Bolivia

XV Congreso de la COB (Central Obrera Boliviana)

Una reunión que no debatió nada

Por Martín Camacho
desde La Paz para Socialismo o Barbarie, 29/01/12

En la ciudad de Tarija desde el lunes 16 de enero hasta el domingo 22 del mismo mes, se realizo el XV Congreso de la Central Obrera Boliviana. Después del día de la inauguración, todo fue idas y vueltas. La primera dificultad fue la acreditación de los delegados. En este tema se fueron dos días por los problemas de las divisiones que existen en varias de las federaciones. La que más trajo conflicto fue la de los fabriles, que se presentaron con dos listas distintas de delegados. Luego había conflictos en los universitarios y algunas centrales departamentales.

Posteriormente se designo la plenaria y recién ahí se dio inicio al congreso, pero para cuando esto ocurría ya era viernes 20. O sea, el tiempo para discutir documentos o propuestas se redujo prácticamente a nada. La realidad es que esto suele ser así desde hace mucho tiempo y nadie se sorprende por las idas y vueltas y el casi total vaciamiento de la discusión en este tipo de instancias.

Una dinámica burocrática

El congreso expresó conflictos y divisiones en las respectivas federaciones. Como la más relevante, hemos nombrado ya a la de la Federación de Fabriles de La Paz, que llevaron al Congreso sus diferencias de criterios cuando tendrían que haberlas resuelto anteriormente. Estas diferencias eran meramente “administrativo-burocráticas” con dos federaciones paralelas y disputas internas que reflejan al nivel que ha llegado el burocratismo totalmente despegado de la base.

XV Congreso de la COB: delegados con el periódico de Socialismo o Barbarie Bolivia

Estas diferencias no fueron resueltas en un día sino que llevaron varios días en solucionar. Y como se veía que el tiempo se acababa, finalmente el Congreso decidió mandar a las dos listas de fabriles para que sean acreditadas. Esto no paso en todos los casos: muchos delegados de otras federaciones se quedaron afuera de las (pocas) discusiones.

Se trató realmente de un Congreso vaciado de contenido político. Contra lo que era tradición, no se dejó entrar a las organizaciones políticas para que se expresen mediante “delegados fraternos” con voz y sin voto. Esto es parte de una dinámica que viene ocurriendo hace tiempo: lindos afiches con el rostro de Marx, Lenin o Trotsky, pero las organizaciones políticas se quedan afuera. Fue un Congreso donde se reflejó la crisis por la que pasa la representación de la clase obrera de Bolivia. En parte, porque no se incorpora a más delegados. En el sector minero, que son más de 10.000 mil trabajadores, la representación en el Congreso es de solo 140 delegados. Peor ocurre en el sector fabril: unos 35 mil trabajadores solo son representados por 60 delegados.

En total, unas 500 personas son las que decidieron la nueva dirección de la Central Obrera Boliviana. La poca representación hizo que las discusiones políticas fueran pobres, sin lograr un debate profundo y sobre la base de un documento muy difícil de objetar. Se terminó aprobando el documento en bloque, en parte por la falta de tiempo, y en parte por la falta de proyectos propios de otros sectores.

En definitiva, el documento presentado por el sector minero fue el aprobado en este XV congreso de la COB. Dicho documento, es casi copia fiel del documento presentado en el Congreso de la FTMB (Federación de Trabajadores Mineros de Bolivia) realizado el año pasado en la cuidad de Potosí. Hubo cinco documentos de los cuales quedaban, a priori, dos para ser votados. Pero la Brigada Sindical Revolucionaria (POR) retiró el que supuestamente era suyo propio, porque no era más que el de los mineros, presentado a su vez por la dirección saliente de la COB...

A esto se “jugo” el partido que dice que “nos llevara a la revolución”: presentar exactamente el mismo documento que estaba presentando la dirección de la COB. Una situación ridícula. Lo sorprendente es que el documento no tiene la fraseología de siempre. Es mucho mejor elaborado que los discursos del POR.

En todo caso, una fuerte coincidencia de intereses del POR y la dirección cobista, es que el documento no dice palabra acerca de algo que se venía discutiendo mucho en las últimas semanas: la perentoria necesidad de poner en pié un Instrumento Político de los Trabajadores. Sólo afirmando la “independencia política” en general, el POR le hace seguidismo al sector minero, que no quiere comprometerse en dar ningún paso en el terreno estrictamente político (en eso, obviamente a quién se le hace el juego, es al gobierno del MAS).

Tampoco el POR hace ninguna critica cuando el documento postula al final, como limitado objetivo, “la liberación nacional como lo soñaron Martí y Bolívar”.

La nueva dirección tendrá que ponerse a prueba muy pronto

Luego de los “amarres” (acuerdos) que se hicieron, hubo propuesta de dirección. Esto no fue fácil. La Federación de Mineros tuvo que realizar un “ampliado” de emergencia en el trascurso del Congreso porque sus delegados no estaban con una posición homogénea. El sector de Huanuni presentaba su candidato a través de la Federación, pero el sector de la minería privada quería su pedazo de la torta y para esto presentó a otro candidato a último momento[1]. Como se ve acá, nada es por discusión política, sino por los negociados que se tengan o acuerdos de antemano.

En definitiva, el Ejecutivo que salió elegido por el sector minero fue Juan Carlos Trujillo y luego fue ratificado por la mayoría del Congreso. La sospecha de que fuera el candidato del MAS... se hizo sentir desde los primeros días. El acercamiento que tuvo el sindicato de Huanuni hacia el partido de gobierno en el 2010, cuando Trujillo estaba al frente de la dirección del sindicato, hacen suponer que podría haber algún otro acercamiento. Por supuesto que esto se desmiente hoy día; nadie tiene la camiseta puesta con el gobierno.

Pero muy pronto se verán las reacciones y se sabrá si realmente la nueva dirección de la COB es independiente del gobierno del MAS o irán a la rastra de los “huesos” que el gobierno les tire. Por nuestra parte, le depositamos realmente poca confianza a esta nueva dirección; en todo caso la base tendrá que presionarla por abajo para imponerle que reclame por mejores condiciones de vida y trabajo, al tiempo que se acumula fuerzas y experiencia para la construcción de una dirección verdaderamente independiente.

Una contradicción es la acostumbrada fraseología revolucionaria que tiene el documento político aprobado; en todo caso, falta saber cómo se llevarán a cabo los lineamientos que figuran en él... Los más probable es que todo quede como muchas veces hemos visto en Bolivia en los últimos años: que todo quede en simples papeles teñidos de palabras revolucionarias que no terminan llevando adelante ni el 1 % de lo que está escrito.

En todo caso, la nueva dirección de la COB tendrá que salir a reconstituir sus bases, obtener la confianza de los trabajadores, abrir más espacios de debate y llamar a otro congreso para modificar los estatutos. De esta forma es como se podría conformar una COB con mayor número de trabajares que sean representativos de las luchas que se están dando hoy día en el país.

La conformación del Instrumento Político tiene que pasar a ser realidad

Este será todo un desafío y tendrá que atravesar las luchas internas que se viven en el movimiento obrero de este país. En primer lugar, muchos de los trabajadores ven que la COB sólo tiene que realizar trabajo sindical y excluirse completamente de la organización política. Otro de los conflictos es la política que viene llevando el POR en contra de cualquier organización política de los trabajadores, porque, en últimas, el POR siempre dirá “nosotros somos el partido”, “para que más”... La cosa que este partido jamás pudo organizar las tareas que están puesta en la agenda hoy en día.

Por eso, la conformación de una comisión especial tiene que ser prioridad para así levantar las bases de un Instrumento Político en la perspectiva de preparar la conformación de una Bolivia socialista, obrera, campesina, originaria y popular.


[1] La Federación de Mineros esta integrada como por dos “componentes”: los trabajadores mineros de la minería estatal (hoy, básicamente, la mina de Huanuni) y los que trabajan en la minería privada. Ya los cooperativistas mineros responden a otro sindicato, porque, en realidad, no son trabajadores, sino cuentapropistas o pequeños propietarios. No es casual que estos últimos hagan parte, más directamente, de la base social del MAS.