La capital, un campo de batalla sin trinchera

Por Humberto Zapata
Desde Tegucigalpa en lucha Socialismo o Barbarie, 12/08/09
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	Estudiantes movilizados

El día de ayer las marchas desde varios sectores del país llegaron en horas de la mañana a la capital. Esto dio paso a una marcha muy grande, con características combativas e indignación, ya que en nuestro país los compañeros de las zonas rurales son muy aguerridos.

La cita de la de la convergencia fue en las cercanías de Casa de Gobierno. Esto genero un ambiente de tremenda tensión pero a su vez de mucho coraje combativo. La masa se desplazo a la trinchera de las luchas del magisterio, la Pedagógica.

La Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán era el cuartel general de la resistencia contra el golpe. Después de terminar la jornada de lucha los manifestantes nos dirigíamos a la UPNFM a comer, descansar y dormir para recuperar las energías y poder seguir en la resistencia.

Pero faltando una cuadra para llegar a la Universidad cuando los disparos comenzaron alcanzando a varios compañeros. Se desató entonces la rabia generalizada. El militar que disparó fue perseguido por manifestantes. El esbirro de los golpistas se subió a un autobús de la ruta urbana. Los compañeros trataron de bajar al militar, pero el conductor cerró las puertas. Un grupo respondió quemando el bus. El conductor del bus dice que quienes metieron fuego, son algunos reservistas, ex militares.

Como sea, este fue el inicio de una la férrea represión. Los manifestantes respondieron y la vanguardia estudiantil resistió hasta que un grupo de personas que no sabemos de donde salieron, le dieron fuego a un restaurante de comida rápida. Esto hizo más fuerte la represión.

La Universidad Pedagógica transformada en campo de guerra

La resistencia en la UPNFM duro más de tres horas. A los gorilas no les bastó con reprimir, golpear y violar los derechos de miles de hondureños. Después de ese lapso, los policías acompañados de militares tiraron una lluvia de bombas lacrimógenas y disparos de plomo contra los manifestantes. Entraron luego a la Universidad inundando de gases el campus y le cayeron a palos a todas las personas que estaban dentro.

Algunos pudimos salir y los vecinos nos dieron refugio en las casas de cerca de nuestra casa de estudios.

Esta noche no fue tranquila ni el día siguiente

El gorila Ramón Velásquez, vicepresidente del Congreso, recibe su merecido

En las colonias aledañas a la universidad hubo cateos y en esa actividad represiva cayeron dos compañeros estudiantes de la UPNFM. Hssta el día siguiente los compañeros no fueron liberados.

Esta mañana, miércoles 12, la resistencia volvió a tomar las instalaciones de la  UPNFM. Desde ese mismo punto salió una nutridísima marcha hasta los bajos del Congreso.

Estaba en ese lugar el secretario de facto del Congreso Nacional. En una actitud estúpida y provocativa salió de las oficinas del Congreso en medio de los manifestantes. Estos enardecidos lo recibieron con bolsas con agua, puntapiés y escupitajos.

Los militares nos respondieron de manera sumamente violenta. Golpearon a el que se les cruzaba enfrente, aunque no fuese manifestante. Los tiraban al piso y, ya sometidos, los golpeaban. A los que tuvieron menos suerte, los metían bajo las bancas de la plaza y los turturaban sin piedad. Esta represión la vivieron hasta los transeúntes que no tenían nada que ver con la resistencia.

La gente que detuvieron fue llevada  en camiones militares a diferentes estaciones policiales y a batallones militares. No tenemos el dato preciso de presos o desaparecidos que hay en este momento.

La Universidad Pedagógica reducida a campo de batalla, cárcel ilegal y centro de torturas

Después de estos eventos, centenares de heridos llegaron a nuestro cuartel general la UPNFM. Pero estando en este lugar, los militares irrumpieron de una manera muy rápida y no les dieron tiempo de reaccionar. Entraron más de 400 militares muy bien pertrechados.

Los gorilas ingresaron a las instalaciones con la venia de la rectora Lea Azucena Cruz. Estos mandaderos de los golpistas ingresaron haciendo disparos y golpeando a los heridos. Ni las señoras de la limpieza (una empresa privada se encarga de esta tarea) se salvaron de tan salvaje represión.

El clima era enormemente tensó saturado de gases lacrimógenos disparos por doquier. Varios docentes quedaron atrapados en los edificios administrativos y varios compañeros fueron tomados presos en el aula magna de la universidad y se presume que están torturando a los manifestantes.

Escribo este informe con impotencia y rabia de clase. En estos momentos no estoy en mi casa. Estoy refugiado en un lugar cercano a la UPNFM. Son las 7:35 de la noche. Se está jugando el partido de la selección de Honduras versus Costa Rica. Mientras ese circo se lleva acabo en la ciudad de San Pedro Sula, escuchamos a la distancia los gritos de nuestros compañeros prisioneros que están siendo golpeados. Hay también muchos detenidos en los batallones militares. Eso también nos recuerda la década de los desaparecidos.

Hay centenares heridos, pero según la TV no importa: le estamos ganado a Costa Rica.

“Pueden matar a unos pero volverán hechos miles”

“Juramos vencer y venceremos…”