Panamá

Huelga bananera en Panamá

Ejemplo de lucha obrera

Por Claribel Sánchez
Prensa Socialista Nº 103, agosto 2010

Al inicio del segundo semestre del presente año, el gobierno de Panamá liderado por Ricardo Martinelli, decidió concretar su discurso abiertamente neoliberal y reaccionario de campaña, en el cual prometía actuar con “mano dura”, en esta ocasión ha cumplido su promesa arremetiendo de manera brutal sobre el pueblo trabajador panameño, especialmente, contra las y los trabajadores del sector bananero del país, ubicado en la provincia de Bocas del Toro, región históricamente caracterizada por la proletarización de la población indígena, situación que ha garantizando la existencia de mano de obra barata, y por tanto, la permanencia de las compañías bananeras transnacionales, como lo es la Boca Fruit Company.

Martinelli y su Asamblea Nacional de Diputados, en su ardua labor de atropello de la clase obrera bananera, procedió a la discusión y la aprobación mediante sesiones extraordinarias de la “Ley 30” ó “Ley de aviación comercial”, la cual contenía como requisito para su aplicación la reforma de tres códigos, entre ellos el código de trabajo y unas seis leyes de carácter nacional, de esta forma la “Ley 30” ó “Ley Chorizo” como es conocida por el pueblo de Panamá, tiene como propósito fundamental la eliminación de los más esenciales derechos de la clase trabajadora, entre ellos, su derecho a la huelga y su derecho a la sindicalización.

Representando un claro ataque contra las y los trabajadores panameños y sus derechos laborales, así como el claro deseo de desmoronamiento de las organizaciones sindicales, tomando en consideración que la “Ley 30”, impide de plano la cuota sindical, la cual fue pactada por la Mesa de Negociaciones de los sindicatos de trabajadores bananeros, y aprobado en Asambleas Generales de Trabajadores, las cuales dieron el aval democrático para que su cuota sindical fuese deducida de su salario. Asimismo y como método paralelo a la intención del gobierno de eliminar la organización obrera, la Ley otorga el derecho de impunidad a los agentes policiales, quedando la policía con libre autorización de reprimir y asesinar, teniendo como comodín, su seguridad jurídica garantizada, esto, como forma de amedrentar cualquier intención de lucha del pueblo trabajador.

No obstante, a pesar de los zarpazos del gobierno contra la clase obrera, la respuesta de la misma no se hizo esperar, las y los trabajadores panameños los cuales han demostrado su ímpetu de lucha, iniciaron de inmediato un fuerte y amplio movimiento de resistencia, mediante los métodos revolucionarios característicos de una verdadera lucha obrera; con cortes de ruta, paros indefinidos y la huelga general, las y los obreros bananeros han enfrentado al gobierno de Martinelli y sus claras políticas neoliberales.

Así, en la provincia de Bocas del Toro, cerca de 5000 trabajadores bananeros afiliados a Convergencia Sindical y a la Confederación de Trabajadores de la República de Panamá con el apoyo de organizaciones populares y de la sociedad civil, así como el incondicional apoyo del Sindicato Único de Trabajadores de la Construcción (SUNTRACS), quienes hecho manifiesto mediante su lucha constante la necesidad e importancia de la unidad de la clase obrera, se manifestaron el pasado 8 de julio, día que inició una huelga que se prolongaría por 11 días más, en contra de la eliminación de las cuotas sindicales, su derecho a huelga, la restricción de su libertad sindical así como en oposición a la penalización con cárcel de la protesta social y sindical.

Sin embargo, las amenazas del gobierno derechista de Martinelli tampoco tardaron en concretarse, el resultado, una brutal represión por parte de la fuerzas policiales de Bocas del Toro, reforzadas hasta los dientes con cientos de efectivos traídos de varias provincias más y enlistados en el Servicio Nacional de Fronteras (SENAFRON). A garrote y con gases lacrimógenos, dio inicio la horda de violencia liderada por la policía bajo órdenes de su director Gustavo Perez y del Ministro de Seguridad Pública, Jose Raúl Mulino, no obstante la cantidad exorbitante de heridos los cuales rondaban los 150, más dos asesinados, no fue suficiente para saciar a “Don Ricardo Martinelli”, por lo que en contra de cualquier tipo de derecho humano y violando los convenios internacionales, la policía “decidió calmar los ánimos” disparando perdigones a las caras de las y los manifestantes.

En medio del peor escenario de represión, el gobierno por medio el Ministerio Público, desató la ya esperada ola de persecución sindical, ordenando el arresto de cerca de 20 dirigentes sindicales, entre ellos Jaime Caballero, Secretario General de SUNTRACS, así, hasta el momento la cifra de detenidos llegó a sobrepasar los 20, llegando a más de 300, contemplando los arrestados después del Encuentro Nacional de Dirigentes Populares, Sindicales y Gremiales, llevado a 10 de julio. A pesar de los arrestos políticos por parte de la policía y la intención de sabotaje, este Encuentro logró la convocatoria a una huelga el martes 13 de julio, la cual en conjunto con las movilizaciones populares y obreras de todo el país demandaron la liberación de las y los trabajadores encarcelados así como la impugnación de los asesinatos cometidos por parte del gobierno, logrando la liberación de la mayoría.

Ante la actual situación, la cual puede representar un estallido político mayor en Panamá, el gobierno represor de Martinelli ha llamado al dialogo a las organizaciones y sindicatos obreros, en un afán insostenible por desarticular la lucha valiéndose de la negociación con sectores sindicales burocráticos, como forma para cooptar la lucha, tal parece que gracias a la represión y el miedo sembrado por el gobierno, ya se está gestionando una “solución al conflicto” a través de la supuesta negociación, la cual algunas burocracias sindicales aceptaron.

Desde el Partido Socialista de las y los Trabajadores, reivindicamos la lucha de las y los obreros bananeros, y repudiamos la supuesta “comisión de dialogo” si no se deroga la “Ley 30” en su totalidad, la cual no es más que un método para reventar la tradición de lucha que ha tenido en los últimos años el pueblo trabajador panameño, quien ha interpuesto la lucha callejera como método revolucionario para exigir el derecho al trabajo y salarios de calidad, como sucedió en el 2008 con la lucha emprendida por los trabajadores de la construcción y apoyado por su sindical, SUNTRACS.

Por lo que aplaudimos la aún persistente resistencia obrera y popular de quienes por el contrario de algunas dela burocracias sindicales y sectores entreguistas se han mantenido en pie de lucha, exigiendo se de respuesta a un pliego de demandas presentado durante la huelga del día 13 de julio, donde se exige la derogatoria de la “Ley 30”, el juicio y la condena de los responsables de los asesinatos y heridos políticos de la represión del 8 de julio, cese la persecución sindical y se libere de inmediato al compañero trabajador y líder sindical Jaime Caballero, el cual sigue aún como preso político.

Enfatizamos en la necesidad de articular un espacio de unidad sindical y obrera, que funcione como instancia centralizadora de la lucha de las y los trabajadores, cuyo método sea la Asamblea General y la democracia obrera.

• ¡Por el derecho a la huelga y la sindicalización!

• ¡Abajo la Ley 30 y el gobierno de Martinelli!