Colombia

 

Colombia y los gladiadores a sueldo de Estados Unidos

Argenpress, 18/05/04

En su edición del 14 de mayo, el periódico El Tiempo informó que la Cámara de Representantes de los Estados Unidos había aprobado aumentar a 500, 100 más que antes, 'el número de tropas estadounidense que pueden estar desplegadas en Colombia durante un período determinado'. Y, luego de recordar que 'Bush pidió la ampliación de este cupo como respaldo a lo que se conoce como 'Plan Patriota', estrategia militar del gobierno colombiano', aclara que 'si bien los legisladores preservaron un límite máximo en cuanto al personal militar, no hicieron lo mismo en el caso de los contratistas. La ley vigente permite la presencia de 400 contratistas estadounidenses. Pero el proyecto aprobado por la Comisión elimina cualquier límite en ese sentido'.

La disposición aprobada equivale a darle una verdadera patente legal al gobierno de Estados Unidos para proceder sin cortapisas a una especie de reciclaje de la reserva de mercenarios que su propio ejército ha venido arrojando, a fin de utilizarla en su actual política de intervencionismo militar en Colombia. Al respecto, son significativos los siguientes apartes de un artículo que bajo el título 'Gladiadores a sueldo' publicó la revista alemana Der Spiegel el 10 de mayo pasado.

Allí donde los gobiernos fracasen y la carencia de legalidad prevalezca, un nuevo sector florece: las compañías militares privadas, conocidas como PMF (su sigla en inglés), han venido expandiéndose vertiginosamente desde los años noventas.

En la actualidad, prácticamente todas las bases militares norteamericanas en ultramar son construidas y, al menos en los Balcanes, custodiadas por las PMF. En Afganistán los guardaespaldas de una compañía llamada DynCorp protegen al presidente Hamid Karzai, quien corre gran peligro. Al otro lado del mundo, en Colombia, los Estados Unidos han privatizado de manera significativa su guerra contra las drogas y las guerrillas. Casi la mitad de los 370 millones de dólares destinados a combatir el comercio de drogas bajo el Plan Colombia fueron pagados a PMF. Un total de 17 compañías tienen contratos para llevar a cabo 23 proyectos.

En la mayoría de los casos, quienes les hacen el trabajo de mantenimiento a los helicópteros y equipos de alta tecnología, los que escoltan a los aviones en misiones de fumigación de los sembrados de coca y aquellos que realizan labores de reconocimiento de la selva, son veteranos de guerra, antiguos agentes de la CIA o pilotos retirados de la fuerza aérea. Washington también ha contratado a antiguos miembros de la las fuerzas militares peruanas y a especialistas centroamericanos para combatir las guerrillas.

No más en septiembre pasado fue derribado un avión espía sobre territorio rebelde. Era un OV-10 Bronco, un tipo de avión para reconocimiento aéreo utilizado antes en la guerra Vietnam y su misión era buscar campos de coca a nombre de la DynCorp.

Esta compañía, que tiene su centro de operaciones en Reston, Virginia, es el contratista militar más grande que opera en Colombia y ha estado en el país desde 1997. Gana 80 millones de dólares al año por suministrar asesoría logística para destruir plantíos de coca y por entrenar pilotos colombianos en el manejo de aparatos norteamericanos. Personal de la DynCorp también toma parte en operaciones de rescate de estadounidenses secuestrados.

Mientras que a los 300 militares norteamericanos estacionados en Colombia se les ha ordenado mantenerse alejados de los conflictos armados, ex militares que trabajan para contratistas privados arriesgan gustosos sus vidas por unos 10.000 dólares al mes. No están sometidos a ningún estricto código de conducta, Washington no responde directamente por ellos y a sus bajas por muerte o captura no se les da gran publicidad.

Cuando matan a los contratistas privados, nosotros simplemente podemos declarar que ellos no hacen parte de nuestras fuerza militares', admite Miles Frechette, un antiguo embajador en Colombia.

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