Economía mundial

Otra mala noticia para el dólar

Los países petroleros reconsideran sus
lazos con la divisa

Por Joanna Slater y Chip Cummins
The Wall Street Journal, 21/11/07

Por muchos años, las naciones del Golfo Pérsico, donde abunda el petróleo, han vinculado sus monedas al dólar estadounidense. Ahora, esta relación está avivando las presiones inflacionarias en sus economías que crecen al rojo vivo. De paso, su cercanía al dólar ha puesto a las autoridades de la región ante un dilema: desprenderse del dólar, con el riesgo de socavar la moneda estadounidense, o mantener la divisa y encarar un creciente descontento local.

La vinculación con el dólar ha "contribuido mucho a la economía… en el pasado", dijo la semana pasada el sultán Nasser al–Suweidi, gobernador del banco central de los Emiratos Arabes Unidos (EAU). "Sin embargo, hemos llegado a una bifurcación."

Ya que países como los EAU, Arabia Saudita y Qatar poseen extensas reservas en dólares, cualquier cambio que adopten repercutirá más allá de sus fronteras. Si se alejan de sus estrictos lazos al dólar —como lo hizo este año Kuwait, que adoptó una canasta de monedas— podrían socavar la demanda por dólares y alentar a otros a diversificar sus propias reservas. Muchos países ya han creado fondos soberanos para invertir sus recursos en una amplia variedad de activos.

Dirección contraria

En un principio, los países del Golfo Pérsico ajustaron sus monedas al dólar para estabilizar sus ingresos petroleros, ya que el crudo se comercializa en dólares. Además, algunos países tenían muy poca experiencia en manejar un banco central, por lo que les resultaba más fácil ajustar su política monetaria a la de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed).

Sin embargo, ahora la Fed está reduciendo las tasas de interés para reanimar una debilitada economía estadounidense y contrarrestar los efectos del enfriamiento del mercado inmobiliario local.

Esa es, precisamente, la receta equivocada para las economías como las del Golfo Pérsico, que intentan domar un crecimiento galopante.

Un defensor del dólar

El vínculo con el dólar aún no se ha eliminado, especialmente en Arabia Saudita, que mantiene una estrecha relación con Washington. Durante la cumbre de la Organización de los Países Exportadores de Petróleo (OPEP) en Riad el fin de semana, Venezuela e Irán expresaron su inquietud por los lazos del cartel petrolero con el dólar. Sin embargo, el ministro de Relaciones Exteriores de Arabia Saudita, Saud al–Faisal, rechazó un cambio por el impacto negativo que éste podría tener sobre la moneda estadounidense.

Las autoridades de Arabia Saudita, la mayor economía de la región, han dicho que no romperán el vínculo entre su moneda, el riyal, y el dólar. Pero el país cuenta con otras opciones.

Sin perder su vinculación con el dólar, podría fortalecer un poco su moneda, tal como lo hizo China en 2005.

El debate seguramente continuará cuando a principios de diciembre se reúnan en Doha, Qatar, los jefes de Estado del Consejo de Cooperación del Golfo, un bloque económico regional. El asunto de la divisa estadounidense figurará en lo más alto de su agenda.

Los inversionistas apuestan a que habrá cambios. Los contratos que les permiten asegurar tasas cambiaras por un año reflejan las expectativas de que tanto el dirham, la mondea de los EAU, y el riyal saudita se fortalecerán de algún modo. Los depósitos bancarios en los EAU han crecido, a medida que los inversionistas locales y extranjeros compran dirhams a la tasa actual y apuestan a una revaloración.

Los países del Golf Pérsico están batallando con los efectos de su propia fortuna, a medida que los precios del crudo les han reportado enormes ingresos adicionales. Normalmente, cuando sube el precio del mayor producto de exportación de un país, la moneda local se fortalece, lo que a su vez mantiene a raya la inflación.

El fantasma de la inflación

Ahora está ocurriendo todo lo contrario. A medida que el precio del crudo se ha disparado, las monedas del Golfo que están vinculadas al dólar han perdido valor frente a otras monedas, como el euro y la libra esterlina. Como consecuencia, ha encarecido muchas de sus importaciones.

Los EAU y Qatar han registrado algunas de las peores inflaciones, ya que el petróleo ha impulsado una bonanza en el sector de la construcción. En Qatar, la inflación alcanzó 11,8% el año pasado y el Fondo Monetario Internacional (FMI) calcula que promediará alrededor del 12% este año.

Arabia Saudita también está luchando con presiones inflacionarias. A diferencia de otros países del Golfo, este país tiene una población numerosa y comparativamente más pobre. La inflación alcanzó 4,9% en septiembre, su mayor nivel en al menos una década. En octubre, las autoridades elevaron por primera vez en 27 años la cantidad que los bancos deben mantener en reserva. El objetivo de este esfuerzo es limitar el dinero que circula en el mercado.

Efectos globales

Los desafíos que encaran los países del Golfo Pérsico repercuten en lugares tan distantes y distintos como China, que vincula muy de cerca el yuan al dólar, Ecuador, cuya moneda oficial es el dólar, y Ucrania, que mantiene una vinculación de facto con el dólar.

El Golfo es "la primera línea del frente de momento, pero las presiones son mucho más amplias", advierte Simon Derrick, director de estrategias cambiarias del Bank of New York Melon Corp. Esos países comparten "un factor consistente: todos se han vinculado con una moneda que está cayendo".

Los países del Golfo Pérsico tienen varias opciones. Pueden seguir el camino de Kuwait, que en mayo fijó su moneda, el dinar, a una canasta de divisas.

Aunque no se conoce la distribución de esa canasta, los expertos aseguran que el dólar sigue representando una proporción considerable. Desde entonces, el dinar se ha fortalecido 5% frente al dólar.

Otra opción sería mantener su moneda ajustada al dólar, pero a un nuevo nivel que refleje la solidez de las monedas locales. Una tercera opción sería permitir que sus monedas fluctúen libremente. Sin embargo, ello es poco probable, ya que los países del Golfo Pérsico no querrán exponer sus monedas a los vaivenes.


Los países petroleros estudian como desprenderse
de la divisa USA

IAR Noticias, 22/11/07

Acompañando a la "visión pesimista" (pronóstico inflacionario y recesivo) que trazó el miércoles la Reserva Federal sobre la economía estadounidense, el dólar imperial USA, todavía la "moneda patrón" de las transacciones internacionales, siguió cayendo en picada en beneficio del euro que este jueves siguió trepando en los mercados globalizados ante el pánico generalizado de las autoridades monetarias de la Unión Europea que temen un receso de la economía comunitaria como consecuencia del ascenso incontrolado de su moneda. En este escenario, con EEUU en proceso de una "recesión anunciada" (todavía en estado larval), con la crisis financiera–subprime pendiendo como una espada de Damocles y con el precio del crudo a punto de cruzar la barrera de los US$100, los países productores de petróleo  estudian, por estas horas, cómo desprenderse de su histórica dependencia a la divisa estadounidense y decretar su funeral como "moneda de transacción petrolera".

En un escenario internacional "volátil", con conflictos militares en ebullición en regiones petroleras claves (Medio Oriente, Pakistán y el norte de Irak) y mientras en EEUU y Wall Street (a puertas cerradas) celebran su Día de Acción de Gracias, el euro se ha vuelto a disparar marcando este jueves un nuevo máximo histórico frente al dólar en 1,4873 unidades.

El comisario de Asuntos Económicos para la UE, Joaquín Almunia, calificó ayer de "muy preocupante" la tendencia alcista del euro, por sus posibles implicaciones en una desaceleración de la economía europea.

La divisa europea afirma un nuevo máximo frente al dólar en el marco de una semana convulsa, donde la Reserva Federal estadounidense (Fed) redujo la previsión de crecimiento de la economía USA para 2008, potenciando el escenario de una crisis recesiva de magnitud todavía impredecible.

Como se sabe, EEUU es el principal comprador de China, y el gigante asiático, a su vez, es el principal importador de petróleo y materias primas de los "países emergentes", con lo que se puede deducir que si el Imperio (en proceso recesivo) reduce sus compras, el impacto se va a proyectar inevitablemente en una crisis de China proyectada a los "países emergentes".

Ese es el punto medular del "peligro" que conlleva una potencial (y anunciada) crisis recesiva estadounidense proyectada al marco de la economía mundial globalizada.

Como dato complementario, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), por su parte, cuantificó el miércoles  en 330.000 millones de dólares (222.982 millones de euros) las pérdidas bursátiles de las entidades financieras sionistas provocadas por las "turbulencias" en los mercados causadas por desplome del sector hipotecario ''subprime'' en EEUU, según un informe de Financial Market Trends citado por Reuters.

Pero un posible "golpe de furca" complementario a la decadencia económica–financiera del Imperio capitalista norteamericano acecha en una cada vez más firme decisión de los países petroleros de desprenderse de la divisa norteamericana como moneda patrón de las transacciones petroleras.

Según publica este jueves The Wall Street Journal, el vocero del sionismo financiero de Wall Street, por muchos años, las naciones petroleras del Golfo Pérsico han vinculado sus monedas al dólar estadounidense.

Ahora –según el diario–, esta relación está avivando las presiones inflacionarias en sus economías que crecen al rojo vivo. Lo que a su vez,  ha puesto a las autoridades de la región ante un dilema: desprenderse del dólar, con el riesgo de socavar aún más la moneda estadounidense, o mantener la divisa y encarar un creciente descontento dentro de sus países.

La vinculación con el dólar ha "contribuido mucho a la economía… en el pasado", dijo la semana pasada al Journal el sultán Nasser al–Suweidi, gobernador del banco central de los Emiratos Árabes Unidos (EAU). "Sin embargo, hemos llegado a una bifurcación".

De acuerdo con el Journal, países como los EAU, Arabia Saudita y Qatar poseen extensas reservas en dólares, y cualquier cambio que adopten repercutirá más allá de sus fronteras. Si se alejan de sus estrictos lazos con el dólar –como lo hizo este año Kuwait, que adoptó una canasta de monedas– podrían socavar la demanda por dólares y alentar a otros a diversificar sus propias reservas. Muchos países ya han creado fondos soberanos para invertir sus recursos en una amplia variedad de activos.

En un principio, los países del Golfo Pérsico ajustaron sus monedas al dólar para estabilizar sus ingresos petroleros, ya que el crudo se comercializa en dólares. Además, algunos países tenían muy poca experiencia en manejar un banco central, por lo que les resultaba más fácil ajustar su política monetaria a la de la Reserva Federal de EEUU (Fed).

Sin embargo –sigue el Journal–, ahora la Fed está reduciendo las tasas de interés para reanimar una debilitada economía estadounidense y contrarrestar los efectos del enfriamiento del mercado inmobiliario local. Esa es, precisamente, la receta equivocada para las economías como las del Golfo Pérsico, que intentan domar un crecimiento galopante.

A medida que el precio del crudo se ha disparado, las monedas del Golfo que están vinculadas al dólar han perdido valor frente a otras monedas, como el euro y la libra esterlina. Como consecuencia, ha encarecido muchas de sus importaciones.

Los EAU y Qatar han registrado algunas de las peores inflaciones, ya que el petróleo ha impulsado una bonanza en el sector de la construcción. En Qatar, la inflación alcanzó 11,8% el año pasado y el Fondo Monetario Internacional (FMI) calcula que promediará alrededor del 12% este año.

Arabia Saudita también está luchando con presiones inflacionarias. A diferencia de otros países del Golfo, este país tiene una población numerosa y comparativamente más pobre, y la inflación alcanzó 4,9% en septiembre, su mayor nivel en al menos una década.

El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, dijo el lunes, en una conferencia de prensa con Ahmadineyad en Teherán,  que "el imperio del dólar está derrumbándose", al día siguiente en que su país y su aliado antiestadounidense Irán impulsaran medidas sobre el debilitamiento del dólar durante la cumbre de la OPEP en Riad, la semana pasada

"Pronto dejaremos de hablar de dólares porque el valor del dólar está cayendo y el imperio del dólar está derrumbándose", dijo a periodistas en Teherán, en comentarios en español, junto a su homólogo iraní, Mahmud Ahmadineyad.

"Naturalmente, con el derrumbe del dólar, se derrumbará el imperio de Estados Unidos", agregó el presidente venezolano.

Los dos mandatarios expresaron esta postura durante una reunión que mantuvieron en Teherán, en la que abordaron el resultado de la cumbre de la OPEP, concluida el domingo en Riad, donde lideraron las posturas de "rompimiento" con el dólar como moneda patrón de las transacciones petroleras.

Antes y después de la cumbre, Irán y Venezuela dejaron en claro que presionarían para que se tomen medidas, que podrían incluir la fijación del precio del petróleo en base a una canasta de monedas.

No obstante, las autoridades de Arabia Saudita, la mayor economía de la región, aseguraron que no romperán el vínculo entre su moneda, el riyal, y el dólar.

Pero el debate de los países petroleros, donde ya son mayoría los que proponen desprenderse del dólar, continuará cuando a principios de diciembre se reúnan en Doha, Qatar, los jefes de Estado del Consejo de Cooperación del Golfo, un bloque económico regional.

El Golfo es "la primera línea del frente de momento, pero las presiones son mucho más amplias", advierte, citado por el Journal, Simon Derrick, director de estrategias cambiarias del Bank of New York Melon Corp. Esos países comparten "un factor consistente: todos se han vinculado con una moneda que está cayendo".

Y no son pocos los analistas que –rendidos ante las evidencias– andan pensando como Chávez que: "El Imperio del dólar se está derrumbando".