Honduras

Por primera vez en Honduras, desde la huelga de 1954, las organizaciones obreras conjuntamente con las organizaciones de carácter popular han unido esfuerzos para un Paro Nacional el 17 de abril

¡Viva el Paro Cívico Nacional!

Por Carlos Amaya Fúnez
El Trabajador Nº 67, abril 2008
Periódico del PST de Honduras

El hecho no es casual. Es la acumulación de factores objetivos y subjetivos que marcan importantes cambios en la actual situación de la lucha de clases en Honduras.

De un lado, un modelo agotado que desde hace 16 años se viene presentando como la solución a los problemas históricos de nuestro país y que no ha resuelto ninguna de las urgentes necesidades del pueblo; generando un millón de desplazados obligados a emigrar a Estados Unidos y provocando los mayores índices de delincuencia empezando por el narcotráfico y la corrupción profundamente enraizada en las instituciones del estado.

De otro, una deslegitimación de la democracia burguesa como mecanismo de convivencia social y resolución de conflictos, como consecuencia del saqueo apenas encubierto que realizan los grupos de poder económico de las finanzas del estado por intermedio de los políticos de los partidos tradicionales de la burguesía: liberal y nacional. En este contexto, en el cual el gobierno no da respuestas, las demandas y conflictos se han acumulado, generando un proceso permanente de luchas que se han ido centralizando en la Coordinadora Nacional de Resistencia Popular, que aparece como una organización popular combativa y democrática de carácter nacional.

La movilización en la capital, Tegucigalpa - Los trabajadores derriban vallas - Represión en la capital y otros puntos del país

Sin embargo, a este proceso le faltaba un componente fundamental: la clase obrera, que desde las duras derrotas de inicios de los 90 no había aparecido en las luchas populares con sus propias organizaciones y sus propios métodos de lucha.

La Coordinadora llama a la clase obrera

¿Qué es la CNRP?

La Coordinadora Nacional de Resistencia Popular (CNRP) nació en agosto del 2003 para aglutinar a diversas organizaciones unitarias regionales. Desde sus primeras luchas se destacó su carácter profundamente democrático y rápidamente se convirtió en una alternativa para las luchas populares. En el 2003, impulsó un cerco sobre la capital con miles de manifestantes. En el 2007, paralizó Honduras con 16 tomas de carreteras a lo largo y ancho del país.

El Encuentro Obrero Campesino y Popular realizado en San Pedro Sula el 1 de febrero, es un enorme paso para profundizar los espacios unitarios de lucha nacional incorporando a la clase obrera con sus organizaciones y sus propios métodos de lucha.

Además de la CNRP participaron como convocantes y se comprometieron a impulsar el Paro Cívico Nacional la Central General de Trabajadores, CGT, la Confederación Unitaria de Trabajadores de Honduras, CUTH, la Confederación de Trabajadores de Honduras, CTH, el Consejo Coordinador de Organizaciones Campesinas de Honduras, COCOCH, el Consejo Nacional Campesino, CNC, y la Federación de Organizaciones Magisteriales de Honduras, FOMH.

Esta confluencia abre la posibilidad de superar las debilidades de las movilizaciones realizadas hasta el día de hoy.

Por muy heroicas y combativas que fueron dichas movilizaciones y tomando en cuenta el avance que significó la centralización, la incorporación de la clase obrera con su principal arma: la huelga, es un salto cualitativo en la lucha contra el modelo neoliberal.

Se trata de valorar objetivamente el potencial que encierra la incorporación de los trabajadores como clase. No se trata de crear falsas ilusiones pensando que vamos a repetir la huelga del 54, hoy no están dadas las condiciones para una huelga de esa magnitud. Pero tampoco se trata de no ver el salto cualitativo que significa que los trabajadores empiecen, así sea tímidamente, a movilizarse y confiar nuevamente en su capacidad de lucha.

Quienes sostienen la necesidad de hacer acciones indefinidas para doblegar al gobierno, tienen razón, pero ese no es el problema actual. Ahora se trata de lograr incorporar a los trabajadores a la lucha de manera masiva, avanzando en la coordinación, disciplina, confianza en la propia fuerza. Es decir, se trata de generar un proceso de movilización permanente democráticamente organizada que permita pasar a acciones más contundentes, como única forma de derrotar el plan neoliberal. Es volver al Camino de Mayo, a la huelga general cómo método de lucha privilegiado retomando las enseñanzas del 54.

Las demandas unifican al movimiento popular

La falta de respuesta a las necesidades populares y la voluntad de lucha unitaria pueden medirse en el pliego de demandas presentado al gobierno.

Elaboradas desde las bases de la Coordinadora al calor de las luchas de los últimos años, las demandas unifican temas fundamentales como el salarial, el acceso a la tierra, la defensa del agua potable y los recursos naturales, el acceso a la educación y a la salud gratuita. Apareciendo como una alternativa global al plan acordado por el gobierno con los organismos financieros internacionales. Para lograr dichas demandas serán necesarias muchas jornadas de lucha ya que el gobierno no está dispuesto a dar marcha atrás así nomás.

Quienes plantean que el movimiento debe levantar demandas “que se puedan lograr ya” o que hay que centrarse en una sola exigencia, desconocen dos aspectos fundamentales: 1. la intransigencia de los gobiernos burgueses que no han resuelto ninguna de las demandas mientras se presentan aisladas; y 2. el proceso concreto por medio del cual se fue tejiendo el frente de lucha unitario más amplio nunca alcanzado en Honduras, basado en la solidaridad y el apoyo mutuo entre los luchadores.

Organizar y movilizar: los objetivos para el 17

La cuenta regresiva está en marcha. En varias ciudades, las organizaciones sindicales y populares están realizando asambleas y reuniones preparatorias para definir democráticamente la modalidad de lucha y las acciones a realizar el 17 de abril.

El Conversatorio Nacional de la CNRP realizado en Comayagua trazó lineamientos claros sobre los objetivos y las estrategias a seguir.

Se tata de profundizar el proceso de movilización unitaria del movimiento popular hondureño por los 12 puntos democráticamente acordados contra el gobierno neoliberal.

Ello implica socializar y sensibilizar la denuncia y las demandas populares incluidas en los 12 puntos del Encuentro; fortalecer los procesos de lucha unitaria contra las políticas neoliberales y privatizadoras aplicadas por los gobiernos liberales y nacionalistas, incorporando nuevas organizaciones a los espacios unitarios; incorporar nuevas modalidades de lucha que permitan la movilización de los diferentes sectores organizados, tomando en cuenta sus tradiciones y experiencias.

Las acciones pueden incluir: tomas de carreteras, puentes, centros de trabajo, paro de labores, brazos caídos, asambleas informativas, marchas y mítines.

Se deben tomar en cuenta todas las personas que apoyen el paro cívico incluyendo los que paren en sus centros de trabajo aunque no se movilicen en las calles, y los miembros de las comunidades que sirven de apoyo para las acciones callejeras.

¡No a las “misas negras”! Negociación transparente con los involucrados

Otro hecho sin precedentes del actual proceso de movilización, y que muestra su carácter profundamente democrático, es el hecho que el Encuentro desautorizó cualquier tipo de negociación con el gobierno que no fuera con los dirigentes de las organizaciones convocantes.

El Paro Cívico sólo lo puede suspender una nueva asamblea representativa y ante cualquier llamado del gobierno al diálogo la comisión debe incorporar organizaciones de base afines a las demandas a tratar, tal como lo realizó la Comisión incorporando estudiantes afectados por el cierre del SUED.

Todo está listo, ¡Viva el paro cívico!