Colombia

Organizada por el Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes del Estado

Convocada una marcha contra la actuación de
grupos paramilitares

Adital (Noticias de América Latina y Caribe), 08/02/08

Después de la polémica marcha realizada el último lunes 4, los movimientos sociales y familiares de secuestrados por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) acusaron al gobierno de incitar la rabia de los colombianos y evitar el diálogo. En este contexto, el Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes de Estado convoca a una marcha contra grupos paramilitares, parapolíticos y agentes estatales que violan los derechos humanos, para el día 6 de marzo, en Bogotá.

Los organizadores de la nueva marcha responsabilizan a agentes del Estado y a grupos paramilitares por la mayoría de los casos de violencia en el país. Cerca de cuatro millones de personas fueron desalojadas en Colombia. En un comunicado, el movimiento destaca que el conflicto armado es responsable además por otras 15 mil desapariciones y por el asesinato de 1.700 indígenas, 2.550 sindicalistas y 5 mil miembros de la Unión Patriótica.

Según el Movimiento de Víctimas de Crímenes, en enero de 2008, los paramilitares cometieron dos masacres, nueve desapariciones forzadas y 8 homicidios. En 13 años (1982-2005), los paramilitares realizaron más de 3.500 masacres, robaron más de seis millones de hectáreas de tierra. Y desde 2002, cuando fueron oficialmente "desmovilizados", mataron alrededor de 600 personas por año. Ellos controlaron el 35% del Parlamento.

El Ejército Nacional cometió, desde 2002 hasta hoy, 950 ejecuciones. Sólo en enero de este año, fueron 16 las ejecuciones extrajudiciales. Para no ser presionados por la opinión pública, ellos inmediatamente relacionan a sus víctimas con integrantes de las FARC y las presentan como "positivos", aunque esas personas no integren las Fuerzas Armadas.

"Como el Movimiento de Víctimas reiteró, el camino recorrido por Álvaro Uribe Vélez en sus dos mandatos no conduce a la reconciliación y mucho menos a la paz, sino todo lo contrario, estimula la confrontación armada, consolida la impunidad y aumenta considerablemente la vulnerabilidad y el número de víctimas", dijo el Movimiento.

Para discutir el problema enfrentado por el país, el Movimiento realiza también en Bogotá, del 6 al 8 de marzo, el IV Encuentro Nacional de Víctimas de Crímenes de Lesa Humanidad, Genocidio y graves violaciones de los derechos humanos. En el encuentro, se evaluará, discutirá y ampliarán las estrategias de lucha contra la impunidad, a fin de fortalecer al Movimiento.

Los participantes del encuentro piden una salida negociada del conflicto político, social y armado, el acuerdo humanitario y la democratización del país. "Bajo las políticas de 'lucha contra el terrorismo' y la estrategia oficial de la 'seguridad democrática' se está legalizando el poder mafioso en Colombia, lo que es una amenaza para las fuerzas sociales y democráticas que buscamos una transformación real del país", dice el Movimiento.

Farc: Nuevas liberaciones

Por otro lado, y en medio de tantas manifestaciones, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia - Ejército del Pueblo (Farc-EP) anunciaron la liberación de tres nuevos rehenes. El grupo pide, igual que en las últimas dos liberaciones, la intermediación del presidente de Venezuela Hugo Chávez y de la senadora colombiana Piedad Córdoba. La Federación Internacional de los Comités Ingrid Betancourt pidió a Francia y a la comunidad internacional que continúe apoyando las acciones humanitarias del presidente venezolano.


A quienes marcharon el 4 de febrero

Heavy Metal Colombia
Blog Constanza Vieira, periodista, 07/02/08

Por los desaparecidos
Por los desplazados
Por los masacrados
Por los ejecutados

En Colombia han sido desplazadas cerca de cuatro millones de personas, en su mayoría por los grupos paramilitares. Estos grupos, solos o en conjunto con miembros de las fuerzas militares, han desaparecido al menos a 15.000 compatriotas y los han enterrado en más de 3.000 fosas comunes o han arrojado sus cadáveres a los ríos; han asesinado a más de 1.700 indígenas, 2.550 sindicalistas, y cerca de 5.000 miembros de la Unión Patriótica. Regularmente torturan a sus víctimas antes de matarlas. Entre 1982 y 2005 los paramilitares perpetraron más de 3.500 masacres, y robaron más de seis millones de hectáreas de tierra. Desde 2002, después de su “desmovilización”, han asesinado a 600 personas cada año. Llegaron a controlar el 35% del Parlamento. Desde 2002 hasta hoy, miembros del Ejército Nacional han cometido más de 950 ejecuciones, la mayoría presentadas como “positivos”. Tan solo en enero de 2008, los paramilitares cometieron 2 masacres, 9 desapariciones forzadas, 8 homicidios, y el Ejército ha cometido 16 ejecuciones extrajudiciales.

En Colombia, agentes del Estado y paramilitares violan los derechos humanos y el derecho humanitario. Muchos grupos paramilitares no se han desmovilizado. Ahora se hacen llamar Águilas Negras. Muchos parapolíticos están en cargos públicos y diplomáticos.

Usted marchó el 4 de febrero. ¿Acompañará el 6 de marzo a las víctimas de los paramilitares, los parapolíticos y los agentes del Estado? Nunca más fosas comunes. Nunca más desplazamientos forzados. Nunca más paramilitares. Nunca más parapolíticos. Nunca más crímenes de Estado.

El Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes de Estado

convoca:

6 DE MARZO DE 2008

Homenaje nacional a las víctimas del paramilitarismo, la parapolítica y los crímenes de Estado


Tras la marcha del 4 de febrero contra las Farc, un grupo de víctimas del paramilitarismo promueve una movilización prevista para el 6 de marzo. Iván Cepeda Castro, uno de sus impulsores, le explica a César Paredes de la revista Semana

“Nunca más paramilitares y parapolíticos”

Reportaje de César Paredes
Revista Semana, Bogotá, 02/07/2008

Iván Cepeda Castro, el representante del Movimiento de Víctimas de los Crímenes de Estado es uno de los organizadores de la marcha que propone homenajear a las víctimas de los grupos paramilitares el próximo 6 de marzo. El hijo de Manuel Cepeda, un destacado líder del Partido Comunista quien fue asesinado el 9 de agosto de 1994 por sicarios de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), considera que es importante aprovechar el momento de sensibilidad que atraviesa el país para generar conciencia sobre la situación de las víctimas del paramilitarismo y denunciar los delitos de estos grupos.

Semana.com: Dentro de la convocatoria que ustedes hacen se leen varias razones de esta marcha como un homenaje a las víctimas o el repudio a los crímenes de los paramilitares. ¿Cuál es el propósito de la marcha?

Iván Cepeda: Esencialmente lo que queremos es rendir un homenaje a las víctimas de los grupos paramilitares y de agentes del Estado. Consideramos que, incluso desde antes del 4 de febrero, se ha puesto en la discusión pública el tema ético sobre la actitud de la ciudadanía frente a las víctimas. Queremos que se generalice y se le rinda un muy justo homenaje a los desplazados, a los desaparecidos, a los familiares de los asesinados y masacrados, a través de múltiples actos simbólicos en Bogotá, algunas ciudades del país y en otras ciudades del mundo. No sólo queremos que sea un momento de hacer memoria sino de solidaridad.

Semana.com: En este momento, en el que aún no se ha digerido el alcance de la marcha “Contra las Farc”y sus consecuencias, hacer otra marcha puede interpretarse como una contra-marcha o una actitud revanchista. ¿Qué piensa de eso?

I.C: No es el ánimo una revancha y quien lo considere así se equivoca gravemente. Aquí el ánimo es construir, buscar la paz en el país y eso solamente es posible si reaccionamos de una manera cada vez más honesta y más ética, con relación a lo que está ocurriendo. Este momento hay qué aprovecharlo. Mucha gente nos ha dicho, ‘pero es muy pronto para hacer otra marcha’. Justamente en este momento es que hay que salir con una propuesta de esta naturaleza. Porque este país tiene una capacidad de volver a la normalidad, a la indiferencia, y no quisiéramos que eso ocurra sin antes expresarnos de una manera masiva contra todos estos crímenes. Yo creo que lo del 4 de febrero fue importante en la medida en que se rompió el silencio y hay que profundizar en eso. Hay que volverlo, digamos, permanente.

Semana.com: Una de las críticas que los familiares de los secuestrados hicieron a la marcha contra las Farc fue su falta de alcance por no ser contra la violencia. En la invitación de ustedes se lee “por” las víctimas, pero también el “nunca más para militares y parapolíticos”. ¿No cree que esto se pueda prestar para ambigüedades?

I.C: La marcha lleva implícita una condena a los delitos de los paramilitares. También a hechos preocupantes como que algunos de los implicados en la parapolítica sigan ejerciendo cargos diplomáticos, a las ejecuciones extrajudiciales por parte de agentes de la Fuerza pública. Consideramos que hay una deuda social con las víctimas de estos crímenes. No es posible que en Colombia aparezcan miles de personas en fosas, que se hayan desaparecido otros tantos y los familiares pasen desapercibidos. Ahí hay un problema ético si no se condenan estas prácticas. Las víctimas no pueden seguir pasando sin un reconocimiento público. En otras marchas ocurridas en 1995 y 1999 se condenó el secuestro. El año pasado se marchó por el execrable asesinato de los 11 diputados del Valle. Se han creado leyes, ha habido pronunciamientos oficiales reiterativos. Las fuerzas vivas de la sociedad unánimente han condenado al secuestro y se han dado a conocer sus víctimas. Pero eso no ha ocurrido con las víctimas del paramilitarismo. Cuando estuvimos en el Congreso fue un acto solemne, pero nos sentimos solos. Hemos hecho otros intentos de convocar a marchas pero no se ha podido. Consideramos que este es el momento para que la gente se solidarice y se produzca una demostración pública de rechazo a estos crímenes.

Semana.com:¿Y cuál es su posición frente al secuestro?

I.C: Sin ninguna clase de ambigüedades es de total rechazo y condena. De solidaridad permanente con los familiares y de la exigencia de la pronta liberación de las víctimas. Consideramos que el secuestro es una práctica que no solo priva de la libertad a la víctima, sino que la reduce a una condición infrahumana, pues el tratamiento que se le está dando es un trato denigrante que a todas luces ofende la conciencia de la humanidad.

Semana.com: Si la marcha no tiene el mismo impacto que tuvo la marcha convocada por “Un millón de voces contra las Farc”. ¿Qué pasará?

I.C: Nosotros no estamos planteando una competición, ni queremos que la opinión pública intente medir qué actos son más repudiables que otros. Lo que nos parecería muy importante es que haya una expresión pública, ojalá lo más masiva posible. Pero el sólo de hecho de salir a la calle es un buen comienzo. Es muy importante que los ciudadanos se expresen contra estos crímenes. Ahora, si no lo hacen, no vamos a asumir un papel retaliativo. Nosotros como víctimas del Estado y de los paramilitares nunca hemos tenido un reconocimiento público. Hay familiares, como los desaparecidos del Palacio de Justicia, que llevan 23 años esperando justicia y que nunca han tenido un reconocimiento ni un homenaje nacional ni internacional importante. Así que si se llegan a producir gestos importantes, si los medios registran eso y comienza un debate sobre las otras víctimas, para nosotros será ganancia.

Semana.com: El país sufre una polarización evidente. ¿Cómo hacer para que una marcha de este tipo no atice más la radicalización de las posturas?

I.C: Nosotros queremos que la demostración sea sin odios, que el énfasis esté en las víctimas de los paramilitares, parapolíticos y agentes estatales (pero eso no quiere decir que no se recuerde a todas las víctimas), que los ciudadanos comiencen a tener el hábito democrático de condenar, sin ningún tipo de prejuicios ni ambigüedades todas las formas de violencia. Si llegamos a ese estado de madurez como sociedad yo creo que habremos allanado el camino para la paz.