Nuevos escándalos
en el Vaticano

Los escándalos detrás del banco del Vaticano

Por Jossette Rivera
BBC World, 26/05/2012

En los dos últimos días el Vaticano ha sido centro de atención por el arresto de un mayordomo del Papa sospechoso de haber entregado a la prensa cartas y documentos confidenciales de la Santa Sede.

Esta detención está ligada a una serie de documentos publicados por medios italianos desde principios de año. Entre ellos figuran cartas escritas por un arzobispo que fue transferido a Estados Unidos tras denuncias sobre una red de corrupción. También destaca un memo que puso en entredicho la reputación de varios cardenales y documentos que revelan conflictos de poder dentro del Instituto para las Obras de Religión (IOR), conocido también como el banco vaticano.

Justamente este jueves fue destituido el director del banco, Ettore Gotti Tedeschi. Durante su gestión la entidad ha estado bajo investigación por lavado de dinero.

"Hasta hace poco tiempo el estilo del Vaticano era lavar los trapos sucios en casa. Ahora prácticamente sale todo a la luz", explica a BBC Mundo Alessandra Buzzetti, periodista experta en asuntos del Vaticano.

Y es que, el banco que justifica su existencia por la necesidad de administrar los activos destinados a obras religiosas o de beneficencia, se ha visto envuelto en constantes escándalos y misterios sin resolver desde su fundación en 1942 por el papa Pío XII .

A continuación BBC Mundo hace un repaso de los casos más recientes donde el banco vaticano ha sido salpicado por escándalos o investigaciones.

Caso Sindona

En la década de los 60, el primer gran escándalo sacude al IOR debido a su relación con la Banca Privata Finanziaria del banquero siciliano Michele Sindona.

El IOR poseía el 24,5% de esa banca y a petición del papa Paolo VI, Sindona participa en la modernización del banco vaticano y es autorizado para gestionar las inversiones extranjeras del país.

Pocos años después salen a la luz los vínculos de Sindona con la mafia y los movimientos de capital entre el IOR y Sindona a paraísos fiscales.

Desplomado su imperio bancario y recluido en la cárcel de Voghera, el financiero siciliano muere a causa de un café envenenado.

Marcinkus

En 1971, el arzobispo estadounidense Paul Marcinkus fue nombrado presidente del IOR a pesar de no tener ninguna formación profesional en el sector.

En 1972, a pesar de que el IOR poseía el 52% de la Banca Católica del Veneto, Marcinkus decide ceder el 37% de las acciones al Banco Ambrosiano dirigido por Roberto Calvi.

A esta decisión le siguieron una serie de protestas de los obispos venetos y del entonces obispo Albino Luciani (quien luego se convertiría en el papa Juan Pablo I). En protesta, cerraron sus cuentas en la banca del Veneto.

Banco Ambrosiano

En 1982, diez años después de las acciones de Marcinkus, el colapso del Banco Ambrosiano se convierte en uno de los escándalos que más han ensombrecido las cuentas vaticanas.

Se trata de uno de los casos de fraude más grandes de Italia, en el que desaparecieron casi US$1.300 millones en préstamos a empresas fantasma en América Latina.

El Vaticano se ve salpicado por el escándalo –o más precisamente el director del IOR, Marcinkus– por haber proporcionado cartas de crédito para los préstamos.

Sin embargo, su director logra evadir la justicia sólo gracias a la extraterritorialidad de la que goza la Ciudad del Vaticano.

En tanto, Calvi –que escapó del país con un pasaporte falso– fue hallado poco tiempo después ahorcado bajo el puente Blackfriars en Londres. En sus bolsillos llevaba cinco kilos de piedras y ladrillos y US$11.700.

A pesar de que se presentaron cargos contra cinco personas, todos fueron absueltos después de un juicio.

El banco vaticano nunca admitió ninguna responsabilidad por el colapso del Ambrosiano. Pero una comisión conjunta entre la Santa Sede y el gobierno de Italia admitió una responsabilidad moral en la quiebra.

En 1984, el IOR otorgó una contribución voluntaria a los acreedores del Ambrosiano por US$406 millones.

Marcinkus murió en 2006 y siempre proclamó su inocencia. Su figura inspiró al personaje del arzobispo Gilday en la cinta "El Padrino III", de Francis Ford Coppola.

Consejo de vigilancia

Justo tras los escándalos del Ambrosiano, en 1989, el papa Juan Pablo II, modificó el estatuto que regía a la banca vaticana y dejó el control a un Consejo de Vigilancia conformado por cinco cardenales y un Consejo de Sobreintendencia compuesto por cinco laicos y un director general.

Todos responden directamente al papa. A su cabeza designa a Angelo Calota.

En 1993, el escándalo de corrupción política conocido como Tangentopolis en Italia y el suicidio de dos investigados: Gabriel Cagliari y Raul Gardini por el denominado caso Enimont, vuelve a poner los reflectores judiciales en las cuentas del banco vaticano.

Ambos, Cagliari y Gardini, tenían cuentas en el banco vaticano.

Sin embargo, como una entidad que no tiene sucursales en tierras italianas y protegida por el Concordato, el IOR sólo responde a solicitudes del Ministerio del Exterior, así que su explicación oficial fue que "el IOR no conocía el origen del dinero".

Transparencia

El último de los escrutinios al banco vaticano inicia en 2008 cuando el papa Benedicto XVI renovó la comisión cardenalicia y puso al frente a su colaborador más cercano, el secretario de Estado desde 2006, el cardenal Tarcisio Bertone —que sustituyó al cardenal Angelo Sodano.

En 2009, Ettore Gotti Tedeschi fue nombrado presidente del banco vaticano y apenas un año después, la justicia italiana abrió una investigación en contra de dos directivos de la entidad bancaria por violar las leyes italianas de lavado de dinero y llevaron a la policía a incautar US$30 millones en activos del Vaticano en septiembre de 2010.

Esa investigación volvió a poner a la entidad en el ojo del huracán. Desde 2007, las normas aprobadas obligan al banco a revelar la identidad de los autores de sus transacciones.

Tedeschi aseguró entonces que se trató de "un error de procedimiento" y que el banco no tiene "nada que esconder".

Sin embargo, la salida a la luz de los libros "Vaticano Spa" y el más reciente "Su Santidad" de Gianluigi Nuzzi y una serie de documentos revelados en los últimos meses –de otro escándalo conocido como VatiLeaks– confirmaron la serie de luchas internas en la institución financiera de la Santa Sede.

Se trata de los desacuerdos en la forma de concretar el cumplimiento de normas internacionales con la intención de que el Vaticano pueda figurar en una "lista blanca" de países que cumplen con normas de la transparencia y contra el lavado de dinero.

Sin embargo, la experta en asuntos del Vaticano, Alessandra Buzzetti insiste en que más allá de los desacuerdos, el problema está en las "fugas de información" que revelan "una incapacidad objetiva de gestión de parte de la Curia del Estado".

Por lo pronto, este jueves el Vaticano intentó poner fin a los escándalos con un inédito comunicado explicando la destitución de su director.


Los fondos "non sanctos" del banco del Vaticano

Acusaciones de lavado de dinero de empresas relacionadas con la mafia italiana

BBC World, 03/04/2012

La información salida en la prensa italiana de que el estadounidense JP Morgan cerraba su cuenta en el llamado banco del Vaticano por "dudas" acerca de la naturaleza de otros clientes de la institución reactivó las sospechas que tienen algunos sobre supuestas prácticas non sanctas de los banqueros católicos.

Según el periódico italiano especializado en finanzas, Il Sole 24, el pasado 15 de febrero JP Morgan envió una carta al Istituto per le Opere di Religione (IOR) –nombre oficial del banco vaticano– anunciándoles que cerrarían la cuenta de su filial de Milán el 30 de marzo.

La razón: supuestamente el IOR nunca aclaró a la institución estadounidense la naturaleza de los negocios de algunos clientes del banco vaticano y la potencial violación de normas internacional que previenen el lavado de dinero.

Recientemente el Departamento de Estado de EE.UU. incluyó al Vaticano en la lista de estados en lo que hay alguna preocupación sobre actividades de lavado de dinero que pudieran financiar actividades terroristas o del narcotráfico.

Esta conjunción podría significar un problema de imagen para la Santa Sede, sobre todo por la nunca bien aclarada actuación del IOR en la quiebra del Banco Ambrosiano en 1982, un episodio marcado por la misteriosa muerte de Roberto Calvi ("el banquero de Dios") quien apareció ahorcado en un céntrico puente de Londres.

El IOR fue fundado en 1942 por orden del Papa Pío XII para manejar las actividades financieras del Vaticano y algunas órdenes religiosas católicas con cierta garantía de discreción, aunque en los últimos años se ha abierto a otro tipo de clientes.

"Ha habido historias recientemente que algunos sacerdotes, sobre todo en el sur de Italia, han ayudado a empresas supuestamente relacionadas con la Mafia a abrir cuentas bajo nombres de terceros", dijo el corresponsal de BBC en Roma, David Willey.

En septiembre de 2010 el director del banco Ettore Tedeschi fue puesto bajo investigación por las autoridades financieras italianas por el supuesto lavado de dinero de unos US$50 millones, sobre las que el IOR no informó previamente como exige la ley.

Aunque el Vaticano se dijo "perplejo y asombrado" y expresó su confianza en Tedeschi, el episodio motivó una invitación a la agencia de supervisión de la Asociación Bancaria Internacional para establecer mecanismos de comunicación y control.

El periodista Jason Berry, autor de un libro titulado "La vida secreta del dinero en la iglesia católica", una investigación sobre las finanzas vaticanas asegura que hay "dudas razonables" sobre algunos negocios bancarios vaticanos.

"Desde hace años ha habido acusaciones y señalamientos de que el banco del Vaticano, IOR, sirve como paraíso impositivo para algunos de sus clientes, casi como si fuera un banco costa afuera" dijo Berry a la BBC.

En medio de esos señalamientos, la Santa Sede adoptó nuevas leyes para cumplir con los estándares internacionales y estableció una Autoridad de Información Financiera para vincularse con los organismos de monitoreo mundial.

Pero Perry desestima el impacto de las nuevas normas, ya que considera que "el hecho de que el banco nunca ha estado en los registros de los estados fiscales anuales del Estado Vaticano indica que ellos no quieren ese tipo de divulgación".

De acuerdo con lo publicado en la prensa italiana, JP Morgan pidió información al IOR sobre movimientos en una de sus cuentas que fueron considerados "extraños" por las autoridades financieras italianas, pero los banqueros vaticanos no habrían respondido satisfactoriamente por lo que decidió suspender sus negocios con el banco.

Ni el Vaticano ni la filial italiana de JP Morgan quisieron hacer comentarios a la BBC sobre este tema.

"El Vaticano tiene un culto al secreto. Es muy difícil hallar alguna información allí" dice David Willey explicando al mismo tiempo la política informativa de la Santa Sede y el celo con el que maneja sus temas financieros.

Recuerdos del Ambrosiano

No es la primera vez que el IOR se ve envuelto en polémicas sobre la corrección de sus manejos financieros.

En 1982, cuando colapsó el Banco Ambrosiano, el IOR, entonces su mayor accionista, estuvo bajo la mirada de los investigadores por los vínculos con la que era la principal institución financiera católica e italiana.

El escándalo del Ambrosiano se aderezó con varias muertes sospechosas, entre ellas la de su presidente, Roberto Calvi, quien el 17 de junio de 1982 apareció colgado del puente de Blackfriars, en el centro de Londres, en lo que la policía calificó originalmente como suicidio, aunque en 2007 un tribunal de Roma no pudo determinar la culpabilidad de cinco personas vinculadas a la mafia acusadas de matar al banquero.

Aunque durante la investigación de la quiebra del Ambrosiano el juez del caso citó a los directores del IOR por "grave responsabilidad" en el descalabró ninguno compareció, amparado en el estatus de inmunidad diplomática que les daba ser miembros del Vaticano.

El banco vaticano nunca reconoció responsabilidad y se creó una comisión de la iglesia y el estado italiano para aclarar el caso, pero no logró una conclusión unánime sobre la responsabilidad jurídica del IOR.

Sin embargo, se le adjudicó una responsabilidad "moral" que los banqueros vaticanos saldaron aportando voluntariamente unos US$406 millones al fondo de liquidación del Ambrosiano.