Economía mundial

Dólares de destrucción masiva

Por José Antonio Bueno (*)
El Periódico, 02/09/08

La subida del dólar y la bajada del precio del petróleo son tendencias que no deben darse por consolidadas. Si Fannie Mae y Freddie Mac caen, el agujero en las reservas de China, Japón o Rusia será enorme.

Pasan los días y la crisis financiera internacional se consolida como una de las más graves de la historia por su intensidad, duración y, sobre todo, extensión.

Probablemente (y ojalá) esta crisis no tendrá unos efectos en la economía real tan devastadores como la de 1929, que hizo que en 1932 el paro llegase al 25% en EEUU y el PIB mundial del mismo año fuese un 60% inferior al de 1929, pero desde luego la globalización de nuestra economía hace que los excesos de Wall Street afecten inmediatamente a todas las economías mundiales.

Durante este mes de agosto se han sucedido nuevos capítulos de esta crisis y se ha alcanzado un primer consenso entre los sabios y gurús mundiales: nadie sabe ni cuánto durará esta crisis ni cuál será su final. He aquí algunos rasgos.

1. Los bancos de inversión siguen anunciando pérdidas por deterioro de sus activos, haciendo creíble, cuando no pequeña, la estimación del FMI del billón de dólares como valor del agujero global. Ya llevamos más de medio billón reconocido.

2. Siguen cayendo bancos, de momento pequeños. En EEUU ya son nueve, además de las dos ventas aconsejadas por la Reserva Federal. La lista crecerá antes de fin de año.

3. Lehman Brothers sigue en el centro de las especulaciones. Su venta, cuando no intervención, parece inmediata. Pero no será, probablemente, el único gran banco de inversión norteamericano con serios problemas. Y seguirán su misma suerte los bancos generalistas que han sobredesarrollado su unidad de banca de inversión.

4. Comienzan las demandas de clientes y de la fiscalía de Nueva York contra los bancos de inversión que crearon y comercializaron los productos de alto riesgo causantes del contagio de la crisis.

5. El dólar se ha fortalecido cerca de un 10% frente a las principales divisas y el petróleo ha bajado casi un 20%. Pero somos muchos los que creemos que son movimientos técnicos, casi forzados, y que no significan el final de las tendencias bajistas del dólar ni alcistas del petróleo. Lo que sí parecen marcar es una cierta correlación entre sus precios, lo que evidencia la relevancia del componente especulativo en la construcción del precio del petróleo. Esta caída no se justifica por el debilitamiento de la economía mundial, pues en agosto ha habido suficientes elementos desestabilizadores del mercado (invasión de Georgia por parte de Rusia y alerta de huracanes en el golfo de México) como para contrarrestar ese sentimiento bajista.

6. Las grandes sociedades hipotecarias norteamericanas (Fannie Mae y Freddie Mac) siguen en el centro del huracán. En julio, el Tesoro obtuvo el respaldo legislativo para apoyarlas tanto como fuese necesario. Con un valor en bolsa casi nulo (han caído más del 95% en menos de un año), cada vez son más las voces que ven imprescindible su intervención, desde Warren Buffet hasta los analistas chinos, pasando por los bancos regionales norteamericanos. Y todos ellos tienen buenas razones, tantas como deuda de estas dos hipotecarias han comprado.

Si Fannie Mae y Freddie Mac caen, el agujero en las reservas de China, Japón, Rusia, Emiratos Árabes, etcétera, será enorme, lo que puede provocar que se alejen del dólar y, por tanto, éste caiga sin control. Pero si el Tesoro norteamericano respalda plenamente a las hipotecarias, deberá emitir cantidades ingentes de deuda soberana, lo que también hundirá al dólar.

La decisión no es fácil, aunque probablemente las presiones internacionales y, sobre todo, la exposición de la banca regional y las administraciones locales norteamericanas a estos activos, también muy alta, fuercen la intervención.

Llegamos a lo que va a ser cada vez más el centro del debate financiero mundial: el valor del dólar. Los datos corregidos de crecimiento del segundo trimestre en EEUU son positivos (+0,9%), especialmente comparados con los europeos (–0,2%). Pero el crecimiento norteamericano se debe a la caída de la importación motivada por el menor consumo interno, es decir, gracias a la debilidad del dólar. No hay duda de que en este momento a la economía norteamericana le conviene un dólar débil, tanto para activar sus exportaciones como para rebajar la carga de la deuda, porque una devaluación no deja de ser un cierto impago disfrazado de la deuda.

Y es ahí donde aparece la gran paradoja de la globalización. Hoy tiene más reservas en dólares el tesoro chino que el norteamericano. El dólar, moneda de intercambio comercial internacional desde los acuerdos de Bretton Woods tras la segunda guerra mundial, ya no pertenece sólo a Estados Unidos. Estos acuerdos se basaron en la hegemonía política y económica de EEUU y en un dólar referenciado a un patrón oro, situación que se rompió en 1971, cuando el dólar no pudo aguantar dicha convertibilidad. Desde entonces nos mueve solo la inercia, más ahora cuando la hegemonía norteamericana está en duda.

Tal vez únicamente salgamos de esta crisis cuando se hayan pinchado todas las burbujas (o sea, aflorado todas las pérdidas) y los países (¿el G–12?) se sienten a definir un nuevo orden financiero internacional donde el dólar (al menos el que conocemos hoy) ya no sea el patrón. Pero hasta que eso suceda pasarán no meses, sino años. Tenemos crisis para rato.


(*) Consultor. Socio de Europraxis.


El alcance de la crisis financiera

¿Dónde están los 'neocon'?

Por José Antonio Bueno (*)
El Periódico, 10/09/08

A los liberales les ha temblado el pulso y Bush ha salido al rescate de las dos grandes hipotecarias.

Finalmente el Gobierno norteamericano ha tenido que salir al rescate de las dos sociedades megahipotecarias, Fannie Mae y Freddie Mac. No haberlo hecho hubiese supuesto el colapso del mercado hipotecario norteamericano y la destrucción de una buena parte de las reservas de los bancos centrales chino, japonés, kuwaití, principales tenedores de bonos de estas entidades, junto a un sinfín de entidades financieras norteamericanas medianas.

El Tesoro norteamericano inyectará hasta 200.000 millones de dólares en un plan diseñado por uno de los principales bancos de inversión norteamericanos (algo así como el lobo vigilando las ovejas) cuya principal característica es su gradualidad, es decir, no se aplicarán de golpe sino según sea necesario, hasta diciembre del 2009.

El resto de bancos del sistema mayorista hipotecario americano también pueden disponer de dinero si lo necesitan. 200.000 millones de dólares... o más. El mercado no se ha colapsado, es cierto, pero se da rienda suelta a la especulación más salvaje pues todo el mundo conoce las cartas del contrario y, además, el dinero sigue siendo endemoniadamente barato en Estados Unidos.

Este no es, ni mucho menos, el último percance de esta crisis financiera global que llegó hace más de un año. Durará mucho tiempo. De momento es bastante relevante por el significado y tamaño de las entidades afectadas y por la constatación del giro socializante del Gobierno norteamericano. Las ganancias fueron para unos pocos pero las pérdidas se reparten amablemente entre los sufridos contribuyentes, que recibieron en el segundo trimestre del año unos 150.000 millones vía cheque fiscal para consumir más y ahora ven cómo se esfuman del sistema 200.000 millones.

¿Dónde están ahora los neocon americanos? ¿No había que dejar caer las empresas no eficientes para que el sistema se sanease? Cuando el que cae es tan grande no hay liberal al que no le tiemble el pulso. Y esta decisión, absolutamente amoral bajo la perspectiva de la libertad del mercado, es necesaria para que el sistema no se colapse. Para compensar, como hacen los malos árbitros, se espera la inminente caída de uno o dos bancos de relumbrón.

Estamos donde estamos por la habilidad de unas entidades, y unas personas, para aprovechar un prolongado entorno de bajos tipos de interés y ganar mucho, mucho dinero. A cambio han puesto en riesgo prácticamente todo el sistema financiero mundial. Cierto es que lo primero es la estabilidad, que el mundo no entre en una depresión como la de 1929. Pero ¿nadie va a pedir cuentas a los responsables de este caos?

De momento los accionistas de las entidades intervenidas han perdido todo lo que tenían en ellas. Pero ¿y los directivos? ¿Y los reguladores que no supieron o no quisieron frenar el deterioro del sistema? Si no ocurre nada, si solo pierden su empleo (cosa que ni siquiera les ha ocurrido a los reguladores) el daño moral será terrible.

Esta intervención junto a la evolución de la economía real harán que el dólar retome su tendencia bajista, salvo que se le siga manteniendo artificialmente por los principales tenedores de dólares (China, por ejemplo). Y si el dólar cae, el petróleo sube. Así, este espejismo de casi dos meses de petróleo a la baja puede que se desvanezca en cuestión de días y volvamos a donde estábamos, porque en lo fundamental nada ha cambiado.

El PIB norteamericano subió en el segundo trimestre un 3,3% anual, es cierto. Pero no lo es menos que fue entonces cuando se usó el cheque fiscal (y los americanos cuando tienen para consumir, consumen), bajaron las exportaciones, se incrementaron los estocs y, además, hay serias dudas de cómo está calculado el deflactor (deducir la inflación del dato de crecimiento) del PIB, tremendamente bajo si lo comparamos con el IPC. Es decir, que la realidad está peor de lo que dicen las estadísticas, como apuntan otros indicadores más pegados a la realidad (paro, actividad industrial, pedidos o confianza). Si hay maquillaje no puede durar mucho, las elecciones ya están a la vuelta de la esquina.

En esa perspectiva no es de extrañar una recesión en Estados Unidos con forma de W (caída– aparente recuperación– recaída), recesión compleja y muy dañina. En España confiemos que sea en V para el conjunto (caída profunda pero recuperación rápida) aunque en la construcción me temo que tendrá forma de U (con un valle largo). El descalabro de las ventas de coches (de momento –20% acumulado, y bajando) tiene como único consuelo que, probablemente, 2009 no puede ser tan malo como 2008. El problema de la construcción es que se ha edificado a un ritmo muy superior al que dicta la lógica y el sector tendrá que reestructurarse profundamente antes de volver a la normalidad.

Aún nos quedan por ver otros percances importantes en la economía de EEUU y es de esperar que venga la gran purga, ya sin los miramientos de una Administración saliente que en lo económico también lo ha hecho fatal. Bush júnior lleva camino de pasar a la historia no solo por la segunda guerra de Irak, sino también por haber consentido el auténtico fiasco del sistema financiero mundial.

De momento, siguen las turbulencias y la economía mundial se va deteriorando un poco más cada día.


(*) Consultor. Socio de Europraxis.


Estancamiento en la Unión Europea

La OCDE rebaja la previsión de crecimiento de
la eurozona

EFE, 02/09/08

París.– La OCDE ha rebajado hoy su proyección de crecimiento económico medio de la zona del euro en el 2008 en cuatro décimas, para dejarla en un 1,3% , mientras que ha revisado al alza, en seis décimas, la de Estados Unidos, hasta un 1,8%.

Para Japón, la OCDE proyecta ahora un crecimiento del producto interior bruto (PIB) del 1,2% este año, frente al 1,7% que preveía el pasado junio en su informe semestral de perspectivas.

Las nuevas proyecciones figuran en la evaluación interina de las perspectivas económicas a corto plazo de los siete países más industrializados y de la zona del euro divulgada hoy por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

Mercado inmobiliario

El PIB del G7 ––los siete países más industrializados: EEUU, Japón, Alemania, Francia, Gran Bretaña, Italia y Canadá–– crecería un 1,4% este año, sin cambio sobre lo proyectado en junio pasado. El PIB de Alemania crecería un 1,5%, en lugar del 1,9% previsto en junio, el del Reino Unido un 1,2% (frente a un 1,8%), Francia un 1% (en lugar del 1,8%), Italia un 0,1% (frente al 0,5%), y Canadá un 0,8% (frente al 1,2%).

"La tormenta en los mercados de capitales, el repliegue de los mercados inmobiliarios y la carestía de las materias primas siguen pesando en el crecimiento mundial", pero "evolucionan rápidamente", ha asegurado el economista jefe interino de la OCDE, Jorgen Elmeskov.

En EEUU, la incertidumbre atañe en particular a la rapidez con la que se disiparán los efectos de las medidas temporales de estímulo presupuestario, ha explicado el economista.

Estancamiento global

En la zona del euro, así como en el Reino Unido, la actividad debería "estancarse globalmente". Tras afirmar que prosigue el repliegue de los mercados de la vivienda, Elmeskov ha afirmado que en Europa la bajada de los precios y de la actividad en la construcción parece alcanzar a España, Dinamarca, Irlanda y el Reino Unido, y que el descenso "sensible" de los volúmenes de transacción en otros países anuncia retrocesos.

En EEUU, sigue bajando el precio de la vivienda, con la amenaza de nuevas confiscaciones que pueden pesar en los precios y amplificar las pérdidas en los préstamos, mientras que se perciben "algunas señales" de estabilización en la construcción.

Condiciones diferentes

Para Elmeskov, las economías del G7 presentan "condiciones diferentes" para la acción de los poderes públicos. Así, en EEUU, las condiciones actuales validan las medidas actuales de expansión, ha indicado.

En la zona del euro, donde el aumento de la inflación subyacente indica la necesidad de reducir las tensiones en las capacidades, "no parece útil por el momento" cambiar las orientaciones actuales de las políticas económicas, ha sentenciado Elmeskov.