Cuba

Dificultades para el 2010

Página 12, 21/12/09

El gobierno había pronosticado inicialmente un crecimiento en el PIB del 6 por ciento, aunque en vista de la crisis económica redujo las previsiones hasta el 1,7 por ciento. Se prevén dificultades para el año entrante.

Cuba registró un moderado crecimiento económico de 1,4 por ciento en 2009 pese a la caída en algunas fuentes de ingresos principales como la exportación de níquel y el turismo, a causa de la crisis económica mundial. La isla enfrenta una crisis de liquidez que augura una situación difícil en 2010, según el balance del gobierno en la sesión del Parlamento que encabezó el presidente Raúl Castro.

El menor de los Castro trazó con los diputados en la segunda sesión anual parlamentaria una estrategia bajo la meta de un crecimiento del 1,9 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) para 2010, considerado “discreto” por el titular de Economía, Marino Murillo. Al rendir su informe, el ministro reconoció “una marcada desaceleración en el flujo de ingresos de divisas en 2009, lo que llevó a incumplir pagos de deudas a proveedores y a dificultades para acceder a fuentes de financiamiento”.

En 2009, las inversiones disminuyeron un 16 por ciento, las exportaciones de bienes y servicios decrecieron un 22,9 por ciento y las importaciones en 37,4 por ciento, en tanto crecieron la agricultura un 4,5 por ciento, el transporte 4,6 por ciento, los servicios 4 por ciento y la industria 2 por ciento, precisó. Según el ministro, la bajada del precio internacional del níquel, principal producto de exportación, tuvo un impacto negativo para la economía, pues se esperaba venderlo este año a 12.000 dólares la tonelada pero el precio fue de 10.000 dólares, en tanto que hubo una importante reducción –que no precisó– en ingresos por turismo (2300 millones en 2008).

“Los compromisos financieros existentes determinan que la situación será muy tensa, por lo que se han iniciado negociaciones para la reprogramación de la deuda con algunos países y proveedores a los efectos de garantizar los pagos en condiciones más favorables”, dijo Murillo.

Al destacar que “el problema más inmediato” que enfrenta el país es la falta de divisas, anunció que se dará prioridad de financiamiento a sectores que generan ingresos externos como la exportaciones de níquel, ron y tabaco, el turismo, las biotecnologías y las telecomunicaciones.

“El factor incertidumbre continúa presente, en especial la obtención de financiamiento externo, que de no lograrse habrá que revisar la meta de crecimiento para 2010”, advirtió.

El ministro señaló como indispensable “no incurrir en gastos de divisas por un monto superior al de los ingresos”, limitar las nuevas inversiones a las que generan ingresos en divisas en el corto plazo y sustituyan importaciones”. “Dar prioridad a la producción que genere ingresos por exportaciones y reducir los gastos en esfera social, pues la economía no soporta sus cuantiosos costos”, añadió el funcionario.

Ante la crisis, el gobierno cubano también dispuso en 2009 recortes en el presupuesto, reducciones drásticas del consumo de energía y merma de los alimentos subsidiados (libreta de abastecimiento) para la población, de 11,2 millones de habitantes.

La productividad del trabajo decreció un 1,1 por ciento, aunque el gobierno aplicó medidas para impulsar el rendimiento laboral, pero persiste un desestímulo porque el salario medio –que creció 2,2 por ciento– es de 18 dólares al mes, unido al arrastre del paternalismo estatal.

El gobierno había pronosticado inicialmente un crecimiento en el PIB del 6 por ciento, aunque en vista de la crisis económica redujo las previsiones en dos ocasiones, hasta el 1,7 por ciento, tres décimas por encima del resultado obtenido. El de 2009 –el más bajo en los últimos siete años– se debió al impacto de la crisis internacional, los daños de los huracanes que dejaron pérdidas por 10.000 millones de dólares y al embargo de Estados Unidos, según argumentó Murillo. “Es necesario trabajar con intensidad y disciplina para lograr potenciar al máximo reservas de eficiencia por cuanto se prevé que las condiciones externas seguirán siendo muy difíciles”, concluyó el ministro.

Como en años anteriores, en la mesa presidencial se mantuvo vacío el sillón del líder comunista Fidel Castro, de 83 años, quien delegó el mando a su hermano al enfermar en julio de 2006, aunque sigue siendo primer secretario del gobernante Partido Comunista, el cargo más importante en un sistema comunista.