Economía mundial

Se desvalorizaron más del 45% en la semana las aseguradoras Fannie Mae y Freddie Mac; los pronósticos son pesimistas

Cruje Wall Street por la crisis hipotecaria

Por Javier Blanco
La Nación, 12/07/08

Wall Street asumió finalmente esta semana que está en crisis. Por primera vez en dos años, el índice Dow Jones llegó a caer brevemente por debajo de los 11.000 puntos y, aunque quedó (tras la baja del 1,14% de ayer) en los 11.100,54 , se ubica casi un 22% por debajo del récord de 14.198,10 alcanzado el 11 de octubre pasado.

La principal plaza financiera del mundo entró así en una fase bajista, una definición que los analistas adoptan cada vez que los índices acumulan un retroceso superior al 20% con relación a sus máximos.

Los temores se dispararon el lunes cuando el banco Lehman Borthers difundió un lapidario informe señalando que las grandes aseguradoras de hipotecas Fannie Mae y Freddie Mac podrían necesitar una inyección de capital por US$ 75.000 millones para sobrevivir. Los inversores validaron este pronóstico al castigar los papeles de estas dos empresas con un vendaval de ventas que dejó a Fannie Mae con una desvalorización semanal del 45% (llega al 74% en el año) y a Freddie Mac con un derumbe del 46% en igual lapso (77% desde que comenzó 2008).

La drástica caída de estos papeles provocó que se especule con un posible salvamento estatal de estas compañías, un rumor que obligó ayer al secretario del Tesoro de Estados Unidos, Henry Paulson, a realizar una desmentida, aunque admitió que la administración Bush estudia soluciones para la crisis de solvencia de ambas corporaciones.

"Nuestro objetivo principal es apoyar a Fannie Mae y Freddie Mac en su forma actual", dijo Paulson, desmintiendo una eventual estatización.

Presionados por el temor a quiebras generalizadas en un contexto económico poco estimulante, todos los índices de Wall Street volvieron a mostrar un balance semanal negativo. Cedió 1,66% el Dow Jones; 1,85% el S&P 500 y 0,28% el tecnológico Nasdaq, que registró la sexta semana seguida con pérdidas.

El mercado luce además presionado porque la próxima semana comenzará la presentación de resultados trimestrales, lo que podría provocar un nuevo aluvión de malas nuevas. Se harán públicos los balances de entidades como Merrill Lynch y JP Morgan Chase (el jueves) y Citigroup (el viernes). Pero también se esperan reportes de empresas tales como Intel, Johnson & Johnson, Microsoft, Mattel, Google y Coca–Cola, lo que, a sólo días de que se cumpla un año del estallido de la crisis de las hipotecas, dará al mercado la posibilidad de evaluar el impacto que esta crisis sectorial (y su impacto financiero) tuvo en los diferentes sectores de la ya golpeada economía estadounidense.

Por lo pronto, las previsiones no son alentadoras. El director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss–Kahn, pronosticó ayer en Kiev, Ucrania, que la situación del mercado financiero internacional no mejorará antes del segundo semestre de 2009. "Es posible que en el segundo a tercer trimestre de 2009 comience el proceso de mejora", predijo.


Los mercados se sacudieron y la crisis volvio a escena

Estados Unidos revive su pesadilla

Pagina 12, 12/07/08

Los dos principales bancos de crédito hipotecario de Estados Unidos llegaron a perder ayer la mitad de su valor antes de la primera hora de operaciones. Sólo redujeron sus pérdidas cuando la FED dijo que los respaldaría.

Los mercados mundiales cerraron la semana con una jornada signada por la volatilidad. Los dos principales bancos de crédito hipotecario de Estados Unidos, Freddie Mac y Fannie Mae, llegaron a perder ayer la mitad de su valor antes de la primera hora de operaciones. Para contener la histeria, el titular del Tesoro de los Estados Unidos, Henry Paulson, debió salir a desmentir una estatización de las entidades. El mensaje no alcanzó, y sólo pudieron reducirse las pérdidas cuando un directivo de la Fed comunicó que pondría a disposición de estos bancos la liquidez del organismo. Ante la falta de opciones en activos financieros y con la creciente debilidad del dólar, los commodities volvieron a dispararse. El crudo alcanzó ayer un nuevo record al superar los 147 dólares.

Los principales jugadores del segmento inmobiliario dejaron ganadores y contusos –sobre todo de los últimos– en una rueda que paseó al inversor entre una caída de más de 50 por ciento hasta un alza de 4, todo en la misma rueda. Sobre el final se recuperaron un poco. Las acciones de Freddie Mac cerraron 3 por ciento abajo, y hasta llegaron a evolucionar en alza una hora antes de la campana de cierre. Fannie Mae cerró, de todas formas, con una baja de 22 por ciento. La situación dejó en el mercado un renovado temor a que la crisis subprime reaparezca con la misma fuerza con que se presentó en la última parte del año pasado. Pero, para los analistas consultados, esta segunda ronda será mucho más breve y menos intensa, aunque insisten en que para que sea definitiva deberá haber “perdedores reales”.

Los efectos están lejos de ser cuantificables, los incentivos que llegan desde el gobierno estadounidense son placebos que no van al fondo de la cuestión y la falta de una definición de política monetaria, hasta tanto concluyan las elecciones presidenciales en ese país, complica aún más el panorama. Estos son los principales puntos del diagnóstico que hacen los especialistas consultados sobre el recrudecimiento de la crisis subprime.

“Estados Unidos tiene que hacer, en algún momento, un ajuste del gasto y tiene que empezar con una reducción del déficit privado. Ellos se sienten ricos y todavía no cayó el que tenía que caer”, aseguró el economista Marco Rebozov a PáginaI12. El analista criticó la ayuda que lleva adelante la Reserva Federal, bajando las tasas, que lo único que hace es “dilatar la caída” de los que de todas formas van a perder, con el costo de una “constante debilidad del dólar”. “Si van a salir a ayudar a todo el mundo, esto no se termina más. Tiene que ayudar al traspaso a nuevos jugadores, no salvar al que hizo mal las cosas”, agregó Rebozov.

La ayuda de la reserva estadounidense es contra emisión de dólares y su efecto es directamente sobre el precio de los commodities. “Todo el que tiene miedo se va a bonos, a oro o a commodities, tanto agrícolas como petróleo”, dijo a PáginaI12 Mariana Diehl, analista de mercados internacionales de Puente. Diehl opinó que “están tratando de calmar las aguas, porque saben que lo que les pase a las principales entidades crediticias del mundo es un termómetro de que todo puede pasarle al resto”, agregó Diehl. En esa carrera, los únicos que ganan son los especuladores más arriesgados, aquellos que el titular de la Fed, Ben Bernanke, criticó y luego ayudó, con la baja en las tasas de interés. Esa estrategia de nada sirvió para salvar la situación de la clase media estadounidense.

“Eran especuladores que aprovecharon lo bajo de las tasas de interés para hipotecar sus casas y utilizar la plata en cualquier otra cosa. Pedían un préstamo hipotecario sobre casas con valores de 450.000 dólares y obtenían el 80 por ciento, unos 350.000, a tasa barata”, ejemplificó en conversación con PáginaI12 José Rozados, titular de la consultora ReporteInmobiliario. El ejecutivo consideró que “esto no hubiera pasado” con un mayor control sobre los instrumentos, aunque “tampoco hubiera crecido la economía estadounidense como lo hizo”. Rozados consideró que la situación podrá normalizarse a partir del último trimestre del año, y agregó que entonces se podrá saber a ciencia cierta sobre cuál cabeza caerá la pérdida”.


Desmantelamiento del insolvente Citigroup–Banamex

Por Alfredo Jalife–Rahme
La Jornada, 09/07/08

Las trasnacionales insolventes sólo son exitosas en el México calderonista. Exactamente dos meses después del estallido de la burbuja de las hipotecas subprime (de baja calidad), en agosto pasado, el imprudente y despilfarrador gobierno panista remató, o mejor, dicho, literalmente regaló Aeroméxico a Citigroup–Banamex cuando era evidente que sufría una severa crisis de insolvencia que lo colocaba al borde de la bancarrota –que no ha ocurrido debido a los múltlples rescates encubiertos de la Reserva Federal y a las pletóricas inyecciones de las petromonarquías del golfo Pérsico (“La Reserva Federal, al rescate de Citigroup y Bank of America” –el Fobaproa/IPAB bushiano–, 29/8/07 y “La quiebra de la Banca Negra: Citigroup, UBS, Santander y BBV”, 3/10/07).

Cualquier novato en finanzas sabía las graves dificultades que padecían los principales bancos anglosajones –JP Morgan Chase, Bank of America, HSBC, Citigroup (matriz de Banamex en México) y Wachovia–, inundados hasta la médula por los ominosos derivados, como habíamos expuesto en nuestro libro Los cinco precios del petróleo (Ed. Cadmo & Europa, Buenos Aires, 2006).

Como el sistema financiero estadunidense es incapaz de aceptar la quiebra estruendosa de un banco de la talla de Citigroup, principal servidor financiero del mundo, preferirá castigar a los más valetudinarios, como Bear Stearns, Lehman Brothers y quizá Wachovia para no tocar a JP Morgan Chase, mientras desmantelan sigilosamente a Citigroup para no provocar tremores bursátiles.

Iain Day (The Times, 6/7/08) expone el “desmantelamiento del imperio global de Citigroup” y revela que los “más de 50 mil millones de dólares colectados en los meses recientes no han sido suficientes para mejorar su hoja contable”. Y esto que aún no estalla la inmundicia de su adeudo descomunal con la especulación frenética de sus derivados financieros, que oscilan entre 15 y 20 millones de millones de dólares (trillones en anglosajón) frente a un proporcionalmente magro capital de 113 mil millones de dólares. Su nuevo director, Vikram Pandit, de 51 años y de origen indio, se encuentra bajo intenso estrés en vísperas de los resultados del segundo trimestre, que revelarán pérdidas cuantiosas.

Todos los conocimientos especulativos que adquirió Pandit con su empresa de hedge funds (fondos de cobertura de riesgos) Old Lane, comprada luego por Citigroup, serán insuficientes para llenar los agujeros negros de sus faltantes contables: tarea sisifiana que no pudieron cumplir sus anteriores dirigentes, Charles Chuck Prince y Robert Rubin (anterior secretario clintoniano del Tesoro). ¿Qué advendrá de las más de 200 millones de cuentas en 106 países y de sus 358 mil empleados a punto de ser decapitados?

Iain Day nos recuerda cruelmente que Citigroup se apoderó del principal banco de México y Latinoamérica (Banamex), por cierto, quebrado y rescatado por los impotentes ciudadanos mexicanos en el que salió beneficiado Roberto Hernández Ramírez, presunto prestanombres de tres ex presidentes neoliberales y a quien Calderón regaló parte de los activos de Aeroméxico. ¡Nadie sabe para quien trabaja! ¿En manos de quién quedará el insolvente Banamex y, de paso, quién se quedará con Aeroméxico?

No será poca cosa el desmantelamiento de Citigroup. Paradójicamente, se trata del mayor banco del mundo por ingresos (en lo que va del año) –aunque repleto de adeudos ocultos– y principal tratante de los bonos del tesoro, que contaba con los más importantes grupos de servicios financieros en Japón y con una impresionante red en Europa, África, Rusia y el Medio Oriente.

Desde el tercer trimestre del año pasado Citigroup ha vendido más de 160 mil millones de dólares del total de 2.2 millones de millones (trillones en anglosajón) de sus activos hiperinflados. El problema yace en la evaluación de sus activos, que al momento de su remate pueden perder sustancialmente su valor debido en gran medida a su opacidad contable en los paraísos fiscales y a la cantidad oculta que se ubica en el “nivel 3” de deuda impagable.

“Bajo la dirección de Sandy Weill –comenta Iain Day–, Citi se convirtió en el mayor banco mundial” y “durante el reino de su sucesor, Chuck Prince, se convirtió en una de las principales víctimas de la sequía crediticia, debido a su inmensa exposición en los productos complejos (sic) de crédito (nota: los ominosos derivados) que empezaron a estallar el año pasado”.

El prácticamente quebrado Citigroup “ha empezado también a sufrir el incremento de las malas deudas de su negocio de tarjetas de crédito en EU”.

La reingeniería de Pandit ha sido deficiente, al pretender salvarse de la hoguera mediante la vía expedita del despido masivo de 18 mil empleados este año (quienes le importan un comino a los inhumanos bancos centrales) y de la reducción de costos mediante el adelgazamiento del andamiaje corporativo, con lo que pretende ahorrar 15 mil millones de dólares.

Pandit ha destinado unos escalofriantes 500 mil millones de dólares de activos destinados a reservas (léase: para enfrentar vendavales), lo que delata su carácter cadavérico. La mayor parte proviene del desmantelamiento de su inmenso negocio hipotecario en EU, mientras se dispone a rematar otros segmentos.

Gary Crittenden, su director financiero, indicó que van a “recortar partes del banco de menudeo y sus operaciones financieras al consumidor en ciertos países donde el negocio es considerado muy pequeño”. ¡El darwinismo financiero total!

Más allá de su probable fuga de Grecia, Eslovaquia, República Checa e Italia, llama la atención su estampida de Alemania, donde ha puesto en venta su rama por 10 mil millones de dólares, así como la liquidación de su participación por 2 mil millones de dólares en el banco HDFC, de India.

Day cita a un anónimo (el viejo truco) corredor londinense: “todo (¡supersic!) está en venta en Citigroup”. ¿Hasta Banamex? Quién hubiera dicho, 196 años atrás, cuando fue fundado el otrora omnipotente banco en Nueva York, y después de haber deglutido darwinianamente a varias docenas de pequeños bancos en su trayecto, que ahora se encuentre a punto de ser pulverizado.

De cierta manera, el ascenso y caída de Citigroup refleja el cronograma financiero del imperio estadunidense, hoy en plena decadencia. De nada sirvió haberse llevado Banamex y haber desmantelado el sistema financiero mexicano.