Economía mundial

Socialización de las pérdidas I

Bush pedirá gastar 490.000 millones de euros
contra la crisis

Destinados a comprar activos “dañados” de la banca del país

EFE, 20/09/08

Washington.– El Gobierno de EEUU ha enviado al Congreso el borrador final de su propuesta para que el Tesoro pueda comprar hasta 700.000 millones de dólares (casi 490.000 millones de euros) en activos hipotecarios en manos de los bancos, en lo que supondría la mayor intervención de la historia desde la Gran Depresión de los años 30.

El borrador del 'plan anticrisis', que ha sido difundido por 'The New York Times' en su página web, recoge además la autorización que debe dar el Congreso para poder elevar el endeudamiento del país a 11,3 billones de dólares (11,3 miles de millones de euros).

La cifra de 700.000 millones de dólares se equipara al coste directo de la guerra en Irak, y al presupuesto anual del Pentágono, según cita 'The New York Times'.

El Gobierno necesita que el Congreso tramite por vía legislativa esta autorización, que dejará las manos libres al Tesoro para adquirir los activos hipotecarios "dañados" de la banca estadounidense, no de la foránea.

Posibles críticas internacionales

La propuesta del Gobierno puede causar fuertes críticas en la banca internacional que en los últimos años acudió a Wall Street de manera masiva para adquirir títulos hipotecarios, lo que contribuyó a crear el 'boom' del sector inmobiliario en EEUU.

Según la propuesta –que destaca por su simplicidad, apenas tres páginas de texto– el Tesoro tendrá plena capacidad para comprar activos, revenderlos en el mercado, emitir deuda para financiar las operaciones, y contratar a los gestores que considere oportunos– sin más obligación que dar explicaciones periódicas al Congreso.

Los medios financieros han destacado la trascendencia de la propuesta, no solo porque supone una acción fuertemente intervencionista en un gobierno hasta ahora defensor del libre mercado, sino también por el voluminoso coste que tendrá para los contribuyentes.

El Gobierno ha intensificado en las últimas horas la negociación con los líderes del Congreso, de mayoría demócrata, que podría someter a votación las medidas la próxima semana. Entre otras propuestas, destaca la prohibición temporal a casi 800 empresas de inversión especializadas en ventas a corto plazo de operar en la Bolsa para evitar un mayor deterioro del mercado.

El borrador puede sufrir modificaciones, dado que los congresistas demócratas quisieran incluir algunas disposiciones que contemplen la necesidad de ayuda a los cientos de miles de propietarios que están abocados a las ejecuciones de sus casas.

El presidente de EEUU, George W. Bush, ha justificado el intervencionismo de su Gobierno, un firme defensor del libre mercado, en una comparecencia en la Casa Blanca junto al presidente de Colombia, Álvaro Uribe. Bush indicó en su discurso radiofónico que "nuestro sistema de libre empresa se basa en la convicción de que el gobierno federal debe intervenir en el mercado sólo cuando es necesario".

Bush ya reconoció este viernes que va a recibir duras críticas por la medida intervencionista, que consiguió llevar la euforia a los parqués varias jornadas de caídas de vértigo. "Es un precio grande para un problema grande", ha afirmado, tras destacar que "a largo plazo estaremos bien".

Una de las primeras críticas ha llegado del Premio Nobel de Economía estadounidense Joseph Stiglitz. "Es una solución al corto plazo", sostuvo el economista en declaraciones al dominical alemán 'Frankfurter Allgemeine Sonntagszeitung', para quien la crisis representa "el fin de un modelo de negocios desastroso" y "el fin de la ideología de que los mercados libres y desregulados funcionan siempre".


Socialización de las pérdidas II

EEUU gastará miles de millones de dinero público
para salvar la banca

Gara, 20/09/08

Cientos de miles de millones de dinero público servirán en EEUU para tapar los agujeros de las entidades financieras, lastrados por deudas tóxicas que hasta ahora no podían colocar en el mercado y que han provocado la quiebra de algunas de ellas. Ésta será una de las medidas del plan acordado por el Gobierno, el Congreso y la Reserva Federal estadounidense para hacer frente a la crisis financiera.

El Gobierno estadounidense gastará cientos de miles de millones de dólares de dinero público en una intervención a gran escala en los mercados para responder a la crisis financiera, según confirmó ayer el secretario del Tesoro de EEUU, Henry Paulson.

De esta forma, la administración elevará su participación en el mercado inmobiliario, que considera la raíz de los problemas financieros de Estados Unidos. El plan deberá definirse durante este fin de semana y podría ser aprobado por el Congreso la próxima semana. Según Paulson, el programa debe ser «suficientemente grande» para tener impacto y que supondrá una inversión «significativa» de dinero de los contribuyentes.

De hecho, la iniciativa podría suponer la mayor intervención pública en los mercados de capitales desde la «Gran Depresión» de la década de 1930, según «The Wall Street»

Paulson enfatizó que la alternativa a esta intervención sería «más quiebras» de bancos y unos mercados incapaces de financiar el crecimiento de la economía estadounidense.

La medida principal consistirá comprar los activos «dañados» a la banca, es decir la deuda de mala calidad, y que ahora mismo ni pueden vender en los mercados. El tamaño que cobraría esta medida sería de varios cientos de miles de millones de dólares.

En lugar de tomar sólo los activos dañados de los bancos quebrados, el Departamento del Tesoro o una nueva entidad creada con este fin, compraría los activos de todas las entidades, incluso las saneadas, con un precio de descuento, para después venderlos en subasta en los mercados. Otra de las propuestas será la intervención en el mercado de títulos inmobiliarios. De esta forma, los gigantes hipotecarios Feddie Mac y Fannie Mae, intervenidos por el Gobierno para evitar su colapso, aumentarán las compras de valores garantizados por hipotecas, unos valores de los que los bancos no podían deshacerse porque hasta ahora nadie quería comprarlos.

Garantías para los fondos

El Congreso, el Gobierno y la Reserva Federal prevén también crear un sistema de seguros para las inversiones en los mercados monetarios, similar al seguro de depósito que existen para las cuentas bancarias comunes.

Esta medida iría dirigida a frenar la salida precipitada de los mercados de aquellos inversores que cuentan incluso con activos de bajo riesgo, y entre los que ya ha comenzado a cundir el pánico. El Departamento del Tesoro ofrecerá garantías temporales para el mercado monetario de los fondos mutuos de inversión con una inyección de 50.000 millones de dólares. Para ello, utilizará un fondo creado en la época de la Depresión.

La Comisión de Valores estadounidense prepara, a su vez, una prohibición temporal de la «venta al descubierto» de valores, una práctica especulativa que permite a los inversores vender incluso valores prestados que no poseen, haciendo que su valor se desplome para recomprarlas a un precio menor. El paquete de medidas anunciado por Paulson supone un cambio de estrategia frente a la crisis financiera. Hasta ahora, el Gobierno sólo había reaccionado ante las noticias de instituciones financieras al borde del colapso, con la decisión de poner dinero público para salvar al banco de inversión Bear Stearns y la aseguradora AIG, además de Freddie Mac y Fannie Mae. En cambio, dejó caer en la bancarrota al banco de inversión Lehman Brothers.

Paulson reconoció que las medidas hasta ahora no han sido suficientes y que Estados Unidos «debe tomar acciones adicionales y decisivas» para responder a las causas de la crisis. Para justificar la intervención, pintó un cuadro tenebroso de la situación actual. Dijo que los ahorros de los estadounidenses «están en peligro» y que se ha «perturbado» la capacidad de los consumidores y las empresas para tomar dinero prestado.

El acuerdo se forjó entre el Gobierno de EEUU, la Reserva Federal y el Congreso en una breve reunión en el despacho de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi y se trata del último paso del Gobierno para mitigar una crisis que ha provocado el descalabro de los mercados mundiales y ha puesto en peligro la supervivencia de grandes instituciones financieras.

El jueves la Reserva Federal y otros cinco grandes bancos centrales del mundo, se vieron obligados a inyectar 180.000 millones de dólares en el sistema financiero internacional.

«La raíz de las turbulencias en los mercados de capitales se encuentra en la corrección que ha sufrido el mercado inmobiliario y en lo que está pasando con la caída de los precios de las viviendas –dijo Paulson–. Por tanto nos hemos unido para trabajar en una solución expeditiva dirigida al corazón de este problema, como es la falta de liquidez de los activos de las instituciones financieras».

El presidente de la Reserva Federal afirmó, al término de la reunión, que «esperamos trabajar con el Congreso para resolver la crisis financiera y conseguir que nuestra economía funcione de nuevo».

El presidente del Comité de Banca del Senado, el demócrata Christopher Dodd, destacó que en su vida política nunca ha habido un momento «tan grave» como este y aseguró que el sistema financiero se encontraba «a unos pocos días» del colapso.

El presidente del Comité de Servicios Financieros de la Cámara Baja, Barney Frank, afirmó que su ratificación tardará menos de un mes. En principio, el Congreso debería suspender sus sesiones a finales de la próxima semana, pero las prolongará de forma extraordinaria.

Bush: «Una medida esencial»

El presidente de EEUU, George W. Bush afirmó que la intervención pública en los mercados «no sólo está justificada, es esencial» para evitar un daño mayor en la economía. «Debemos actuar ahora para proteger la salud económica de nuestra nación», afirmó Bush, en una comparecencia flanqueado por el secretario del Tesoro, Henry Paulson, el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, y el presidente de la Comisión del Mercado de Valores, Chris Cox, poco después de que se conociera el plan de choque.

El presidente apeló al Congreso para que apruebe «lo antes posible» el proyecto y no añada «cláusulas controvertidas»– «Ahora no es el momento para posiciones partidistas», dijo.

El presidente destacó por un lado las dificultades extraordinarias a las que se enfrenta la economía estadounidense y, por otro, envió un mensaje de calma a los ciudadanos.

Bush señaló que si el Gobierno no actúa ahora, están en juego pérdidas de empleo «masivas», un desplome aún mayor del mercado de la vivienda y una destrucción de valor en las cuentas de jubilación de los estadounidenses. «La confianza en el sistema financiero es esencial para que la economía funcione sin problemas y recientemente esa confianza se ha visto sacudida», afirmó.


Socialización de las pérdidas III

Todos somos socialistas (sobre todo, George W. Bush)

Por Pablo Pardo
Desde Washington
El Mundo, 19/09/08

18 de septiembre.– Mi amiga Stephanie, que trabaja en la gestora de fondos de un gran banco estadounidense, ha puesto en su perfil de Facebook "Stephanie quiere un rescate". No lo tendrá, evidentemente. Para tener un rescate con dinero público hay que hacer las cosas mal, muy mal. Hemos creado un sistema regulatorio tan surreal—en España y en Estados Unidos—que se premia a quien peor lo hace y se castiga al que lo hace bien.

Hay que tener, primero, una entidad gigantesca (un banco, una aseguradora o una promotora), para que se cumpla aquella frase atribuida a Keynes que era algo así (cito de memoria) como "si usted debe mil libras al banco, usted tiene un problema; si debe mil millones, el banco tiene un problema". En otras palabras: debe ser "demasiado grande para caer". Pero eso no basta. Tiene que ser, además, "demasiado mala para caer". Es importante que la empresa no haya limitado la exposición de otras entidades a sus propios riesgos. Si así lo ha hecho, le pasará como a Lehman Brothers: ni un dólar (o un euro) de dinero público.

Pero, si amenaza con llevarse por delante a la economía mundial, bien en la forma de bonos en manos del Banco central de China (como Fannie Mae y Freddie Mac), o de seguros a hipotecas de bancos europeos (como AIG), tendrá un chorro de dinero: entre 18.000 millones de euros (que fueron los que le cayeron a Bear Stearns para que lo comprara JP Morgan Chase), 60.000 (a AIG) o 140.000 (a Fannie Mae y Freddie Mac). En el caso español, amenace usted con aumentar todavía más el agujero de la caja de ahorros de su región o con dejar a unos miles de votantes sin casa o sin empleo y ya verá como le llega alguna ayuda pública.

Es el mundo al revés. Hace diez años, mientras los bancos de Indonesia, Corea del Sur, Argentina, Brasil, Tailandia y Rusia quebraban uno tras otro, los expertos y analistas de Wall Street y de las universidades estadounidenses no paraban de exigir al FMI que obligara a esos países a dejar caer a esas entidades. A veces se llegaba a extremos de chiste: cuando la economía de Indonesia se colapsó, el Fondo le obligó, entre otras cosas, a abrir su mercado del arroz. No me imagino ahora a España liquidando nuestras ayudas al sector agrario porque las inmobiliarias están en quiebra. Es más, parece que el que esas empresas estén en quiebra es la ocasión perfecta para subvencionarlas.

Cuando las cosas van bien todos somos liberales. Cuando se ponen mal, metemos a Hayek en el armario y ponemos a Keynes en la peana. Ya en enero de 2001, en Davos, el columnista de Financial Times Martin Wolf nos hablaba del "extraño keynesianismo de la Administración Bush". Efectivamente, el actual presidente de EEUU defiende el no intervencionismo y la autorregulación mientras las cosas van bien (dicho sea de paso a mí me gusta mucho lo de la autorregulación. Me gustaría, por ejemplo, que se aplicara al fútbol, en la eliminación de los árbitros, y al tráfico, bajo la forma de la jubilación anticipada de los guardias. Por no hablar de la eliminación de los jefes, que en último término también establecen las reglas del juego de las personas que forman sus equipos).

Pero, cuando las cosas se ponen mal, tiramos del dinero público sin problemas. Los beneficios se privatizan. Las pérdidas, se socializan. Ya en 2002, The Economist dijo que Bush, con su aumento desaforado del gasto público, "es un socialista". Un socialista que le está saliendo carísimo a EEUU: la factura para el contribuyente de esta crisis es, por ahora, de más de 600.000 millones de euros. En otras palabras: casi un 50% más que la Guerra de Irak.

Para una familia estadounidense media de cuatro miembros, eso supone casi 8.000 euros, sin contar intereses. Pero el coste puede ser todavía mucho mayor. Como si se tratara de una economía emergente, EEUU tiene, en este momento, a su banco central virtualmente en quiebra.

Claro que la Reserva Federal—que es quien, con su política monetaria expansiva, creó esta catástrofe—ya ha logrado su paquete de rescate en forma de una emisión extraordinaria de deuda del Tesoro por 28.000 millones de euros. Evidentemente, es demasiado grande y de ella dependen demasiadas cosas –de hecho, la economía mundial– como para dejarla caer. No es ese el caso de Stephanie. De ella, no depende nadie. Así que tendrá que seguir esperando en Facebook que alguien le dé unos pocos millones.


Socialización de las pérdidas IV

El gobierno de EEUU anuncia programa

Se hará cargo de los activos en problemas de las financieras

Por Tom Barkley y Maya Jackson Randall
Wall Street Journal, 19/09/08

Washington (Dow Jones Newswires).–El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Henry Paulson, anunció el viernes planes para establecer rápidamente un programa gubernamental que se hará cargo de los activos hipotecarios en problemas de las instituciones financieras.

El programa incluirá además otras iniciativas para intensificar las compras de valores respaldados por hipotecas.

"El gobierno federal debe implementar un programa para eliminar estos activos ilíquidos que están abrumando a nuestras instituciones financieras y amenazando a nuestra economía", señaló Paulson en comentarios preparados de antemano para ser presentados durante una conferencia de prensa.

El funcionario agregó que planea trabajar con el Congreso durante el fin de semana para instituir la legislación la próxima semana. Además, hizo un llamado a una "acción rápida y bipartidista".

El programa debe ser lo suficientemente grande como para tener un "efecto máximo", a la vez que protege a los contribuyentes, señaló Paulson.

"La protección final para los contribuyentes será la estabilidad que este programa de alivio para los activos en problemas otorga a nuestro sistema financiero, pese a que involucrará una inversión significativa de dólares de los contribuyentes", indicó.

En el futuro inmediato, Fannie Mae (FNM) y Freddie Mac (FRE) –cuyo control fue asumido este mes por el Gobierno– incrementarán sus compras de deuda respaldada por hipotecas, explicó.

Para facilitar ese esfuerzo, el Tesoro expandirá además el programa de compra de valores respaldados por hipotecas que anunció este mes.

"Cuando superemos este período difícil, como lo haremos, nuestra próxima tarea debe ser la de mejorar la estructura reguladora financiera de forma que estos excesos pasados no vuelvan a ocurrir", señaló. Paulson calificó al sistema regulador actual de "subóptimo, duplicativoy obsoleto".

Las medidas más recientes se producen tras los pasos anunciados esta mañana para intentar frenar la crisis en los mercados financieros, incluido el uso de los US$50.000 millones que el Tesoro tiene en el Exchange Stabilization Fund para fortalecer los fondos de inversión en el mercado de dinero del país y un plan de la Reserva Federal para adquirir deuda vinculada a Fannie Mae y Freddie Mac que está en manos de las instituciones financieras.

Paulson, el presidente de la Fed, Ben Bernanke, y el titular de la Comisión de Bolsa y Valores, Christopher Cox, se reunieron el jueves por la tarde con miembros del Congreso para hablar sobre la creación de un vehículo respaldado por el gobierno federal que adquirirá activos ilíquidos vinculados a hipotecas que se encuentran en las carteras de firmas de préstamos, bancos y otras instituciones financieras.


Socialización de las pérdidas V

Los principales bancos centrales actúan en
coordinación para combatir la iliquidez

Por Joellen Perry, Yuka Hayashi y James T Areddy
Wall Street Journal, 18/09/08

Los principales bancos centrales del mundo unieron fuerzas el jueves para inundar a los mercados globales de con grandes cantidades de dólares, con la esperanza de calmar a una de las fuentes de tensión que estremece al sistema financiero.

La Reserva Federal de Estados Unidos dijo el jueves que expandirá o introducirá medidas para canalizar dólares a los principales bancos centrales europeos, el Banco de Canadá y el Banco de Japón, para que estos puedan proveer a las instituciones financieras en sus respectivos mercados con financiación a corto plazo en dólares. Entre los aprietos que pasan los bancos comerciales para obtener efectivo a corto plazo, las tensiones en los mercados de dinero denominados en dólares han sido particularmente fuertes.

En un comunicado conjunto, los bancos centrales dijeron que "estas medidas, en conjunción con otras acciones tomadas por los bancos centrales en los últimos días, están diseñadas para mejorar las condiciones de liquidez en los mercados financieros globales. Los bancos centrales continuarán trabajando de cerca y tomarán las medidas adecuadas para enfrentar las constantes presiones".

Los mercados recibieron con beneplácito el anuncio, reduciendo las tasas de interés con las que los bancos se prestan entre si. No obstante, la diferencia entre las tasas interbancarias a largo plazo y muchas tasas de los bancos centrales sigue siendo amplia, lo que sugiere que los bancos continúan siendo cautelosos a la hora de prestarse entre si a plazos más largos.

La Fed incrementó la línea de intercambio de dólares con los bancos centrales extranjeros en US$180.000 millones. El Banco Central Europeo, que tiene una línea de intercambio con la Fed desde diciembre, la incrementó de US$55.000 millones a US$110.000 millones. La línea del banco central suizo también subió de US$12.000 millones a US$27.00 millones.

La Fed también abrió nuevas líneas de intercambio con el Banco de Japón por US$60.000 millones, con el Banco de Inglaterra por US$40.000 millones y con el Banco de Canadá por US$10.000 millones. Todas estas líneas expiran el 30 de enero de 2009.

"La intervención coordinada de hoy muestra que [los bancos centrales] están actuando para enfrentar los fallos en la liquidez del mercado, es en sí es tranquilizador", dijo Laurence Mutkin, director de estrategia de tasas en Europa para Morgan Stanley en una nota de investigación, pero agregó que "la intervención no enfrenta el problema clave… el deseo de los bancos de acumular efectivo y su renuencia a prestarse entre si".