Nicaragua

Entrevista a Franklin Baltodano, miembro del Círculo Proletario de Nicaragua

“El conflicto del río San Juan es la manera perversa que tienen
las burguesías para administrar sus crisis bajo el pretexto
de defender la soberanía nacional”

Prensa Socialista, 23/05/11

Como parte de la proyección política y constructiva de la Corriente Internacional Socialismo o Barbarie, desde hace unos meses sostenemos conversaciones con los compañeros del Círculo Proletario de Nicaragua. Aprovechando este marco de intercambios políticos, Prensa Socialista (PS) le realizó una entrevista al compañero Franklin Baltodano, al respecto de la situación política y del movimiento sindical en  Nicaragua luego del triunfo de Daniel Ortega y el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) en 2006.

Prensa Socialista (PS): El triunfo de Daniel Ortega en las elecciones del 2006 generó muchas expectativas entre sectores de la izquierda latinoamericana y centroamericana, al respecto de un cambio social en Nicaragua. Tras varios años de gobierno del FSLN ¿cómo caracterizan la situación social de Nicaragua? ¿Cambió el rumbo general del país con respecto al gobierno de Alemán o Bolaños?

Franklin Baltodano (FB): Las expectativas entre los sectores oprimidos y explotados de Nicaragua ante el triunfo de Ortega eran pocas, pues la mayoría de quienes vivieron el primer gobierno sandinista de los 80 recuerdan los “tragos amargos” de ese momento bajo la justificación de la agresión de los Estados Unidos, mientras que la cúpula del FSLN y los sectores burgueses que se quedaron en el país vivieron con gran lujo. Además, hay que recordar que esa cúpula se quedó con mansiones confiscadas al final de su gobierno en 1990.

Prueba de esto, el porcentaje de votación de un 38% con que triunfó Ortega en las elecciones del 2006, un 4% menos que en el 2002, cuando obtuvo una votación del 42%. Los votantes de Ortega fueron la base organizada del FSLN, quienes de una u otra forma se beneficiaron con la piñata del 90, pero fuera de este sector el FSLN no ganó simpatía entre los sectores populares y proletarios que no han estado ligados al aparato del “orteguismo”. Tal vez en el exterior se tuvo una imagen distorsionada, pero aquí fuera de su base, nadie se hizo expectativas favorables.  Y tras varios años de gobierno de Ortega y del FSLN el balance es negativo, pues este gobierno sigue al pie de la letra los dictados neoliberales del FMI y el Banco Mundial para el país. 

Además, es claro cómo se ha conformado una “nueva elite gobernante” a partir de la burguesía sandinista, la cual hizo fortuna con la piñata del 90 y ahora se fortalece con los recursos del Estado, dado que sus empresas figuran entre los principales proveedores y se adjudican contratos millonarios en licitaciones de obra pública.

PS: En un reciente paso por Nicaragua, observamos muchas vallas publicitarias del gobierno donde señalaban que Nicaragua era "solidaria, socialista y cristiana". ¿Qué valoración hacen al respecto de esto? ¿Hay algo de verdadero en este slogan del gobierno o, por el contrario, es una ficción?

FB: Este slogan es pura demagogia y provoca repudio y rechazo al socialismo entre los trabajadores y oprimidos de Nicaragua, ya que si el Gobierno de Ortega es socialista, los trabajadores están en contra de esto. Este tipo de propaganda genera más anticomunismo entre los proletarios porque identifican el socialismo directamente con Ortega, quien los mantiene oprimidos, reprimidos y en la miseria.

PS: ¿Cuál es la situación actual del movimiento obrero, sindical y popular en Nicaragua? ¿Hay independencia de las organizaciones sindicales al respecto del gobierno sandinista?

FB: El Sandinismo ha tratado por todos los medios de someter a la mayoría de las organizaciones sindicales bajo su mandato. Cuando hay un movimiento de los trabajadores independiente que intenta levantarse en protesta, son inmediatamente reprimidos por sus fuerzas de choque y con la policía, incluso al recurrir a procedimientos judiciales. Este fue el caso de los trabajadores de ENACAL (Empresa Nicaragüense de Acueductos y Alcantarillados), quienes fueron inicialmente procesados bajos los cargos de “conspiración” y “amotinamiento” tan solo por reclamar el derecho a continuar trabajando, ya que se les estaba despidiendo. El FSLN, aunque no hay un conflicto bélico en curso, construyó nuevamente un sistema de espionaje y de control de manera totalitaria al estilo estalinista.

PS: ¿Qué valoración hacen desde su organización del conflicto entre los Gobiernos de Costa Rica y Nicaragua sobre el dragado del río San Juan?

FB: El conflicto del río San Juan es la manera perversa que tienen las burguesías para administrar sus crisis bajo el pretexto de defender la soberanía nacional, ya que ambos tienen graves crisis económicas y buscan distraer a la inmensa masa de proletarios al inventar un conflicto artificial.

Ortega quiere capitalizar este conflicto para su reelección, mientras que Chinchilla lo hace para desarrollar una xenofobia y hacer creer al proletariado en Costa Rica que la culpa de su miseria es responsabilidad de los trabajadores nicaragüenses que migran para trabajar. Así, ambos Gobiernos pretenden impedir que el proletariado centroamericano despierte y tome conciencia que el culpable de la enorme crisis que padece es el capitalismo.