Colombia

Carro bomba frente a la principal radio de Bogotá

Un extraño atentado

Revista Semana, Bogotá, 14/08/10

El carro bomba del jueves 12 en el norte de Bogotá despertó la solidaridad del país, pero deja inquietantes interrogantes sobre los responsables. Cada vez se piensa menos que fueron las Farc.

El jueves de la semana pasada el terrorismo regresó a Bogotá. A las 5:27 de la mañana un carro bomba cargado con más de 50 kilos de anfo estalló en la carrera séptima con calle 67, justo al frente de las instalaciones donde funciona la cadena Caracol Radio. La detonación dejó seis heridos y, según las cifras oficiales, produjo destrozos materiales en 1.100 apartamentos del sector.

El ataque terrorista causó desconcierto. Desde hace varios años, la capital de la República no sufría un atentado de esas características. Bogotá estaba relativamente blindada contra este tipo de acciones por parte de la guerrilla. Los frentes que rodeaban la ciudad habían sido prácticamente desarticulados por la fuerza pública, y los intentos de ejecutar acciones por parte de comandos guerrilleros adscritos a redes urbanas o a columnas móviles enviados desde otras zonas del país generalmente eran frustrados gracias a una eficaz acción de la inteligencia del Ejército o la Policía, que lograban neutralizar los golpes y arrestar a los terroristas. En los últimos tres años, por encima de cualquier otra ciudad del país, Bogotá se había convertido en un lugar donde las Farc prácticamente no tenían margen de maniobra. Por eso sorprende tanto el atentado de la semana pasada. Pero no es lo único.

Una hora después de la explosión, llegaron hasta el lugar del atentado el presidente Juan Manuel Santos; el ministro de Defensa, Rodrigo Rivera; el ministro del Interior y de Justicia, Germán Vargas, y la cúpula de la Policía. Tras rechazar enfáticamente el ataque, ninguno de los funcionarios se apresuró a señalar a las Farc como responsables, una actitud prudente que se extendió durante los siguientes días y que, de paso, contrastó fuertemente con lo que ocurría durante la era Uribe, en la que primero se señalaban responsables y después se investigaba.

El único funcionario del gobierno que señaló a la guerrilla como responsable fue el director del DAS, Felipe Muñoz, quien dijo que unas grabaciones e información de inteligencia recolectada días antes del ataque señalaban que alias 'Grannobles' había impartido la orden de ejecutar ataques contra medios de comunicación. Hecho que no deja de ser curioso, por decir lo menos, ya que si era cierto que existía información sobre un eventual atentado, lo lógico era haber intentado evitarlo o por lo menos alertar a los principales medios nacionales.

Si bien el gobierno fue prudente en señalar responsables, no pocos sindicaron a las Farc de la autoría del ataque. El vehículo usado, un Swift robado a finales de julio pasado a un suboficial del Ejército, había sido cargado con anfo y dos dispositivos para hacerlo estallar cuatro minutos después de dejarlo abandonado frente al edificio de Caracol Radio. Ese tipo de explosivo y el modus operandi ya habían sido usados por las Farc en varias oportunidades en el pasado. Aunque para algunos ese es un fuerte indicio que señalaría a la guerrilla, la realidad es que armar un carro bomba con esas características no es ni muy difícil ni exclusivo de las Farc.

No menos extraña fue la hora en la que los terroristas programaron la explosión: 5:27 de la madrugada. A esa hora hay muy pocas personas en la calle en ese sector, lo cual hace pensar que el objetivo era causar la menor cantidad de muertos y heridos. En los ataques habituales de las Farc, tratar de minimizar víctimas no es prioridad. Y normalmente sus acciones tienen como objetivo primordial la fuerza pública o alguna entidad del Estado.

A pocas horas del atentado, la página de Internet Anncol, que usualmente reproduce comunicados de las Farc, negó la responsabilidad de la guerrilla en el hecho. Sin embargo, en la bomba del club El Nogal o en la masacre de los diputados del Valle también se expidieron comunicados negando esas acciones, que tiempo después terminaron aceptando las propias Farc. No obstante, no deja de ser llamativo también el momento político en el que ocurrió el atentado.

Hace tres semanas el jefe de las Farc, 'Alfonso Cano', divulgó un video en el que abría la posibilidad de buscar un acercamiento con el gobierno del presidente Santos. La propuesta fue acogida por el nuevo gobierno, que dejó abiertas las puertas de un eventual diálogo con condiciones. Aunque la lógica de la guerrilla no es la misma del país, y no pocas veces sus discursos van en una dirección contraria a sus acciones, no tendría ninguna lógica ejecutar un acto terrorista como el de la semana anterior que, de comprobarse la responsabilidad de las Farc, podría llevar eventualmente a que el gobierno se vea obligado a cerrar cualquier posibilidad de negociación, al menos a corto plazo.

Hay otra hipótesis bajo consideración, que toma cada vez más fuerza y apunta, irónicamente, a que fuerzas oscuras de la extrema derecha pusieron la bomba. Los recientes anuncios del presidente Santos no han caído nada bien entre estos fanáticos. La puerta del diálogo que abrió con Cano sumado al restablecimiento de relaciones con Venezuela han generado inquietud. El carro bomba estalló a escasas 48 horas después de la cumbre entre Santos y Hugo Chávez, en la cual quedaron superadas profundas diferencias y las relaciones entre los dos países adquirieron una nueva dinámica. No es descartable que lo que el ex presidente Virgilio Barco llamó las "fuerzas oscuras" esté tras el ataque con la intención de enviar un mensaje al nuevo gobierno y tratar de torpedear cualquier intento de paz con las Farc o con Chávez.

Es claro que los terroristas buscaban generar ruido y zozobra. En la zona están dos de las emisoras más importantes del país, Caracol Básica y W Radio, junto con la agencia internacional de prensa EFE.

Una de las preguntas esenciales que hacen los investigadores cuando ocurre un atentado es: ¿a quién beneficia? A las Farc, evidentemente no. El rechazo fue total y hasta las personas más amigas del diálogo dijeron que si se confirmaba la autoría de la guerrilla, no se podría negociar.

A simple vista, los que más ganan con el atentado son aquellos que quieren que el Presidente asuma una posición radical, o como dijo el ex candidato presidencial Gustavo Petro, "llevar al actual gobierno a la postura del anterior".

Por eso es tan entendible y encomiable la prudencia del gobierno y la Fiscalía en el manejo de este asunto. Al cierre de esta edición, el fiscal general encargado, Guillermo Mendoza, insistía en que aún es aventurado señalar algún responsable del carro bomba. Dilucidar quiénes estuvieron tras el ataque se convierte en una prioridad para la justicia, el gobierno y el país.


Investigan por qué la policía había retirado
la vigilancia en Radio Caracol

Agencia Télam, 14/08/10

Bogotá.– La afirmación de un periodista de Radio Caracol de que la policía dejó de custodiar hace tres semanas el entorno del edificio de esa emisora, que sufrió el jueves un atentado con coche bomba, es la nueva línea de investigación del hecho. Darío Arizmendi, director del principal noticiero de la radio, denunció que sin aviso previo fue retirado un retén que controlaba a quienes estacionaran en el sector. "Es muy grave lo que usted dice. Vamos a investigar para saber quién tomó esa decisión", señaló al aire en esa emisora el ministro de Defensa, Rodrigo Rivera.

Por su parte, el general Oscar Naranjo, director nacional de la policía, encargada de ese mecanismo de seguridad, dijo que brindará a la Fiscalía toda la información necesaria para esclarecer ese punto. Naranjo es el único alto mando del ex presidente Alvaro Uribe que sigue en funciones en la administración de Juan Manuel Santos. Este, por su parte, anunció ayer que cancela todo diálogo de paz hasta que se esclarezca el hecho.

Otro hilo conductor

Asimismo, ayer se entregó a la Fiscalía Gustavo Ladino. Este vendió las patentes falsas que portaba el coche bomba con 50 kilos de explosivos, un Sedán usado, que estalló a las 5.30. En el hecho resultaron afectadas unas 210 personas, aunque sólo 9 fueron heridas de consideración. Ladino, que se entregó voluntariamente, estuvo acompañado por otros "tramitadores" o vendedores de documentos adulterados como licencias, placas y permisos. Según declaró, fue contactado por un amigo para que "ayudara" a dos personas a las que dice no conocer.

Por su parte, la agencia ANNCOL, que habitualmente refleja las posturas de la FARC, afirmó en un editorial que la "mafia uribista" enquistada en el poder está detrás del atentado, "sobre todo ahora que las relaciones de dos naciones hermanas (Colombia y Venezuela) van camino a normalizarse". Según la agencia, se trata de una demostración de poder de los sectores mafiosos que no se resignan a perder los privilegios de los que gozaron durante los ocho años de gobierno de Uribe. "Es interesante reconocer que ningún miembro del gobierno actual se apresuró a señalar a la insurgencia colombiana como autora del ataque", agrega la nota.


La pista falsa

Por Daniel Coronell
Revista Semana, Bogotá, 14/08/10

Puede ser que alguien mezclara inocentemente dos aspectos de la investigación, o que alguien esté buscando borrar el rastro de los autores.

Las primeras informaciones que se han conocido sobre las pesquisas por el atentado con carro bomba en Bogotá hacen pensar que las investigaciones van por mal camino. Una simple verificación de los datos muestra que las autoridades están siguiendo una pista falsa o que los medios han sido usados para desinformar.

El jueves del atentado varias informaciones de prensa –citando fuentes de la Fiscalía– aseguraron que el carro usado para poner la bomba llevaba la matrícula falsa BOO 483, pero que su placa auténtica era la CSN 820. También decían que el automotor había sido robado el 31 de julio en el centro comercial Plaza de las Américas a José Arturo Celis Ariza, un "funcionario" del Ejército.

El gerente y el departamento de seguridad del citado centro comercial aseguran que de sus instalaciones no ha sido robado ningún vehículo.

Además, el nombre de José Arturo Celis Ariza no aparece relacionado en ninguna denuncia por robo de carros presentada en Bogotá durante los meses de junio, julio y lo que va corrido de agosto. Tampoco es mencionado en los archivos del carro con matrícula CSN 820.

Una fuente del Ejército Nacional me informó que ningún empleado civil, oficial o suboficial de la institución se llama José Arturo Celis Ariza.

En cambio, un nombre muy similar figura en los documentos de propiedad del vehículo que lleva la placa BOO 843, supuestamente "gemeleada" para ejecutar el atentado. De acuerdo con los papeles del carro, su dueño es Arturo José Celis Ariza.

Arturo José Celis Ariza reportó en el momento de hacer el traspaso del Swift placa BOO 843 una dirección que no existe y un teléfono en donde no lo conocen. Ningún vecino del sector pudo ubicar la calle 51A n.° 78K–22. El teléfono que figura en el Certificado de Tradición del carro no corresponde a esa dirección. En ese número contestan miembros de una familia de Soacha que no conocen ni a Arturo José, ni a José Arturo, ni a ninguna persona de apellido Celis.

La cédula registrada, en cambio, sí pertenece a Arturo José Celis Ariza. Está inscrita para votar en el puesto Catalina del sur de Bogotá, con lo cual se descarta –nuevamente– que se trate de un militar activo por cuanto ellos no pueden ejercer el derecho al voto. La información de sus documentos es revisada por la Registraduría con el propósito de anular cualquier inscripción o zonificación electoral de uniformados activos.

El señor Celis Ariza no tiene antecedentes penales, disciplinarios o fiscales. Compró ese carro el día 5 de noviembre de 2008 a Carlos Andrés Hurtado Ruiz. Una persona con los mismos nombres y apellidos fue encarcelada en Estados Unidos por un caso de narcotráfico y puesta en libertad el 20 de octubre de 2004, según la información pública del Buró Federal de Prisiones.

Todo esto lo pudo establecer una averiguación aficionada en menos de 24 horas.

Otra fuente militar asegura que a un sargento primero de la institución le robaron un Swift que tenía prestado. Ocurrió el 31 de julio, pero no en el centro comercial Plaza de las Américas sino en un establecimiento público en un alegre sector de los alrededores.

Según esa fuente, esa noche el sargento llegó al Hospital Militar buscando atención médica porque fue golpeado por las personas que le quitaron el carro. La fuente no pudo precisar si presentó denuncia por el hurto y la golpiza.

Evidentemente la versión que se ha difundido no corresponde fielmente a lo ocurrido. Puede ser que alguien despistado mezclara inocentemente dos aspectos de la investigación, o que alguien esté buscando borrar el rastro de los autores.

Como sea, es necesario que la investigación prosiga sin casarse con una hipótesis única. Determinar quiénes están detrás de este atentado es crucial para Colombia.


Reportan segunda captura en caso de coche–bomba

Agencia Notimex, 15/08/10

Bogotá.– La Fiscalía de Colombia reportó hoy la captura de Adelmo López, la segunda detención relacionada con el atentado contra la cadena privada Caracol, que el jueves pasado dejó una decena de personas heridas y cuantiosos daños en esta capital.

De acuerdo con el reporte de las autoridades judiciales, López es investigado por presunta complicidad en la preparación del vehículo que fue cargado con 50 kilogramos de explosivos, los cuales fueron detonados en las afueras del edificio donde funciona radio Caracol.

Los investigadores trabajan las diferentes hipótesis que existen sobre la autoría de este atentado, que fue el primer coche–bomba que explota en el recién iniciado mandato del presidente Juan Manuel Santos.

La Fiscalía General de Colombia no descarta que el atentado tenga como autor a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), pero tampoco, descartan una acción de grupos de extrema derecha.

El ministro de Defensa, Rodrigo Rivera, sostuvo “que estos actos terroristas siempre tienen una intencionalidad política. Pero no vamos a responder con presunciones o especulaciones”.

“La primera víctima en una circunstancia tan compleja de seguridad, como la que atraviesa Colombia, siempre es la verdad”, dijo y añadió que hay que buscar que las autoridades, basadas en evidencias, “nos digan qué ocurrió y quiénes estaban detrás de este atentado”.