Costa Rica

En una nueva coyuntura de reactivación de las luchas sociales:

¡Hay que impulsar una campaña nacional
de solidaridad con la huelga bananera y por
la unidad de las luchas en curso!

Partido Socialista de las y los Trabajadores (PST)
24 de noviembre de 2011

Durante los últimos días, se están desarrollando una serie de conflictos laborales, comunales y ambientales a lo largo de todo el país. En particular, hay que destacar la huelga bananera en las fincas 1, 2 y 3 en Sixaola, propiedad de la transnacional Del Monte. Allí, los obreros de estas plantaciones sostienen, desde hace 15 días, un proceso de lucha, en repudio a las medidas draconianas de precarización laboral. Estas han sido impulsadas por la patronal y pretenden disminuir significativamente las condiciones salariales.

Esta pelea, profundamente invisibilizada por la prensa burguesa nacional, es la primera huelga obrero-bananera de los últimos 30 años en Costa Rica. Esta irrumpe como un fenómeno socio-político novedoso, pues es un ejemplo de reorganización sindical en el sector privado, que desnuda el carácter pro-patronal del solidarismo y plantea posibilidades reales de impulsar la organización sindical entre la clase obrera industrial y agro-industrial.

Otra particularidad de esta huelga es la composición social del proletariado bananero, pues alrededor de un 80% de los trabajadores son indígenas guaimíes de nacionalidad panameña, junto a otro sector de obreros nicaragüenses y costarricenses (1). Además de la explotación laboral implantada por las transnacionales bananeras, esta huelga desnuda la opresión ejercida contra los pueblos indígenas. En Costa Rica, las burguesías aprovechan su destierro social y cultural del imaginario nacional costarricense, para incrementar la explotación y violencia contra ellos (2).

También, es necesario destacar la huelga de los trabajadores y trabajadoras de la Imprenta Nacional. Ellos llevan 10 días de paro en defensa de su Convención Colectiva, la cual está siendo desconocida por el ministro de Seguridad, Mario Zamora, pues alega “vicios de forma” en su negociación. Por esto, no dudamos en afirmar que, actualmente, los trabajadores y trabajadoras de la Imprenta Nacional son vanguardia en la pelea contra los ataques del Gobierno hacia las conquistas laborales en el sector estatal, como parte de su política de ajuste fiscal. Este último, insistimos, además de la aprobación del proyecto de reforma tributaria sustentada en impuestos regresivos, también contempla la aplicación de fuertes recortes sobre el presupuesto nacional.

Deby, militante de la Juventud Socialista, mientras participa en una asamblea de trabajadores
de la Imprenta Nacional para presentar la campaña en solidaridad con la huelga.
En esos momentos, la policía irrumpe en la asamblea a modo de provocación.

Alrededor de estos conflictos, se desarrollan otras luchas particulares, entre las que podemos enumerar: 1) la pelea comunal en Santa Ana contra la implantación de un nuevo peaje por autopistas del Sol; 2) la concentración de motociclistas contra el aumento desmedido en el cobro del marchamo de circulación del INS;  3) la lucha ambiental contra la minería en Crucitas; 4) las caravanas de taxistas exigiendo mayores regulaciones gremiales al Gobierno, y 5) la huelga de anestesiólogos por su derecho a vacaciones profilácticas y mejores condiciones salariales.

Por todo lo anterior, desde el Partido Socialista de las y los Trabajadores (PST) hacemos un llamado al conjunto del movimiento sindical y popular, para articular una campaña nacional en solidaridad con la huelga bananera, pues desde todo ángulo reviste gran importancia para el desarrollo del movimiento sindical costarricense: su triunfo puede marcar un punto de inflexión en cuanto a las posibilidades de gestar organización y luchas sindicales entre la clase obrera industrial y agro-industrial.

A pesar de que algunas organizaciones sindicales aportaron apoyo moral y en alimentos, lo cierto del caso es que no se ha comprendido la verdadera importancia de esta huelga: hasta el momento la tónica general es la de una marcada indiferencia hacia la huelga bananera.

Junto con esto, encontramos necesario gestar espacios de coordinación y unidad de las luchas para romper con la inercia hacia la fragmentación y el gremialismo. Para ilustrar lo anterior, basta con recapitular lo acontecido el martes 22 de noviembre: hubo cinco movilizaciones diferentes en la capital, pero ni un solo intento real por unificarlas en un solo movimiento de protesta nacional.