Economía mundial

El banco central de EE.UU. redujo su proyección de crecimiento para 2008 y enfatizó los riesgos

La Fed ofrece una visión pesimista de la economía

Por Greg Ip
The Wall Street Journal, 21/11/07

Washington.— En una proyección nueva y más completa, la Reserva Federal de Estados Unidos espera un crecimiento moderado para el próximo año y presagia numerosos riesgos que pueden resultar en un desempeño incluso peor.

La Fed también anticipa que los precios de los alimentos y la energía seguirán ejerciendo una presión alcista sobre la inflación, aunque cree que la inflación subyacente, que excluye los precios de los alimentos y la energía, está y seguirá estando bajo control.

Los pronósticos elaborados por el Comité Federal de Mercados Abiertos, organismo que decide la dirección de las tasas de interés, dejan al desnudo el conflicto dentro de la Fed, que debe decidirse entre recortar las tasas de interés para proteger el crecimiento o mantenerlas sin cambios para erradicar las presiones inflacionarias.

Los detalles que complementan los pronósticos, los cuales fueron dados a conocer ayer, insinúan que la entidad aún está abierta a la necesidad de realizar nuevas reducciones de tasas en los meses venideros.

Sin embargo, las minutas de la reunión llevada a cabo entre el 30 y el 31 de octubre y en la que se hizo un recorte de un cuarto de punto en la tasa de referencia de corto plazo, que pasó de 4,75 a 4,5%, envía otro mensaje.

Las minutas dejan claro que la decisión de reducir la tasa de interés, en lugar de no hacer cambio, fue "muy estrecha".

La Fed cerró la reunión de fines de octubre con una declaración en la cual señaló que los riesgos de un menor crecimiento de la economía o un alza de la inflación estaban equilibrados. Desde entonces, los funcionarios del banco central estadounidense han sugerido que no sienten inclinación a volver a reducir las tasas de interés.

Sin embargo, los mercados todavía aguardan una disminución de un cuarto de punto en la reunión del mes entrante. Las flamantes proyecciones podrían alimentar tales esperanzas, puesto que refuerzan la impresión de que, a pesar de que oficialmente ha adoptado una postura neutral, en realidad la Fed está más preocupada por el crecimiento que por la inflación.

Los economistas de la Fed detectaron el mes pasado un "riesgo substancial" al crecimiento económico, además de amenazas inflacionarias provenientes del alza de los costos laborales, un declive "significativo" del dólar, los mayores costos de la energía y algunos indicios de un aumento de las expectativas de inflación en el mercado de renta fija.

La reducción de las tasas fue catalogada como un "seguro valioso e importante contra un declive severo e inesperado de la actividad económica". Al calificar el recorte como un "seguro", la Fed da a entender que no prevé nuevos recortes de tasas.

La mayoría de los miembros del Comité de Mercados Abiertos proyecta un crecimiento de entre 1,8% y 2,5% para el año entrante, un descenso frente a la proyección de entre 2,5 y 2,75% realizada en junio. Los rangos representan las previsiones de los 17 miembros del comité, de las cuales se restan las tres proyecciones más altas y las tres más bajas.

Las previsiones de la entidad son más pesimistas que las del sector privado. La proyección promedio de los economistas encuestados por The Wall Street Journal es de un 2,4%. La Fed estima que la economía estadounidense retomará una senda ascendente en 2009, con una expansión de entre 2,3 y 2,7 por ciento.

Por otra parte, el banco central estadounidense parece colocar el crecimiento "potencial" de la economía, es decir la expansión que puede lograr tomando en cuenta el crecimiento a largo plazo en la fuerza laboral y la producción por trabajador, en apenas 2,5%, bastante por debajo de la expansión de 3,1% de los últimos 12 años.

La Oficina de Presupuesto del Congreso estima que el potencial de crecimiento es de 2,9 por ciento.

Eso significa que lo que para otros puede ser un crecimiento flojo, ante los ojos de la Fed puede ser una expansión saludable o incluso inflacionaria.

Los miembros del Comité de Mercados Abiertos de la Fed anticipan que la inflación general, medida por el índice de precios de consumo y gasto personal, oscile entre 1,8 y 2,1%, lo que reflejaría la persistente presión alcista proveniente del incremento en los costos de la energía y los alimentos. La Fed espera que la inflación subyacente se ubique entre 1,7 y 1,9%. Puesto que la inflación subyacente ahora llega al 1,8%, la Fed no siente mucha presión para reducir la inflación.

Un economista de la Fed dijo que, para 2010, la Fed calcula que la inflación y la inflación subyacente se ubicarán entre 1,6 y 1,9%. Las minutas sugieren que esta es la meta de facto de inflación de la Fed.

En la discusión que acompaña la divulgación de las nuevas proyecciones, la Fed alude a riesgos como la posibilidad de que los "mercados vuelvan a entrar en una racha negativa o que la mayor dificultad para conseguir crédito restrinja de forma importante e inesperada el gasto de las personas y las empresas".

La entidad también advirtió acerca de "reacciones adversas en las cuales la debilidad económica podría conducir a nuevos ajustes en las condiciones crediticias" y una "contracción más severa en el sector inmobiliario y un declive substancial en los precios de las viviendas".

El único riesgo que podría ser positivo es la evidencia de que períodos anteriores de inestabilidad financiera no tuvieron un gran impacto sobre el crecimiento. En cambio, la Fed mencionó pocos riesgos positivos a sus proyecciones sobre la inflación. Los "recientes aumentos en los precios de la energía y los commodities, y el traspaso de la depreciación del dólar a los precios de las importaciones elevarían la inflación" además de las expectativas de inflación en el público.


La breve luna de miel entre la automotriz estadounidense y Wall Street parece llegar a su fin

La crisis inmobiliaria ahora golpea a General Motors

Por John D. Stoll
The Wall Street Journal, 22/11/07

La crisis del mercado hipotecario y la caída en las ventas de autos en Estados Unidos se han concertado para poner fin a la corta luna de miel de Rick Wagoner, el presidente ejecutivo de General Motors Corp., con Wall Street.

La acción de la automotriz estadounidense ha descendido 39% desde que alcanzó los US$ 43,20 el mes pasado, su máximo cierre en tres años, impulsada por la drástica reducción de costos asociada a la firma de un nuevo contrato con el sindicato de trabajadores.

Pero la caída en las ventas de autos ha ido de la mano de problemas en otros frentes, incluyendo la fuerte apuesta de GM por los préstamos hipotecarios de alto riesgo, realizada con la venia de Wagoner.

El ejecutivo, de 54 años, fue aplaudido por analistas e inversionistas cuando alcanzó un nuevo contrato laboral que le permite a GM traspasar miles de millones de dólares en obligaciones de cobertura médica a un fondo controlado por el sindicato, además de reducir el personal en sus alicaídas operaciones en América del Norte. Pero si los actuales problemas de la automotriz persisten, podrían poner a prueba esa buena voluntad.

Bill Smith, presidente de SAM Advisors en Nueva York, dice que GM "tiene, de lejos, el mejor portafolio de productos del planeta" y que no podía hacer mucho para predecir el desplome del mercado crediticio. Aun así, Smith, cuya firma posee 70.000 títulos en GM, es cada vez menos optimista respecto de la capacidad de Wagoner para ofrecer mejores retornos a los accionistas.

Wagoner no estuvo disponible para comentar sobre los nuevos desafíos de la empresa. Tony Cervone, vocero de la automotriz, asegura que, a largo plazo, el nuevo contrato mejora sustancialmente las perspectivas de la empresa. "No hay duda de que nuestra competitividad en el mercado automotor es la mejor en décadas", dice. También mantiene que la empresa se dispone a aprovechar la mayor demanda que prevé en EE.UU. y que su fortaleza en los mercados emergentes seguirá cobrando impulso.

La más reciente duda en torno al futuro de GM tiene que ver con su exposición al mercado hipotecario. Los problemas involucran a Residential Capital LLC, el negocio de hipotecas de la firma de servicios financieros GMAC Financial Services LLC. ResCap registró una enorme pérdida trimestral. GM controla una participación de Rescap a través de su 49% en GMAC.

Los valores de ResCap se negocian a precios que normalmente se asocian a una compañía a punto de acogerse a las leyes de protección por bancarrota. GMAC y ResCap no han insinuado tal medida, pero algunos analistas alertan sobre la mayor morosidad de los préstamos automotrices de GMAC.

Por si esto fuera poco, GM inquietó más a los inversionistas al reducir el valor contable de casi US$ 39.000 millones en créditos tributarios contabilizados como activos en sus libros. Esto equivale a un reconocimiento de que la empresa no tiene probabilidades de generar en el corto plazo suficientes ganancias en sus mercados clave, EE.UU. y Alemania, como para hacer uso inmediato de las exenciones.

Delphi Corp., la ex filial de autopartes de GM, propuso un plan modificado para salir de la protección de la bancarrota que redujo en US$ 1250 millones el efectivo que le pagaría a GM. Al mismo tiempo, la hemorragia de efectivo continúa para GM en Norteamérica y Europa Occidental. Y las ventas en EE.UU. están cayendo a una velocidad mayor de la esperada, mientras que los costos de las materias primas son superiores a los previstos.

Las malas noticias y los deprimentes pronósticos han empujado las acciones de GM a menos de US$ 27, colocando la capitalización de mercado y el precio de acción de GM por debajo de cuando Wagoner emprendió su más reciente programa de reestructuración en abril de 2005. Desde su récord del 12 de octubre, el valor de mercado de GM ha caído en más de US$ 9000 millones a unos US$ 14.900 millones, o menos de la décima parte de la capitalización de su principal rival, la japonesa Toyota Motor Corp.