Calamidades
del catolicismo

El papa dijo que en ciertas circunstancias se justifica el uso

Los condones son para las prostitutas

Página 12, 21/11/10

En una entrevista donde se mostró dolido por los casos de pedofilia en la Iglesia, el pontífice dijo que el sida no se cura con profilácticos sino con un cambio de conducta. También dijo que la Iglesia no discrimina a las mujeres.

Benedicto XVI considera que en algunos casos el uso del preservativo está justificado, pero insiste en que no es la verdadera manera para combatir el sida, ya que es necesaria una “humanización de la sexualidad”. El Papa así lo ha manifestado en el libro-entrevista La luz del mundo. El Papa, la Iglesia y las señales del tiempo. Una conversación con el Santo Padre Benedicto XVI, del escritor Peter Seewald, que saldrá a las librerías el 23 de noviembre y del que ayer ha publicado un resumen el diario vaticano L’Osservatore Romano.

En el libro, dividido en 18 capítulos y de 284 páginas, el papa Ratzinger también afirma en la batería de preguntas a las que fue sometido que no lo tomó del todo por sorpresa los escándalos de clérigos pederastas, pero la dimensión del escándalo fue un shock enorme. Preguntado por la sexualidad, el papa Ratzinger dice que concentrarse sólo en el preservativo significa trivializar la sexualidad y que esa trivialización hace que muchas personas no vean en la sexualidad la expresión del amor, sino sólo una especie de droga, que se suministran a sí mismos.

“Puede haber algunos casos justificados del uso del condón, por ejemplo cuando una prostituta utiliza un profiláctico. Ello puede ser el primer paso hacia una moralización, un primer acto de responsabilidad, consciente de que todo no está permitido y no se puede hacer todo lo que uno quiere”, afirmó. De todas las maneras, el uso del preservativo “no es la verdadera manera para combatir el sida, ya que es necesaria una humanización de la sexualidad”, agregó Benedicto XVI.

Con estas palabras, el Papa reitera lo que ya dijo durante su viaje del pasado año al Africa, camino a Camerún: “No se combate sólo con dinero, ni con la distribución de preservativos que, al contrario, aumentan el problema”. El sida, según Benedicto XVI, se vence con una humanización de la sexualidad y nuevas formas de conductas.

Sus palabras, en un continente donde 27 millones de personas están contagiadas por el virus del sida, fueron duramente contestadas desde varios países occidentales, que subrayaron que el preservativo es un elemento fundamental para prevenir la transmisión de la enfermedad.

Benedicto XVI también es preguntado en el libro sobre los casos de curas pederastas. “No me tomaron del todo por sorpresa –contestó– porque cuando estaba al frente de la Congregación para la Doctrina de la Fe nos ocupamos de los ocurridos en EE.UU. y después comenzaron a salir los de Irlanda. Pero la dimensión me dio un shock enorme”, aseguró el Papa, que recuerda que ya en 2006 –un año después de ser elegido pontífice– pidió a los obispos irlandeses que sacaran a la luz lo ocurrido y que tomaran todas las medidas para evitar que se repitieran en el futuro.

También les pidió que garantizaran justicia a las víctimas y que las ayudaran a curarse ante esos enormes crímenes. “Ver al sacerdocio manchado de esa manera y con ello a toda la Iglesia Católica ha sido difícil de soportar”, subraya en el libro.

Preguntado por la presencia de la mujer en la Iglesia, el Papa alemán afirma que la Iglesia no tiene facultad alguna para poder ordenar mujeres sacerdotes. “No se trata de no querer, sino de no poder,” explicó. Dijo también que Cristo ha dado una forma a la Iglesia con los doce apóstoles, sus sucesores, los obispos y los sacerdotes, todos hombres. “No hemos sido nosotros los que hemos creado esta forma de Iglesia, seguirla es un acto de obediencia, tal vez una de las obediencias más pesadas. No podemos hacer lo que queramos, tenemos que atenernos a la voluntad del Señor”, justificó el Papa.

Sin embargo, Benedicto XVI agregó que las funciones de la mujer en la Iglesia son muy grandes y significativas y que por ello no se puede hablar de discriminación.

Sobre las relaciones con el Islam, el Papa dice que los cristianos son tolerantes, y respecto del uso del burka por parte de las mujeres musulmanas afirma que no ve una razón para una prohibición generalizada. “Si su uso es por imposición, estoy en completo desacuerdo. Si lo hacen de manera voluntaria, no veo por qué impedirlo”, precisa.

En el libro condena la droga, a la que llama “animal monstruoso y malo que extiende sus manos sobre los países para arruinar a las personas” y denuncia que Occidente tiene una gran responsabilidad.

El Papa dijo que le preocupa mucho el sida, pero que la verdadera amenaza a la que se enfrenta el hombre es que la tolerancia sea abolida en nombre de la misma tolerancia. “Nadie está obligado a ser cristiano, pero tampoco nadie debe ser obligado a vivir según la nueva religión, como si fuese la única y verdadera, vinculante para toda la humanidad.”