Honduras

Esta nueva postura topará con el sector “duro” de los golpistas, prevé el Frente de Resistencia. Diálogo “interno” encaminado a convencer a la parte más recalcitrante del régimen de facto.

Micheletti, convencido de que la oferta de Arias es lo mejor

Zelaya pide a sus partidarios “arreciar la lucha”
porque “hay movimientos importantes”

Por Arturo Cano
Enviado a Honduras
La Jornada, 30/07/09

Tegucigalpa, 29 de julio.– Los golpistas aflojan. “El presidente Roberto Micheletti cree con toda firmeza que el Acuerdo de San José, del mediador Óscar Arias, presidente de Costa Rica, es el mejor camino para alcanzar el consenso en Honduras”, lee un vocero del gobierno de facto por la tarde.

Y el “mejor camino”, según el llamado Acuerdo de San José y también según ha reiterado el Premio Nobel Arias, incluye la restitución del presidente José Manuel Zelaya Rosales en su cargo.

Este día, Zelaya se comunica desde la frontera con Juan Barahona, dirigente de la resistencia, a quien le dice que hay “movimientos importantes” en el norte, al tiempo que le pide “arreciar la lucha”.

Horas más tarde, el gobierno de facto responde formalmente a un discurso de Arias, pronunciado esta mañana en el arranque de la reunión del Mecanismo de Diálogo y Concertación de Tuxtla, pero sobre todo a las presiones de Washington, donde los golpistas, pese a no ser reconocidos oficialmente han realizado negociaciones desde hace un mes.

La versión que corre en el Frente de Resistencia contra el Golpe de Estado es que Micheletti está dispuesto a ceder, pero se topa con la resistencia de los sectores “duros” del golpismo, entre los que se cuentan líderes civiles y empresariales agrupados en la Unión Cívica Democrática, que ha organizado las “marchas blancas” contra el retorno de Zelaya.

Pide a Enrique Iglesias

Por la mañana, Micheletti habla con Arias y le pide que solicite a Enrique Iglesias, ex director del Banco Interamericano de Desarrollo, visitar el país para conocer la versión del gobierno de facto y otros sectores.

Por la tarde, Micheletti hace pública la solicitud para que Arias “envíe una misión” a Honduras, con la finalidad de colaborar en “el inicio del diálogo en nuestro país”.

Ayer, este reportero fue testigo de cómo productores de televisión del Canal 5, propiedad del magnate Rafael Ferrari, pedían al líder campesino Rafael Alegría una entrevista sobre el “diálogo interno” necesario para salir de la crisis, pese a que nadie había hablado de tal fórmula.

Hoy, la petición cobra sentido en el comunicado de Micheletti: “Ha quedado muy claro que nuestros ciudadanos necesitan apoyar y ampliar el Acuerdo de San José con un diálogo en Honduras, es decir, un diálogo entre nuestro propio pueblo. Este diálogo, esta comunicación efectiva, debe incluir a todas las partes de la sociedad civil: iglesias, gremios, grupos estudiantiles, asociaciones de empresarios, medios de comunicación, sindicatos, universidades”.

Micheletti también explica que “los resultados del diálogo de San José serán articulados y promulgados por todos estos elementos de la sociedad civil, por lo cual deben ser alentados y animados a iniciar este diálogo hoy, inmediatamente”.

Sin embargo, hasta muy entrada la noche, los líderes de la resistencia no habían sido convocados a ese “diálogo entre nuestro propio pueblo”. Así que, al parecer, la presencia de un enviado de “alto nivel” y el “diálogo interno” estaría más bien encaminado a convencer a los sectores “duros” del golpismo que ni en broma quieren oír hablar de la restitución de Zelaya.

“No puede haber un diálogo nacional sin la reintegración del presidente Zelaya a su cargo”, dice el líder campesino Alegría, tras conocer el comunicado.

En una “primera lectura” del comunicado de Micheletti, Alegría ve un signo positivo, puesto que “el golpista siempre ponía por delante el no retorno del presidente, y hoy no lo hace”. Sin embargo, también alerta sobre la posibilidad de que el gobierno de facto “quiera meter al mediador en un diálogo de nunca acabar, trayendo a otro negociador para que los escuche y cuando les diga que Zelaya debe volver a la presidencia le respondan que no”.

El plan propuesto por Arias plantea la restitución de Zelaya, pero también que éste renunciaría a cualquier pretensión de insistir en una Asamblea Constituyente y a modificar el presupuesto recientemente aprobado por el Congreso. También incluye una “amnistía” para los “delitos políticos” cometidos en el golpe de Estado, que Zelaya ha rechazado, y cuya discusión pospuso hoy el Congreso totalmente dominado por los golpistas.

“El aumento de la presión internacional y las negociaciones en Washington parecen estar detrás de la decisión de los diputados, porque cuando quieren votan los acuerdos hasta sin discutirlos”, dice Alegría.

Entre esas negociaciones en Washington se encuentra el cabildeo de los militares hondureños, preocupados por las trabas que el golpe significa a la asistencia estadunidense. Según el diario argentino Clarín, por ejemplo, el borrador del comunicado en el que las fuerzas armadas hondureñas dan su respaldo al Acuerdo de San José fue redactado en Washington por un senador demócrata y dos jóvenes coroneles hondureños. De hecho, en el sitio web de las fuerzas armadas hondureñas, hay dos versiones del mismo documento, con la misma fecha, 24 de julio: en una, los militares dicen respaldar “las negociaciones que mediante el diálogo se están realizando en el ámbito internacional”; en la otra, mencionan explícitamente “un proceso de negociación en el contexto del Acuerdo de San José”.

Pero mientras un arreglo se triangula con Washington y San José, aquí las televisoras y la radio favorables al golpe mantienen el tono beligerante sobre el posible retorno de Zelaya e incluso se lanzan fuertes críticas al comunicado de las fuerzas armadas.

Esas posiciones las resume un columnista del diario El Heraldo, plenamente identificado con el golpe, que hoy escribe: “Esos miles de hondureños favorables al cambio constitucional, tampoco quieren oír nada de una restitución de Zelaya o tercería en la presidencia de la República –es decir ni Micheletti ni Zelaya– porque eso sería como admitir que hubo una equivocación de tipo jurídico que dañaría por generaciones la credibilidad de la institucionalidad del gobierno de Honduras sea cual sea su signo político, y piden a los poderes del Estado: Legislativo, Ejecutivo y Judicial, que rechacen amnistías, indultos, restituciones, adelanto de elecciones o cualquier otra disposición que altere el libre desarrollo de la institucionalidad constitucional en pleno funcionamiento y que los culpables de traición a la patria, abuso de poder y otros delitos contra el pueblo hondureño paguen su osadía y sobre ellos caiga todo el peso de la ley, tras un debido proceso”.

En esos miles de ciudadanos parece estar pensando Micheletti cuando pide ayuda para convencer a quienes lo llevaron al poder de que se llegará a “un consenso por medio del diálogo y a través del consejo del presidente Arias”.

Por la noche, el New York Times confirma que la llamada de Micheletti a Arias para expresarle su apoyo al plan de 12 punto incluye, según funcionarios del régimen de facto, la posibilidad del retorno de Zelaya.