría de las organizaciones campesinas que lo venían apoyando siguieron proponiendo a Patzi y amenazando con movilizaciones si es que seguía en pie la posición del presidente de sacarlo del ámbito político…[2]

Esto abrió una serie de conflictos dentro de las filas del MAS peligrando la plaza más importante del país. Se aclara que la mayoría de las “presiones” que se anuncian casi siempre quedan en palabras… pero la predisposición que se tiene plantearía que no todo esta cerrado.

Estado no es igual a socialismo

El trabajo que se fue realizando es ir re–estatizando aquellas empresas que antes habían sido del Estado pero que con el neoliberalismo de los ’90 pasaron a manos privadas. Hoy el gobierno incorporó muchas de estas empresas a su administración: casos como ENTEL. Y tiene el proyecto de seguir avanzando en otras empresas como las de electricidad, agua, y transportes públicos. Con esto garantizan la entrada de algunos millones de dólares.

A esto lo quieren llamar “socialismo”, pero solo se “afectó” una parte de la renta extraordinaria de las petroleras y las empresas mineras que eran del Goñi…

Miremos un poco lo que se dijo en el discurso de re–asunción de Morales y Linera en enero de este año. El presidente Evo Morales, en parte de su discurso, dice: “que se consolida el ‘Estado socialista comunitario’ sobre las cenizas del Estado colonial” (La Razón 23 de enero).

Esto es pura simbología en el discurso pero que hoy con más fuerza se esta escuchando. La cosa es querer disfrazar lo que podría ser un mayor reparto de las riquezas –que no deja de ser reparto de miseria– sin llegar a expropiar nada considerable ni echar a ninguna trasnacional con la “implantación del socialismo” (o sea, que los medios de producción pasen a manos de los trabajadores). Esto jamás lo puede regular el Estado capitalista.

Entonces, sigamos precisando qué clase de gobierno es este y hacia donde quiere ir verdaderamente. En otro discurso Morales les dijo esto a los militares: "Mi gran deseo, mi gran sueño, es que nuestras Fuerzas Armadas a nivel internacional sean reconocidas como unas Fuerzas Armadas ‘anticapitalistas’. No tengo temor ni miedo decirlo de manera sincera y de frente ante ustedes".

Esto es muy parecido a lo que dice Chávez con su discurso del “Socialismo del siglo XXI”, pero donde en realidad, de lo que se trata, es de rasgos de capitalismo de Estado, donde las fuerzas armadas, bajo el gobierno de Morales, tienen garantizada la unidad nacional del país (que de alguna manera los dirigentes cívicos del Oriente parecieron poner en cuestión) y seguramente más presupuesto vía las medidas tomadas respecto de hidrocarburos.

Por otro lado, el vicepresidente García Linera es un poco más cauto al hablar de “socialismo”. Antes hablaba de “capitalismo andino”. Y que “el socialismo vendrá mucho tiempo después”. Pero como a Evo no le gusta esa palabra, “capitalismo”, hoy Linera dice: “nuestro horizonte estatal es un horizonte socialista”… volviendo a repetir lo mismo que hace unos años: se trata de un problema que está en el “horizonte”… faltan muchas décadas para que “los movimientos sociales vean el socialismo”… Mientras tanto, la gente se sumerge en la pobreza, sus casas se derrumban por la lluvia o miles siguen sin trabajo…

¿Qué significa el Estado plurinacional?

Pero pasemos ahora al tan rimbombantemente anunciado “Estado plurinacional”. Lo que podemos ver es qué es una forma de descentralización del Estado (atención: se trata de una suerte de “reparto del poder” pero hecha de manera tal que preserva el peso del estado Nacional).

Esta perspectiva, sumada a las autonomías de diferentes signos, y la supuesta “soberanía económica” (como dice Linera) le darían el camino libre para que se produzca –por generación espontánea– el “socialismo comunitario” sin lucha por la revolución socialista… Y lo que plantean es que estaríamos en “un periodo de transición” hacia el llamado “Estado integral”...

Al respecto del susodicho “Estado integral” (quién entiende este término) viene a hacer como un “remplazo” al “Estado aparente” dice Linera tomando un concepto del sociólogo Rene Zabaleta Mercado [2] y aclara el vicepresidente: “Estado aparente era también –para Zabaleta– aquel Estado que no incorpora los hábitos, la cultura y las formas de organización política de la sociedad”.

Esto es lo que quieren hacer entender por todos los medios el gobierno masista: que se va a un proceso de “integración” (¿cooptación?) en la vida estatal de los “hábitos, cultura y formas de organización” de la población originaria y campesina” lo que no modifica un ápice el carácter capitalista del estado boliviano, solo introduce una superposición de instituciones, donde, claro está, las que saldrán ganando serán las que dispongan de más presupuesto… lo que, además, no significa ninguna vía hacia el “socialismo” lo que requiere la destrucción del Estado capitalista anterior.

Las falsas promesas del reformismo siempre acabaron mal

Todos estos discursos de “socialismo” puestos en las manos del Estado son como decir “quédense tranquilos que nosotros desde acá arriba los llevaremos por el buen camino”...

Hoy los trabajadores y los campesinos están en su mayoría del lado del gobierno. Pero no podemos creer que desde el Estado burgués puedan venir siquiera verdaderas reformas sin la lucha en las calles.[4]

La tarea que está planteada es la construcción de un Instrumento Político de los Trabajadores para poder desenmascarar a este gobierno. Este tipo de gobiernos reformistas –con rasgos de capitalismo de Estado– es el que más engaña a la población: la cooptación de amplios sectores de trabajadores para que sirvan a sus intereses a través de las direcciones traidoras demuestra más que nunca la necesidad de construir un partido revolucionario para defender una perspectiva de independencia de clase y verdadero socialismo de los trabajadores.


Notas:

1.– Finalmente, la candidatura de Patzi se “cayó” lo que igualmente no niega las contradicciones –que podrían ser crecientes– entre el gobierno masista y su base social.

2.– Uno de los principales analistas sociales de Bolivia de la segunda mitad del siglo XX, ya fallecido hace muchos años.

3.– Rosa Luxemburgo insistía –con mucha razón– que las verdaderas reformas solo son el subproducto de las luchas revolucionarias.