Honduras

El jefe de la OEA dijo entre ambas partes "hay intransigencia"

Tras dos días de negociaciones, sólo reina el pesimismo

Por Pablo Biffi
Corresponsal en Honduras
Clarín, 11/07/09

El nivel de pesimismo alrededor del diálogo entre las comisiones que representan al derrocado presidente de Honduras, Manuel Zelaya, y al gobierno de facto encabezado por Roberto Micheletti en Costa Rica lo explicó con brutal franqueza el canciller costarricense. Una vez que había finalizado, ayer, la segunda ronda de negociación, Bruno Stagno dijo que las posiciones entre las partes siguen siendo "antagónicas y con mucha intransigencia", pero añadió que lo importante es que se "mantiene el diálogo".

Si a casi dos semanas del golpe de Estado del 28 de junio y luego de dos días de negociación auspiciado por el presidente de Costa Rica, Oscar Arias –sin la presencia de Zelaya y Micheletti– lo único positivo que se puede anunciar es que el diálogo no se ha roto, es comprensible el pesimismo de la Organización de Estados Americanos (OEA).

Ayer, desde Washington, el secretario general de este organismo, José Miguel Insulza, dijo que "las cosas se habían puesto bastante más rígidas" y agregó que "hay intransigencia" en el proceso negociador. "Falta voluntad de discutir las cosas", aseguró el chileno, y lamentó que no hubiera "una cierta apertura" o que al menos se hubiera dejado como mínimo un marco de negociación.

Nadie se anima a hablar en público de "fracaso", pero tanto fuentes de la delegación de Zelaya y como de la de Micheletti dijeron a Clarín desde San José de Costa Rica que todo "estaba muy trabado y que tampoco se podía esperar que en dos días se solucione". Poco después, la delegación de Micheletti voló hacia esta capital.

Y públicamente, el presidente Arias dijo al término del cónclave de la tarde que "han acordado continuar con las conversaciones a la mayor brevedad posible" –aunque no explicaron cuándo serán los próóximos encuentros– y también a "no ponerle fin" a los diálogos entre ambas partes.

"Es demasiado poco viable que en una reunión se puedan resolver conflictos tan profundos como los que dividen a la familia hondureña", expresó Arias, ungido como mediador por la secretaria de Estado de los EE.UU., Hillary Clinton, el martes pasado y aceptado tanto por Zelaya como por Micheletti.

Arias criticó las declaraciones del presidente venezolano Hugo Chávez, al afirmar que los "acuerdos" que se logren en estas negociaciones "desmentirán sus afirmaciones", aunque se abstuvo de identificar al presidente venezolano.

"A quienes fustigan nuestras intenciones les digo que no seré yo ni los delegados quienes desmentirán sus afirmaciones, serán los acuerdos. Será la paz que volverá a Honduras", expresó el mandatario de Costa Rica.

Visiblemente molesto, Arias exigió ayer que "nos dejen a los centroamericanos resolver los problemas de los centroamericanos, tal como hicimos hace 22 años", en alusión a los acuerdos de Esquipulas, que condujeron a la pacificación de la región y que le valieron el Premio Nobel de la Paz en 1987.

Mientras Zelaya andaba de gira por Guatemala y República Dominicana –en donde fue recibido con honores de Estado por los presidentes Alvaro Colom y Leonel Fernández, respectivamente–, en Tegucigalpa un grupo de seguidores del derrocado jefe de Estado cortó durante seis horas la carretera que une esta capital con la ciudad de San Pedro Sula, el centro económico de este país de 7,5 millones de habitantes.

A unos 25 kilómetros del centro, no más de 500 manifestantes bloquearon con piedras y barricadas la ruta Panamericana, que une esta capital, en el centro sur del país con el norte, hacia Guatemala. En verdad, había más policías y militares sin atreverse a intervenir que seguidores de Zelaya.

"Aquí nos quedaremos hasta que vuelva Mel", dijo a Clarín un joven, con el rostro cubierto con un pañuelo.

Hacia el mediodía, la ruta de tres carrilles (dos hacia San Pedro y uno de regreso) tenía una fila de camiones –con patentes de toda Centroamérica– de unos diez kilómetros de largo. El jueves habían realizado un corte similar en la misma Panamericana, pero hacia el suroeste, en el trayecto que une a la capital, Tegucigalpa, con El Salvador y Nicaragua.

Pero a las dos de la tarde, y debido al pedido de muchas personas que habían quedado "atrapadas" en un embudo, con chicos y alimentos, los manifestantes decidieron levantar el corte. Pero prometieron volver a repetirlos cada día, pero en distintas carreteras del país.


Acuerdo queda más lejos que Costa Rica

Por Thelma Mejía
Inter Press Service, 10/07/09

Tegucigalpa.– La mediación del presidente de Costa Rica, Óscar Arias, para acercar posiciones entre el régimen que gobierna Honduras desde el 28 de junio y el depuesto presidente de este país, Manuel Zelaya, parece sumida en la incertidumbre, tras dos jornadas de conversaciones.

El presidente Arias dio por cerrada este viernes la primera ronda de contactos y sostuvo que anunciaría próximamente la fecha de futuros encuentros entre las partes. "Dejen a los centroamericanos resolver los problemas de los centroamericanos", sostuvo en aparente alusión a críticas formuladas a su gestión por el presidente de Venezuela, Hugo Chávez.

Zelaya y el presidente hondureño de facto Roberto Micheletti se negaron el jueves a sentarse frente a frente, se reunieron de forma separada con Arias, y dejaron sendas delegaciones encargadas de encontrar "puntos de agenda" para iniciar negociaciones que pongan fin a la crisis que vive Honduras, tras el golpe de Estado. Las delegaciones se retiraron este viernes.

La tensión caracterizó la primera ronda de acercamientos. Mientras Zelaya pedía castigo para "el traidor" Micheletti y una restitución inmediata en su cargo, el segundo se dedicó a insistir en que nadie está "por encima de la Constitución" y que "el diálogo queda instalado".

Al término de la reunión de tres horas con Arias, Micheletti se presentó el jueves a la prensa congregada fuera de la residencia del presidente costarricense, para leer un comunicado de cinco puntos en el que garantizó la realización del proceso electoral de noviembre para elegir nuevo gobierno, diputados, alcaldes y legisladores al Parlamento Centroamericano.

El gobernante de facto retornó la noche del jueves a Tegucigalpa. En sus primeras declaraciones Arias estimó difícil hablar de una negociación exitosa, pero "yo pienso que todo es relativo en la vida, se ha avanzado bastante", aseguró.

Arias pidió a los negociadores un "lenguaje respetuoso, cuidadoso, porque las heridas de una guerra verbal pueden ser tan dolorosas como las de una guerra de verdad".

Las conversaciones requieren ser muy "flexibles, para saber ceder, saber transigir", sostuvo Arias, ganador del premio Nobel de la Paz en 1987 por su papel negociador en los procesos de paz en América Central en esa década.

Es posible que el esfuerzo "tome más tiempo de lo que hubiéramos imaginado", agregó.

La intempestiva partida de Micheletti indica que "las cosas no pintaron bien", si se considera que Arias había pedido a sus visitantes una disponibilidad de "al menos dos días" en San José, dijeron analistas a IPS.

Los delegados de Zelaya son algunos de sus más cercanos colaboradores, como la canciller Patricia Rodas, en tanto los representantes del régimen están encabezados por el ex canciller y jurista Carlos López Contreras y la ex presidenta de la Corte Suprema de Justicia, Vilma Morales.

"Era previsible lo sucedido, el diálogo no va a ser fácil, y tanto Zelaya como Micheletti llegaron con posturas inflexibles, pero se debe evitar que este esfuerzo fracase", dijo a IPS Jaime Güell Bográn, especialista en política internacional.

"Si el diálogo fracasa, volvemos al principio: al caos y hacia un mayor aumento de ingobernabilidad en un país que de por sí hace tiempo se ha vuelto ingobernable", agregó.

Un posible retorno de Zelaya "debe estar condicionado porque aquí, al menos por ahora, no tiene con quien gobernar. Uno lo que ve es una gran presión internacional por imponerlo sin analizar a fondo las consecuencias internas en una país altamente polarizado", advirtió.

El parlamento y el Poder Judicial acusan a Zelaya de haber violado la Constitución al pretender convocar una consulta popular sobre la posibilidad de reformar la propia carta magna.

Los magistrados habían concluido que la iniciativa era ilegal porque sólo podía partir del Congreso Nacional o del Tribunal Supremo Electoral.

Pero Zelaya prosiguió con los planes de la consulta y, el mismo día en que estaba prevista su realización, militares lo sacaron de su residencia y lo subieron a un avión rumbo a Costa Rica.

El comisionado de los Derechos Humanos (ombudsman) Ramón Custodio, dijo a IPS que "un diálogo significa exponer, explicar, convencer y escuchar. Confiemos en que la etapa que inicia aquí con la mediación de Arias, sirva precisamente para eso, para escuchar. Hace tiempo que los hondureños hemos perdido esa capacidad".

Las negociaciones fueron acompañadas de protestas en contra de Micheletti en San José, y de marchas a favor y en contra de Zelaya en Honduras, así como de una jornada nacional de oración promovida por las iglesias evangélicas, a la que asistieron los máximos líderes políticos de este país.

Evelio Reyes, pastor de la principal congregación evangélica quien respaldó el golpe, dijo a IPS que el "primer paso que se ha dado es el principio de un panorama que no pinta nada bien, pero que es necesario para que el país vuelva a la calma y a la tranquilidad".

Desde el lunes, la dirigencia política y económica hondureña ha empezado a insinuar públicamente salidas a la crisis instalada con el golpe de Estado, que determinó un aislamiento internacional sin precedentes para este pequeño país centroamericano.

En el Congreso legislativo se baraja la posibilidad de otorgar una amnistía política a Zelaya, dentro de las condiciones que se impondrían a su potencial retorno al poder, y que podrían incluir también su renuncia a convocar una asamblea constituyente, una toma de distancia del gobierno de Chávez y cambios en su administración.

Pero este punto es el más resistido por los sectores golpistas y mantiene divididos a los bloques del centroderechista y gobernante Partido Liberal y del derechista Partido Nacional, las históricas fuerzas políticas que controlan el parlamento.

El jueves trascendió que al menos 10 parlamentarios se opusieron el domingo 28 a la investidura de Micheletti como presidente en el Congreso, cuatro de ellos del Partido Liberal, que fueron sustituidos por sus suplentes. Los restantes pertenecen al izquierdista Partido de Unificación Democrática.

El adelanto de las elecciones generales es otro escenario que se maneja, pero de momento ha sido descartado por el Tribunal Supremo Electoral, pues requiere reformas legales y logísticas sin tiempo suficiente para garantizar la transparencia del proceso.

Ante la polarización existente entre seguidores de Zelaya y Micheletti, se insinuó la posibilidad de una tercera vía, que consiste en colocar al frente del gobierno al presidente de la Corte Suprema, Jorge Alberto Rivera, para que conduzca el país hasta que sean investidas las nuevas autoridades elegidas en noviembre.

Para el analista político Matías Funes, "esta crisis es de tipo político y algún arreglo encontrarán, pero éste no debe pasar por más impunidad ni borrón y cuenta nueva, porque el ex presidente Zelaya y su administración tienen muchas cuentas que rendir por presunta corrupción ante la justicia, y eso, a mi juicio, es innegociable".


Esperanza y escepticismo caen sobre Arias

Por Thelma Mejía
Inter Press Service (IPS), 08/07/09

Tegucigalpa.– En medio de especulaciones de todo tipo sobre las posibles salidas a la crisis desatada en Honduras con el golpe de Estado cívico militar, el presidente costarricense Óscar Arias recibirá este jueves en su carácter de mediador al mandatario de facto Roberto Micheletti y al derrocado Manuel Zelaya.

La presencia de Arias, ganador del premio Nobel de la Paz en 1987 por su papel negociador en los procesos de paz en América Central en esa década, ha sido recibida con mucha expectativa entre sectores políticos, sociales y económicos de Honduras, que en principio no ven una solución rápida sino apenas el comienzo de conversaciones, que pueden durar más de lo previsto.

También el propio gobierno instalado tras el golpe de Estado, hoy aislado comercial y políticamente del mundo, aceptó de buen grado la mediación del mandatario de Costa Rica, surgida de las conversaciones sostenidas el martes en Washington entre Zelaya y la secretaria de Estado (canciller) de Estados Unidos, Hillary Rodham Clinton.

Micheletti y Zelaya se sentarán para "tirar las cartas sobre la mesa", dijo Clinton, en una entrevista ofrecida a un canal venezolano, reproducida este miércoles en los medios hondureños.

Clinton confió en que la intervención de Arias sirva para encontrar una solución a la crisis que permita el retorno de Zelaya a la presidencia de Honduras. No obstante, analistas políticos consultados por IPS anticipan que esa puerta de salida es difícil de encontrar.

Creen que el retorno de Zelaya pasaría por un condicionamiento muy grande, que van desde un reacomodo de su gabinete ministerial, distanciarse o enfriar las relaciones estrechas mantenidas con la administración venezolana de Hugo Chávez y, en especial renunciar a la consulta popular para convocar a una Asamblea Nacional Constituyente, que fue el pretexto utilizado para asaltar su casa en la madrugada del 28 de junio y ponerlo en pijamas en un avión hacia Costa Rica.

"Yo creo que no hay posibilidades de un arreglo en el corto plazo y lo que suceda mañana es sólo el inicio de una negociación que avizoro no puede pasar más allá del 28 de julio, cuando se cumpla el primer mes del golpe", manifestó a IPS un ex asesor político del gobierno derrocado que pidió el anonimato.

A su juicio, la vuelta de Zelaya, sin respaldo de los demás poderes del Estado y de los organismos de contralor, "lo veo como posible, pero difícil, y es ahí donde se va a centrar la negociación". "Quienes propiciaron el golpe no van a permitir que Zelaya regrese como si nada hubiese pasado", indicó.

Entre los reacomodos que Zelaya se vería obligado a efectuar, en caso de fructificar la negociación liderada por Arias, se encuentra la salida de escena de su canciller, Patricia Rodas, principal ideóloga de su gobierno, "quien es vista como una funcionaria pro Chávez, además que deberá existir un reacomodo en las relaciones cívico militares", agregó el experto consultado.

Para Jorge Illescas, político y analista social, la mediación que comenzará en San José es "un buen augurio, un respiro a la situación de crisis del país, se habla de darle al mandatario depuesto una especie de amnistía política, pero ello no le exonera de los delitos de lesa patria y corrupción que debe enfrentar".

"El ex mandatario puede venir y someterse a las leyes de Honduras y, si en el juicio aparece responsable, se le deducen las penas correspondientes; y si es inocente, igualmente", dijo a IPS.

Illescas es del criterio de que este jueves "no habrá humo blanco, es sólo un acercamiento para medir fuerzas y confiamos en que el presidente Arias pueda y le dejen jugar bien su papel de mediador, esperando que los primeros resultados no sirvan para generar más incertidumbre y confrontación".

Desde el lunes, la dirigencia política y económica hondureña ha empezado a insinuar públicamente salidas a la crisis instalada con el golpe de Estado, mientras Tegucigalpa vuelve lentamente a la normalidad.

Las protestas a favor y en contra de Zelaya siguen, pero sin incidentes. Los seguidores del mandatario depuesto abandonaron las céntricas calles capitalinas para dirigirse a los barrios más populares.

Marvin Ponce, diputado izquierdista en rebeldía que no piensa regresar al Congreso hasta que dejen regresar a Zelaya, dijo a IPS que se han replegado "a los barrios para que la gente despierte, que nos acompañe y, si mañana no hay luz blanca en Costa Rica y Arias no obtiene resultados, nos vamos a una resistencia prolongada de insurrección nacional".

El adelantamiento de las elecciones generales previstas para el 29 de noviembre es la primera solución que se maneja, luego de que el golpe contra la democracia dejó a Honduras fuera de la Organización de Estados Americanos y aislada internacionalmente con consecuencias insospechables aún.

Sin embargo, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) ha descartado por el momento esa opción. David Matamoros, uno de sus miembros, dijo a IPS que para adelantar los comicios "necesitamos que nos digan a más tardar esta semana para hacer los trámites del caso, que pasan por reforma a la ley orgánica y todo la organización logística".

"Si en ese lapso no hay una orden, difícilmente podremos cumplir, porque tenemos un calendario electoral que seguir y estamos empeñados en dar elecciones transparentes; de lo contrario, no nos podemos comprometer a garantizar la transparencia del proceso", acotó.

Otra posibilidad expresada por estos sectores es otorgar una especie de "amnistía política" a Zelaya, "negociando" las acusaciones que en su contra manejadas por la Fiscalía del Estado. Pero este punto es el más resistido por los sectores golpistas y mantiene dividida a las bancadas del centroderechista Partido Liberal y al derechista Partido Nacional, las históricas agrupaciones que controlan el parlamento.

El diputado Toribio Aguilera, del minoritario Partido de Innovación y Unidad Social Demócrata, también destacó sentirse "contento con la mediación de Arias, pero otorgar una amnistía total a Zelaya en los términos de borrón y cuenta nueva como piensan algunos, no lo vemos factible".

"Eso sería un golpe a la lucha de hacer respetar la ley que por primera vez se ha hecho en el país, y sería más bien dar un cheque en blanco a la impunidad y la corrupción", apuntó.

En los mismos términos se expresó la diputada izquierdista Doris Gutiérrez, quien dijo a IPS que, "si van a negociar a personas delincuentes, es un mal mensaje". "La corrupción no puede ser objeto de negociación" y en el gobierno de Zelaya "la corrupción fue muy alta", acotó.

Pero el legislador liberal Juan Ramón Miralda admitió que se ha hablado "de la amnistía, pero habrá que valorar como marchan las conversaciones en Costa Rica a fin de ver como ayudamos".

"Si tenemos que enderezar algo que hallamos hecho mal, pues hay que enderezarlo; la imagen del país está primero, pero de momento, son sólo especulaciones. Esperemos los resultados de la mediación", declaró Miralda a IPS.

El ex ombudsman de los derechos humanos, Leo Valladares, es del criterio que Honduras vive una situación bien compleja.

"Yo veo esto como una oportunidad para avanzar en democracia, hay que aprovechar el diálogo que se ha abierto y cualquier salida a la crisis debe ser ampliamente discutida y consultada, incluyente y no excluyente como han sido hasta ahora las cosas en Honduras", puntualizó.

Sin embargo, tanto Zelaya como Micheletti han anunciado que van a la reunión de este jueves en San José con posturas inflexibles. El primero pide su restitución sin condiciones y el segundo sostiene que eso "no es negociable".