Honduras

2° informe desde algún lugar de Honduras

Roberto Sáenz, 22 de septiembre de 2009, 15:00 horas

Los fascistas juegan la carta represiva

Hay que organizarse desde las barriadas populares para
preparar la huelga general

Hace falta una gran jornada continental de lucha

La mañana en Honduras amaneció hoy con una extensión del toque de queda al menos por todo el día (y en el momento que re-escribimos este informe, lo más probable es que siga por toda la noche transformándose en un Estado de sitio en los hechos). Esta medida se anunció por cadena nacional a altas horas de la noche de ayer lunes 21 y se pudo ver el inmenso repudio popular por el llamado de los oyentes a los canales de TV expresando su odio a los golpistas. Claro: esto no quita que el toque de queda se esté respetando, por el obvio temor a ser detenido por el ejército y la policía.

Al mismo tiempo, en la madrugada de hoy en Tegucigalpa, los gorilas organizaron un amplísimo operativo represivo en torno a la embajada de Brasil (donde está refugiado Zelaya) para desalojar a los miles y miles de trabajadores, estudiantes y vecinos que se habían agolpado para pasar la noche en vigilia. Decenas de compañeros fueron heridos, hay muchísimos detenidos y se habla de uno o dos compañeros asesinados. Y a estas horas se está hablando de la posibilidad de que por la noche, en medio de un apagón nacional, el ejército intente allanar la embajada y detener a Zelaya. No hace falta decir el salto represivo que significaría esta medida. 

El zarpazo represivo de un fascismo en minoría

¿Qué significan estos hechos? Es obvio: se trata de un zarpazo represivo. Es que el gobierno de Micheletti, sintiéndose acorralado y apoyado en las FFAA, salió a jugar la carta de la represión frente al retorno inesperado de Mel Zelaya.

Es decir, no parece dispuesto a retroceder aceptando una salida negociada con Mel Zelaya. Esto mismo es lo que se expresa en el cierre de todos los aeropuertos, dispuesto también en horas de la madrugada de hoy 22 de septiembre. Esto tiene el objetivo el impedir la llegada de alguna misión del exterior (sea Miguel Insulza de la OEA, u Oscar Arias presidente de Costa Rica) que los fuerce a una negociación.

Por el contrario, se ve que los gorilas pretenden seguir adelante con su plan de mantenerse en el poder cueste lo que cueste, realizando unas fraudulentas elecciones del próximo 28 de noviembre como si nada pasara en el país, y cómo si tampoco de nada valieran las repercusiones internacionales que la nueva coyuntura abierta con el retorno de Zelaya han planteado.

Sin embargo, estos hechos ocurren en una circunstancia particular: lo que se evidencia en el país es que los golpistas han quedado claramente en minoría.

Esto es visible no solo en las opiniones de la mayoría de la población sino en el hecho de que el cerco mediático de las radios y canales de televisión –tan importante en los primeros meses del golpe- parece estar cediendo, dado que si bien los medios siguen en una posición “centrista”, ahora están informando sobre los acontecimientos. Su mensaje es el siguiente: un llamado al “diálogo nacional” entre las partes.

También parece ser un hecho que comienza a haber divisiones. No aún en las FFAA (si no Micheletti hubiera caído), pero sí en fracciones burguesas y entre los políticos. Así, en un programa de TV bien temprano esta mañana, se pudo escuchar tanto a Porfirio Lobo como a Elvin Santos (los dos principales candidatos presidenciales del bipartidismo burgués) planteando que el régimen no podía “encerrarse en sí mismo”, que no podía seguir de espaldas a los “organismos internacionales” y que era hora que se “inicie un diálogo sincero entre ambas partes...”

Los festejos del 15 de septiembre

¿Cuál es el trasfondo de estos hechos? El hecho que marcamos en nuestro informe del día de ayer: que en los festejos del día 15 de septiembre (aniversario de la independencia de Centroamérica) se evidenció que los golpistas habían quedado claramente en minoría en la opinión pública. Y, también, que la resistencia estaba claramente en ascenso, a pesar de que desde hace varias semanas no venía haciendo acciones espectaculares por así decirlo.

Cómo señalábamos en dicho informe, la cuestión es que el Frente Nacional de Resistencia Popular, lejos de haberse debilitado, se ha extendido nacionalmente, adquiriendo un imponente carácter de masas, más allá de todas las desigualdades del caso.[1]

Es en estas condiciones que se produce el redoble de la carta represiva por parte de los gorilas. Es decir, en condiciones de una situación cada vez más minoritaria, cuando comienzan a producirse divisiones en las alturas y con un altísimo aislamiento internacional. En esa situación, a Micheletti y las FFAA no parece quedarles otra carta que mostrar su control represivo del país.

Claro que esto es sumamente peligroso... pero no sólo para los de abajo, sino también para los de arriba. De ahí la multiplicación de sectores que están llamando al “dialogo”. Es peligroso, obviamente, para la heroica resistencia, por la realidad de que la represión está pegando en un salto en calidad. Pero es peligroso también para los gorilas y la clase dominante hondureña ante la eventualidad que la respuesta de masas pegue también un salto y vaya mucho más allá de los objetivos puramente antigolpistas de Mel Zelaya, que desde que llegó a la embajada del Brasil sólo ha tenido palabras para el “diálogo” y la “pacificación nacional”, insinuando una salida que incluiría la impunidad y amnistía para los fascistas asesinos entre otros muchos puntos conciliadores.

Resistir desde los barrios populares

En el contexto que estamos señalando, hay que precisar qué debe hacer a estas horas la resistencia. Las FFAA tienen el control de las calles. Los compañeros han sido violentamente desalojados de la puerta de la embajada del Brasil y se anuncian al menos uno o dos compañeros muertos. Ayer todo era algarabía y hoy todo es desconcierto. Pero no se trata de una ni otra cosa: ni ayer estaban derrotados los golpistas, ni hoy lo está la resistencia de masas que se ha extendido a lo largo y ancho del país en más de 80 días de heroica e histórica lucha.

De lo que se trata es de determinar qué hacer a estas horas. De parte de los compañeros del PST y de la corriente SoB Internacional, creemos que hay que organizar en estos momentos la resistencia desde las barriadas populares.

No se trata de salir a tientas y locas a las calles; hay que organizar los barrios obreros y populares y defender, además, los medios de comunicación antigolpistas, para que los fascistas no logren nuevamente imponer el silencio informativo.

Creemos que a partir de “atrincherarse” en estas horas en los barrios, hay que ir construyendo una verdadera huelga general: una vez que se derrote el Estado de sitio hay que parar y tomar los lugares de trabajo y estudio, imponiendo una huelga general y una movilización de masas que termine por barrer a los golpistas.

Llamado internacional

Por último, desde las tierras “catrachas” hacemos un llamado: de una buena vez hay que poner en marcha una movilización continental de masas.

En Honduras hay un golpe de estado que está matando al pueblo y no puede ser que los explotados y oprimidos de Latinoamérica permanezcan pasivos por culpa de sus direcciones.

Hay que encontrar la manera de sacar a las calles en todos los países a decenas de miles, a cientos de miles. Porque esa es la manera de hacer valer el apoyo internacional sin confiar en unas “negociaciones” en las alturas que hasta ahora no han servido para otra cosa que para que los golpistas sigan en el poder. 

• Viva la heroica resistencia del pueblo hondureño.

• Construir la huelga general desde los barrios populares.

• Alto a la represión, basta de Estado de sitio.

• Abajo Micheletti y todas las instituciones golpistas.

• Asamblea Nacional Constituyente.

• Gobierno provisional del Frente Nacional de Resistencia Popular.

• Jornada continental antifascista ya.


1.- Uno de los graves problemas de la misma es que su dirección melista (consolidada en estos meses) subordinó siempre la resistencia a las decisiones de Mel Zelaya y sus negociaciones en las alturas.