Honduras

“Por primera vez, en las últimas luchas nacionales, la clase obrera participó, no masivamente, con sus propias organizaciones y sus propios métodos de lucha, sin diluirse en lo “popular”, y en algunos lugares se logró una importante y decisiva incorporación estudiantil”

Primeras evaluaciones sobre el paro cívico nacional

Por Carlos Amaya Fúnez
Partido Socialista de los Trabajadores, 25/04/08
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A pocos días de haberse realizado el primer Paro Cívico Nacional en Honduras, debemos hacer un balance del mismo tomando en cuenta lo realizado, las enseñanzas y las perspectivas que se abren a partir de esta experiencia inédita.

La tarea presenta dos dificultades: en primer lugar, hacer un balance objetivo de una lucha de carácter nacional donde todavía no tenemos datos concretos de todas las regiones y predominando la visión distorsionada que presentan los medios masivos de comunicación al servicio de la burguesía y de la política del gobierno; y en segundo lugar, creemos que este Paro marca un antes y un después en la lucha de clases en Honduras, lo que dificulta su estudio ya que no es lo mismo valorar hechos ocurridos en el pasado donde los procesos se decantan y es posible lograr mejores caracterizaciones, que hacerlo al calor de los propios acontecimientos. Sin embargo, la urgencia militante nos obliga a hacer este esfuerzo para poder definir políticas que den continuidad al proceso de movilización obrera y popular en Honduras.

La jornada

El gobierno con el apoyo de los grandes medios de comunicación de masas ha querido presentar el Paro Cívico como un fracaso. Para ello sostienen que hubo poca participación de manifestantes (encuesta de Wong Arévalo), que la policía garantizó el libre tránsito desalojando a los huelguistas y que los dirigentes rehuyeron el diálogo porque no tienen propuestas para hacer ya que el gobierno ha cumplido con sus promesas (Milton Jiménez).

La realidad es distinta. El 17 de abril Honduras amaneció militarizada, luego de una política de intimidación realizada los días anteriores cuando el gobierno mostraba los aprestos militares para reprimir al pueblo. Más de diez mil efectivos del ejército y la policía se habían tomado la capital y todos los principales puntos donde se iban a realizar acciones.

La primer toma se dio en Potrerillos, Cortes, antes de las 5 de la mañana, luego siguieron incorporándose lentamente El Progreso y otras regiones del país. Para las 9 de la mañana 27 tomas se reportaban en todo el país, superando las 16 tomas del 27 de agosto del año pasado. En algunos casos en regiones apartadas como el municipio de Morazán, Yoro, a la altura del puente Olomán, donde dos mil quinientas personas mantuvieron la toma hasta las dos de la tarde. En otros, como la capital, con tomas móviles como la llevada a cabo en las cercanías de la Universidad Pedagógica. Muchas instituciones públicas estaban paradas total o parcialmente: escuelas, colegios, universidades, hospitales y centros de salud, SANAA, ENEE. Varios parques industriales no abrieron (El Porvenir, El Progreso, Yoro, 8000 trabajadores).

En este contexto el gobierno buscó disolver la protesta. La represión estalló primero en Ceiba, a la altura del puente del Río Danto: gases, garrotes, corridas y detenidos. Los manifestantes no se rindieron y mantuvieron la toma. Dos veces más se repitió el intento policial sin éxito. Cientos de manifestantes se sumaban a la toma en la medida que se conocía sobre la represión. Finalmente la toma se suspendió a mediodía con una marcha hacia el centro de la ciudad donde en la sede policial se logró la libertad de unos detenidos.

El caso de Ceiba se repitió en Potrerillos. Inicialmente la policía logró despejar la carretera, pero la llegada de nuevos manifestantes procedentes de Villanueva permitió recuperar la toma, que intentó ser reprimida mediante gases, pero la resistencia decidida de los manifestantes hizo retroceder a la policía, finalizando la acción con una marcha a mediodía. El intento de detener compañeros fue impedido por el decidido enfrentamiento de la comunidad.

En El Progreso, el intento de tomar los dos puentes en La Democracia fue impedido inicialmente por la represión, la llegada de un contingente estudiantil fue gaseada pero con la llegada del segundo contingente se garantizó la toma pese a varios intentos de desalojar el puente. En La Guacamaya, la represión se dio después de haber concluido la toma del puente a mediodía, cuando los manifestantes se dirigían en marcha hacia otra aldea y fueron gaseados incluso en sus casas deteniéndose dos compañeros, lo que provocó la inmediata reacción de los manifestantes quienes se tomaron dos puentes de las comunidades vecinas y en El Progreso donde los manifestantes que se encontraban en Quebrada Seca y el Puente La Democracia se movilizacon inmediatamente hacia la policía exigiendo su liberación a las máximas autoridades policiales.

En Tegucigalpa la represión tuvo la misma característica, iniciada por la policía, no logró su objetivo y con la movilidad de los manifestantes se mantuvieron los bloqueos. Los detenidos fueron liberados en el transcurso de la tarde.

No tenemos mayores reportes de la violenta represión en Valle que dejó varios heridos y detenidos, sin lograr el desalojo de los manifestantes.

A media mañana el país estaba paralizado. No hubo clases en el sector público con la incorporación del magisterio al paro, y en el sector privado por prevención en la mayoría de los casos y en unos pocos en apoyo al paro (colegios religiosos de El Progreso). El tránsito de vehículos estaba reducido a su mínima expresión. La empresa privada reportaba mil millones en pérdidas.

El 27 de agosto del 2007, la CNRP realizó 16 tomas a nivel nacional. El 17 de abril, la CNRP conjuntamente con las centrales obreras CGT, CUTH, CTH, centrales campesinas, COCOCH y CNC, y el magisterio, FOMH; realizaron 27 acciones a nivel nacional debidamente planificadas acompañadas de paro de labores y marchas, en respaldo al pliego de Demandas de 12 puntos presentado al gobierno, en cumplimiento a los acuerdos del I ENCUENTRO del 1 de febrero. En particular merece destacarse la movilización de la CUTH a nivel nacional (muchos de sus sindicatos son miembros del Bloque Popular), la CGT en Tegucigalpa y la CTH en el norte.

Por primera vez, en las últimas luchas nacionales, la clase obrera participó, no masivamente, con sus propias organizaciones y sus propios métodos de lucha, sin diluirse en lo “popular”, y en algunos lugares se logró una importante y decisiva incorporación estudiantil.

Causas del éxito del paro

Es evidente que la movilización resultó exitosa. Se lograron superar las acciones del 27 de agosto mediante una clara planificación y definición de objetivos dirigida a lograr una lucha unitaria incorporando a la clase obrera con sus propios métodos de lucha. La CNRP está en la cúspide del movimiento popular, después del bajón del año 2006 y la mitad del 2007, es la vanguardia indiscutida y reconocida por las centrales obreras.

¿Cómo explicar este cambio? Se trata de comprender los mecanismos, métodos y políticas puestos en práctica y que garantizaron el éxito de este primer paro, sin caer en el sectarismo fácil.

El drástico cambio se debió a un cambio radical en la política de la CNRP desde el mes de junio del año 2007 que se consolidó con el Encuentro de Febrero del 2008, y que nos llevó de una política de vanguardia a una política de masas.

Ese cambio consistió en dos aspectos centrales relacionados con la política de la CNRP y un cambio en la estructura organizativa de la CNRP, apoyado en la democracia interna de los conversatorios.

1.- Centrar la política en las necesidades más sentidas de las masas obreras, campesinas y populares. Esto significó desplazar el eje de las demandas de la CNRP de planteamientos comunitarios ambientalistas a reivindicaciones obreras, campesinas, juveniles, y que van contra las privatizaciones, sin abandonar los planteos comunitarios ambientalistas. Esto significó un pliego de 12 puntos con casi 40 demandas en contra del criterio de quienes planteaban sólo “una demanda que se pueda lograr”.

2.- Proponer una acción de acuerdo con el nivel de conciencia de las masas: el paro cívico en oposición a la acción radical de un reducido grupo de vanguardia, política que se apoyaba en tres pilares: movilizaciones locales, mucho menos costosas que las clásicas movilizaciones a la capital y que permiten la incorporación masiva; diversas modalidades de lucha además de las tomas de carretera los paros de labores y las marchas según las posibilidades de cada sector; llamado a las centrales obreras, campesinas y magisteriales a incorporarse a partir del Encuentro.

3.- Fortalecer la conducción de la CNRP reemplazando la conducción asentada en una región que prepara el Conversatorio sin ninguna responsabilidad por una conducción colectiva con responsabilidad de todas las regiones que deben nombrar delegados.

4.- Apoyarse en la democracia directa y de base de los Conversatorios para fortalecer las políticas anteriores y llevar esta democracia al Encuentro de febrero.

Estas políticas se empezaron a implementar con la preparación de la jornada nacional de lucha del 27 de agosto pasado, y se consolidaron a partir del Conversatorio de Ceiba en noviembre. En ambos casos fue la APP de El Progreso dirigida por el PST quien propuso los cambios de política y orientación en acuerdo con diferentes sectores, en particular con el Bloque Popular de Tegucigalpa, San Pedro Sula y La Ceiba para el Paro Cívico.

Profundizar la línea de masas

De cara al Primero de Mayo próximo surge la pregunta sobre cuál debe ser la orientación.

Hay un sector envalentonado por la resistencia a la represión que plantea radicalizar acciones el Día del Trabajador. Eso significa realizar tomas el día feriado buscando golpear la economía, apoyándose en los sectores que resistieron el 17.

Otro sector donde destacan las organizaciones de El Progreso, plantea convertir el Primero de Mayo en un masivo referéndum que respalde el pliego de 12 puntos, la denuncia al gobierno y anticipe nuevos compromisos de lucha y acciones a corto plazo. Se trata de capitalizar la simpatía manifestada el 17 de abril y el descontento contra el gobierno, logrando el respaldo total del movimiento obrero organizado, incluido el que no sale, por diferentes razones, a la lucha.

Quedando en el corto plazo, la tarea de consolidar la unidad de acción avanzando en estructuras más permanentes alrededor de la CNRP y las centrales, y proponer nuevas jornadas a corto y mediano plazo buscando incorporar nuevos sectores.

Fotos de las movilizaciones

Inicio de las acciones en El Progreso, con la toma del puente de Quebrada Seca, con la participación del PST

Momento en el que se anuncia la libertad de los
detenidos por la presión popular.

Manifestantes exigiendo la libertad de los detenidos.

Sede policial en El Progreso.

Antimotines frente a la sede policial donde se exigió
la libertad de los detenidos en El Progreso.

Marcha al finalizar las tomas en El Progreso.

Columna estudiantil preparándose para marchar al puente
La Democracia dirigida por el Mov.  Juvenil Sin Cadenas.

Toma de un puente de La Democracia.

Contingente policial y militar en los puentes de
La Democracia en El Progreso.

Incorporación de los obreros de las maquilas a la toma de puente en Quebrada Seca