Bolivia

El balance de una huelga histórica

Los desafíos políticos de la Central Obrera Boliviana

Por Martín Camacho,
desde La Paz para Socialismo o Barbarie, 31/03/2013

La huelga general tuvo quince días de movilización. Es una de las más importantes movilizaciones de Bolivia en los últimos tiempos. Y también podría decirse un ejemplo de huelga general único. Es que no muchas veces se ven huelgas generales en serio y que duren tantos días, movilizando entre 30 mil y 50 mil trabajadores y paralizando el país casi de punta a punta.

El movimiento tuvo una reivindicación central: el aumento de las pensiones. Tras ese reclamo se movilizaron distintos sectores de trabajadores. De entre ellos, fueron principalmente los mineros, los fabriles, el magisterio, y los trabajadores de la salud y de las universidades los que salieron a marchar y bloquear las carreteras.

La huelga general fue también un llamado de atención a Evo Morales y al gobierno del MAS. Es la primera vez en décadas que la Central Obrera Boliviana (COB) aglutina y moviliza a tantos trabajadores y por tan largo tiempo. Fue un claro desborde por la izquierda a un gobierno que se presenta como “reformista” y “progresista”… pero que es patronal al fin.

Lo que más llama la atención de esto, es que va a contramano de la dinámica de los movimientos en la región. Lo que está aconteciendo, mediado por la crisis económica y las limitaciones de este tipo de gobiernos, es que sectores de la derecha han salido con cierta fuerza a capitalizar el descontento popular, como son los casos de Venezuela, Argentina y Paraguay.

En Bolivia se ha dado lo contrario. Hoy el que presiona al gobierno por abajo es el proletariado por mediación de la Central Obrera Boliviana, que además votó conformar en su congreso de marzo pasado un Instrumento Político de los Trabajadores (IPT) o Partido de los Trabajadores (PT).[[1]]

La ley de pensiones es funcional a los patrones

El tema del conflicto fue el pedido de un aumento en la jubilación. Esto desencadenó protestas desde principio de este año, luego que el gobierno diera un mísero aumento salarial del 8 %. De las pensiones se estaba reclamando un aumento al 100% en relación al salario en activo. Es que hoy día rondan entre el 60 % y el 65 % de lo que se percibe, cuando uno se jubila después de 35 años de aportes. Y con los sueldos tan bajos, la jubilación se transforma en miseria.

Frente a la negativa del gobierno de modificar la ley 065 de pensiones, la Central Obrera decidió inicial la huelga general, con bloqueo de caminos y movilizaciones en las diferentes ciudades del país. Esto trajo la inmediata reacción del gobierno, que salió con todo el aparato del estado a reprimir y realizar una campaña mediática para aislar al movimiento obrero.

Esta ley 065 que defiende Evo Morales, es funcional a los intereses de la patronal, que no aporta a la jubilación de los trabajadores.

El MAS se dedicó desde el primer día a desprestigiar a los trabajadores y al movimiento con toda clase de mentiras. Y, en cierta parte, el discurso del gobierno fue tomado por sectores de la población más pobre. Este discurso demagógico de que “hay que darle a los que menos ganan”, pudo en parte poner las cosas más difíciles para la COB. Es que el gobierno sigue teniendo su base de movilización en los sectores más plebeyos. Pero la mentira se desnuda: a quienes favorece principalmente la política del gobierno no es a “los que menos ganan”, sino a los empresarios que se enriquecen cada vez más día a día.

¿Qué faltó para seguir masificando la huelga?

Una de las cosas que no pudo realizarse desde la COB, fue contrarrestar eficazmente la campaña del gobierno. O, si se lo intentó, no tuvo el alcance que debería.

El no poder aglutinar a los sectores más populares, dejo aislados a los trabajadores organizados. Es por eso que el gobierno pudo salirse con la suya y decir todo lo que dijo.

El MAS logró que el movimiento termine en un callejón sin salida, al impulsar los argumentos del “peligro de la democracia”, que los dirigentes sindicales son funcionales al imperialismo y que los obreros sólo quieren ganar sueldos de 20 mil o 30 mil bolivianos.

Al mismo tiempo, el gobierno, al aumentar la jubilación mínima, aglutinó a un gran sector popular que terminó apoyándolo. Las ínfimas concesiones que implementa el gobierno para mantener cierta legitimidad, es parte de la política del reformismo de Evo Morales.

Lo que faltó para que la huelga pudiese torcerle el brazo al gobierno fue, en primer lugar, no haberse ganado a un sector popular más o menos amplio. Para esto era y es necesario el Partido de los Trabajadores que resolvió fundar la COB: para que aglutine por la izquierda el descontento popular de estos siete años del gobierno del MAS y desenmascare una por una sus mentiras.

Por eso es fundamental que el PT salga a combatir al gobierno antiobrero y a proponer una alternativa de clase. Debe hacerlo con los trabajadores, pero también acercando a sectores populares que hoy día no están en la COB aunque están descontentos con el gobierno y el MAS.

El gobierno ataca a los trabajadores

Al estar presente la alternativa de un Partido de los Trabajadores, el gobierno salió hacer campaña contra éste.

Mientras el conflicto crecía, repetidas veces se escucho que la COB estaba haciendo campaña política y que eso no estaba permitido.

Lo que terminó de definir este ataque, fue el discurso de Evo Morales en el “Cabildo Patriótico y Revolucionario por la Defensa de la Democracia” que realizó el MAS el 24 de mayo. Este “Cabildo” fue una manifestación multitudinaria de campesinos, cocaleros y militancia partidaria para hacer una demostración de fuerza cuando ya estaba terminada la huelga. Allí Evo Morales dijo lo siguiente “Lamentablemente, algunos dirigentes infiltrados en la COB, al servicio del imperialismo,sólo quieren beneficios para un grupo de privilegiados. Al ver tantos sectores concentrados acá, me he dado cuenta que esta es la verdadera Central Obrera Boliviana, que lucha y defiende al pueblo, y lucha contra el imperialismo”.

Esta línea de ataque a las organizaciones obreras y sus demandas fue siempre parte de la política del gobierno y del MAS. Reclamar un salario o una pensión que no sean miserables, es ser “agente del imperialismo”.

Pero ahora esto se dinamiza, porque el PT está teniendo cierta fuerza en las bases de los trabajadores y además el gobierno ya largó la campaña para las elecciones del 2014. De allí las acusaciones y lo difícil que fue la huelga. En esa línea, Morales termina diciendo que “acceder al pedido de la COB, como ya estamos en campaña electoral, hubiera sido irresponsable.”

Este cabildo convocado por el gobierno dejó claro que el MAS dirige el país. Pero esto se va haciendo más difícil y por primera vez debe enfrentar la presión de un movimiento a la izquierda de su gobierno.

La redoblada campaña antiobrera se debe a eso. El gobierno sabe que si la COB termina aglutinando al proletariado del país y a sectores de las masas populares, el panorama se volvería bastante difícil.

Otra de las frases significativas de Evo fue la siguiente: “No es posible, hermanos, [que] algunos sectores hagan paro contra la economía nacional, como [los mineros] en Huanuni”. ¡Acusa a los trabajadores de este distrito de las pérdidas en la minería, mintiendo a toda la población! Las pérdidas son lo que burocracia malgasta y los millones que se llevan las trasnacionales mineras y petroleras. ¡No las causan los trabajadores por pedir lo justo!

Dentro de las contradicciones, el signo es positivo

La huelga no logró lo que se pedía desde un principio, sino una propuesta de rever algunos puntos, pero sin aumento en los montos de la jubilación.

Se terminó acordando estudiar la reducción de la edad de jubilación en los trabajos insalubres, la cuenta del monto de jubilación con las últimas 24 boletas de cobro y bajar los años de aportes. Pero todo nada de esto quedó en firme: fue pateado para adelante para ser “estudiado”. No hay certeza de que el gobierno vaya a conceder alguna cosa.

A pesar de estas contradicciones, la huelga demostró la fuerza de convocatoria que tiene la COB, y cómo el gobierno tuvo que reaccionar frente a una movilización netamente obrera. Las enseñanzas que deja es primordial para las luchas que vendrán: ¡el gobierno no va a dar nada de nada, si las cosas no se radicalizan!

En esta perspectiva que se pone hoy el movimiento obrero, ya no hay dudas que el gobierno va contra de los intereses de los trabajadores. Hasta alienta una nueva conformación de la COB con los “movimientos populares”.

Más allá de las contradicciones que tuvo el movimiento, se han sacado lecciones para encaminar los siguientes pasos. Y eso se refiere esencialmente a cómo fortalecer el PT.

Hace falta fortalecer al PT con política

La demostración que dio la huelga general, determina que el Partido de los Trabajadores tiene que estar presente y visible en todas las manifestaciones, luchas y actividades que realice la clase trabajadora. El gobierno golpea con el argumento de que los dirigentes de la COB están “haciendo campaña política” y “utilizando la entidad”. Para revertir y enfrentar esto, esto hay que romper con el sindicalismo y trabajar en la conformación de una identidad política de los trabajares.

El desafío es que hay que luchar en dos frentes. En primer lugar, contra el gobierno. Con todo el peso del aparato del estado, el gobierno del MAS tratará de desprestigiar y demoler cualquier alternativa política que le haga sombra, ya sea en la calles (como en la huelga general) o en las elecciones del 2014. Pero también, en segundo lugar, hay que enfrentar al POR (Partido Obrero Revolucionario) y a cualquier otra secta que se niegue a tener una política para los trabajadores de conjunto.

El segundo congreso del PT se realizará el 28 y 29 de junio en Oruro. La principal consigna debe ser la de fortalecer el partido desde la base, llevando las posiciones a los centros de trabajo. Y para eso hay que dar una dura batalla los que se oponen a conformar un partido que dé alternativas políticas a los trabajadores.

Seguramente el MAS tratara de boicotear el congreso ayudado por el POR, que le hace el juego al gobierno con verborragia de “izquierda”. Para eso se necesita una unidad clasista: para enfrentar tanto a la burocracia que querrá diluir los documentos y por otro lado al MAS y al POR, que sólo quieren boicotear una alternativa política de los trabajadores.

Este es el desafío que se presenta hoy día. Desde Socialismo o Barbaría Bolivia, daremos la lucha para que se termine de conformar un PT con independencia de clase y de lucha en las calles.


[1].– Ver: Martín Camacho, "Bajo la convocatoria de la COB: se fundó el Partido de los Trabajadores", Socialismo o Barbarie, periódico, 04/04/2013.